miércoles, 29 de julio de 2015

"Reprimir y no tomar prisioneros": órdenes de la dictadura que originó el siniestro "Plan Lo Curro" origen del ataque a Carmen G.Quintana y Rodrigo Rojas

28/07/2015 |
Por Equipo Cambio21:
Los días 2 y 3 de julio de 1986 la dictadura se sentía atemorizada. Comentarios aseguraban que sus días tenían fecha de término. Así, articularon una respuesta como solamente ellos saben: no tomar rehenes ni entregar heridos en centros asistenciales.
Entre todos los aspectos que han surgido después de que el conscripto Fernando Guzmán rompiera el silencio en las Fuerzas Armadas ante los abusos cometidos en dictadura, un punto ha sido tratado muy superficialmente y merece una atención mucho más exhaustiva y profunda.

El mismo día en que Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negri fueran quemados en la calle, desde el alto mando del Ejército se masifico una circular que determinaba un nuevo plan de acción. Un definido tratamiento de las protestas ciudadanas en un momento en que la dictadura flaqueaba, y que buscaba con represión frenar el surgimiento de la conciencia ciudadana y de la masificación del deseo de sacar al dictador del Gobierno. Así nació el denominado "Plan Lo Curro".

De qué se trató el Plan Lo Curro

Solamente muy pocas personas tuvieron acceso a poder leer este sanguinario manual de acción para reprimir las manifestaciones que se presentaron los días 2 y 3 de julio de 1986, y de entre esas pocas personas se encuentran los abogados de Derechos Humanos Héctor Salazar y Luis Toro.

Si tomamos conciencia, en el marco de esas manifestaciones es cuando fueron quemados Carmen Gloria y Rodrigo. Si contextualizamos, durante esos días se presentó con mucha fuerza la idea de derrocar la dictadura militar, y en el marco de esa realidad es que sus equipos de inteligencia estructuraron un agresivo y metódico plan de reacción. Saldrían a las calles con la orden expresa de no tomar prisioneros. La medida buscaba generar miedo en los manifestantes y escarmentar a cualquiera que demostrara oposición a Pinochet.

Antes de salir a la ronda del 2 de julio, tanto militares, conscriptos como personal más avezado, más los civiles que servían, eran arengados con un sentimiento que se acerca mucho al lavado de cerebro. "Se iría a combatir a los antipatria, a los marxistas, a los terroristas, a los no chilenos", con esa idea en mente salieron de sus cuarteles.

El "Plan Lo Curro" recibe este nombre por su lugar de planeamiento. La casa que el dictador Augusto Pinochet construyó en el sector del mismo nombre al oriente de Santiago. Si bien su diseño se mantuvo mucho tiempo bajo siete llaves, la involucración de muchos profesionales en cuanto a construcción y diseño permitió conocer de a poco las características de lo que para muchos era el "Versalles de Pinochet" y, cómo no, de su esposa Lucía. Se dice que mandó rehacer los baños tres veces porque no le gustaba el color del mármol importado de Europa. Fue tal escandálo que el ministro de OO.PP. debió enfrentar a la prensa y decir que en realidad la casa-palacio era para "los Presidentes de Chile" (hoy es un club militar que se puede arrendar para casamiento y fiestas).

Cuando el Ejército debió entregar información sobre lo sucedido ese día 2 de julio, erróneamente incluyeron el documento que narraba el ordenamiento del plan. Es aquí cuando los abogados Salazar y Toro encuentran y leen el oficio. Rápidamente ese documento es retirado del archivo de los acontecimientos y ocultado hasta nuevo aviso. Pero existió así como sus consecuencias.

El testimonio de la verdad

El abogado Héctor Salazar explicó en qué consistió el Plan Lo Curro: "fue un plan operacional del Ejército desarrollado para aplacar las movilizaciones del 2 y 3 de julio de 1986. Estas movilizaciones originaron temor en las Fuerzas Armadas, pues se tenía la impresión de que podrían acabar con la dictadura. Bajo órdenes directas de la dictadura militar, el Ejército organizó un plan para cubrir Santiago militarmente. Tomamos conocimiento de estas determinaciones mientras llevábamos a cabo nuestras investigaciones", explica Salazar.

"El plan buscó diseñar el ocultamiento y la impunidad de todo lo que se hizo, encubrir los abusos. Todo fue ideado a partir de un plan de contingencia, y este plan se conoce como el Plan Lo Curro. Buscaba desplegar una defensa militar para resguardarse de represalias contra los militares al estar en jaque la dictadura. El plan distribuye al personal y además da instrucciones de qué es lo que se debe hacer estratégicamente. Uno de los puntos de este plan dictaba la prohibición de tomar detenidos, es decir, era una ordenanza a la represión pura y simple", revela el abogado.

El abogado al explicar la suerte del plan, expone que "el documento fue retirado del expediente, solamente pudimos leerlo y el abogado Toro pudo tomar notas de algunos puntos. Tenia algunos bastante sugerentes, pues relacionamos las medidas de las distintas patrullas militares y de esa forma establecimos una regularidad. Cuando el plan fue retirado del expediente habían pasado dos meses desde el día en que lo ejecutaron. A este plan de acción le siguió el silencio en las Fuerzas Armadas, cosa que entorpeció nuestras investigaciones"

"El plan existió, Carmen Gloria y Rodrigo Rojas vivenciaron su agresividad. Fue un plan de contingencia, fue, lamentablemente, la orden del día en los grupos de inteligencia", concluyó Salazar.

El otro abogado involucrado, Luis Toro, también explicó las implicancias del Plan Lo Curro: "en el desarrollo del proceso con muchos factores en contra como la Fiscalía Militar, salvo Carabineros, en esas idas la Fiscalía, por ser el abogado titular de la Vicaría, me correspondía la labor de recopilar información. En esa labor fue cuando, por error del aparato judicial militar, llegó un expediente en donde se detallaba el Plan Lo Curro", dice Luis Toro.

"El plan esbozaba el despliegue territorial que tenía que hacer el Ejército para contener las manifestaciones de los días 2 y 3 de julio de 1986. Detallaba las unidades que participaron, cómo debían comportarse en caso de situaciones graves, y lo más llamativo, el hecho de constatar que no se debían tomar detenidos y que se trataba de un plan de amedrentación y de reacción, y no se debían entregar heridos a centros asistenciales", manifiesta.

"Gracias a este plan podemos entender el accionar de los militares que atacaron a los dos jóvenes el día 2 de julio. El plan posee información valiosa para el ministro Mario Carroza, por lo tanto, yo exijo que los militares le entreguen el Plan Lo Curro para de una vez por todas establecer justicia.


FUENTE: CAMBIO 21

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