Jesuita torturado en Argentina habla de Bergoglio y la Dictadura: “Me concilié con todo lo ocurrido”
15 de marzo de 2013 -
13:31 |
Por:
Quéopinas
La orden jesuita en Alemania salió hoy al paso a la polémica por
la presunta colaboración de Jorge Mario Bergoglio con la dictadura
argentina y afirmó que el sacerdote secuestrado por la Junta está “en
paz” con el Papa, al que desea un buen pontificado.
Franz Jalics, secuestrado en 1976 cuando Bergoglio era Provincial de
Buenos Aires y actualmente retirado en la pequeña localidad bávara de
Wilhelmsthal, junto a Kronach, “está en paz” con el papa, ya que “aclaró
en su momento esa cuestión” indicó a Efe Thomas Busch, portavoz de la
orden jesuita en Alemania.
“Hizo las paces, están en paz”, insistió esa fuente, quien confirmó
que el sacerdote está en Hungría -su país natal- y no prevé regresar a
Alemania hasta el 10 de mayo, para remitirse luego a la declaración del
propio Jalics, difundida este viernes en la página de internet de la
orden.
“Deseo al papa Francisco la bendición de Dios en su pontificado”,
expresa el sacerdote en ese comunicado, que empieza recordando la época
en que ejerció en una villa miseria bonaerense, donde fue secuestrado en
1976 y torturado durante meses por la dictadura.
“Desde 1957 vivía en Buenos Aires”, empieza el sacerdote, nacido en
1927 en Budapest, para explicar a continuación que en 1974, “por
voluntad interna”, decidió ejercer su tarea evangélica en medio de “la
horrible miseria”, en ese barrio bonaerense y con permiso de Bergoglio.
Jalics recuerda que la Junta argentina desató una situación “similar a
una guerra civil”, que en dos años asesinó a 30.000 personas, incluidos
“inocentes”, y afirma que en su villa miseria no tuvieron contacto “ni
con la guerrilla” ni con los militares.
La Junta cayó sobre ellos tras la desaparición de uno de sus
colaboradores durante nueve meses, sí vinculado con la guerrilla, que
probablemente bajo tortura puso a los sacerdotes en situación
comprometida por sus declaraciones.
Ahí se produjo su detención, un interrogatorio durante cinco días, en
el que aparentemente sus torturadores admitieron su declaración de
inocencia, pese a lo cual, según su relato, siguieron cinco meses más de
secuestro, “con los ojos vendados y atados”.
Jalics afirma no poder hacer “declaración alguna” sobre el papel que
Bergoglio pudo haber desempeñado en ese periodo, explica que tras su
liberación dejó Argentina y añade que años después, siendo este
arzobispo de Buenos Aires, pudieron hablar “de lo ocurrido”.
El jesuita se refiere ahí al viaje realizado por invitación del
arzobispado bonaerense a la capital argentina, donde se produjo esa
larga conversación a la que aludía el portavoz alemán de la orden, cuyo
contenido no revela.
“Me concilié con todo lo ocurrido y lo di por cerrado”, apunta al
respecto el religioso, quien fue secuestrado junto con el también
jesuita Orlando Yorio, de la misma villa miseria.
Yorio falleció en 2000 en Uruguay, mientras que Jalics se trasladó a
vivir a Alemania en 1978 y ahí escribió un libro sobre meditación desde
su retiro espiritual, situación en la que sigue.
La cuestión de la presunta colaboración del papa Francisco con la
Junta fue abordada ya abordada años atrás por el periodista argentino
Horacio Verbistky y ahora resurgió tras la elección del pontífice.
El propio Bergoglio contestó a las acusaciones en 2010, en el libro “El jesuita” y rechazó tal colaboración.
El activista de derechos humanos y Premio Nobel de la Paz argentino
Adolfo Pérez Esquivel rechazó estos días esas acusaciones desde la
televisión británica BBC, donde dijo que “hubo obispos que fueron
cómplices de la dictadura argentina, pero Bergoglio no”.
La declaración escrita de Jalics se produce en medio del cierto
revuelo mediático, en Alemania y en Argentina, por tratar de localizar
al sacerdote, de 85 años.
Según explicaba la radio pública bávara Bayerische Rundfunk (BR),
Jalics lleva una existencia de retiro en la mencionada población bávara y
su viaje a Hungría había sido planeado tiempo atrás.
El portavoz de la orden insistió que el jesuita no se ha “escondido”
para evitar el revuelo mediático y que su viaje no tiene nada que ver
con la elección del papa.
FUENTE: EL DINAMO
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