sábado, 26 de marzo de 2016

Nuevo escándalo inmobiliario. ¿Ejército de Chile o Ejército S.A.?

25/03/2016 |
Por Mario López M.
• Cuando el país no termina de asimilar los alcances del “Milicogate” con platas del cobre y la “Cutufa” que tiene involucrado a miles de uniformados en la estafa de AC Inversions, las denuncias de un nuevo negociado remece a la institución.
• Obtuvieron gratis del fisco un predio en Alto Hospicio, lo lotearon y vendieron un paño para el hospital del lugar, aumentando el precio en 400%. Ahora pretenden seguir lucrando vendiendo a particulares. Millones de dólares en especulación.
El Estado de Chile asignó al Ejército y para sus propios fines un predio de una superficie aproximada de 27,78 hectáreas, unos 277 mil metros cuadrados en total en la Comuna de Alto Hospicio. El sitio no estaba urbanizado ni contaba con ningún tipo de obra, camino o sendero. Durante la administración Piñera la propiedad fue subdividida por la institución castrense en 6 paños, uno de los cuales -el M-5 de 5,44 hectáreas aprox.-, el Comando de Bienestar del Ejército se lo vendió al Servicio de Salud de Iquique, en 605 millones de pesos, 4 veces su valor real. El fin: construir el anhelado hospital de Alto Hospicio.

Lucrando con la necesidad

En un cuestionado manejo denunciado como turbio se incluyó la obligación de al urbanizarse el sector donde se emplazaría el hospital, el Estado debería urbanizar gratuitamente los otros predios del Ejército, otorgándoles una inmensa plusvalía que, según entendidos, bordearía los 6 mil millones de pesos. El terreno en bruto no vale en realidad ni un décimo de esa suma, solo se trata de un lucrativo y poco presentable negocio inmobiliario realizado por el Ejército de Chile a costa de todos los chilenos.

El negociado se "cocinó" en 2011 y se cerró en 2013 durante la administración de Sebastián Piñera. En él participaron por el Gobierno Regional la entonces intendenta de Tarapacá, Luz Ebensperger; por el Servicio de Salud Iquique su directora Adriana Tapia;por el ministerio de Salud el ex subsecretario de Redes Asistenciales Luis Castillo, y por el Ejército el general Felipe Arancibia Clavel, entonces jefe del Comando de Bienestar del Ejército. Inauguró el inicio de las obras -que aún siguen en veremos-, el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich.

Nadie duda de la importancia de la construcción de un servicio hospitalario de última generación en la segunda comuna más poblada después de Iquique en la región. Menos de la necesidad que representa para sus habitantes. Pero eso no justifica el sobreprecio pagado (UF 6 M2 en comparación con UF 2,5 a su valor real) y los costos de dotar de urbanización gratuita y con cargo al erario nacional a terrenos ajenos destinados a negocio, lo que implica que en realidad se compró cerca de 1 hectárea menos, pues el resto son calles y bienes de uso público que no correspondía pagar.

El "provechoso" acuerdo

Los autores del negocio no guardaron elogios mutuos por el "provechoso" acuerdo logrado: "Este ha sido un gran trabajo que ha liderado el Servicio de Salud con el apoyo del ministerio, un hito que nos indica que ya estamos en un punto de no retorno respecto de la construcción de este centro de salud tan esperado", señaló la intendenta Ebensperger. "Es algo esperado que contribuirá al desarrollo y beneficios de una comuna tan importante como Alto Hospicio", respondió el  general Arancibia Clavel. Nadie se refirió a los sobreprecios y a las otras condiciones abusivas, obviamente.

Los economistas suelen afirmar que de toda desgracia nace una oportunidad y en este caso la máxima la aplicaron plenamente. Ante la inmensa necesidad de la población, se urdió una venta a un precio muchas veces superior al real con lucrativos resultados más allá de la propia operación, pues los otros paños resultaron beneficiados por el proyecto de urbanización  que financió el gobierno regional con la construcción del hospital de Alto Hospicio, a costa del Estado, y que hoy están en venta a particulares en millones de dólares.

Las autoridades de la época del gobierno de Sebastián Piñera no podían menos que saber el sobreprecio que se estaba pagando y los ilegales costos de urbanizar los terrenos aledaños de propiedad del Ejército, que no correspondía pagar. Pobladores, parlamentarios de la zona y las actuales autoridades de salud interpusieron sendos requerimientos ante el ministerio de Salud y el de Defensa para que se investigaran los hechos que causan un grave detrimento patrimonial al Estado.

La transparencia en deuda

Si ya el sobreprecio y la urbanización viciosa eran escandalosos, los últimos antecedentes conocidos rompen cualquier molde. Los datos que han arrojado los sumarios hasta el momento acreditarían que "el proceso de negociación para la compra del  lote M-5 fue anterior a la subdivisión del terreno, lo que en la práctica obligaría a esta institución a invertir más recursos de los originalmente establecidos, porque resulta obligado para materializar la ejecución del proyecto, a urbanizar sectores que originalmente no estaban considerados y que están en manos del Comando de Bienestar del Ejército", consignó El Independiente.

Es más, no consta antecedente alguno que justificara comprar ese terreno y no otros que estaban en oferta, más baratos e incluso más convenientes para la construcción del hospital de Alto Hospicio. Tampoco ninguna de las autoridades de la época Piñera responde por la inexistencia de informes previos o estudios de  evaluación comparativos que fundaran la costosa adquisición.  Por ejemplo, para llegar al proyectado hospital es necesario realizar un periplo que atraviesa los otros predios del Ejército. ¿Por qué es importante? Porque eso hace necesario urbanizar las calles de acceso, lo que solo benefician a los otros lotes de la institución armada.

De hecho el sumario concluye que, además, el Comando de Bienestar del Ejército incumplió las disposiciones de la Ley General de Urbanismo y Construcción y que para subdividir y enajenar utilizó una norma que es un "artículo de excepción, que casi nunca se utiliza", indica el proceso, dejando en evidencia el resquicio legal tras la cuestionada operación inmobiliaria.

Concluyente sumario

"El  Comando de Bienestar del Ejercito subdividió el lote M con el fin de venderle al Servicio de Salud el lote M-5 acogiéndose al Artículo 140° de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (L.G.U.C.), artículo de excepción, que casi nunca se utiliza, porque hace muy complejas las ventas de los lotes resultantes, pero que permite subdividir generando calles nuevas dentro de un  predio y sin urbanizarlas, siempre que se cumplan varias condiciones absolutamente obligatorias", indica el proceso.

El concluyente sumario consigna que el proyecto de urbanización del hospital termina "pavimentando e instalando luminarias a casi todos los lotes restantes de propiedad del Comando de Bienestar, ganando esta repartición una enorme plusvalía cuando venda los lotes M-2, M-3, M-4 y M-6", y todo ello a cero costo, al menos para la institución castrense, pues se carga a la construcción del hospital.

¿Desde cuándo el Ejército se ha transformado en una sociedad dedicada al lucro en las operaciones de inmuebles y predios que le fueron asignados por el Estado de Chile para otros fines? ¿Acaso no se fiscalizan estos actos de comercio que vienen a unirse a las denuncias de otro negocio inmobiliario que Cambio21 denunciara y que incluye un desarrollo hotelero de gran envergadura a costa de todos los chilenos? ¿Es esta la función que la Constitución y las leyes le asignan a este instituto armado? La respuesta es evidente: no. Así lo entendieron quienes recurrieron en contra de la cuestionada operación que persigue el lucro.

Una larga lista de vicios

Existenuna serie de vicios cometidos en esta operación y que se investigan. Así lo consigna el presidente de la Fundación Defendamos la Ciudad, Patricio Herman, quien señaló a este medio que "el Comando de Bienestar del Ejército, en cumplimiento de la normativa vigente, tenía la obligación de ceder al uso público las calles que se debían implementar en la subdivisión, lo que no aconteció y no solo eso, procedió de manera irregular a incluirlas (y cobrar por ello) en la superficie que se enajenó. O sea, el Servicio de Salud compró calles que nunca debió pagar", denuncia.

"¿Y qué pasó con la boleta bancaria?", se pregunta Herman, haciendo referencia a la obligación legal que compete al comprador (el Servicio de Salud) de entregar previo a la adquisición una boleta bancaria correspondiente al monto de la urbanización de su lote y que debió ejecutar el Ejército. "Ello no aconteció, porque no fue el Ejército el que llevó a cabo (y a su costo) las obras de urbanización, sino que las ejecutó de manera indebida el Servicio de Salud, que implementó y financió los proyectos de redes públicas de alcantarillado, agua, electricidad y pavimentación. Un escándalo", enfatiza.

Esto es así pues la ley ordena que el adjudicatario -en este caso, el Servicio de Salud- debía entregar las boletas de garantía en la dirección de obras de la municipalidad de Alto Hospicio, que es garante en los trabajos que debía ejecutar el Comando de Bienestar del Ejército. Todo al revés de lo ocurrido.

La investigación permitió descubrir las diferencias entre el precio del presupuesto elaborado por los ingenieros del proyecto, que fue de $1.342.700.000, con el elaborado por la Dirección de Arquitectura de Tarapacá, que alcanzó los $4.700.000.000, cerca de 4 veces más que el presupuesto original. Herman agrega: "El presupuesto suele incrementarse en el desarrollo de la obra en cerca de un 20%". $6 mil millones total, una vergüenza por la que nadie responde.

¿Y los otros lotes?

El negocio para el Ejército incluyó no solo beneficiarse con lo vendido especulativamente para la construcción del recinto hospitalario y  además  aprovechar la urbanización gratuita, sino que también y como corolario vender las otras hectáreas restantes a privados, aumentando su plusvalía. Ello abre una nueva arista: ¿por qué el Ejército vende bienes fiscales a constructoras para especular en el mercado comercial inmobiliario y no se usan esos terrenos con sentido social construyendo viviendas por parte del Serviu?

"No queremos ser cómplices del negocio inmobiliario que tiene el Comando de Bienestar del Ejército con terrenos que fueron del fisco y que hoy día los ofrece al mejor postor, en circunstancias que faltan espacios para construir vivienda sociales", denunció el presidente del Consejo de Infraestructura del Consejo Regional de Tarapacá, Jorge Zavala, junto al senador Fulvio Rossi, en referencia a los otros terrenos distintos del Servicio de Salud.

"El ministerio de Defensa debe parar estas licitaciones y vamos a pedir a ese ministerio y al del Interior que esos terrenos sean transferidos al Serviu para atender la gran demanda de vivienda de la gente más humilde de Tarapacá", señaló el parlamentario.

Para el senador, "el Estado de Chile tiene muchos terrenos en la zona sur de Alto Hospicio, especialmente en el sector de la pampa (...) De hecho, el hospital nuevo de Alto Hospicio se construye en el sector sur de la pampa y hay un proyecto para 1.400 viviendas justamente allí. Pero lo sorprendente es que nos faltan terrenos y hoy el Estado está especulando y licitando terrenos fiscales a quien ofrezca la mejor oferta económica (...) No hay una oferta suficiente de viviendas sociales para la gente que lo necesita (...) Faltan viviendas que darles a los vecinos (...) Aquí hay un falacia cuando se dice que el Estado no tiene terrenos, porque sí hay terrenos que tiene el ministerio de Defensa, básicamente el Comando de Bienestar", denunció.



FUENTE: CAMBIO 21

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