jueves, 4 de junio de 2015

Pese a que la violencia llama a la violencia: grupo armado nacionalista quiere acabar con las luchas en La Araucanía. Violencia contra violencia

04/06/2015 |
Por Equipo Cambio21:
El anuncio del establecimiento de un grupo nacionalista armado dedicado a la defensa de los intereses de los terratenientes y parceleros de La Araucanía, significa que la violencia se atacara con más violencia.
La noticia de la existencia de un grupo paramilitar de extrema derecha en La Araucanía generó alarma. La página web que presenta las premisas ideológicas del movimiento deja en claro sus molestias contra el gobierno, contra la Presidenta, contra algunos políticos, contra los mapuches e indígenas en general, al mismo tiempo que establece su mirada política de la realidad nacional. Antimarxista, nacionalista y defensor de la patria. Recuerda el peor pasado que ha vivido Chile usando para ilustrar su manifiesto a la figura del dictador Augusto Pinochet.

Conscientes de que todo tipo de extremismo ideológico es peligroso, la realidad dice que un grupo armado ideológicamente concientizado y, para peor, declarando que tiene un enemigo fijo y que tomará medidas personales contra ese enemigo resulta ser temerario. El querer tomar la justicia por las armas queda completamente fuera del Estado de Derecho nacional. La peligrosidad se incrementa con el paso de los días y los riesgos que se corren son más grandes que lo que se cree.

La poca consistencia para solucionar los problemas ha hecho que este movimiento se empodere y hable. Pero nada ni nadie da pie para que se expanda este tipo de ideas. La violencia trae solamente más violencia. Basta observar cómo está la situación en La Araucanía en estos precisos momentos.

El análisis de la coyuntura

Conversamos con el decano de Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central, Marco Moreno Pérez. Le consultamos por los hechos que se suceden en La Araucanía, y más detenidamente, en el surgimiento de este grupo paramilitar autodenominado "Húsares de la Muerte".

Consultado por cómo se origina un tema tan serio como el paramilitar, explica: "el origen más próximo se da a través de un distanciamiento por parte del Estado por controlar y resolver un problema que ya lleva varios años, como es la situación mapuche en la zona. Al no intervenir el Estado permite que estos grupos paralelos al orden tradicional, se potencien y tomen protagonismo en la resolución de las diferencias. Su origen tendería a retrasarse o a reprimirse si el Estado participara activamente en el establecimiento de un orden general", afirma.

Al consultársele sobre la violencia que se vislumbra como solución interpuesta por el movimiento, el cientista político explica que "el conflicto va en escalada, y probablemente seguirá incrementándose. El Estado de Chile pierde el control y piensa que militarizando la zona soluciona el problema. Si la salida política se retrasa y no se encuentra, la solución armada y de violencia emerge casi espontáneamente. La violencia se toma la responsabilidad de solucionar todo problema. Pero la violencia genera más violencia. Probablemente la mirada del gobierno no ha sido la más adecuada", concluye el académico.

Para establecer los pormenores de lo que sucede en la zona, la explicación es clara. El analista internacional Ricardo Israel explica que "la realidad en el sur del país es altamente violenta y militarizada, pero sin un trasfondo que presente una solución pacífica al problema que se viene viviendo desde hace años. El rol del Estado se hace casi invisible y la solución ha comenzado a ser tomada por los principales involucrados. Este grupo armado se presenta como una supuesta solución a los problemas de una de las partes", afirma.

Consultado por las consecuencias que podría traer una implementación de este tipo en la zona es tajante: "si la solución se entrega a las armas, y si esas armas están en manos de civiles o paramilitares, lo que se podría esperar como resultado no sería nada positivo. Si la percepción de la población es que el Estado no toma determinaciones de importancia, la relevancia de un problema transversal a la zona, se convierte en un tema crucial. Las soluciones terminan siendo peores que el problema", finaliza.



FUENTE: CAMBIO 21

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