sábado, 22 de noviembre de 2014

Sólo falta decisión política para que Chile tenga un canal público cultural de calidad

22/11/2014 |
Por Francisco Castillo
Lo dice la actriz y directora teatral Esperanza Silva, presidenta de Chile-Actores e integrante del Consejo Nacional de Televisión en entrevista concedida a Cambio21.
La televisión chilena vive un momento de intensoscambios que tienen de cabeza a sus autoridades, artistas, productores, periodistas y técnicos. En este vendaval, como volantín en primavera, se mueve con gracia la presidenta de Chile-Actores y consejera del CNTV, Esperanza Silva.

La hasta hace unos años omnipotente televisión abierta, hoy está pasando apuros. No sólo porque su teleaudiencia está díscola e insatisfecha, sino porque está amagada porInternet y sus múltiples plataformas. Cada vez menos los jóvenes se sientan frente al televisor. Ven programas segmentados, utilizando sus computadores portátiles, teléfonos o tablets, mientras el público mayor les niega la fidelidad de antaño: se va donde encuentra la mejor oferta.

"Así no más es", dice a Cambio21 Esperanza Silva-, conocida también por los televidentes ochenteros como "la hija de Sergio Silva", en referencia a su padre, el multifacético hombre de radio y TV dotado de un inigualable sentido del humor, que falleció prematuramente a los 60 años. Ella heredó muchos de los atributos profesionales de su progenitor, a los que agregó un plus: sus dotes de líder gremialista.

Cayó en Lista Negra

Esa vocación de trabajar por sus semejantes le ha traído satisfacciones y sinsabores. Lo dulce vino porque gracias a su empuje logró en 2008 convertir en ley -la N° 20243-, el derecho irrenunciable de los actores chilenos a percibir remuneraciones por las retrasmisiones de sus trabajos, tanto en el país como en el extranjero. Lo ingrato fue que la industria la castigó ad eternum: desde 2011 está fuera de pantalla.

Fue el costo que pagó por luchar por los derechos actorales de sus colegas. Tal como los músicos y cantantes perciben derechos de autor y ejecución, aquí y más allá de las fronteras, ¿por qué no las actrices y actores de teleseries? "Son tan propietarios de sus derechos de interpretación como los músicos, de modo que tienen derecho a percibir remuneración extra si su obra se repite en Chile o en el extranjero", dice Silva. Tal argumento fue el que logró apoyo transversal en el parlamento y se convirtió en ley.

La disposición causó ira en los dueños de las estaciones de TV. Es que hasta ese momento, las repeticiones les salían gratis. Por ello, al comienzo los canales se resistieron a pagar, y menudearon los conflictos y demandas a la justicia. Se llegó al extremo de que los canales obligaban a los actores a firmar compromisos de no demandar el pago de las repeticiones. Esperanza Silva, que integraba el staff del área dramática de Chilevisión, hizo valer esos derechos. Les dobló la mano a los ejecutivos, pero de vuelta la incorporaron a una Lista Negra que hasta hoy le impide actuar en TV, pues hubo "solidaridad" con CHV en los demás canales.

Beneficios

Esos desagrados quedaron atrás -aunque el moro perdona, pero no olvida-, porque la asociación Chile-Actores se ha consolidado. Hoy tiene 1.400 socios, 340 de los cuales están en actividad; firmó convenios de reciprocidad con 15 países, lo que permitió por ejemplo que la TV española pagara unos 400 millones de pesos a los actores de la serie Machos de Canal 13; y que Mega asuma obligaciones monetarias con los actores turcos de Fatmagül y Las mil y una noches, y también con los actores chilenos encargados del doblaje.

De acuerdo con la normativa, tiene derecho a percibir ingresos por repeticiones cada participante de una telenovela, por muy pequeño que sea su papel, "siempre y cuando haya un registro visual y auditivo", dice Esperanza. O sea, tiene que hablar. No se les paga a los "extras" que caminan detrás de los actores o participan como telón de fondo en escenas de exteriores. "A los que más apariciones tienen, les hemos entregado hasta 8 millones de pesos por la serie; a los que menos, unos 10 mil pesos", comenta.

¿Cómo se financia Chile-Actores? La ley les autoriza a recaudar los fondos que generan los asociados y disponer de hasta un 30 por ciento de ellos para solventar los gastos. "Pero usamos mucho menos", dice Silva, "hoy no utilizamos más de un 16 por ciento".

Lo que más le satisface es destinar un 10 por ciento a un fondo de protección de salud para los actores que lo requieran. "Cuando murió mi padre, este fondo no existía; hoy ayudamos a muchos colegas necesitados de tratamiento médico o para pagar una casa de reposo", cuenta la actriz.

Otra satisfacción grande ha sido, mediante un préstamo hipotecario del BancoEstado, comprar recientemente una confortable residencia en el sector de Pedro de Valdivia Norte, en Santiago, donde instaron la sede gremial.

Fantasmas

Por cierto, un tema que inquieta al gremio es la reciente crisis de las áreas dramáticas de TVN y Canal 13, que no asimilaron el impacto generado por las serie turcas de Mega, canal que además sumó la exitosa producción nacional "Pituca sin lucas". La señal pública y la de Luksic trasladaron la emisión de sus series vespertinas; TVN determinó acortar "Costa del Sol" pues no se financia, y C13 eliminó la serie nocturna del 2015.

¿En que se traduce esto? En cesantía para actores, productores y técnicos. La reducción del campo laboral es sensible, toda vez que hay 17 escuelas, academias e institutos donde se forman actores y actrices al amparo de universidades y profesores de exitosa trayectoria.

"Pienso que la industria ha cometido un grave error al evaluar el fenómeno turco", dice Esperanza Silva. "En vez de darse un espacio para evaluar fracasos y aciertos, se actúa en forma precipitada. Por ejemplo, hay que hacer una lectura adecuada de las audiencias, y no se hace; éstas han cambiado, incluso utilizan plataformas no tradicionales para visionar el producto, ven menos el televisor y más el Iphone y las Tablet. Las ‘web series' son cada vez más demandadas; esto es un fenómeno mundial".

La presidenta de Chile-Actores considera que ha sido muy dañina la presencia de "advenedizos que han asumido cargos ejecutivos, sin conocer el medio, y están tomando medidas muy perjudiciales. Aquí hay que actuar como el pescador que va al río, primero lo observa, ve como se mueven las aguas, luego escoge el mejor recodo antes de lanzar la caña, selecciona el anzuelo, la carnada y ahí procede; pero no, en la TV chilena predomina la improvisación. En México y Colombia, en cambio, las áreas dramáticas las integran grupos multidisciplinarios".

Otro dato: en Chile, los guionistas no se relacionan con los actores; a veces, ni se conocen siquiera; trabajan aislados. No consideran los comentarios que pudieran hacerles los intérpretes, algunos de dilatada experiencia que pueden aportar al proceso creativo.

"Va a llegar el momento en que termine el fenómeno de las series turcas y ahí la industria tendrá que presentar su oferta, que históricamente se ha sustentado en tres productos fundamentales: las telenovelas, las noticias y el deporte. Estos son los ganchos que utilizan para capturar la audiencia que requieren los avisadores, cuyo único interés es vender, sin preocuparse de si los contenidos enriquecen o deterioran nuestra calidad de ciudadanos", sostiene la actriz.

El canal cultural

Es difícil que esto cambie, pero al menos debiera haber una alternativa, como sucede en otros países: la televisión pública cultural. Chile-Actores, como una decena de organizaciones universitarias y sociales del país, apoya la creación de un canal público centrado en la educación y la cultura, contemplado también en el programa de la Nueva Mayoría.

El anhelo es que el Estado asuma pronto la tarea instalar un medio que muestre la realidad de todas las regiones del país para todo Chile, que dé cabida a todos los deportes (y no solo a uno como ocurre en la TV actual), a los músicos nacionales, al teatro, al cine y a la danza.

Los impulsores del Movimiento por una Televisión Educativa sostienen que hay más de una forma de hacer y ver televisión. Consideran que si "Los Ochenta" fue un programa capaz de conjugar datos históricos de la controvertida década con una trama envolvente, y Juan Carlos Bodoque (31 Minutos) contribuyó a que los niños respetaran y aprendieran sobre el medio ambiente, un equipo conformado por expertos en comunicaciones, pedagogía y todas las áreas que hagan falta, podrían demostrarnos que, en realidad, no es que a la gente le guste la ‘tele-basura'.

"Estoy segura", señala Esperanza Silva, "que en Chile tenemos el talento, la capacidad profesional y técnica, y los recursos económicos para tener un canal público cultural pronto, aprovechando las oportunidades que genera la TV digital terrestre. Lo que falta", reconoce, "es la voluntad política para materializar la idea".

Parrilla cultural

No se trata de partir en el matinal con ópera, seguir con ballet y continuar con charlas de historia, como podría caricaturizarse. "Un canal público cultural tiene una parrilla programática similar a lo que conocemos", dice Silva. "Tiene área dramática, informativa y deportiva, pero los contenidos son todos de calidad, en la forma y en el fondo".

Silva pone de ejemplo el canal público Señal Colombia, de contenidos culturales y educativos, que emite para todos los colombianos una programación que incluye temas vinculados al Patrimonio (lugares, costumbres y riquezas regionales); la Música (instrumentos, ritmos, compositores e intérpretes); el Cine (selección de películas nacionales y extranjeras) y la Memoria (recorrido a los hechos, escenarios y personajes clave del pasado).

Además, Señal Colombia emite grandes acontecimientos deportivos, tanto nacionales como internacionales y franjas infantiles. Esto ha hecho que el canal incremente considerablemente su nivel de sintonía. "El canal lo financia el Estado colombiano, por eso su parrilla programática no depende del mercado ni de los gerentes comerciales, como sucede en Chile", señala Esperanza Silva.

Es fundamental que los recursos los ponga el Estado y no las empresas privadas, para que los realizadores tengan libertad de escoger sus contenidos por calidad y no por expectativas de rating.

En España, determinaron por ley que fueran los canales privados los que sacaran un porcentaje de sus ganancias para financiar la televisión pública cultural. ¿Se imaginan algo así en Chile? Antes, la Quintrala entraría voluntariamente a un convento de monjas.

Trayectoria

Esperanza Silva egresó de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile y luego logró en la UC el título en Dirección Teatral. Debutó en teatro en los años 80, participando en 4 obras; en los 90 partió en TV, actuando en una decena de telenovelas en los canales 13, TVN y Chilevisión. Justamente fue en CHV su última aparición en TV, protagonizando la serie "Infiltradas" (2011), junto al neerlandés radicado en México, Roberto Vander.

Junto con ser presidenta de la organización Chile-Actores, integra como titular el Consejo Nacional de Televisión desde el 2013 hasta el 2021. También tiene una actividad poco común: es especialista en Hipoterapia, procedimiento terapéutico que aprovecha los movimientos del caballo para tratar pacientes con problemas neurológicos.


FUENTE: CAMBIO 21

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