domingo, 24 de marzo de 2013

Conflictos sin solución: Concesiones amarradas en Santiago y Providencia provocan millonarias pérdidas y grave daño patrimonial

Por María Elba Troncoso.
Las alcaldesas Carolina Tohá y Josefa Errázuriz están luchando por recuperar espacios emblemáticos como Fantasilandia, el Castillo Hidalgo y la Corporación Cultural. Este último, postrer bastión de la dictadura en Providencia
Sin actividad cultural e incluso en completo abandono se encuentran en Providencia el Instituto Cultural, el Museo Parque de las Esculturas y el Centro Cultural Montecarmelo. Es más, sólo basta dar un vistazo en Pedro de Valdivia con 11 de Septiembre (la sede del Instituto Cultural pinochetista) para ver cómo crece la maleza y que incluso una persona indigente hizo del Palacio Schacht su hogar.

En Santiago, en tanto, el Municipio recibe un pago irrisorio por el arriendo de lugares de esparcimiento que cobran grandes sumas a los usuarios, como Fantasilandia, los estacionamientos del Parque O`Higgins y el Castillo Hidalgo en el cerro Santa Lucía.

La razón es la misma: las concesiones amarradas por las administraciones del pasado. Una muestra más de las dificultades de la transición de gobiernos locales.

Enclave pinochetista

La Corporación Cultural de Providencia, es el uno de los últimos bastiones que conserva el ex alcalde Cristián Labbé en la comuna. Es dirigida por Osvaldo Rivera Riffo, quien al igual que el coronel Labbé, participó activamente de la dictadura. Fue jefe máximo de la organización encargada de la censura de prensa, la Dirección Nacional de Comunicación Social, DINACOS, entre marzo de 1983 y marzo de 1985; como todos los de su condición, fue un acérrimo detractor del pensamiento político social de centro-izquierda.

El presidente del directorio de la Corporación es Francisco Javier Leturia Mermod, perteneciente al exclusivo anillo chico del líder gremialista Jaime Guzmán, con quien en septiembre de 1983 fundó la UDI. El asesor jurídico es Juan Jorge Lazo, miembro de la comisión política de la colectividad y entre sus más destacados miembros figura el ex vicecomandante en Jefe del Ejército y de presidente de la fundación Pinochet, general en retiro Guillermo Garín.

La Corporación Cultural de Providencia fue creada el año 1982 con el fin de promover y difundir el desarrollo de las Artes. Sin embargo, el año 1988 se cambiaron los estatutos, quitando atribuciones a la municipalidad que queda sólo representada por el alcalde.

Así, la corporación se convirtió en un enclave supuestamente a salvo de los vaivenes de la política, ya que administrativamente podían hacer y deshacer sin rendir cuenta de sus actos.

El actual encargado de cultura del municipio, Eugenio Llona, explicó que aquel "fue un proceso ajustado a la legalidad vigente", pero que en la práctica dejó marginado del directorio a la máxima autoridad comunal. "Se trata de una corporación creada por la municipalidad, financiada por ella, que funciona en recintos municipales, y tiene estatutos que impiden la participación municipal, lo que resulta insólito".

Una vez al año, la mentada corporación presentaba un programa en forma muy genérica, recibía fondos, y posteriormente entregaba una rendición de cuentas, nada más.

Recuperar la tuición

Explicó que la gestión cultural de la actual administración será muy distinta a la de Labbé. Con aprobación del concejo municipal, en enero decidieron terminar el convenio. "Nosotros entendemos la cultura como el poner el valor agregado a la vida interior de las personas y que los vecinos participen de la generación de planes culturales, que utilicen los espacios públicos y que recuperemos la identidad de nuestros barrios", expresa.

Sólo el año pasado, la subvención municipal entregada a la corporación fue cercana a los mil millones de pesos. Entre otras cosas, servía para financiar millonarios sueldos, que en el caso de Rivera Riffo llegaba a ocho millones de pesos mensuales.
En un principio Rivera había anunciado que sólo se iría de su cargo a cambio de una indemnización por 16 años de servicio ($128 millones), pero después tuvo que retractarse.

Para presionar a las autoridades, cesaron todas las actividades en los recintos que administraban y dilatan su entrega, afectando seriamente el patrimonio.

El daño patrimonial

El daño patrimonial es severo. En el recinto que ocupa la corporación, en Pedro de Valdivia esquina 11 de septiembre, aloja actualmente un vagabundo, se acumula basura por doquier y está convertido en baño público. El deterioro también alcanza al museo de Los Tajamares y al Parque de las Esculturas.

El concejal de la comuna, Nicolás Muñoz (DC), consideró que hay motivaciones políticas y económicas de fondo. "Están tratando de defender la obra de Labbé y el director Rivera quiere una indemnización desproporcionada, que no corresponde".

En conversación con Cambio21, dijo que este problema tiene que ver con el cumplimiento del mandato ciudadano "y si una autoridad tiene un compromiso en la materia, tiene que poder hacerlo y no que un tercero asociado sea quien defina lo que se hace en cultura, eso es ridículo".

El concejal David Silva (PS), expresó que la actitud de "dejar botados" los recintos es "lamentable" y demuestra "un muy mal sentido de la responsabilidad" de Rivera, Leturia y los demás. Agregó que "esta actitud de la derecha de tercerizar la cultura no resiste análisis. Es una forma muy limitada, torpe y censuradora, que va en contra de la esencia de la cultura".

Cerró indicando que "el municipio está haciendo lo correcto al asumir con responsabilidad una visión de la cultura integradora, rica y significativa".

"Corporación fundamentalista"

Quien conoce muy bien Providencia es el actor, vecino de toda la vida y ex concejal de la comuna Julio Jung, quien acusó a la corporación de descuidar los locales y de discriminar la cultura.

"Nadie está en contra de una corriente política legal, estamos hablando de la cultura, que debe ser libre, respetada y soberana y la gente debe tener la libertad para que su municipalidad la entregue y de todo tipo".

El actor dijo a Cambio21 que "el daño a la comunidad es terrible, por la persistencia de los que se están quedando en una batalla para defender intereses personales y prebendas políticas que ya no tienen".

"Esta corporación censuró, fue fundamentalista, quiso crear la cultura que a ellos les parecía. Benmayor, Bororo, Balmes y Roser Bru no fueron considerados pintores, ni Ángel Parra Trío ni Los Tres fueron convocados a los festivales de jazz. Es tan simple como eso".

Santiago pierde plata

Apenas asumió como alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá anunció una revisión completa al interior del municipio. La sorpresa se la llevó cuando al analizar los contratos de concesiones, comodatos y arriendos que el municipio mantiene con privados. Vio que muchos de ellos que fueron renovados o que no fueron actualizados, dejan en claro que se actuó de manera negligente, cuando no de mala fe. Evidentemente, no se salvaguardaron los intereses de los santiaguinos.

El más sorprendente de los convenios es el comodato de Fantasilandia, suscrito el año 1977 y renovado en 1995 por la administración del ex alcalde Jaime Ravinet hasta el año 2022, con un pago mensual de un poco más de cuatro millones 800 mil pesos.

Según los estudios del mismo municipio, ese monto de arriendo es menos del tercio que debiera cobrarse, de acuerdo al avalúo de los terrenos y está muy por debajo de los 100 millones que se estima gana este parque de entretenciones en un puro fin de semana.

Otro de los convenios revisados fue el del Castillo Hidalgo, construcción de 1816 ubicada en lo alto del cerro Santa Lucia. Actualmente para conocerlo se debe concertar una visita y sus administradores se concentran en hacer eventos por los que cobran millonario monto en arriendos.

De acuerdo a averiguaciones hechas por este medio, el arriendo del local para un evento del tipo fiesta de matrimonio, la tarifa oscila entre $2,5 y $4,5 millones, dependiendo de si es temporada alta (de septiembre a abril) o baja, además de la mayor o menor demanda que exista por determinado fin de semana. Las reservas deben hacerse con muchísima anticipación.

Con el Castillo Hidalgo no se ha generado la fórmula de contrato de concesión, pese a lo cual, también bajo la administración de Jaime Ravinet, el año 1996 se le entregó la licitación por 17 años a un grupo privado, el cual vence a fin de año.

El actual gerente de esa concesionaria, Andrés Honorato, dijo a La Segunda que habían gastado 2 millones de dólares en alcantarillado, ascensor y otras reparaciones del edificio que, según el ex alcalde Ravinet, "era una ratonera".

Honorato sostiene que no se sienten responsables de que nunca se haya suscrito un contrato con el municipio y que piden seguir administrando el castillo "hasta recuperar la inversión" .
La alcaldesa Tohá, en tanto, ya adelantó que pondrán entre las bases para quienes postulen proyectos para Castillo Hidalgo que posibiliten un uso abierto del recinto, con cafés, librerías, tiendas de artesanía y espacios culturales.

Con la misma premisa, dejó sin efecto el contrato de los estacionamientos al interior del Parque O'Higgins. "Los parques deben usarse como áreas verdes y no como estacionamientos", dijo la alcaldesa Carolina Tohá al respecto. Adelantó que en el sector se planea la construcción de estacionamientos subterráneos que sirvan tanto al parque como al Centro de Justicia.

Hasta el momento, la postura del municipio es renegociar los contratos, a lo que los concesionarios han respondido positivamente en principio.

Las medidas anunciadas han tenido amplio apoyo, "Estoy muy de acuerdo con lo que está haciendo la alcaldesa Tohá", señaló el concejal Ismael Calderón(PS), quien fue uno de los que pidió revisar en contrato cuando ocurrió el accidente durante el verano.

El concejal calificó la situación como "irrisoria". En conversación con Cambio21 dijo que si bien la situación es muy distinta desde que se realizaron las concesiones, pero especialmente en el caso de Fantasilandia "la voluntad política no existió en los gobiernos anteriores. Lavín, Alcaíno y Zalaquett no tuvieron el interés político para revisar una concesión que claramente va en contra del erario municipal".

En ese sentido, la crítica apunta a que los contratos no fueron previsores ni velaron por el beneficio de los habitantes de la comuna.
Al respecto, el concejal Pedro García (DC), se mostró confiado en que primará "el buen criterio entre las partes" y que los contratos "se puede mejorar", especialmente considerando el cambio de las circunstancias, "por ejemplo que el ingreso per cápita subió de 3 mil dólares en los 90, a 20 mil en la actualidad."

Entrevistado por Cambio21 dijo que "hoy en día las licitaciones deben hacerse pensando a largo plazo, antes esto no se consideraba y tampoco se apreció que podría haber tanto desarrollo."

FUENTE: CAMBIO 21

No hay comentarios:

Publicar un comentario