El movimiento Marca Tu Voto irrumpe en el proceso electoral:
AC: sin odio y sin miedo para terminar con la Constitución de Pinochet
Si miramos noticias de hace dos años, la sorpresa puede ser grande. Decenas de voces dudosas, algunas francamente contrarias, que desde el mundo político hablaban de una Asamblea Constituyente como un monstruo parido por el movimiento social. Sin embargo, este domingo no sólo se podrá hacer una lectura de quienes marcaron su voto con el deseo de una AC, mediante tres mil observadores reclutados para la ocasión, sino que, después del 17 de noviembre, el debate va a estar en el centro de las demandas de la ciudadanía.
Era la primera vez que la Asamblea Constituyente se instalaba como tema en una encuesta del Centro de Estudios Públicos. Antes, habían preguntado por ciertas reformas a la Constitución, pero no por el mecanismo usado para reformarla.
Un 44,7% contestó –en el sondeo que abordaba septiembre-octubre– que estaba de acuerdo con ella.
La campaña pide marcar sólo el voto presidencial con un AC, en el extremo superior derecho del sufragio.
Javiera Parada, de MTV, cuenta que han tenido reuniones con varios candidatos liberales. “Hemos tenido conversaciones con algunos dirigentes de partidos de la derecha que, si bien no son partidarios, están llanos a conversar sobre la posibilidad de un nuevo pacto social en el cual nos sintamos todos los chilenos representados”.
Marca tu Voto también ha tenido reuniones con partidos políticos para “cuidar esos votos”. “Estamos completando la articulación con los partidos políticos y candidaturas , cuyos apoderados colaborarán en el conteo de los votos marcados AC por mesa y estamos, también, probando la plataforma de conteo para tener una comunicación expedita el día de la elección por la noche”, cuentan desde MTV.
TODOS FUMAN OPIO
“No nos pongamos a fumar opio”, decía el senador Camilo Escalona en septiembre de 2012 sobre la idea de crear una Asamblea Constituyente.
“Plebiscito para una nueva Constitución”, es un movimiento que también reúne a políticos, académicos, dirigentes sociales y estudiantiles, en torno a esta idea. La iniciativa comenzó a principios de junio cuando diversos actores firmaron, en el Café Torres del Centro Cultural La Moneda, un “Manifiesto Plebiscito para una Nueva Constitución”. ¿La idea? Promover la creación de una carta fundamental democrática para el país y que responda a las demandas sociales. La iniciativa promueve la vía del referéndum nacional que desemboque en una Asamblea Constituyente.
Para Carlos Ominami, una de las voces de este grupo, las cosas vienen cambiando desde 2009 y eso se ha ido extendiendo, “al punto que Bachelet lo tomó con fuerza, se ha ido corriendo la cerca. Va cambiando el sentido común. La pregunta de si necesitamos crear una Nueva Constitución ya está clara. El debate que se viene es si esto se hará vía Congreso o por Asamblea. Ahí estará el debate”, dice el ex senador.
Javiera Parada, de MTV, cuenta que han tenido reuniones con varios candidatos liberales. “Hemos tenido conversaciones con algunos dirigentes de partidos de la derecha, que si bien no son partidarios, están llanos a conversar sobre la posibilidad de un nuevo pacto social en el cual nos sintamos todos los chilenos representados”.
¿Por qué el mensaje ha ido saliendo de la marginalidad y está entrando en el corazón del debate político? El analista político de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, tiene una idea: “La combinación del movimiento Marca tu Voto, que fue capaz de colocar un mensaje y estrategia simple y clara; pero, además, la sociedad chilena hoy está más consciente que ciertas leyes afectan sus vidas, como educación, salud y derechos básicos”.
Si bien el mensaje ha ido creciendo este último año, Ricardo González, coordinador del Área de Opinión Pública del CEP, analiza las cifras en general de la última encuesta: un 44,7% está de acuerdo, un 21,5% no está de acuerdo, un 31% no sabe y un 2,8% no contesta. “El porcentaje de encuestados que responde que no sabe es el más alto de la pregunta sobre propuestas de campaña –seguido por la reforma al sistema binominal, en cuyo caso un 27,4% responde que no sabe si está de acuerdo con esa reforma–. Esto está en línea con el poco interés que muestra la gente sobre los temas políticos, evidenciado, por ejemplo, en la encuesta CEP de julio-agosto 2013, en que sólo un 11% de los encuestados afirma leer noticias sobre política, conversar con amigos y con su familia sobre política. Por lo tanto, me parece que estas cifras apuntan a que el tema no estaría instalado del todo en la opinión pública”.
SIN ODIO, SIN MIEDO…
“Creo que es una iniciativa positiva, hay que buscar formas en que la ciudadanía pueda expresarse (…) se ha sido bastante claro en decir que eso no anula el voto y por lo tanto debe contabilizarse”. La frase no corresponde a ninguno de los rostros que han impulsado la campaña del Movimiento AC, sino que son parte de las declaraciones que este miércoles hizo nada más y nada menos que el ex Presidente Ricardo Lagos.
Muy en su estilo y tono, el ex Mandatario agregó que “no hay que oponerse, porque la duda es si esos votos se van a contar o no se van a contar y, para eso, lo fundamental es instruir a los apoderados de la Nueva Mayoría a que ese voto tiene que contarse”.
Un espaldarazo público no menor a la iniciativa, una señal que abiertamente apunta a tratar de disipar los miedos que hay en sectores del electorado de oposición que no miran con malos ojos sumarse a la campaña de marcar en el sufragio su apoyo a una Asamblea Constituyente, pero que temen que su voto sea anulado en el recuento.
Es precisamente en este grupo del electorado que se cruzan los intereses de este movimiento ciudadano y los del comando presidencial de Michelle Bachelet, porque hay quienes temen que la impugnación de esos votos sea el margen que determine el paso obligado de la abanderada de la Nueva Mayoría a una segunda vuelta.
Las encuestas que baraja la Nueva Mayoría apuntan a que su candidata se encuentra al filo de ganar en primera vuelta, que promedia un 49,9%, que sólo le falta un suspiro y que la orden en la derecha es precisamente tratar de forzar el balotaje.
Desde el comando de Avenida Italia aseguran que “no tenemos una crisis de histeria por los votos que pueden ser anulados”, sin embargo, reconocen que “sí vamos a tomar las precauciones necesarias”, ante el antecedente de que los apoderados que despliegue en cada mesa la Alianza para defender los votos de su candidata, Evelyn Matthei, tratarán de impugnar la mayor cantidad de votos Bachelet que tengan la marca AC y no así en el caso de los llamados candidatos “chicos”, ya que mientras más apoyo tengan ellos más difícil para Bachelet amarrar su regreso a La Moneda la misma noche del domingo.
No es gratuito que, en estos días, saliera la Fundación Jaime Guzmán a pedir que “no se marque” el voto, que la elección es para elegir el próximo Presidente y no para expresar otras demandas, mientras que uno de los jerarcas de la UDI, Jovino Novoa, sentenció que el llamado a marcar AC es “una campaña que le hace mal al país, Chile no está en una situación de crisis como otros países que han tenido que tener Asamblea Constituyente”. En ese contexto, reclaman desde la Nueva Mayoría y AC que es “evidente” el intento por crear miedo.
“Lo que nos preocupa es que termine siendo un arma de doble filo, que quieran pasar por sobre la ley”, dicen desde el comando bacheletista. Eso sí, hay quienes consideran que no es el principal temor, que no llega a ser un “dolor de cabeza”, porque creen que la iniciativa AC ha sido captada solamente por una elite informada y que no será finalmente una expresión mayoritaria en los sufragios, incluso algunos dicen que no serían más de 30 mil en total.
Pero desde AC tienen otra visión. Ya consideran un triunfo que el tema esté instalado en el debate público, que instancias tan relevantes en el proceso como el Servicio Electoral haya hecho un capítulo especial en sus cartillas de capacitación a los vocales de mesa, dejando claro que son votos válidos, que deben ser contabilizados en el recuento. Evitan amarrarse con alguna cifra mínima, un umbral que consideren el piso para declarar la victoria del movimiento, pero dejan en el aire que a nivel internacional las iniciativas de ley populares cuentan con el apoyo entre un 5% y un 10% del electorado que sufraga, un mecanismo que en Chile no existe, pero que marca un antecedente del peso ciudadano que podría tener la Asamblea Constituyente.
La ley es categórica, todos los votos que tengan una marca pero que expresen claramente una sola preferencia, son válidos y deben ser contados. Por lo mismo, el papel de los apoderados será clave el domingo a la hora de los recuentos. La Nueva Mayoría cuenta con unos 40 mil a nivel nacional, lo que casi le permite cubrir el universo total de mesas de votación del país y el Movimiento AC ha reclutado a unos 3 mil voluntarios, que son “observadores”, ya que la ley no los reconoce, por lo que no pueden opinar durante el recuento y sólo pueden contabilizar en silencio.
Lo cierto es que no existe coordinación formal. Desde el comando dicen que efectivamente ha habido conversaciones con el Movimiento AC a nivel regional y comunal en muchas zonas del país, pero que no hay una “bajada oficial” y, por tanto, si algún apoderado de la Nueva Mayoría quiere llevar el recuento de los sufragios marcados “es su decisión”. En algunas partes donde se están coordinando ambos grupos han existido roces, porque los apoderados de Bachelet piden reciprocidad a la hora de defender los votos de su candidata, lo que no ha gustado a muchos en el movimiento.
En todo caso, las gestiones desplegadas estas semanas han llevado a unir fuerzas igual. Sólo en estos días públicamente partidos de la Nueva Mayoría como el PPD, los radicales y el PC han comprometido la colaboración de sus apoderados durante el recuento de votos del domingo para llevar el conteo de las AC que surjan de las mesas y evitar los intentos por anular los sufragios. Se han sumado los Ecologistas, Los Humanistas y, desde el inicio del movimiento –en mayo–, el Partido Progresista.
Pero sobre todo, las gestiones que han resultado claves han sido con el Servel. En el Movimiento AC reconocen que han sido “recibidos todas las veces que lo hemos pedido” y que ha sido un aporte la arremetida pública que ha hecho esta instancia las últimas semanas llamando a cumplir la ley, o sea, a no anular los sufragios presidenciales que tengan una preferencia nítida y que tengan la marca AC. Una y otra vez, el presidente del consejo del Servel, Patricio Santa María, ha salido a explicar las veces que sea necesario que “ese voto se cuenta para la preferencia que está marcada y además se registra, en la parte de observaciones del acta, indicando la preferencia marcada y el tipo de marca, señal, gráfica, sigla, dibujo, etc.”, también ha criticado “el desconocimiento que hay, no solamente en los electores, sino que a nivel de los candidatos respecto de una legislación que debiera ser básica. La carencia de educación cívica es dramática”.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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