domingo, 16 de septiembre de 2012

Reportaje especial: Una seguidilla de errores en vuelo a Juan Fernández donde iba Camiroaga y otras 21 personas: La caída del Casa 212 fue por falta de combustible

 

Por María Cristina Prudant
A pesar del informe final de la Junta Investigadora de Accidentes Aéreos (JIA) aprobada por los organismos oficiales sobre el accidente del Casa 212 que llevaba 21 pasajeros que perdieron la vida tras la mortal caída al mar, surgen voces expertas que aseguran que el único motivo de la tragedia fue que al avión no le alcanzó el combustible para llegar a la pista de aterrizaje. La Dirección General de Aeronáutica Civil y la FACh han ocultado información y han jugado con la ignorancia de la gente, aseguran.
Al cumplirse un año de la tragedia del Casa 212 que le costó la vida a 21 personas, entre ellos el reconocido animador de TNV Felipe Camiroaga, los familiares de las víctimas no encuentran consuelo, como es obvio, pero también sienten que no se ha dicho toda la verdad y, por lo tanto, tampoco se ha hecho justicia.

Cambio21 realizó una investigación especial para esclarecer o intentar dar luces sobre el grave accidente que provocó un gran impacto en la ciudadanía. Este mismo reportaje lo publicamos en nuestro semanario de reciente aparición, que lo liberamos para todos nuestros lectores.

Uno de los primeros en decir que el accidente se debió a que el avión se quedó sin combustible fue Rodrigo Molina. El piloto de trayectoria, que era amigo e instructor de Felipe Camiroaga -quien también era piloto-, y lo hizo en un programa de televisión.

"Me parece raro que los investigadores (que están allá) no hayan descubierto que no tenía combustible. Cuando un avión se cae, queda una mancha en todo alrededor. Siempre. Porque se revientan los estanques o se rompen las líneas de combustible y el avión chorrea por todos lados. ¿Y qué mancha han encontrado? No han encontrado ninguna, porque no tenía combustible. Cero", afirmó Molina.

A juicio del instructor de vuelo, "hay personas que conocen el tema y que han callado. Le irán a echar la culpa a algún monstruo marino, no sé, pero van a inventar algo, porque esto no lo van a reconocer. A menos que sean bastante hombres para admitir que se equivocaron en la planificación del combustible".

Los pilotos que hablaron fueron silenciados. Así lo indica una fuente de Cambio21 que fue testigo de la reunión donde se trató este tema y en la que participaron el ex coronel de la FACh y secretario general de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Pablo Ortega, sus directivos de seguridad operacional, de aeropuertos, de aeronavegabilidad, normas, operaciones, licencias y prevención de accidentes, todos ex oficiales de la Fuerza Aérea. Ortega coordinó con la Dirección de Inteligencia de la FACh para que investigaran a los pilotos comerciales que volaban a la isla y también a periodistas y abogados de las víctimas. Fuentes de la investigación del accidente señalaron que incluso se intervinieron teléfonos.

Maniobras distractivas

A un año de la tragedia, las palabras de Molina no dejan de tener vigencia. Porque, a juicio de nuestras fuentes, durante todo este tiempo la Fuerza Aérea lo único que ha hecho es distraer la atención sobre este hecho con una serie de conceptos técnicos, gráficos e infografías inexactas, descalificando las opiniones de quienes saben, abusando de la ignorancia generalizada sobre los temas de aviación, sobre todo de un accidente. Y esa "ignorancia" no sólo alcanza a la ciudadanía sino que abarca desde el presidente Piñera, pasando por los parlamentarios que integraron la comisión que investigó el accidente, los abogados de las familias de las víctimas y el ministro en visita que lleva la causa, Juan Cristóbal Mera.

Tres pilotos de larga experiencia, con muchas horas de vuelo al archipiélago, en conversación con Cambio21 corroboraron la versión de Molina: "el avión se quedó sin combustible. Nadie que no supiera un mínimo de aviación, al enterarse de la cantidad de pasajeros que llevaba el avión Casa 212, pensó otra cosa: el avión se quedó sin combustible. Que cayó invertido al mar, que el viento, la turbulencia, el estrés del piloto al saber que no contaba con suficiente combustible (que se vio limitado por el excesivo peso que transportaba), efectivamente pudieron ser factores contribuyentes, pero la causa principal fue que el avión se quedó sin combustible".

Eso significa que hubo un instante en que los pasajeros pudieron darse cuentas de que las hélices habían dejado de girar.
El general Maximiliano Larraechea, secretario general de la FACh, quien ofició de vocero luego del accidente, informó a los medios de comunicación que el avión volaba con combustible para tres horas y 40 minutos y el vuelo en cuestión demoró alrededor de tres horas y 30 minutos. Después cambió su versión y dijo que tenía combustible para cuatro horas y 40 minutos.

Combustible v/s peso

Según dijeron los experimentados aviadores consultados por este semanario, "definitivamente, si el avión despegó con 21 personas, el peso sacrificado fue el combustible y eso lo sabe cualquier piloto con un mínimo de experiencia. Entonces, empieza a ser consistente el vuelo a 16.000 pies de altura del Casa 212 en su ruta al archipiélago, porque a mayor altura, menor consumo de combustible. También se entiende por qué la tripulación no respondió los requerimientos del control de radar oceánico cuando se le preguntó la razón por la que, sin autorización, había abandonado su nivel de vuelo de 9.000 a 13.000 pies y luego a 16.000 pies. Lógicamente, los pilotos no comunicarían por radio que estaban con limitaciones de combustible".

Uno de los controladores de turno dejó consignado este hecho en la bitácora, información que por cierto la Dirección General de Aeronáutica Civil nunca le informó al ministro Mera, hasta que éste pidió los reportes del 02 de septiembre de 2011 relacionados con las comunicaciones radiales sostenidas entre los controladores de tránsito aéreo y la tripulación del Casa 212. Recién ahí, por casualidad, descubrió que además habían otros antecedentes resguardados que no le enviaron y, por tanto, tuvo que solicitarlos.

La explicación de la DGAC (organismo dirigido por un general de aviación activo) es que ellos no han omitido antecedentes, sino que responden a lo que se les solicita. Lo mismo ha declarado el general Jorge Rojas, comandante en jefe de la FACh. De esto se desprende que de no haber mediado el oficio del ministro en visita nunca se habrían conocido las comunicaciones entre los pilotos del Casa 212 y los controladores, aún cuando en ellas había información relevante para esclarecer las posibles causas del accidente.

Otro dato importante recogido por Cambio21 es que "el día lunes 5 de septiembre de 2011 el coronel (r) Antonio Monserrat, jefe del subdepartamento de Operaciones de la DGAC, ordenó reunir a todos los pilotos de esa dependencia. La tarea: justificar a como dé lugar, que el avión Casa de la Fuerza Aérea tenía autonomía suficiente para cumplir la misión". En esa misma reunión se analizó la traza de radar de control oceánico en donde, para sorpresa de todos los pilotos que participaban, se pudo observar que el avión Casa 212 de la Fuerza Aérea volaba cercano a los 16.000 pies de altura.

Las hélices "hablan"

Las fuentes del Cambio21 reforzaron su conclusión inicial de la falta de combustible del avión como causa del accidente al ver las imágenes de las hélices, las que se pudieron apreciar gracias a que fueron rescatadas del mar por la Armada. "Éstas refuerzan la tesis de que el avión Casa 212 cayó con sus motores detenidos al mar, lo que fue ampliamente comentado por experimentados pilotos en los medios de comunicación. Pero la Fuerza Aérea se ha empeñado en demostrar lo contrario, así como el fabricante del avión, a quien curiosa e inexplicablemente el ministro en visita le encomendó realizar peritajes, siendo parte interesada. ¿Cómo se explica tamaño despropósito?", se preguntan.

Apenas fueron rescatados desde el fondo marino, los restos del avión fueron trasladados hasta un hangar de la Fuerza Aérea y mantenidos en custodia por su personal, situación de la que un alto oficial de la institución se jactó en una reunión social. Un testigo de sus palabras dijo a Cambio21 que "pudiera este antecedente no ser importante, pero adquiere relevancia cuando el ministro en visita solicita peritajes de la aeronave siniestrada a la empresa fabricante (Casa) pues el comentario de este alto oficial, precisamente apunta en esa dirección. Él dijo: Le recomendamos al ministro que por transparencia le pidiera a la empresa fabricante que hiciera los peritajes a los restos del avión. Claro que ellos están comprometidos; si se portan mal, no hay más compras".

Casa es una empresa subsidiaria de EADS, consorcio europeo fabricante de los aviones Airbus, de la que también es subsidiaria la empresa Eurocopter, fabricante de los helicópteros que poseen el Ejército, la Armada y la FACh, además del satélite chileno, misiles, embarcaciones, sistemas de comunicaciones y navegación y otros que poseen las fuerzas armadas chilenas.

Recientemente la Armada incorporó a su flota dos aviones EADS Casa 295, en los que también están interesados el Ejército y la FACh. Además, hace un par de años la Fuerza Aérea manifestó públicamente su interés por el avión de transporte pesado militar EADS Airbus A 400M.

Entonces, si existe este vínculo entre el vendedor y potenciales compradores ¿será objetivo y transparente el peritaje que Casa realizó a los restos de la aeronave siniestrada, cuando su informe podría comprometer eventuales ventas a potenciales clientes? ¿Por qué no se pidió el peritaje a una empresa neutral de nivel mundial, como la NTSB de Estados Unidos, que es un organismo creíble que investiga todo tipo de accidentes en tierra, mar y aire?

Muchas teorías en torno al accidente han sido refutadas por la FACh, sobre todo lo que han expresado pilotos comerciales de vasta experiencia. Sin embargo, que el informe final de la Junta Investigadora de Accidentes (JIA) diga que fue culpa de los vientos (wind shear) es algo inédito en la historia aeronáutica del país, porque hasta ahora nunca un avión había sido derribado por el viento, según conocedores del tema.

Por lo pronto, la comisión investigadora que formó la Cámara de Diputados ya entregó sus conclusiones. La principal: el Casa 212 nunca debió haber despegado rumbo a Juan Fernández...

Cuestión de experiencia

Solo dos días después del accidente, el secretario general de la FACh, el general Maximiliano Larraechea, afirmó que "la tripulación que operaba el fatídico vuelo era entrenada, capacitada y con experiencia en la zona".

Sin embargo, las horas de vuelo sumadas de los pilotos -los tenientes Juan Pablo Mallea y Carolina Fernández-, sumaban 1.500. Las calificaciones de los pilotos del Casa 212 demuestran que las competencias de Mallea eran, a lo menos, deficientes. La vasta experiencia de la teniente Fernández se remitía a 700 horas de vuelo y sólo la mitad de éstas correspondían al avión Casa 212 (350 horas). A los pilotos comerciales se les exige como requisito 2.000 horas de vuelo para operar hacia Juan Fernández. Es decir, había viajado a la isla pocas veces, menos de las que se informó.

Larraechea afirmó que la piloto, en los últimos dos años, había ido a la isla más de 8 veces, pero sólo calificó como comandante del Casa 212 en febrero de 2011, precisamente en un vuelo a la isla. Finalmente, el teniente Mallea era quien pilotaba la aeronave y la teniente Fernández era la comandante. Ninguno de los dos tenía la experiencia para viajar en condiciones tan adversas, como queda demostrado desde principio a fin de este vuelo, en el cual hubo una cadena de errores.

También el comandante en Jefe de la FACh, el general Jorge Rojas, hizo alarde de su experiencia como piloto al decir en una entrevista, cuando ocurrió el accidente, que "de acuerdo a mi vasta experiencia como piloto puedo afirmar que el accidente se produjo por las adversas condiciones meteorológicas..." ¿Qué experiencia tiene el general Rojas volando a la isla, cuando él es un fighter (piloto de caza) y no de transporte?

Inédita demanda

El general Jorge Rojas, comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile, enfrenta una denuncia interpuesta por el ahora general retirado de aviación Carlos Bertens Utheman, ex comandante del Comando de Combate, quien fue acusado de ser el responsable de entregar en forma tardía datos del peso del Casa 212 .

El 12 de abril de este año, la FACh remitió un informe al ministro en visita Juan Cristóbal Mera donde se reconoce que el Casa 212 habría despegado con un exceso de peso de 165 kilos, equivalente al 2% por sobre el peso máximo de despegue.

El general Jorge Rojas, prestó declaraciones ante el ministro de la Corte Marcial Joaquín Billard, en calidad de inculpado por el delito de calumnias contra un camarada de armas.

En la denuncia Bertens afirma que fueron sus colegas del alto mando de la FACh quienes dilataron la entrega de la información ya que en reiteradas veces eran rechazados sus informes con el argumento "no es lo que nosotros queremos".

FUENTE:CAMBIO21

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