martes, 15 de octubre de 2013

Eduardo Engel dispara al corazón del modelo y detalla causas y consecuencias:

“Chile tiene un problema serio de falta de transparencia en el financiamiento de la política”

Para el economista, la alta concentración del ingreso en Chile, que es aún peor entre los súper ricos –el 0,1% y el 0,01% con mayores ingresos– estaría vinculada a quien tiene el poder. Situación que va de la mano de las ventajas tributarias de las que gozan los sectores más acomodados del país, que en la práctica son los que pagan menos impuestos a la renta y los que se llevan el 28,7% del ingreso total del país. Un récord a nivel mundial.
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Foto Engel
En Chile quienes tienen más recursos pagan menos impuestos. Regalía que favorece especialmente a los “súper ricos” pertenecientes al 0,01% con mayores ingresos, que cancelan una tasa promedio de impuesto a la renta  de apenas 10,8%, versus el 13,1% que paga el 1% más rico.
Según el economista Eduardo Engel “la situación es peor aún”. Esto porque, según explica, “dentro del uno por ciento también hay diferencias importantes en impuesto a la renta para contribuyentes que ganan lo mismo. Los trabajadores dependientes pagan muchos más impuestos que quienes obtienen su ingreso a través de sociedades. Por ejemplo, en mi reciente columna en La Tercera, escrita en conjunto con Michel Jorratt, doy el ejemplo de un trabajador dependiente con un ingreso mensual de $ 5.500.000. Con ese ingreso entra justito al uno por ciento con mayores ingresos. Este trabajador paga un impuesto a la renta del 20 por ciento, el doble del impuesto a la renta del 0,01% más rico”.
No es todo. El 1% más rico en Chile, además, encabeza la lista a nivel mundial en la participación del ingreso total del país.
Según concluyen los trabajos de Thomas Piketty y Emmanuel Saez, de las universidades de París y Berkeley, que han analizado la evolución del ingreso del 1% más rico en 27 países –que no incluyen a Chile–, entre los que se encuentran Alemania, Estados Unidos, Dinamarca, Japón y Argentina, la participación del ingreso total del 1% varía mucho de un país a otro.
Hay casos concretos donde, efectivamente, existe evidencia de que sectores de altos ingresos han influenciado, mediante dinero, al Congreso para beneficiarse a costa del 99% de los chilenos. Un ejemplo reciente fue la Ley de Pesca aprobada el año pasado, donde una mayoría de los parlamentarios votó a favor de entregarle la riqueza del mar, que debiera ser de todos los chilenos, a un pequeño número de empresas y familias.
Por ejemplo, en 2003 en Suecia y Dinamarca, este porcentaje fue de alrededor del 5%; entre un 8 y 10% en Australia, Francia, España, Japón y Noruega. En Estados Unidos, hasta un 15%. En América Latina, los dos países que figuran en la base de datos Piketty-Saez son Argentina, con 17%, y Colombia, con casi 20%. Ninguno supera a Chile.
Esta participación se ha mantenido en el tiempo en forma relativamente constante en países como Alemania, Francia, Japón y Suecia. No así en Estados Unidos, donde pasó de 8,2% en 1980, a 19,3% en 2012. La explicación principal, según los autores, radica en la evolución de las tasas de impuesto a la renta, ya que, tal como asegura Engel en su columna, en los países donde hubo reducciones importantes en la tasa pagada por el uno por ciento más rico, su participación creció considerablemente. En cambio, donde estas no variaron mayormente, su participación se mantuvo constante.
En el caso de Chile, Eduardo Engel y Michel Jorratt lograron calcular –con información sobre declaraciones de impuestos de 2003– la participación del 1% para Chile durante ese año. Esta superaba con creces al resto de los países, llegando a 28,7% del ingreso.
En entrevista con El Mostrador  el profesor de la Universidad de Chile y presidente de Espacio Público ahonda en los alcances de estas cifras, y señala que “los datos disponibles para Chile dan una participación en el ingreso del 1%, que es más alta que en los 27 países de la base de datos de Piketty-Sáez. Este porcentaje, del 28,7%, es muy alto. Sin embargo, hay una segunda cifra que me parece aún más importante. Quienes forman parte de este 1% pagan un impuesto a la renta que es del 13,1%, lo cual es bajo. Además, dentro del 1% vemos que quienes tienen más pagan menos en impuestos. En efecto, la tasa promedio del 0,1% más rico es de sólo un 12,5% y la tasa promedio del 0,01% más rico es de sólo un 10,8%. Un sistema impositivo debiera tener, como requisito mínimo, que la tasa media crece con el ingreso. Esto no sucede al interior del 1%.”.
¿En su opinión estas cifras hablan de desigualdad, de un sistema tributario que necesita urgentes reformas, de políticas favorecedoras para los más ricos?
Es importante entender cuál es el origen de esta muy mala distribución del ingreso, para lo cual uno quisiera saber cómo ha variado la participación del 1% a lo largo del tiempo. Aun cuando varios analistas lo hemos pedido, el gobierno no ha hecho pública esa información, por lo cual, gracias a mi coautor en la columna de La Tercera, Michel Jorratt,  sólo tenemos datos para un año, el 2003.
Sin embargo, en la medida que la situación en Chile sea similar a la de otros países, los trabajos de Piketty y Saez sugieren que parte importante de la explicación para la mala distribución del ingreso es que el 1% paga un impuesto a la renta particularmente bajo.
En comparación a otros países de la base de datos Piketty-Saez, ¿los segmentos en Chile del 0,1% y del 0,01% obtienen –al igual que el 1%– un porcentaje mucho mayor del ingreso total? ¿Es el más alto si se compara a otros países?
Sí.
¿Qué tan alto?
Las cifras para Estados Unidos indican que el 0,1% se lleva el 40% del ingreso que se lleva el 1%, y que el 0,01% se lleva el 40% de lo que se lleva el 0,1%. En el caso de Chile es, en cada caso, la mitad. Es decir, la concentración del ingreso en Chile es aún peor dentro del 0,1 y 0,01%. Es cosa de ir a la página web de Piketty-Saez, que es bien amistosa, para hacer comparaciones con otros países.
¿Hay alguna fórmula para evitar que esto suceda y emparejar la cancha?
Cualquiera que sea la carga tributaria, el peso que se llevan los sectores de altos ingresos debiera ser más alto. Un requisito mínimo es que el ingreso a la renta sea progresivo. Como dijo Warren Buffett, es un escándalo cuando la tasa de impuestos que paga su secretaria es mayor que la que paga él.
¿Concentración de riqueza significa concentración de poder a ese nivel, o sea, ya no se compran yates o mansiones, sino que canales de televisión, diarios, centros de estudio, encuestas y financian a políticos?
Chile tiene un problema serio de falta de transparencia en el financiamiento de la política, sucede con cierta frecuencia que los parlamentarios toman posiciones alejadas de lo que beneficia a la gran mayoría, al 99%. Con la legislación existente, donde no se conocen los intereses privados que financian la política, uno no puede descartar que este sea un factor.
Hay casos concretos donde, efectivamente, existe evidencia de que sectores de altos ingresos han influenciado, mediante dinero, al Congreso para beneficiarse a costa del 99 por ciento de los chilenos. Un ejemplo reciente fue la Ley de Pesca aprobada el año pasado, donde una mayoría de los parlamentarios votó a favor de entregarle la riqueza del mar, que debiera ser de todos los chilenos, a un pequeño número de empresas y familias. Y esto de manera indefinida. Los argumentos que se dieron no tenían lógica alguna. Después supimos que el gerente de una de las principales empresa del sector había financiado a varios parlamentarios, parlamentarios que votaron a favor de lo que convenía a los dueños de esa empresa.
¿Lo anterior se llama plutocracia y no democracia?
Más que ponerle nombre, lo importante es introducir reformas para avanzar en estos temas, transparentando cómo se financia la política, por ejemplo. Son temas claves para que una democracia represente los intereses de la mayoría.
 
FUENTE: EL MOSTRADOR

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