sábado, 23 de marzo de 2013

PLNATACIONES FORESTALES: ECOCIDIO PURO!
EL EUCALIPTO Y SUS IMPACTO EN EL AGUA 

Según afirma Luis Alberto Soares, uno de los autores del libro “Promesas de empleo y destrucción del trabajo – el caso de Aracruz Celulosa en Brasil-”, Paolo de Tarzo, una de las mayores autoridades forestales de Brasil - favorable al cultivo de eucalipto – dice que este árbol, en su fase de crecimiento, consume demasiada agua. Otros ingenieros forestales afirman que cada árbol de eucalipto consume… ¡200 litros de agua por día! En cada hectárea se plantan 1.100 árboles de eucalipto, lo que significa que una hectárea de ese tipo de plantación consume diariamente… ¡220.000 litros de agua!

La fase de crecimiento del eucalipto abarca sus primeros 10 años. Durante este período, el eucalipto consume la mayor cantidad de agua, Aracruz cosecha los eucaliptos a los seis años, es decir en pleno desarrollo y cuando mayor es el consumo de ese líquido vital.

La edad adulta del eucalipto parte desde su primera década de vida. Sólo entonces, consume la misma cantidad de agua que cualquier otro árbol. Mientras tanto, el eucalipto, comparado con las otras especies vegetales, es el árbol que más agua requiere. Si le bastase una cantidad módica para sobrevivir, permitiría que las otras especies contaran también con líquido suficiente para sí mismas. Desgraciadamente la realidad es justamente la inversa.

La planta de celulosa de aracruz y el agua

La planta de celulosa de Aracruz consume una cantidad de agua similar a la que necesita una ciudad de dos millones y medio de habitantes por día (la ciudad de Guayaquil, por ejemplo, en el caso ecuatoriano). Aracruz necesita entre 40 y 50 metros cúbicos de agua para producir una tonelada de celulosa. Para producir 3.500 toneladas de celulosa diarias, consume 1’750.000 metros cúbicos de agua.


En el Municipio de Aracruz, la fábrica de ese nombre empezó a funcionar en 1976. Para abastecer de agua a su planta de celulosa, la compañía represó tres ríos (Santa Juana, Santa Maria y Doce).

En 1997 el gobierno estatal de Espíritu Santo invirtió 1’050.000dólares para abrir un canal de aproximadamente 50 kilómetros. Su objetivo era desviar el agua del río Doce hacia el río Comboyos. El caudal de agua es conducido a la represa de la compañía. Su propósito: abastecer la demanda de agua de la planta de celulosa.

El mencionado desvío trajo graves problemas ambientales y sociales para las comunidades locales. Al mezclar el agua aumenta el volumen del río Comboyos e inunda uno de los pocos pedazos de tierra agrícola de los Tupinikim. El territorio del pueblo indígena Tupinikim hoy está en su mayor parte plantado de eucaliptos. Otra parte queda a orillas del mar; por lo tanto, estas tierras no pueden ser cultivadas. Restan así, como tierras agrícolas, únicamente las orillas del río Comboyos. Este territorio es constantemente inundado por Aracruz al liberar el agua del río Doce y unirlo con el Comboyos cuando la fábrica la necesita para su producción.

Por otra parte, el río Comboyos era la fuente de agua limpia para el uso de la población Tupinikim y otros pueblos asentados a sus orillas (baño, pesca uso doméstico y recreación). El río Doce, aguas arriba, tiene un alto grado de contaminación química, provocada principalmente por la minería. A consecuencia de esto los Tupinikim tienen muchos problemas de salud, principalmente en la piel, y graves problemas de alimentación: ya no disponen de pesca ni tierra cultivable.

Los pueblos afectados por aracruz celulosa

Los Quilombolas: Un Pueblo Afro Brasileño Siempre Rebelde

Los pueblos quilombolas están ubicados en el extremo norte de Espíritu Santo, en la región de San Pedro del Norte. Comprende parte del municipio de Concepción de la Barra y San Mateus. Su historia empieza en el siglo XVI, cuando los africanos eran sometidos a una cruel cacería y llevados a Brasil para trabajar como esclavos en las haciendas de la región. La mayoría de los quilombolas descienden de la nación Banto de Africa, gente libre y valerosa.

Los esclavos que lograban huir de las haciendas, se refugiaron durante siglos en la selva atlántica. Protegidos por la tupida selva y los ríos caudalosos, los quilombolas vivieron libres. Pero, en las tres últimas décadas, la historia cambió. A comienzos de la década del setenta, en forma violenta, Aracruz Celulosa inicia un proceso de apropiación de las tierras quilombolas. Con el apoyo militar, y a través de la presión sobre la tenencia de la tierra, Aracruz forzaba a los quilombolas que tenían documentos de propiedad a vender sus tierras. Por ejemplo, en caso de que la compra de tierra fuera de 5 hectáreas, Aracruz se apropiaba de 10. A quienes no tenían títulos de propiedad, la empresa arrebataba los territorios con violentos desalojos.

La invasión del territorio quilombola por parte de Aracruz, y la consecuente plantación de miles de hectáreas con eucalipto, ha provocado la expulsión de millares de familias a las periferias de las ciudades. A inicios de los años setenta existían más de 10.000 familias en San Pedro del Norte. Hoy quedan apenas 1.500.

En medio del eucaliptal viven y resisten pocas personas, en su mayoría mujeres con niños pequeños. Ellas saben que cuando sus niños crezcan tendrán que migrar a las ciudades porque ya no tienen tierra para producir sus alimentos porque desapareció la selva atlántica y los ríos se secaron. La poca agua que resta está contaminada con agrotóxicos usados en las plantaciones de eucalipto. La tierra está árida; esto representa la muerte de ese pueblo, pues, en las ciudades, los quilombolas jóvenes engrosan los cinturones de pobreza, se juntan a pandillas y pueden convertirse en delincuentes.
EL EUCALIPTO Y SUS IMPACTO EN EL AGUA

Según afirma Luis Alberto Soares, uno de los autores del libro “Promesas de empleo y destrucción del trabajo – el caso d...
e Aracruz Celulosa en Brasil-”, Paolo de Tarzo, una de las mayores autoridades forestales de Brasil - favorable al cultivo de eucalipto – dice que este árbol, en su fase de crecimiento, consume demasiada agua. Otros ingenieros forestales afirman que cada árbol de eucalipto consume… ¡200 litros de agua por día! En cada hectárea se plantan 1.100 árboles de eucalipto, lo que significa que una hectárea de ese tipo de plantación consume diariamente… ¡220.000 litros de agua!

La fase de crecimiento del eucalipto abarca sus primeros 10 años. Durante este período, el eucalipto consume la mayor cantidad de agua, Aracruz cosecha los eucaliptos a los seis años, es decir en pleno desarrollo y cuando mayor es el consumo de ese líquido vital.

La edad adulta del eucalipto parte desde su primera década de vida. Sólo entonces, consume la misma cantidad de agua que cualquier otro árbol. Mientras tanto, el eucalipto, comparado con las otras especies vegetales, es el árbol que más agua requiere. Si le bastase una cantidad módica para sobrevivir, permitiría que las otras especies contaran también con líquido suficiente para sí mismas. Desgraciadamente la realidad es justamente la inversa.

La planta de celulosa de aracruz y el agua

La planta de celulosa de Aracruz consume una cantidad de agua similar a la que necesita una ciudad de dos millones y medio de habitantes por día (la ciudad de Guayaquil, por ejemplo, en el caso ecuatoriano). Aracruz necesita entre 40 y 50 metros cúbicos de agua para producir una tonelada de celulosa. Para producir 3.500 toneladas de celulosa diarias, consume 1’750.000 metros cúbicos de agua.


En el Municipio de Aracruz, la fábrica de ese nombre empezó a funcionar en 1976. Para abastecer de agua a su planta de celulosa, la compañía represó tres ríos (Santa Juana, Santa Maria y Doce).

En 1997 el gobierno estatal de Espíritu Santo invirtió 1’050.000dólares para abrir un canal de aproximadamente 50 kilómetros. Su objetivo era desviar el agua del río Doce hacia el río Comboyos. El caudal de agua es conducido a la represa de la compañía. Su propósito: abastecer la demanda de agua de la planta de celulosa.

El mencionado desvío trajo graves problemas ambientales y sociales para las comunidades locales. Al mezclar el agua aumenta el volumen del río Comboyos e inunda uno de los pocos pedazos de tierra agrícola de los Tupinikim. El territorio del pueblo indígena Tupinikim hoy está en su mayor parte plantado de eucaliptos. Otra parte queda a orillas del mar; por lo tanto, estas tierras no pueden ser cultivadas. Restan así, como tierras agrícolas, únicamente las orillas del río Comboyos. Este territorio es constantemente inundado por Aracruz al liberar el agua del río Doce y unirlo con el Comboyos cuando la fábrica la necesita para su producción.

Por otra parte, el río Comboyos era la fuente de agua limpia para el uso de la población Tupinikim y otros pueblos asentados a sus orillas (baño, pesca uso doméstico y recreación). El río Doce, aguas arriba, tiene un alto grado de contaminación química, provocada principalmente por la minería. A consecuencia de esto los Tupinikim tienen muchos problemas de salud, principalmente en la piel, y graves problemas de alimentación: ya no disponen de pesca ni tierra cultivable.

Los pueblos afectados por aracruz celulosa

Los Quilombolas: Un Pueblo Afro Brasileño Siempre Rebelde

Los pueblos quilombolas están ubicados en el extremo norte de Espíritu Santo, en la región de San Pedro del Norte. Comprende parte del municipio de Concepción de la Barra y San Mateus. Su historia empieza en el siglo XVI, cuando los africanos eran sometidos a una cruel cacería y llevados a Brasil para trabajar como esclavos en las haciendas de la región. La mayoría de los quilombolas descienden de la nación Banto de Africa, gente libre y valerosa.

Los esclavos que lograban huir de las haciendas, se refugiaron durante siglos en la selva atlántica. Protegidos por la tupida selva y los ríos caudalosos, los quilombolas vivieron libres. Pero, en las tres últimas décadas, la historia cambió. A comienzos de la década del setenta, en forma violenta, Aracruz Celulosa inicia un proceso de apropiación de las tierras quilombolas. Con el apoyo militar, y a través de la presión sobre la tenencia de la tierra, Aracruz forzaba a los quilombolas que tenían documentos de propiedad a vender sus tierras. Por ejemplo, en caso de que la compra de tierra fuera de 5 hectáreas, Aracruz se apropiaba de 10. A quienes no tenían títulos de propiedad, la empresa arrebataba los territorios con violentos desalojos.

La invasión del territorio quilombola por parte de Aracruz, y la consecuente plantación de miles de hectáreas con eucalipto, ha provocado la expulsión de millares de familias a las periferias de las ciudades. A inicios de los años setenta existían más de 10.000 familias en San Pedro del Norte. Hoy quedan apenas 1.500.

En medio del eucaliptal viven y resisten pocas personas, en su mayoría mujeres con niños pequeños. Ellas saben que cuando sus niños crezcan tendrán que migrar a las ciudades porque ya no tienen tierra para producir sus alimentos porque desapareció la selva atlántica y los ríos se secaron. La poca agua que resta está contaminada con agrotóxicos usados en las plantaciones de eucalipto. La tierra está árida; esto representa la muerte de ese pueblo, pues, en las ciudades, los quilombolas jóvenes engrosan los cinturones de pobreza, se juntan a pandillas y pueden convertirse en delincuentes

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