domingo, 18 de enero de 2015

La idea es ser una alternativa de gobierno

Allamand llama a la unidad de la derecha en un solo partido político y pide terminar con la cohabitación con los negocios

“Los poderes fácticos empresariales, como ha quedado demostrado, siguen interviniendo en la gestión política de la centroderecha. Es fundamental generar esa separación de aguas con la influencia indebida del dinero, por una razón muy simple: lo fundamental de un partido político es que la gente lo perciba como totalmente orientado al bien común”, explica el senador RN.
La amenaza que significan para el país la agenda del Gobierno, específicamente el cambio del sistema electoral que fue recientemente aprobado en el Congreso, constituyen a juicio del senador RN, Andrés Allamand, el escenario propicio para que la centroderecha se una bajo el alero de un partido único, tal como ocurrió en España y Francia.
Allamand indicó que ha llegado el momento de dar vuelta la página de las disputas internas y es por eso las nuevas generaciones son las que deben conducir este proceso, en el que espera que confluyan Renovación Nacional, la Unión Demócrata Independiente, Evopoli, Amplitud, Avanza Chile, centros de pensamiento, independientes e intelectuales afines al sector y espera que también el PRI.
“Insistir en la formación de una nueva coalición no resuelve el problema ni da el ancho. Lo hemos intentado una y otra vez cambiándole el nombre y no ha resultado. Ha llegado el momento de dar un paso definitivo a la unidad”, indicó.
Agregó que “los liderazgos históricos debemos acompañar este proceso y también hacer un mea culpa: no tuvimos la suerte para separar aguas a tiempo entre los negocios y política. Tenemos que garantizar a la opinión pública que nuestra actuación va a ser autónoma de los intereses empresariales. Hay que terminar con la cohabitación entre la derecha y los negocios”.
En declaraciones a El Mercurio, el senador opositor sostiene que su idea has sido abordada “muy en borrador” con el senador UDI, Hernán Larraín y el diputado de Evópoli, Felipe Kast, tomando la experiencia ocurrida en España con Partido Popular y la Unión por un Movimiento Popular en Francia.
Sin embargo, el legislador explica que tal proceso debe venir acompañado de un cambio de actitud de la Alianza que parta por “garantizar absolutamente a la opinión pública que nuestra actuación va a ser autónoma de los intereses empresariales. Hay que terminar con la cohabitación entre la derecha y los negocios”.
Respecto a que el Pentagate reflota la relación entre la derecha y los empresarios, Allamand explica que “los poderes fácticos empresariales, como ha quedado demostrado, siguen interviniendo en la gestión política de la centroderecha. Es fundamental generar esa separación de aguas con la influencia indebida del dinero, por una razón muy simple: lo fundamental de un partido político es que la gente lo perciba como totalmente orientado al bien común. Eso significa que los partidos deben ser particularmente cuidadosos de su autonomía a la hora de designar candidatos, de organizar campañas, de denunciar los abusos  y de impulsar políticas públicas”.
Además, estima que lo anterior no se soluciona con una le de financiamiento, sino que dé un giro radical porque “nuestra recuperación política depende de que la opinión pública perciba que operamos con completa autonomía de los actores económicos. La gente no nos va a volver a creer cuando sienta que defendemos con la misma fuerza a los emprendedores, y a los consumidores. Cuando sienta que tenemos tolerancia cero frente a los abusos empresariales, y que bajo ninguna circunstancia avalamos conductas que son ilegales”.
En cuanto a la idea de eliminar los aportes de las empresas, el senador RN sostiene que ese es un “sueño de quienes quisiesen que el Estado fuera el único elemento de financiamiento de las campañas. Eso atenta contra el buen devenir del sistema democrático”.
“Desde hace bastante tiempo al interior de la derecha existe esta idea tan equivocada de que la política y las elecciones se ganan con una astronómica cantidad de plata, que los candidatos son tremendos productos comerciales, que lo importante no son las ideas, sino que el marketing, y que todo el trabajo político, con los ciudadanos, el trabajo de base, el que efectúan los partidos, da exactamente lo mismo, porque basta con encontrar un candidato que se puede tratar como si fuera un producto comercial”, menciona.
Allamand mantiene sus críticas al cambio del sistema electoral del binominal a uno proporcional, ya que la “clave de la gobernabilidad en Chile y de los éxitos del país en los últimos 20 años fue que se logró combinar adecuadamente los tres elementos que le dan gobernabilidad política a un país: régimen político, sistema electoral y sistema de partidos. Cada vez que el régimen presidencial se mezcla con sistemas electorales proporcionales, el sistema tiende a funcionar mal. Lo que hemos hecho es simplemente desarticular uno de los elementos fundamentales de la gobernabilidad democrática de los regímenes presidenciales, que es tener un sistema electoral funcional al régimen presidencial. Esto va a afectar hacia el futuro la gobernabilidad democrática, como ya le afectó a Chile antes del 73, y como les afecta hoy a todos los países de América Latina que combinan presidencialismo con sistemas electorales proporcionales”.
“Yo pienso que en una lógica de sistema proporcional, la centroderecha debe abrirse a la convergencia en un solo partido político”, sostiene y explica lo ocurrido en 1987 cuando se intentó articular un solo partido y que, posteriormente, dio origen a RN y la UDI.
“Hace 20 años el intento unitario fracasó por razones que hoy no existen. El gobierno militar influía mucho en la vida de RN. Además, RN era muy pionera en materia de democracia interna. Establecía el principio de un hombre, un voto. Pero 20 años después ese principio es de común aceptación. Hoy los mecanismos de transparencia, de participación, de competencia democrática, de elección democrática de autoridades, están mucho más avanzados y están en la cultura de los partidos”, precisa.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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