Un Subsecretario que maneje Teatinos 180 es vital para lo que viene
El desconocido rol de H. Muñoz en la llegada de Bachelet a la ONU y las claves para su gestión en Cancillería
Muñoz deberá enfrentar dos importantes desafíos paralelos: el fallo de La Haya sobre la demanda marítima peruana, su implementación y la herencia de las “cuerdas separadas”; y las presiones internas para modernizar y profesionalizar a una Cancillería “artesanal”.
“Heraldo Muñoz es un tipo sociable, alegre, un súper buen anfitrión y con muy buenos contactos internacionales. De hecho, ayudó mucho a Michelle cuando llegó a Nueva York a asumir su cargo en Naciones Unidas. Vivían en el mismo edificio. Pero, ella quería algo más tranquilo y se cambió rápido de casa”, comenta una fuente cercana a Muñoz que conoció el duro proceso de adaptación que vivió Bachelet al asumir en ONU Mujeres.
“Hizo un trabajo de relojería en torno a quienes debían decidir en la ONU si Michelle Bachelet era o no la adecuada para asumir en un cargo tan expuesto y de tanta importancia como la sección Mujeres. Y los convenció”, agrega.
Si bien, Muñoz es un hombre con lazos transversales en el PPD, entre los que destacan Sergio Bitar y Guido Girardi, no es sindicado como un “hombre de partido”. Aún así, se ha convertido en uno de los principales asesores de Bachelet en materia internacional, gracias a su formación académica en ciencias políticas, relaciones internacionales y su acceso a influyentes políticos y diplomáticos a nivel mundial.
Con una larga trayectoria política, fue miembro del comité central y secretario de Relaciones Internacionales del Partido Socialista de Chile (PS); fue embajador representante permanente de Chile ante la Organización de Estados Americanos (OEA); durante el gobierno de Ricardo Lagos asumió como Ministro Secretario General de Gobierno y, un año después, fue designado embajador ante Naciones Unidas. Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Denver (EE.UU), se ha especializado en Relaciones Internacionales y, hasta hoy, se desempeñaba como Director Regional de la Dirección para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En 2010, fue nombrado subsecretario general de la ONU y se le encomendó investigar el asesinato de Benazir Bhutto.
Michelle Bachelet nuevamente acude a él, pero esta vez para enfrentar la compleja tarea que implica asumir una Cancillería bajo ataque y con varios flancos débiles.
Desafíos urgentes
Teatinos 180 no es un territorio extraño para el nuevo canciller de Bachelet y “eso es un plus que si lo sabe usar, le puede beneficiar -afirma una fuente de Cancillería-, pero la verdad es que recibe una “papa caliente” que tiene que saber manejar”. Agrega que “la situación de Chile a nivel internacional es complicada y lo que se necesitaba era un refinador, que no tenga compromisos y que golpee fuerte. Él no es nada de eso. Esto podría superar sus capacidades; por eso, el próximo subsecretario será clave”.
Teatinos 180 no es un territorio extraño para el nuevo canciller de Bachelet y “eso es un plus que si lo sabe usar, le puede beneficiar -afirma una fuente de Cancillería-, pero la verdad es que recibe una “papa caliente” que tiene que saber manejar”. Agrega que “la situación de Chile a nivel internacional es complicada y lo que se necesitaba era un refinador, que no tenga compromisos y que golpee fuerte. Él no es nada de eso. Esto podría superar sus capacidades; por eso, el próximo subsecretario será clave”.
En la Comisión Internacional de la Nueva Mayoría, hay cierto grado de decepción, especialmente porque se interpreta como una nominación tardía. En este sentido hay quienes afirman que si bien tiene la trayectoria y experiencia, “cayó en paracaídas” y su nominación fue un “golpe a la cátedra”.
Otras versiones apuntan a que esta es una especie de “nominación tardía”, ya que Muñoz sonó fuerte como posible Canciller de Ricardo Lagos –de quien es amigo-, un puesto que finalmente recayó en Soledad Alvear (DC) -quien condujo exitosamente la segunda vuelta de Lagos y pidió ese cargo- y Muñoz terminó ocupando el cargo de subsecretario de Relaciones Exteriores. El jefe de Gabinete de Muñoz fue Fernando Ayala (PPD), ex director de Protocolo de Bachelet, actual embajador en Trinidad y Tobago, vinculado al “grupo de los 10”.
Muñoz deberá enfrentar dos importantes desafíos paralelos: el fallo de La Haya sobre la demanda marítima peruana, su implementación y la herencia de las “cuerdas separadas”; y las presiones internas para modernizar y profesionalizar a una Cancillería “artesanal” como han denominado algunos miembros del servicio exterior y secundada por otros grupos al interior de la cartera. Es por ello que, en los círculos ligados a las relaciones exteriores, afirman que será clave la figura de un subsecretario que “se haga cargo” del trabajo interno.
Su rol post-La Haya y relación con Perú
El fallo de La Haya sobre la demanda marítima está a días de ser emitido y ello significará adoptar una estrategia política clara para enfrentar, coordinar e implementar la sentencia internacional de manera que ambos gobiernos –Piñera y Bachelet- demuestren unidad y coherencia, aunque según Muñoz, “la política exterior chilena no sufre cambios a pesar de que haya alternancia en el poder”.
Mientras era director del PNUD siguió con mucho interés la elección de Ollanta Humala como presidente de Perú, y afirmó que “no hay que descartar que pueda convertirse en el Lula de Perú”, ya que “había muchos que pensaban que cuando Lula fue elegido iba a ser un Gobierno radical de un ex dirigente sindical de izquierdas. Y Lula hizo un Gobierno pragmático de inclusión social, de crecimiento económico, de enormes transformaciones”. Además, desde su puesto, recomendó a Lima “visualizar los conflictos no como algo negativo, sino como una oportunidad para resolver situaciones concretas mediante el diálogo y la negociación.”
“Él no se caracteriza por ser un tipo agresivo, sino por el contrario, es dialogante y bien dispuesto a negociar”, afirma una fuente del Minrel. Y esto se ve reflejado en la primera declaración que emite sobre el conflicto en La Haya tras de su designación: “Chile y Perú son países vecinos, hay que enfrentar juntos los desafíos que nos plantea el futuro en América Latina”, subrayó.
América Latina, máxima importancia
Para la presidenta electa, Michelle Bachelet, las relaciones regionales serán una prioridad y sobre todo, las vecinales. “La plena normalización de las relaciones con Bolivia es un objetivo al que aspiramos”, dice el programa de Gobierno de Bachelet. Heraldo Muñoz comparte esta visión y considera que el Estado debe cumplir un rol central en la solución de los problemas regionales.
“El problema central no radica en la presencia de conflictos en una sociedad, sino en la ausencia de capacidades para gestionarlos progresivamente (…) en América Latina siguen siendo un actor central los juegos de poder y de conflicto, en un referente de las demandas sociales y un centralizador del malestar colectivo”, arguyó.
Para él, los consensos son claves para avanzar hacia el desarrollo basado en tres pilares que es necesario trabajar en conjunto. En primer lugar, la “sobredependencia” de recursos de fácil recaudación como materias primas y el rol del Estado en la administración de impuestos y cómo reinvertirlos en mejoras públicas; en segundo término, las desigualdades económicas y sociales, y la pobreza; y, la seguridad continental y violencia derivada del narcotráfico, crimen organizado, tráfico de armas, personas, delincuencia y pandillas.
“Mirando hacia el futuro, tenemos la plena confianza en la capacidad de las democracias en América Latina para sortear estos importantes retos. El mejoramiento de nuestras democracias es un desafío que no admite retrasos. En el pasado no muy lejano nuestro empeño de vida fue recuperar la democracia. Ahora, hay que continuar la tarea pendiente de hacerla más sostenible y para todos”, ha asegurado Muñoz.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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