sábado, 26 de noviembre de 2011

En relación a las expectativas por la cita del lunes Carlos Larraín a la disidencia de RN: “En pedir, no hay engaño”

Mientras los máximos dirigentes realizaron discursos llamando a la unidad que contrastaban con las declaraciones previas, el alcalde de Ñuñoa Pedro Sabat fue quien llamó la atención. Parándole los carros a la disidencia, con un chilenismo, la instó a ¡Que la corten, si tenemos que trabajar tranquilos! Y acto seguido, en lo que fue uno de los discursos más duros a que tuvo acceso la prensa, Sabat advirtió que “una cosa es amenazar con las renuncias permanentemente…si el camino es re corto, regrese y váyase. Pero estoy chato de que renuncien cuando están recién electos y después, pasa un tiempo y vuelven al partido para la próxima elección. (…). Hay que tener un sistema mínimo de disciplina y un sistema mínimo de obediencia”.
  Tal como se esperaba, sin grandes novedades se realiza el Consejo Nacional de RN, convocado para analizar tanto el tema municipal como el conflicto interno que atraviesa el partido y que sus dirigentes han tratado de minimizar. Los discursos de apertura coincidieron en intensos llamados a la unidad, que contrataron con las declaraciones realizadas por sus máximos dirigentes en los pasillos del ex Congreso Nacional. Por lo pronto el timonel de la tienda de Antonio Varas, el siempre polémico Carlos Larraín le envió un claro mensaje a la disidencia: “en pedir, no hay engaño”, en relación a la eventualidad de que se acuerde una mesa de consenso entre el oficialismo y la disidencia para darle una salida a la crisis de Renovación Nacional.
Larraín confirmó que le planteó a la disidencia que está dispuesto a no repostular, pero insistió en que eso no significa que otro representante de su sector no vaya a hacerlo. “Si yo incomodo tanto, con mucho gusto no me presento a la próxima elección. Pero no puedo impedir que otros quieran postular”, precisó al ser consultado si efectivamente estaba dispuesto a llegar a un acuerdo en tal sentido. Incluso, consultado acerca de si estaba dispuesto a aceptar esa condición de parte de la disidencia y avanzar hacia una mesa de consenso, fue cuando el máximo dirigente del partido, expresó -en el tono que irónico que suele utilizar cuando lanza algún refrán- “en pedir, no hay engaño”. Lo que permite hacerse una idea de cuan alta está la temperatura al interior de Renovación.
Aunque la cita del lunes hacía prever que era posible generar una tregua entre los bandos internos, algo a lo que se ha abocado el jefe de la bancada de diputados, Cristián Monckeberg, pasados algunos días esa impresión ya no está tan clara. Porque lo de la mesa de consenso ha sido puesto en duda por el propio timonel y, sobre todo, porque sus principales aliados se inclinan por la competencia, en las elecciones fijadas para el 12 de mayo del 2012. Por un lado, el vicepresidente Manuel José Ossandón, anunció que en el debate del consejo solicitaría el adelanto de la fecha programada. Por otra parte, el secretario general, Mario Desbordes, destacó que “una solución muy salomónica” para resolver el conflicto interno son las elecciones, puesto que es donde la militancia se pronuncia, con el sistema un militante un voto.
Nada en las palabras de los dirigentes da señales de haber disposición a ceder. Incluso se criticó a quienes siendo parte de la disidencia, podían haber asistido por derecho propio al cónclave, y en cambio tomaron la decisión de no hacerlo. La mayoría de la directiva coincidió en que esta era la instancia para plantear las diferencias que los separan de la actual dirección y sus propuestas e impresiones.
“Lamentablemente muchos (de la disidencia) no están hoy acá, pudiendo venir y haber hablado. Efectivamente, se pensó en algún minuto e invitar a algunos integrantes de esta disidencia, no miembros del Consejo Nacional, pero hay que decir que varios otros dirigentes de Renovación –por ejemplo alcaldes o consejeros generales- nos pidieron venir para también poner sus de puntos de vista en la mesa. Y podríamos haber llenado este salón con gente que viniera a plantear puntos de vista en distintos sentidos, pero quisimos evitar una guerrilla. Quisimos evitar una confrontación innecesaria”, señaló el secretario general del partido, Mario Desbordes.
Funcionando bien
Y enfatizó sin ningún complejo que “siento que el partido, en lo interno, está funcionando muy bien. Pero, legítimamente, hay un grupo de personas que ha planteado sus puntos de vista, con mucha, mucha, mucha atención de la prensa. Ojalá la tuviéramos también los de este lado. La postura nuestra es que tienen todo el derecho de hablar de sus puntos de vista, la postura nuestra –como directiva- es que estas personas, estos dirigentes, estos militantes, gente muy valiosa para el partido tienes el derecho a disentir, a discutir, a plantear, a debatir…”, pero en este escenario instó a que el debate se haga “con respeto”.
En opinión del dirigente, “hoy día el gobierno nos necesita más unidos que nunca. Cuando la Concertación está más dividida, cuando el gobierno enfrenta los problemas más graves –en términos de aprobación ciudadana y de necesidad de que sus huestes estén unidas, estamos dando, por la prensa, un espectáculo lamentable”, y, por lo mismo agregó que “espero que asistan (a la cita del lunes), se les invitó personalmente. Por la prensa hemos sabido que algunos no tienen mucho interés en venir. Lamento incluso que se haya dicho que la reunión con la mesa es política de salón, siento que la directiva nacional no es precisamente eso. Lo importante es que ojalá nos juntemos”.
E incluso invitó a la disidencia a que “en la discrepancia, sana, legítima, podamos seguir trabajando. Que no se produzcan renuncias, como se ha anunciado por la prensa porque no nos parece el mejor camino. No podemos obligar a nadie a quedarse en Renovación Nacional, pero claramente esperamos que eso no se produzca”.
Pero lo que quedó claro es que el conflicto ocupó en este encuentro un más que importante espacio. La continuidad del actual timonel fue tema, considerando que incluso antes de ingresar el alcalde de Puente Alto advirtió que “estoy seguro que don Carlos Larraín no va a dar ningún paso al costado, porque el 90 por ciento de los militantes no se lo vamos a permitir”, señal de que los acercamientos que ha propiciado el gobierno para impedir que la sangre llegue al río, podrían no encontrar un cauce propicio para un acuerdo.
El vicepresidente defendió con tanta fuerza la permanencia de Larraín a la cabeza del partido que cayó en otro de sus ya conocidos exabruptos. Ossandón señaló que “si una persona que tiene tantos anticuerpos saca el 70 por ciento de los votos, yo quisiera tener tantos anticuerpos…el Presidente de la República quisiera tener esos anticuerpos”.
Entre los parlamentarios que asistieron al cónclave, se encontraba el senador Alberto Espina, quien al ingreso planteó la necesidad de que el partido “unifique su posición” y respecto de la eventual repostulación de Larraín indicó que “es bueno tener una generación nueva, diferente (…) de recambio. Y no la veo en el Parlamento”. Con lo que discrepó el subjefe de la bancada de diputados del partido, el disidente Pedro Browne quien recalcó el liderazgo demostrado, entre otros políticos jóvenes de su partido, por Cristián Monckeberg.
La proclamación de Espina
Quien puso la nota anecdótica en la cita, pero también la más dura referencia a la disidencia, fue ni más ni menos que el alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat. También hizo un fuerte llamado a la unidad y a que la disidencia “se dejen de hueveo”. Incluso se tomó la libertad de pronosticar que las municipales del 2012 “va a ser la peor de las elecciones” dadas las actuales condiciones en el oficialismo.
“Por favor, disidentes, separatistas, como quieran llamarse, hay un país detrás que está esperando (…). Desde aquí, de esta misma tribuna, llamar a los disidentes y a los separatistas a que se dejen de hueveo. ¡Que la corten, si tenemos que trabajar tranquilos! Y acto seguido, en lo que fue uno de los discursos más duros a que tuvo acceso la prensa, Sabat advirtió que “una cosa es amenazar con las renuncias permanentemente…si el camino es re corto, regrese y váyase. Pero estoy chato de que renuncien cuando están recién electos y después, pasa un tiempo y vuelven al partido para la próxima elección. (…). Hay que tener un sistema mínimo de disciplina y un sistema mínimo de obediencia”.
Y  para terminar una intervención de más de 20 minutos en que dijo de todo y para todos, el alcalde no pudo dejar de aseverar que “siempre he soñado con que Alberto Espina sea Presidente de Chile, porque sería un gran Presidente”.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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