sábado, 29 de octubre de 2016

Dice que desestimar el voto voluntario es “no desafiarse como política a hacer algo más interesante”

Gonzalo Vial y las elecciones municipales: “Proponer el voto obligatorio es como decir volvamos a las micros amarillas”

por  29 octubre 2016
Gonzalo Vial y las elecciones municipales: “Proponer el voto obligatorio es como decir volvamos a las micros amarillas”
El director de la fundación Huella Local –encargada de apoyar la gestión municipal para aumentar la inversión pública y privada en el territorio– critica la función de los alcaldes electos: “Muchos no tienen agenda propia y están ligados a la agenda política de los parlamentarios”. Además, asegura que las malas prácticas fueron castigadas, puesto que “las redes sociales han sobrepasado a los políticos y hoy la gente no quiere personas que estén procesadas y menos formalizadas”. Por último, identifica el camino a seguir para los próximos candidatos: primarias, programa y propuestas previas. “Así el candidato va validado y le va bien”, argumenta.
La fundación Huella Local trabaja desde el siguiente diagnóstico: las necesidades y desafíos de los municipios pequeños tienden a ser mayores, “si bien en el sector público existen gran cantidad de recursos disponibles para los Municipios, se da la paradoja de que quienes más necesitan recursos, menos capacidades tienen de captarlos”.
Por lo mismo, su propuesta es apoyar la gestión municipal para aumentar la inversión pública y privada en el territorio, a través de la formulación y gestión de proyectos que promuevan el desarrollo del territorio y de la calidad de vida de sus actores.
A una semana de las elecciones, la fundación cree que  los comicios se prestan a la confusión,  “principalmente por la estrecha relación entre alcaldes y parlamentarios, por la falta de propuestas programáticas”. Así, según Gonzalo Vial, director de Huella Local,  “siendo que el Municipio es lo más cercano del Estado a la comunidad, la comunidad se desafecta porque entiende que son todos políticos (…) El desafío es que durante estos gobiernos comunales se mantenga el rol ciudadano”.
-¿Cuál es el primer análisis que hacen después de las elecciones municipales?
-Que hay alcaldes sin agenda propia, alcaldes que están en alianzas con parlamentarios y el poder Ejecutivo (instituciones que están tan enlodadas que terminan manchando las elecciones). Lo que hay en Chile es una estrecha relación entre el alcalde que se elige y la agenda política del parlamentario del distrito. Dicen: “En La Florida la fue mal a Camila Vallejo porque perdió su alcalde”. Nosotros no estamos de acuerdo con eso.
-¿En qué vereda se encuentran como fundación?
- Creemos en la municipalización: los alcaldes tienen que tener una agenda propia que promueva la unión entre comunas y territorios, pero no se da porque hay una línea política que impide esa municipalización. Te voy a citar un ejemplo, la excepción: lo que pasó con Karol Kariola y Jadue. Yo creo que Jadue ha armado una agenda de transformación, poniendo temas a nivel nacional, y por eso gana con un 57%.
-¿Y cuál es la reacción de la ciudadanía cuando los candidatos no presentan una agenda propia?
-Eso provoca que la elección a alcaldes se confunda, siendo que el municipio es lo más cercano del Estado hacia la comunidad. Entonces, la comunidad se desafecta porque entiende que son todos políticos. Nosotros creemos en la agenda municipal. Cuando no la hay, se agudiza la abstención.
-¿Dónde están los puntos débiles en las actuales gestiones municipales?
-Primero, no se ve el compromiso de un equipo de trabajo, de contar con participación, de tener certificación de gestión. Uno ve promesas que tiene que ver con la casuística. Hace faltar invitar al sector privado y seducir a los buenos profesionales para que trabajen en los municipios. Insisto, nosotros creemos que en los equipos municipales está la clave para que lleguen recursos. Otro problema es la transparencia. Me refiero a las malas prácticas. Después de estas elecciones, quedó claro que los políticos fueron castigados, ya que el ciudadano común está informado y las redes sociales han sobrepasado a los políticos. Véase el caso de Maipú y Cerro Navia: la gente no quiere a políticos que estén procesados y menos formalizados.
-¿Cómo deberían funcionar las elecciones?
- Con primarias, ya que la gente quiere elegir a sus candidatos, con propuestas programáticas. Ahora que no hay pancartas, se obliga a que haya una discusión política programática previa. Y ahí está el resultado de Valparaíso, o sea hoy miramos esto como una luz, pero yo veo que es como se tienen que hacer las cosas: primarias, programa previo, propuestas, y así el candidato va validado y le va bien.
-¿Y qué soluciones proponen para superar la aguda abstención que ha caracterizado las últimas elecciones?
-Algunos han planteado volver al voto obligatorio, pero eso es como decir volvamos a las micros amarillas porque el Transantiago no funcionó. Lo que falta son propuestas programáticas, transparencia, certificación de procesos, gestión pública, pero no decir “obliguemos a que todos voten”. Eso es como cuando en la universidad se pone asistencia obligatoria a las cátedras mediocres, mientras que las buenas cátedras se llenan solas. Que sea la primera señal volver al voto obligatorio es no desafiarse como política a hacer algo más interesante que convoque a la gente.
-¿Ve algún paralelismo entre lo que ocurrió con Sharp y Josefa Errázuriz en su momento?
-Son comparables en términos de lo que ocurrió en Providencia en ese tiempo: una campaña ciudadana que pone una primaria, que pone programas y que hace que una vecina, dirigente social, sin partido político, logre posicionarse como alcaldesa. Sin embargo, en esa misma comuna, 12 mil personas dejaron de votar por Errázuriz, es decir, no logró permear e involucrar a esas bases durante el proceso municipal. Se convocó antes, pero no durante. El desafío es que durante estos gobiernos comunales se mantenga el rol ciudadano y que los partidos políticos tengan un rol propositivo, pero no un severo intervencionismo, poniendo a su gente, en fin, el gran desafío es no defraudar a estos procesos, para que no sea su debut y despedida, para que no sea un paréntesis en la política tradicional, sino que se quede como una práctica permanente.
-¿Y qué caso en particular sirve como ejemplo de este fracaso entre candidatos a alcaldes y parlamentarios?
-Bueno, en la zona de Guillier hubo un fracaso electoral, porque la gente no votó por los que estaban asociados al parlamentario. Los parlamentarios se transforman en lobistas de los alcaldes para que le lleguen recursos, entonces ellos tienen que alinearse al parlamentario del distrito para así conseguir fondos que permitan ejecutar el proyecto. Ahí hay una insana convivencia entre la afiliación del candidato y el diputado o senador. Esto es una práctica generalizada. Todos están obligados, en cada una de las inauguraciones, a darle las gracias a los parlamentarios, y eso les ha permitido –a muchos de ellos- reelegirse en varias oportunidades.
FUENTE: EL MOSTRADOR

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