Reportaje Cambio21
En medio de la crisis que azota a la Alianza post derrota de Matthei, apareció el cuchillo más largo de Allamand
05/01/2014 |
Por Luis Casanova R.
La tesis del senador electo sobre la responsabilidad de Piñera y su gobierno en el pobre desempeño electoral de Matthei trajo como respuesta la virulencia del piñerismo. Lo acusan de ser el culpable de las renuncias en RN y de crear un ambiente "caudillista" que pone en duda su liderazgo. Analista enjuicia a los críticos: La estrategia consiste en "no volver al partido".
Si hay algo que ha caracterizado la carrera política de Andrés Allamand es la controversia.
Tome nota. Fue un tenaz crítico del gobierno de Salvador Allende desde las juventudes del Partido Nacional y la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (Feses) y, además, en plena dictadura fundó el Movimiento de Unión Nacional y firmó el "Acuerdo para la Transición a la Plena Democracia" junto a diversos líderes políticos de la oposición al régimen militar.
Para muchos, a partir de ese hito se ganó la enemistad de la naciente UDI, más aún cuando después de la creación de RN, ad portas del plebiscito de 1988, la colectividad expulsó a Jaime Guzmán, quien había denunciado irregularidades en un proceso eleccionario.
Todo se acentuó en 1995, cuando el ex ministro secretario general de Gobierno de Pinochet, Francisco Javier Cuadra, aseguró que existían parlamentarios que se drogaban en el Congreso, versión que fue respaldada por Evelyn Matthei, que tres años antes había protagonizado el "Piñeragate" (escándalo de espionaje) y que lideró la posterior acusación que sindicó a Allamand como uno de esos consumidores.
Resultado: en 1997 perdió la elección senatorial ante el UDI Carlos Bombal y, lo peor, quedó con el estigma de ser adicto tras una campaña del terror hacia su persona, aún cuando ninguna imputación pudo ser comprobada. Es más, Cuadra terminó en la cárcel por haberse hecho cargo de rumores sin pruebas.
Morir para vivir
Así comenzó la apodada "travesía por el desierto", que terminó en 2005 con su arribo a la senaduría de la región de Los Ríos, previo apoyo a la opción presidencial de Joaquín Lavín (UDI). Ello generó la molestia de RN, que terminó proclamando a Sebastián Piñera como su candidato, accediendo posteriormente a la segunda vuelta.
Más adelante, con Piñera en La Moneda en 2010, Allamand fue uno de los primeros en rechazar la falta de políticos en el gabinete, lo que ocasionó que accediera a la cartera de Defensa un año después (también ingresaron Matthei, Andrés Chadwick y Pablo Longueira).
El momento de mayor sobriedad lo vivió con la búsqueda de los restos mortales de los accidentados en el archipiélago Juan Fernández que le tocó liderar en septiembre de 2011, proceso que lo perfiló como presidenciable y que lo llevó a dejar el Ejecutivo en noviembre de 2012.
Enfrentó a Laurence Golborne (carta de la UDI) y lo obligó a renunciar luego de comandar una ofensiva que ponía en evidencia su pasado empresarial en Cencosud (cobros abusivos a los clientes de la tarjeta Jumbo) y la existencia de dineros en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes.
En su reemplazo asumió Longueira, quien lo venció en la primaria del 30 de junio. Aún se recuerda el polémico saludo en la sede de Suecia 286, donde Allamand se negó a aparecer en una conferencia de prensa conjunta con el ganador.
Con el candidato de la UDI enfermo, sufrió el veto del gremialismo, lo que dio inicio a un sinfín de críticas. Primero, cuestionó el desempeño de Matthei en el ministerio del Trabajo y, segundo, en la proclamación de la ex senadora disparó contra el gobierno por la falta de gente de RN en los cargos públicos.
Finalmente, una vez concretada la derrota de la Alianza ante Bachelet y con Allamand como senador electo, vino la mejor parte: personalizó en Piñera la debacle electoral del sector, lo que abrió el episodio más sangriento de lo que va de la autocrítica derechista, que es la guerra de facciones al interior de RN.
Tu amenaza y la mía
La tesis de Allamand sobre la responsabilidad de Piñera y su gobierno en el pobre desempeño de Matthei trajo como respuesta que los dos ministros más cercanos al mandatario, Rodrigo Hinzpeter (Defensa) y Cecilia Pérez (vocera), acusaran a su ex colega de gabinete de ser el culpable de las renuncias en RN (Antonio Horvath, Carmen Ibáñez y Hernán Larraín Matte) y de crear un ambiente que pone en duda continuar con la militancia.
Sorpresivamente, Bruno Baranda, ministro de Desarrollo Social y ex secretario general del partido, habló de "caudillismo", a la vez que la ex titular de Bienes Nacionales y ex portavoz de la campaña presidencial de Allamand, Catalina Parot, amenazó con renunciar si sigue la "guerrilla de liderazgos".
Matthei, actriz principal en este verdadero western, reapareció para recordar que en los consejos ministeriales el parlamentario electo "nunca jamás" dijo nada en contra del gobierno. "Es muy raro que haya usado tanto la imagen del presidente cuando estaba en la primaria y ahora critique todo de una manera tan agria", lamentó.
Y Piñera, en tanto, expresó que las palabras de Allamand representan una falta de "lealtad básica" y que hay una "incoherencia" debido a la férrea defensa que hizo de La Moneda cuando fue candidato en las primarias de junio.
Lo bueno para el ex rugbista es que no está solo. El vicepresidente del partido y también senador, Manuel José Ossandón, lanzó sobre la mesa que la dureza de las palabras del núcleo más íntimo del mandatario busca "debilitar y terminar con RN" para que de esta forma la fundación que está formando se levante como la verdadera alternativa liberal en la Alianza.
El ex alcalde de Puente Alto, al igual que el timonel de la colectividad, Carlos Larraín, insiste en que los primeros responsables están en La Moneda y que es "súper injusto" echarle la culpa a los partidos.
La catarsis
El próximo 18 de enero se efectuará el esperado Consejo Nacional, instancia que debiera tratar a fondo la profunda crisis que afecta a la entidad de Antonio Varas 454.
En la antesala del evento, trascendió en la prensa cercana a La Moneda que Allamand querría que el análisis del debate se centre en el rol de Piñera en la paliza electoral que recibió la derecha.
La instancia de discusión y de presentación de documentos en tono crítico "podría darse", admiten en la tienda, el problema -argumentan- es que tanto nivel de dardos hacia el jefe de Estado traería como resultado la posible renuncia de personeros de gobierno y parlamentarios, advertencias que en todo caso se morigeraron con el paso de los días.
Como derivada de lo anterior, se teme que los disidentes a la mesa "larrainista", en su mayoría piñeristas, en vez de articular una fuerza y levantar una lista que compita por la presidencia el próximo mes de abril, opten por el camino propio.
Es por esto que la cita de enero estará abierta a todos los militantes. Así lo notificó Mario Desbordes, secretario general: "Nadie está excluido. Ojalá todos pudieran hacer sus propuestas, porque hasta el momento he escuchado pocas".
¿Bastará leer textos y decirse las cosas a la cara para pasar a la siguiente fase del mea culpa? Por ahora, sigue la oscuridad en el túnel nacionalista.
"Miopes"
Para Leopoldo Pérez, jefe de los diputados de RN, lo más delicado de la crisis que azota a sus huestes es que "cuando todos opinan y lanzan críticas hacia el gobierno, el presidente y los partidos, lo único que hacen es desunir y generar incertidumbre en la base militante".
En diálogo con Cambio21, el legislador alegó contra los "proyectos personales" y acotó que "quienes dicen que van a renunciar a causa de las declaraciones de Allamand son miopes".
"Una cosa es responderle a Allamand y otra muy distinta es andar amenazando. Qué tiene que ver eso. Como jefe de bancada mi labor es poner paños fríos. Esta no era una elección fácil. Más allá de los candidatos y el esfuerzo que hizo Matthei, que le hubiera tocado a Allamand o a Longueira, al frente estaba la líder de la Concertación", indicó.
Pérez da por cierto que "las renuncias no van a venir", dado que "son una forma equivocada de presionar para que ocurran cambios. Cuando uno está en un partido, está por adhesión, no por obligación. Y al tratarse de personas con trayectoria, como pasa con los ministros, hay que ser responsable. Debemos cuidar lo que logramos, que es un presidente después de 50 años. No lo echemos por la borda por declaraciones o hacer que se sienta menoscabado", concluyó.
"La estrategia"
Patricio Gajardo, analista de la Universidad Católica, manifestó para esta crónica que, a pesar de todo el revuelo interno, los comentarios de Allamand "son los únicos que tienen fundamento de fondo para generar un debate serio sobre las razones del fracaso electoral, los que se resumen en la falta de contenido político de la nueva forma de gobernar, la ausencia de ideas en toda la administración y la falta de una evidente relación con los partidos".
Según el investigador, la respuesta a las interpelaciones del ex ministro "no han tenido profundidad. Acá hubo una sobrerreacción del gobierno, que se ha visto visceral. Hay una responsabilidad, pero es difícil saber si Allamand le dio en el clavo con su crítica, básicamente porque Piñera no va a desaparecer de la escena política, va a ser influyente".
El académico es categórico: la dura respuesta del piñerismo "responde a una estrategia de más largo plazo, que sería no volver al partido. Es lógico. De todas las señales, ésta es sólo una de ellas. Le permite justificar el no retornar y no intentar asumir ningún control y liderazgo en RN, para que así forme su propia fundación, que también lo ha señalado".
"Tengo la impresión de que Piñera no va a fundar otro partido", retrucó Carlos Vergara, consultor de Imaginacción. "Puede crear una fundación y a partir de ahí generar redes y lazos, pero no otra cosa. Como el panorama económico no viene muy bien, su apuesta es que lo echen de menos y para eso debe tener un aparataje", espetó.
"Querían que se perdiera"
Jorge Schaulsohn, ex diputado y amigo de Allamand, descarta los "ataques personales" que ha recibido el senador electo y declaró a este medio que "eso de cuestionar al individuo y su carácter, integridad y motivaciones psicológicas es para los chavistas más que para los derechistas".
"Nunca lo he visto más contento que ahora. Obtuvo un resonante triunfo en Santiago Poniente y combatiendo contra viento y marea, porque es un hecho que toda la UDI y el círculo íntimo del presidente lo único que querían era que se perdiera. No vamos a hablar de la abanderada presidencial (Matthei)... De verdad, esta es su mejor hora en dos décadas. No tiene motivos para estar enojado", expuso.
"Él vio la aplanadora que le pasaron cuando fue precandidato y resulta que La Moneda y la UDI prefirieron perder en vez de darle una oportunidad a quien era más competitivo. Entonces, qué quieren", remató.
FUENTE: CAMBIO 21
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