miércoles, 30 de julio de 2014

Apropiación indebida del borde costero en la Isla de Chiloé

El 15 de julio pasado, en medio de los hermosos parajes de la Isla de Chiloé, sorpresivamente nos encontramos con los insólitos trabajos para la construcción de un camino particular en la playa cercana al centro náutico Marina Quinched, ubicado a 5 kilómetros del camino Castro-Chonchi. La legislación vigente no permite el uso para fines particulares o beneficio personal del terreno ubicado en la orilla de playa, a menos de 25 metros de marea alta. La foto que captamos ese mismo día, da cuenta de la “toma ilegal” que particulares han hecho de una playa pública en la Isla de Chiloé, la que incluye un cerco que impide el tránsito por el borde costero.
Los preocupados vecinos nos cuentan que es una “actividad ilegal y no bien vista”. Al consultar con más vecinos nos dicen que no hay permiso y tampoco consultas ante los organismos competentes para tales trabajos. Dicen que el problema concierne sólo a  algunos que se “benefician y creen tener autoridad”.
Una señora de la localidad tímidamente comenta, con delicadas y nerviosas palabras: “Aquí se da así caballero, depende con quién esté ubicado y hasta el alcalde puede tener beneficios. Y quien sabe si los marinos quieren hacer esto” (posiblemente se refería a los marinos con jurisdicción sobre Marina Quinched. La Armada tiene como misión fiscalizar las actividades del borde costero, incluidas las concesiones marítimas. Las concesiones son gestionadas por el Departamento de Asuntos Marítimos de la Subsecretaría de las Fuerzas Armadas y se basan en informes técnicos de la Dirección General del Territorio Marítimo de la Armada de Chile).
Ante tan ostentosa irregularidad que se da a la vista de las autoridades, mi pregunta es: ¿Las personas tiene miedo, están bajo amenaza o simplemente no son capaces de cuidar el entorno en el cual viven?
Cómo terminará Chile si se puede hacer un camino de beneficio personal -o que beneficia sólo a algunos- limitando el acceso a turistas y/o lugareños? ¿Dónde están los hombres que integran el organismo que controla las costas chilenas? ¿Cómo es posible que haya quienes, sin ninguna traba ni fiscalización, pongan rejas en playas que son públicas, cambien el paraje y destruyan lo que no es de ellos?
Si hubiera respeto por las leyes y la convivencia (debería ser automático) este proyecto que se ha hecho sin consultas ni planificación debería ser cancelado de inmediato. Y el terreno devuelto a su estado original por los operadores de las maquinas que se ven en las fotos. Si fuese Chile un país desarrollado los responsables deberían ser severamente multados, para evitar así que al menos se abstengan ellos y otros de hacer tales atrocidades en el futuro.
 
FUENTE: CIPERCHILE

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