sábado, 17 de enero de 2015

Ley laboral: Una prioridad para los trabajadores ha pasado a convertirse en la reforma de la discordia

16/01/2015 |
Por María Cristina Prudant
Durante 35 años los trabajadores han esperado que cambie la legislación que los rige. Los principales anuncios de la iniciativa enviada por el gobierno al Congreso causaron entusiasmo, pero ahora se está desvaneciendo con la reglamentación del proyecto
Fueron muchas las expectativas que surgieron a raíz de los anuncios sobre la Reforma Laboral, que vendría a hacer justicia a los trabajadores después de 35 años, cuando el economista, José Piñera creó el Plan Laboral bajo la dictadura y que es pro empresa y pro capital. El nuevo proyecto prometía equilibrar un poco las cosas entre trabajadores y empresariado.

Éste fue enviado al Congreso y comenzó a ser conocido por todos, especialmente por los trabajadores, representados por la CUT, al menos los que negocian colectivamente. Los dirigentes iniciaron el análisis del texto completo con toda su reglamentación y les quedó un sabor amargo.

Nolberto Díaz, vicepresidente de la CUT, en diálogo con Cambio21 expresó sus reparos señalando que "esto es como el posnatal de Piñera; era bonito el titular pero la letra chica era mala. Aquí es lo mismo. Creo que la intención y el mensaje presidencial son impecables, pero en la redacción del proyecto se equivocaron mucho. Quiero pensar que ha sido de ignorancia con respecto del mundo del trabajo y no de mala fe, y digo esto porque criminalizar la huelga o aumentar las causales para desaforar a los dirigentes sindicales es partir de la base de creer que el movimiento sindical actúa de mala fe".

Ley Hinzpeter

A juicio del dirigente, "en ninguna Constitución democrática se define a la huelga como pacífica. Entonces, nos meten una ley Hinzpeter al interior de la reforma laboral y eso es inaceptable. Creo que el diablo metió la cola no más. Y en ese contexto yo creo que el proyecto tiene espacio para ser corregido, pero borrando por completo algunas ideas que se han puesto acá".

En cuanto al reemplazo el dirigente dice que "el gobierno ha pretendido ir más allá de lo que la propia OIT recomienda. Los servicios mínimos son para cosas esenciales de la población y en lo demás se llega a acuerdo con los trabajadores y no se impone por ley. Según la OIT son aquellos que tienen que ver con la seguridad de la población, la protección de la vida humana. Pero se parte reconociendo el derecho a huelga. Entonces, ahí también hay un espacio para corregir, porque lo que nosotros queremos son los servicios mínimos que dice la OIT, pero el gobierno los quiere para todos. No, no son para todos. O sea, en una zapatería qué servicios mínimos hay que dejar, se apagan todas las plantas. Si en una huelga la empresa no funciona".

"Hay cosas que hay que corregir. Por lo pronto la CUT no concurrirá a la Cámara de Diputados. La decisión se suspendió hasta el 16, cuando el Consejo Nacional de Empleados se reúna", explica el dirigente, quien puntualiza que la CUT no está dividida: "eso no es así".

Es un manifiesto de progreso

En tanto el ex presidente del PS y académico de la Usach Gonzalo Martner expresó a Cambio21 su conformidad con la Reforma Laboral y recordó que en esta materia "se viene de tan atrás", que el proyecto "no es ideal, pero es un manifiesto progreso".

Esto, a su juicio, porque aborda "en buena medida la cuestión principal, que es la de las condiciones para una negociación colectiva efectiva. Actualmente las cifras varían según los años, pero no llega a 5% entre los trabajadores que negocian colectivamente y la sindicalización anda por el 8 y 9%. Entonces, desde el momento en que se establece esta titularidad sindical en la negociación colectiva, la necesidad de que la extensión de beneficios a los que no están sindicalizados requieran acuerdo del sindicato y la obligación de información, en fin, toda una serie de características que están en la ley, a mi juicio, es muy positiva".

"Donde probablemente hay mucha gente inquieta -y yo le encuentro razón-, es en la ampliación de los temas de negociación colectiva, porque ahí se establece una mecánica de negociación con una duración máxima de tres años y con ciertos límites de la cuestión de las horas extraordinarias y las jornadas de trabajo que pudieran, como fruto de acuerdo entre las partes, ser objeto de derogación en aspectos de normas generales. Ahí hay un signo de interrogación en el sentido de si hay auténticos acuerdos; no es una imposición desde el lado patronal y de los empleadores si, en materia de jornada, de distribución de las horas extraordinarias, las partes encuentran un terreno común de intereses compartidos. Si es así, bienvenido sea", detalla Martner.

El analista no cree que la intervención de la Inspección del Trabajo les quita autonomía a los sindicatos. "Cuando una parte es débil, y los sindicatos son débiles en la negociación colectiva, que haya una vigilancia y, eventualmente, un arbitraje por un órgano del Estado me parece que es un gran progreso. Eso es lo que ocurrió en la ampliación generalizada de la negociación colectiva por ramas en Uruguay, en donde al final el ministerio del Trabajo es el que tiene facultades de arbitraje muy generalizadas. Yo no he escuchado ninguna queja sindical en Uruguay por eso, al contrario. Desde algún purismo se podrán quejar que para qué interviene el Estado; bueno, para eso está el Estado, para poner equilibrio entre las partes".

No es una reforma potente

Gonzalo Durán, economista de la Fundación Sol, explicó a Cambio21 que "en el año 79 José Piñera, ministro del Trabajo, realiza un plan sindical, porque si bien se llamó Plan Laboral él mismo econoce que era un plan sindical, porque afectaba las relaciones colectivas, lo que era sindicalismo, derecho a huelga y negociación colectiva. Básicamente, ahora se trata de entrar en esa área y, por lo tanto, no tiene nada de malo denominarla reforma sindical".

"La connotación que le han tratado de dar los sectores más de derecha es decir que en realidad esto le impacta a un grupo muy reducido de trabajadores y, por lo tanto, quedan muchos afuera y eso sería un problema. Tampoco estoy de acuerdo con eso, porque de alguna manera hoy el sindicalismo está como está producto de lo que se hizo en el año 79, lo que se mantuvo por los gobiernos sucesivos. Se requiere una renovación estructural en términos de que se restituya el poder de negociación de los trabajadores", dice Durán.

En cuanto al proyecto de Reforma Laboral precisa que "cuando uno revisa la reforma y lo que se presenta en el Congreso, para nosotros es paradójico, porque en el mensaje el argumento que se da para realizar una reforma, nosotros los compartimos en el fondo. Tiene que ver con que el sindicalismo tiene una tasa de cobertura de negociación que es de un 8,4 % según la última cifra. De alguna manera la negociación colectiva no permite mejorar la distribución del ingreso".

Mayor cobertura de negociación colectiva

"Para nosotros el problema principal del proyecto tiene que ver con una ausencia que es clave: la Presidenta dice que quiere aumentar la cobertura de la negociación colectiva, pero cuando tú vas a ver qué es lo que propone para aumentarla se señala que ahora podrán negociar los trabajadores con contrato por obra o faena, los de aprendizaje (que antes estaba prohibido), pero eso es mínimo. Aquí lo que se necesita para aumentar la cobertura es que se abra la posibilidad de negociar por ramas de actividad económica, por sector, que es lo que sucede en el 90% de los casos de la OCDE y como pasa en Argentina, Uruguay y Brasil. Eso es simplemente ponerlo en el estándar normal de lo que son las relaciones industriales en otros países y en Chile esta reforma eso no lo toca", especifica el economista.

Para Durán "el corazón de un cambio estructural al modelo de relaciones laborales y por así decirlo lo que son estos pilares del Plan Laboral se tocan, pero hay como arañazos, simples raspones pero siguen totalmente vigentes. Porque no se toca la negociación por ramas y, en segundo lugar, la idea de la huelga es que paralice, si no, no tiene sentido. Una huelga que no paraliza, no es huelga".

La CUT toma medidas

Motivados por la molestia que generan temas como el tiempo que tomará la implementación del proyecto, el artículo 384 y el piso mínimo que incluya el IPC, la CUT, decidió abstenerse de participar en las reuniones con la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados en el marco de la discusión por la reforma laboral.

La presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, informó que otro aspecto que genera molestia tiene que ver con "la tutela autosindical y la excesiva limitación del Estado en los procesos de negociación, lo que le resta autonomía a la contraparte para poder hacer un proceso de negociación".

Figueroa se quejó además que en el proyecto, en lo relativo a libertades sindicales, se establecen nuevas sanciones para la pérdida del fuero del dirigente sindical "que no se condicen en absoluto y, más aún, entran en contradicción con el mensaje presidencial".

Además, señaló que por esta razón solicitarán una reunión con los ministerios de Trabajo y Hacienda, "para que podamos aclarar este debate".

Respecto de los doce meses que se demorará la implementación de la reforma laboral, Figueroa puntualizó que "lo que parece significativo es el período en que entraría en vigencia el proyecto. Esperar un año nos parece excesivo; tampoco fue discutido ni fue informado. Nosotros nunca esperamos colegislar en materia de proyecto de ley, pero al menos debe dejar las claridades plenas de cuál iba a ser el contexto del proyecto".

Empresariado reiteró críticas a reforma laboral

Andrés Santa Cruz, presidente de la CPC, siempre ha sido enfático en criticar el proyecto pues, a su juicio, no sirve para generar nuevos empleos. Reiteró sus cuestionamientos, afirmando que no es una buena reforma y que incluso el ministerio del Trabajo ha apelado a documentos inexistentes para respaldarla.

"Esta reforma laboral no vemos en qué momento está apuntando a lograr más empleos, mejores empleos, mejores remuneraciones y aumento de la productividad de la empresa. Si esta fuera una gran reforma laboral por qué no la aplican desde hoy al sector público, no les cuesta nada", dijo Santa Cruz.

"Nos llamó la atención el análisis en que se hace referencia a una recomendación de un informe de la OIT, no hay tal informe", añadió el líder gremial.

En la misma línea, el presidente de la Conapyme, Rafael Cumsille, aseguró que no está seguro de la idoneidad de un proyecto que, a su entender, puede quedar con la sindicalización obligatoria.

"Yo no sé si beneficia a los trabajadores el presionarlos para que paguen cuotas a un sindicato. Yo no sé si los beneficia cuando tienen buenas relaciones con sus empleadores", indicó el presidente de Conapyme.

Tras estos comentarios, la CPC aclaró que Santa Cruz cometió un error al declarar que no existía el informe de la OIT nombrado en la reforma.

Ministra Javiera Blanco: Cambio positivo

La ministra del Trabajo, Javiera Blanco, está convencida de que esta reforma es un cambio positivo y, por lo mismo, el Ejecutivo espera una tramitación rápida.

"Estamos incorporando un proyecto tremendamente robusto y que ha sido dialogado. Estamos seguros que el diálogo en el Parlamento va a ser igualmente serio, igualmente relevante y esperamos que pueda tramitarse con celeridad", dijo.

La ministra descartó que la iniciativa obligue a los trabajadores a sindicalizarse y enfatizó que se mantiene la libertad sindical.

La secretaria de Estado aseveró que luego de varios meses "hemos llegado a la convicción que lo que estamos presentando es un proyecto bueno para el país. Este no es un proyecto de uno contra otros, no es para unos pocos; es un proyecto para Chile, es un proyecto para la clase media, que hoy quiere llegar a su trabajo tranquilo, que lo escuchen, a tener una contraprestación justa. Este proyecto va a dar respuesta a muchas de esas necesidades".

Blanco explicó que "esta agenda que va a permitir modernizar las relaciones laborales, es una agenda que también queremos llevar a las regiones. Creemos que es muy importante que los trabajadores y trabajadoras en nuestras regiones puedan saber los enormes beneficios que van aparejados a este proyecto, que moderniza el diálogo entre empleadores y trabajadores".



FUENTE: CAMBIO 21

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