Reportaje
Diagnóstico en la Alianza: Depresión severa y hemorragia interna a sólo semanas de la elección presidencial
27/10/2013 |
Por Luis Casanova R.
La posibilidad de que Bachelet obtenga mayoría absoluta el próximo 17 de noviembre, sumada a la amenaza de Parisi en la competencia por el segundo lugar, generó un violento giro en su campaña. Encuestas UDP e IPSOS y pronósticos opositores anticipan el peor resultado para la derecha desde 1964. En respuesta, la UDI insiste en ignorar el concepto de “nueva derecha” y llaman a sus pares de RN a no ser “autoflagelantes”.
Ni siquiera comenzaba la recta final de la campaña presidencial, esto es el último mes antes de la elección, cuando en Renovación Nacional comenzó a ventilarse el primer síntoma de un duro mea culpa que se generará en la coalición una vez que se concrete la derrota de la carta aliancista, Evelyn Matthei, sea ésta en primera o segunda vuelta.
El primero en aventurarse en la búsqueda de responsabilidades fue el timonel de la colectividad, Carlos Larraín, quien señaló que si la ex ministra pierde ante la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, "sería un fracaso estrepitoso, sobre todo del gobierno, que es el que lleva el pandero".
En respuesta, los diputados "liberales" Pedro Browne y Joaquín Godoy, negaron la tesis del senador y les achacaron toda la culpa a los políticos. "No hay que olvidar que son los partidos los que nominan las candidaturas. Nosotros mismos como RN hemos dicho muchas veces que el gobierno no debe intervenir en esto", aseguró Browne, quien, además, sostuvo que enjuiciar a La Moneda "es una muy mala idea que ha instalado Patricio Melero (mandamás UDI) y ahora Carlos Larraín empezó hacer lo mismo".
"La que continúa -después de marzo de 2014- es la Alianza y los partidos que la componen. Así que decir que el gobierno va a ser el perdedor no tiene ningún sentido", agregó.
El comentario calza con la visión del ministro de Salud, Jaime Mañalich, que defiende el actuar de Piñera, pero que cree que las opciones de impedir el balotaje "son bajas", por lo que augura una posible victoria de Bachelet el 17 de noviembre.
Godoy, en tanto, recordó que la personalización de la derrota en Piñera y su gestión fue iniciada por el ex presidenciable Andrés Allamand, hoy postulante al Senado por Santiago Poniente, cuando dijo que "al presidente se le iba a evaluar dependiendo de si se elegía o no a la abanderada del sector", lo cual para el congresista "es una forma bastante pequeña de hacer política".
Para peor, en este denso clima interno renunció a RN uno de los emblemas de la disidencia a la directiva, Daniel Platovsky, amigo personal de Piñera y en su momento cabeza de un movimiento que buscaba desplazar a Larraín de la testera de la agrupación.
Antes de partir, el empresario advirtió que la facción "piñerista" que existe al interior de RN podría terminar formando un referente distinto y fuera de la colectividad, primer paso de una "nueva derecha" que aspira a separarse del pinochetismo que rechazó las críticas del mandatario hacia los "cómplices pasivos" del golpe militar y la dictadura y el posterior cierre del penal Cordillera.
Mario Desbordes, secretario general, desdramatizó el hecho tras afirmar que "la entrada es voluntaria y la salida también lo es. La verdad es que nunca hubo algo realmente constituido como disidencia. Fueron algunos chispazos no más".
"El próximo año hay elección interna y todo aquel que no esté de acuerdo con la directiva tiene todo el derecho del mundo a hacer una campaña y a trabajar para ganar. Así se dirimen las cosas en RN", sentenció el actual candidato a diputado.
Desangramiento
Como si todo esto fuera poco, el senador Antonio Horvath pasó de ser encargado de contenidos medioambientales y energéticos de Franco Parisi a jefe programático del economista. En su opinión, a Matthei "no le vemos muchas posibilidades de crecer".
A pesar de que en los estatutos de RN se establece la expulsión para todo dirigente "que trabaje por un candidato distinto a los inscritos por el partido", Carlos Larraín descartó sanciones, pero le pidió amablemente que "no critique" a la abanderada.
"Es un error empezar a pegarle a Parisi cuando vamos a necesitar, no sé si a él, pero sí a la gente que va a votar por él", opinó Desbordes, a la vez que Lily Pérez, vocera de Matthei, le recordó a Horvath que "tiene un compromiso" con la Alianza en el balotaje.
Sin perjuicio a los llamados a la moderación, Matthei alteró la carta de navegación de su campaña y se fue con todo contra Parisi en el programa de TV "Patio de los naranjos" de Mega, donde denunció antecedentes judiciales y 65 demandas en contra del economista por deudas laborales. Esto debido a su participación en los colegios La Fontaine y Las Américas, los que administró junto a su hermano Antonino por casi dos años.
Mientras Parisi prepara una querella en contra de Matthei por acusaciones que tildó como una "mentira", desde su comando el senador Horvath notificó que esta ofensiva "cierran los apoyos mutuos para la segunda vuelta".
Bonus track: la candidata a senadora de RN por el Biobío Cordillera, Rosa Oyarce, le prestó su apoyo al aspirante a la Cámara Alta por el Biobío Costa Rafael Garay (PRO), lo que pretende restarle electorado a la competidora de la UDI en la zona Jacqueline van Rysselberghe.
Cifras que matan
Justo en momentos en que la tensión sigue al alza en la derecha, aparecieron dos encuestas que sirvieron de entremés para la ficha que entregará el Centro de Estudios Públicos antes de los comicios. La primera es de la Universidad Diego Portales. En el sondeo, si la elección fuera el próximo domingo, Matthei suma el 12,3% (total de la muestra) y el 14,3% (total menciones). La sigue de cerca Parisi, que marcó 10,6 y 11,3%, respectivamente.
La segunda provino de Ipsos, donde Matthei registró el 22% y Parisi el 16%.
Si bien en el entorno "parisista" ya hablan de una contienda con Bachelet en la segunda vuelta y desde la UDP anticipan que Matthei no superará el umbral del 20%, la propia ex senadora vaticinó que el académico llegará al 10% (al igual que ME-O). Laurence Golborne, candidato a senador (UDI) por Santiago Oriente, añadió que "Evelyn va a sacar más de 25 puntos seguros" y Bachelet "el 40%".
Distinta visión tiene el diputado PPD Pepe Auth, quien presagió que la ex mandataria obtendrá el 52,1% y Matthei el 23%, es decir, "la peor performance de la derecha desde 1964 (triunfo del DC Eduardo Frei Montalva), obteniendo incluso menos respaldo que Arturo Alessandri Besa en 1993 (24,4%)".
Como reacción, el RN Mario Desbordes lanzó como argumento que no puede haber ningún tipo de certeza, dado que "no sabemos cuánta gente va a votar. Con suerte los votantes serán 7 millones".
Javier Macaya, diputado y vicepresidente de la UDI, alega que "la encuesta UDP ha dado muestra de poca seriedad en el pasado. En 2009 decía que Piñera perdía por bastantes puntos y que ME-O pasaba a segunda vuelta".
"Hablar de derrota es errado. La política es una actividad muy dinámica. La elección está abierta, va a haber segunda vuelta y voto voluntario y hay muchas personas que aún están indecisas. Ajeno al favoritismo de Bachelet y a lo bueno o malo del sondeo, Matthei sigue segunda. Así que hay que luchar hasta el final, ser valientes para dar la pelea y no echarle la culpa el empedrado", comentó a Cambio21.
No hay vuelta
"Hace mucho rato que no hace falta ver encuestas para saber que la derecha está pasando por un momento muy difícil, en términos de que carece de conexión con algún discurso relevante, lo que no había pasado probablemente nunca", expresó para esta crónica el sociólogo de la Universidad de Chile Alberto Mayol.
El profesional explicó que este sector "siempre ha tenido algo que tratar en la sociedad, aunque sean valores secundarios. Y esa carencia se traduce en que necesariamente tiene que obtener como coalición una votación que probablemente se aproxime a ser una de las más bajas de su historia. Y eso que hay que considerar que el candidato que la está quitando votos no es un descolgado".
"No es como Enríquez-O en 2009, que se sale de la Concertación. Es un aparecido (Parisi) que no tiene filiación previa. Por lo tanto, no se puede considerar que alguien desde dentro se llevó los votos", agregó.
El analista se refirió también a la falta de apoyo que registra Matthei de parte de la ciudadanía que adhiere a la gestión de Piñera, específicamente un tercio, los que apenas le darían el 16% de los votos, de acuerdo con los estudios que provienen de la oposición.
Para Mayol, "eso no es tan extraño. Su trabajo ha estado desmarcado de las candidaturas y él mismo ha marcado líneas fuertes de diferenciación. Eso sí, la aprobación que tiene es espuria, como todas las aprobaciones de los últimos períodos presidenciales, dado que en este esquema de no reelección en el cargo, los mandatarios en su último año no poseen ninguna importancia. Son como personas simpáticas que aparecen en la tele".
"Por eso Piñera capitaliza y vuelve a retomar un poco al arrastre popular, pero no significa que haya consolidado los valores y principios de la derecha, de él mismo o de algún grupo político. Lo único que ha hecho es una actividad más bien de gestión", remató.
Dignidad
"Una cosa es perder en primera vuelta y con doblajes en varios distritos y circunscripciones para la oposición y otra es caer en segunda vuelta, con una competencia digna de Matthei y una cantidad de doblajes menor o que no haya doblajes en los lugares importantes. Catastrófico sería si surgiera un tercero que le quitara ese espacio", acotó Patricio Gajardo, politólogo de la Universidad Católica.
El investigador planteó a este medio que el mea culpa de la derecha, sea éste del gobierno o los partidos, estará marcado por la magnitud de la derrota de Matthei. "Si hay algo positivo de todo esto, es que lo que se viene es algo anunciado, internalizado y asumido. Existe un nivel de expectativa realista. Si pasara Parisi o ME-O sería algo poco realista, pero tendría un gran impacto", alertó.
Lo que se dará "sí o sí" -aclaró- es una "refundación de la derecha al margen de la elección. "Sería muy difícil pasarle la cuenta a Piñera si Matthei tiene un resultado decente. Con una debacle, y con el proceso de la nueva derecha en marcha, le costaría mucho más desligarse de la responsabilidad".
Gajardo es lapidario: RN y la UDI tienen su cuota de culpa, "porque no fueron pragmáticos cuando se discutía la situación de Matthei (tras la bajada de Longueira). Ahí tuvieron que haberse alineado al margen de las disputas internas".
"Estamos muy autoflagelantes", respondió Macaya. "El llamado es a trabajar. Tenemos una candidata en campaña. Empezar a buscar teorías de conspiraciones en Antonio Varas, Suecia y La Moneda no contribuye en nada", disparó.
¿Arriba los corazones?
Sí pero no
En medio del despliegue territorial de Matthei resulta imposible no hablar de la "nueva derecha". Es más, Pablo Matamoros, asesor presidencial y encargado del área digital del comando oficialista, inscribió dos dominios web el pasado 4 de octubre: "Nuevaderecha.cl" y "Lanuevaderecha.cl".
El objetivo es buscar electorado de centro entre la primera y segunda vuelta y tratar de dar al batatazo. Incluso en una de las últimas declaraciones de prensa (Revista Cosas) la ex parlamentaria se lanzó: "Me siento parte de una nueva derecha".
El problema es que tal concepto genera anticuerpos en las cúpulas aliancistas. Carlos Larraín lo definió como "una entelequia fantasmagórica que tuvo sede en Alonso de Córdoba". Para el diputado Macaya, compañero de partido de Matthei, "me parece bueno que haya gente con ganas de participar. Nueva derecha, vieja derecha, personas más jóvenes... perfecto. Bienvenidos sean, pero todos con una sola visión, unitaria y sin ambiciones personales".
"Si viene una nueva derecha... siempre después de una elección hay ciclos que parten nuevamente. Si se gana será de continuidad y si se pierde será de ver qué se ha hecho mal para ver de qué manera se recupera el gobierno en cuatro años más. Pero aún queda mucha historia que escribir para estar hablando de aquello", insistió.
FUENTE:CAMBIO 21
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