martes, 5 de marzo de 2013

Esto es ir por lana y salir trasquilados. Derecha quería “bacheletizar” la agenda por el 27F y terminó aproblemada por crisis políticas internas y externas

Por Equipo Cambio21
La muerte del sindicalista Juan Pablo Jiménez y el Festival de Viña provocaron que la efeméride del 27F pasara sin pena ni gloria para Piñera y logró que su gobierno terciara en la pelea de sus candidatos y los respectivos comandos y partidos. Peor aún, la agenda sigue teniendo como punta de lanza a los soldados bolivianos, Impuestos Internos y las diferencias entre la UDI y RN.
Todo mal. El objetivo político del gobierno y los partidos de derecha era mostrar ante la opinión pública las falencias ocurridas hace tres años en el terremoto y posterior tsunami que afectaron a la zona centro-sur del país, para lo cual intentaron ensalzar negativamente la figura de la ex presidenta Michelle Bachelet y sus colaboradores e, inversamente, realzar los logros cometidos en materia de reconstrucción.

Si bien las comisiones investigadoras que la UDI y RN constituyeron en el Congreso buscaron durante el 2012 -sin éxito- establecer responsabilidades políticas de parte de la médico de profesión, el discurso del presidente Piñera basado en criticar que estaban todos los elementos para "salvar vidas" no aparecía como agresivo.

Sin embargo, lo que nunca se consideró es que tres temas complejos, literalmente, se metieran por la ventana y alteraran la agenda de La Moneda.

El primero es la detención de los soldados bolivianos por ingresar ilegalmente a Chile, lo que provocó una guerra de declaraciones entre los gobiernos de ambos países, al punto que el mandatario Evo Morales condecoró y ascendió a los militares en cuestión y anunció acusaciones ante los tribunales internacionales.

Lo segundo es la delicada situación del director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Julio Pereira (RN), encargado de la histórica condonación de la empresa Johnson´s por 59.000 millones de pesos, firma que Price Waterhouse Copper asesoró cuando él y el subdirector del SII, Mario Vila, trabajaban en entidad auditora.

Y en tercer lugar está la insospechada pelea interna que se generó entre los precandidatos presidenciales de la Alianza, Laurence Golborne (UDI) y Andrés Allamand (RN), a propósito del tercer aniversario del 27F, y una vigilia que organizó la fundación Desafío Levantemos Chile en la comuna de Constitución y a la que Golborne no asistió cuestionando el posible "aprovechamiento político" que tendría tal acto.

Marcela Cubillos, hermana del creador de la fundación, Felipe Cubillos, esposa de Allamand y militante de la UDI, se fue con en contra del abanderado gremialista.

Como si esto fuera poco, la muerte del presidente del sindicato de trabajadores de la empresa Azeta (contratista de Chilectra), Juan Pablo Jiménez, en extrañas circunstancias (recibió una bala en la cabeza), abrió otro polo de conflictos que La Moneda tuvo que forzosamente salir a responder.

Para peor, el recordatorio del terremoto coincidió con la actividad artística chilena por excelencia, el Festival de Viña del Mar, lo que conlleva la cobertura mediática de todos los canales de televisión y principales radios, diarios, revistas y portales electrónicos.

¿Cuál fue el resultado? Una efeméride que pasó sin pena ni gloria para Piñera, un gobierno que pasó esta fecha viendo como se pelean sus candidatos y los respectivos comandos y partidos y una agenda que sigue teniendo como punta de lanza a Bolivia, el SII y las diferencias entre golbornistas y allamandistas.

Así dadas las cosas, lo que se viene es una batería de anuncios del Ejecutivo para intentar recibir de buena manera el 11 de marzo, fecha que rememora el tercer año de la derecha en el poder, como también un vuelco en la estrategia de atacar a Bachelet, es decir, no atacarla, porque se sabe que el impacto en la opinión pública fue casi igual a cero.

Logros macroeconómicos, cifras de empleo y desempleo, Día de la Mujer y los próximos debates que esperan concretarse entre Allamand y Golborne siguen en la lista.

El inconveniente radica en la determinación de los estudiantes secundarios y universitarios sobre la agudización de las protestas callejeras, el caso del sindicalista Jiménez, el interminable conflicto mapuche y la sacrosanta imagen de Bachelet, que congeló para finales de marzo su decisión de volver al país para repostular a la primera magistratura, emergen como verdaderos villanos invitados.

Sólo las constantes críticas que recibe la Concertación de parte del líder del PRO Marco Enríquez-Ominami y de los demás abanderados alternativos (Franco Parisi, Marcel Claude y Tomás Jocelyn-Holt) parecen ayudar en la causa oficialista.

En pocas palabras, si la única forma de mejorar la percepción ciudadana de la Alianza tiene que ver con el fuego enemigo que se lanzan las huestes de centro-izquierda y los grupos extraparlamentarios, eso quiere decir que el comité creativo del sector debe apurarse más de la cuenta para no pasar bochornos en los próximos desafíos electorales, porque con lo que hay no alcanza.

FUENTE: CAMBIO 21

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