Ana González: ¡Aún tenemos patria, ciudadanos!
En el marco de la actividad “Somos Rodrigo”: Fotógrafos exigen justicia para Rojas de Negri, realizado en el GAM esta mañana, que fue un evento cargado de simbolismo y emociones, ya que asistieron la Asociación de Fotógrafos Independientes Histórica, la Unión de Reporteros Gráficos y Camarógrafos de Chile y el Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico, pidiendo el fin del pacto de silencio que mantienen las Fuerzas Armadas y los civiles que participaron activamente de la Dictadura Militar y que consistió en que la gente llevara una fotografía tamaño postal para ponerla en uno de los muros frontales del centro cultural, nos encontramos con la tremenda Ana González, quien, en menos de 24 horas perdió a dos de sus hijos, a su nuera, que se encontraba embarazada y a su esposo Manuel bajo el yugo de la dictadura.
Ana, para todo aquel que se ha interiorizado en materia de derechos humanos es un referente de lucha infatigable y por eso, no pudimos dejar de preguntarle sobre el contexto de esta actividad y lo que está sucediendo en materia de verdad y justicia en Chile, a razón del caso de Rodrigo Rojas DeNegri y Carmen Gloria Quintana.
Cómo ves todo lo que está pasando en materia de Derechos Humanos, ahora que el Caso Quemados está siendo tan mediatizado. ¿Sientes que se está consiguiendo algo de justicia?
Es lo que siempre dijimos: queremos saber la verdad, pero no andamos buscando la venganza. Queremos de ti la verdad para que te limpies.
Nuestra lucha fue siempre de frente y con la cara descubierta. Toda la vida.
Qué opinas de Guzmán, el ex-militar que rompió el pacto de silencio y que contó su versión de los hechos.
Buen pues. Se está comenzando a hablar y la forma en que lo analizó Verónica de Negri es muy buena. Porque eso da espacio para que otros hablen y se convenzan de lo que hemos dicho durante tantos años, de que sólo queremos la verdad. Y no únicamente para nosotros, sino para el ejército mismo, porque yo no echo en el mismo canasto a todo el ejército. En esos años muchos murieron por no cumplir con lo que se les ordenaba. O por ayudar a un preso, como el caso de Michel Nash entre tantos otros. Entonces, de esos hay muchos.
Anita, ¿sientes que este caso en particular se está institucionalizando? Que en alguna medida se está volviendo un “caso emblemático” como lo fue el caso Prats, el Caso degollados o el de Tucapel Jiménez? ¿Crees que de alguna forma, mediáticamente se están exculpando responsabilidades de más?
Este caso siempre ha sido emblemático. A mí me da no se qué. Me da pena (se le llenan los ojos de lágrimas) porque todos son emblemáticos. Lo que pasa hija, es que ellos se enorgullecen por “el bien que le hicieron a Chile”, etcétera, etcétera. Los familiares de ellos también se enorgullecen, pero si es tanto el orgullo ¿por qué no dicen, “esto fue lo que hicimos”? Para que los aplaudamos. Por la muerte, por los desaparecidos, por los torturados y los violados. Ahí hay una contradicción ¿no?
Y respecto del “pacto de silencio” del que tanto se habla. ¿Crees tú que verdaderamente existe?
Ellos pueden hacer y decir todo lo que quieran. El problema es ¿qué hacemos nosotros? Porque aquí, los partidos políticos más cercanos al pueblo, nunca se han tomado verdaderamente en serio a los detenidos desaparecidos ni a los torturados. Entonces, no podemos esperar que el otro lado lo haga por nosotros. Tú ves que a los trabajadores nunca se les da un peso demás. ¿O las moneditas que están pidiendo y eso les cuesta la pega? O que les cuesta la vida, como pasó en la masacre de la Plaza Bulnes, o al mismo Nelson Quichillao. Y yo felicito y me pongo de pie, para ese minero. Tomando las palabras de otro: “Aún tenemos patria, ciudadanos” ¿Cierto que da una alegría inmensa? La misma alegría cuando salieron los pingüinos. Pero luego comenzó el enemigo a meterse ahí. A los encapuchados y los politizaron. Sin darse cuenta ellos mismos, al salir a la calle, cuando marcharon, hicieron una de las políticas más apreciadas en la humanidad: Salir a reclamar por sus derechos.
Qué te parece el rol que ha cumplido la concertación y ahora la Nueva Mayoría en materia de políticas de Derechos Humanos. ¿Crees que se ha hecho lo suficiente? ¿Falta voluntad política?
Yo creo que habría que preguntar, qué remedio hay para la memoria. Sólo eso. Con eso lo digo todo. Todas las víctimas y con eso no me refiero sólo a los que mataron, sino a todas las víctimas en el campo del trabajo, de la vivienda, de los estudiantes, de la salud, qué se yo. Los que murieron lo hicieron por nosotros. Por la patria, murieron por el país y en este país vivimos nosotros. Viven ellos, los que luchan.
Finalmente, Anita, sobre tus propias pérdidas. Sobre tus propios familiares. Cómo te sientes frente a tu situación. ¿Esperas justicia todavía?
Yo creo que eso no depende sólo de mí, sino que de mucha gente que no se ha olvidado de lo que pasó ni de lo que se hizo. Lo que ´pasó, no se olvida ni se va a olvidar nunca. Y para eso estamos siempre, los que están ahora. Por eso insisto en que aún tenemos patria ciudadanos (se ríe). Nunca la esperanza se debe perder. Esto para mí es histórico. Fíjate. Yo me puse al lado de un carabinero. Y él me miraba y fíjate cómo me trató: “señora, yo a usted la conozco” y eso es porque la lucha que yo he dado no ha sido nunca a las fuerzas armadas. Porque en laas Fuerzass Armadas tenemos muchos comandantes y generales que también fueron asesinados y muchos quedaron adentro y los mataron ellos mismos. Nunca vamos a saber cuántos militares fueron muertos por los propios militares. Nunca vamos a saber y me hubiera gustado saberlo; porque a esas familias se les debe tomar tomar en cuenta. Es difícil llegar a las víctimas de los militares. Entre nosotros, nos conocemos por el sindicato, por la escuela, por nuestras agrupaciones. Es más fácil reunirnos. Pero a quién le preguntas tú por loss militares. Y no es justo tampoco para ellos. Y nunca lo vamos a saber.
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