domingo, 5 de enero de 2014

 
 
"¿”La religión es el opio de los pueblos”? No sé. Lo que sí sé es que la explicación más brillante que he escuchado sobre la destrucción y despoblamiento que la globalización neoliberal opera en un territorio la dio, no un teórico marxista-leninista-ateísta-y-algunos-istas-más, sino… un párroco cristiano, católico, apostólico y romano, adherente a la Sexta, y desterrado por el alto clero (“por pensar mucho”, me dijo como pidiendo disculpas) a uno de los desiertos geográficos del altiplano mexicano.
Creo (tal vez me equivoque, no sería la primera vez y, seguro, no será la última), que mucha gente, si no es que toda, que se acercó a lo que se conoce como neozapatismo, lo hizo buscando respuestas a preguntas hechas en las historias personales de cada quien, según su calendario y geografía. Y que tardaron sólo lo indispensable para encontrar la contestación. Cuando se dieron cuenta de que la respuesta era el monosílabo más problemático de la historia, voltearon hacia otro lado y hacia allá se echaron a andar. No importa cuánto digan y se digan que siguen estando acá: se fueron. Unas personas más rápido que otras. Y la mayoría de ellas no nos miran, o lo hacen con la misma distancia y desdén intelectual que el que enarbolaron calendarios antes de que amaneciera el enero de 1994.
Creo haberlo dicho antes, en alguna otra misiva, no estoy seguro. Pero como quiera digo, o repito aquí, que ese peligroso monosílabo es “tú“. Así, con minúsculas, porque esa respuesta era y es íntima a cada quien. Y cada cual la toma con el terror respectivo.
Porque la lucha es colectiva, pero la decisión de luchar es individual, personal, íntima, como lo es la de seguir o claudicar.
¿Digo que las pocas personas que se quedaron (y no me refiero a la geografía sino al corazón) no han encontrado esa respuesta? No. Lo que trato de decir es que la Chapis no vino buscando esa respuesta a su personal pregunta. Ella ya conocía la respuesta y había hecho de ese “tú” su camino y meta: su ser creyente y consecuente.
Muchas otras, muchos otros como ella, pero diferentes, se habían ya respondido en otros calendarios y geografías. Ateos y creyentes. Hombres, mujeres y otroas de todos los calendarios. Son ésos, ésas, ésoas, que siempre, vivos o muertos, se colocan frente al Poder, no como víctimas, sino para desafiarlo con la múltiple bandera de la izquierda de abajo. Son nuestras compañeras, compañeros y compañeroas… aunque en la mayoría de los casos ni ell@s ni nosotros lo sepamos… todavía. Porque la rebeldía, amigos y enemigos, no es patrimonio exclusivo de los neozapatistas. Lo es de la humanidad. Y eso es algo que hay que celebrar. En todas partes, todos los días y a todas horas. Porque la rebeldía es también una celebración.
No son pocos ni débiles los puentes que, desde todos los rincones del planeta Tierra, se han tendido hasta estos suelos y cielos. A veces con miradas, a veces con palabras, siempre con nuestra lucha, los hemos cruzado para abrazar a eso otro que resiste y lucha.
Tal vez de eso y no de otra cosa se trata lo de “ser compañeros”: de cruzar puentes."
Texto del comunicado del Subcomandante Marcos Díc.2013
“Nuestro análisis político sobre la situación en la que íbamos a estallar se quedó corto. Calculábamos que había descontento y...
 
 
desinformemonos.org
 
 

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