martes, 22 de marzo de 2016

La UDI y su lavado de cara con las manos sucias

22/03/2016 |
Por Equipo Cambio21
La intención era marcar un hito con un cambio sobre el partido, dejar atrás los casos de corrupción para dar un giro sobre las proyecciones de la coalición. Sin embargo, el resultado fue inverso y las críticas se multiplicaron en las redes. Y eso que todavía no entra en función.
Un lavado de cara o el hito que marca el inicio de un nuevo periodo. Sea cual haya sido la intención de la Unión Demócrata Independiente, pareciera que el objetivo no fue conseguido entre la ciudadanía. La UDI estrenó una nueva imagen que está coronada por un estrenado logo que deja algo en claro: ya no es popular.

La imagen que acompañó al partido durante la mayor crisis política en democracia fue eliminada para dar paso a una más sobria que destaca la "unión" del partido. Parte del discurso delactual presidente, senador Hernán Larraín, apunta a que quieren recuperar el apoyo de la clase media y que van "a salir a la calle a recuperar nuestra presencia en las poblaciones".

El consejo general de la Unión Demócrata Independiente no solo se quedó en imagen y también apuntó a sus principios. Pero eso poco importó. El daño provocado por la corrupción ha sido tan profundo que el "gesto" fue inmediatamente ridiculizado y pocos de los votantes, que precisamente quieren alcanzar, adhirieron al mensaje.

Bueno o malo, lo iban a criticar igual

Los comentarios más ácidos llegaron desde redes sociales, y los comentaristas políticos ya le quitan la gravedad y peso a ellos. A vista de Pablo Rodríguez, de Libertad y Desarrollo, "si el cambio de imagen no va acompañado de un proceso un poco más profundo respecto a las conductas que han tenido y sus propios dirigentes, no sirve de mucho"

"En redes sociales se potencia el aspecto negativo y por lo tanto más allá de lo que se pudo haber dicho, no creo que tenga mucho valor en sí mismo. Si hubiera sido bueno  o malo, la opinión hubiera sido más o menos similar", agregó.

Consultado sobre si hubiera sido un gesto más potente un cambio en la mesa directiva del partido, el cientista político consideró que "si nos guiáramos solo por las edades también sería un problema. No porque un político sea joven, las malas prácticas desaparecen, tiene que ver con liderazgos".

Rodríguez no se quedó solo en las críticas y también propuso soluciones como "que efectivamente tengan una elección directiva de un militante un voto, instancias más transparentes sobre su financiamiento, de probidad más alta. Más que un nombre, tiene que ver con sus contenidos y procesos que se van a ir instalando".

El Transantiago de la política

En lo político la suerte está echada, pero en términos de imagen pareciera que la pelea ya está perdida. Así lo consideró el director de la escuela de Publicidad de la UDP, Cristián Leporati, quien dijo que cambiar la imagen de la UDI, en medio de esta crisis, "fue un error".

"Es como si le hubieran cambiado hace cuatro años el logotipo o la imagen al Transantiago. Es exactamente igual. Son marcas que están muy dañadas con su reputación e imagen y si intentas cambiarlo muchas veces el efecto es contrario porque lo que la gente percibe es que es un cambio estético y no de fondo. En ese escenario es mejor no hacerlo. Solo abre una ventana más de crisis".

"A no ser que tengas cambios profundos, en sus dirigentes, ahí la gente lo asocia a algo relevante y lo asumen como un cambio real. La UDI hace un cambio de imagen para ellos mismos, para estimularse, pero al hacerlo cometen un gran error, porque dan insumos para que los especialistas y los no-especialistas comenten".

"Es voluntarista, pero no tiene un contenido", concluyó.



FUENTE: CAMBIO 21

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