miércoles, 20 de julio de 2016

La prestigiosa agencia de información financiera asegura que "Bachelet no es una amenaza de color rojo"

Bloomberg se sube a la tesis del "lloriqueo" los empresarios lanzada por Rodrigo Valdés: "Parecen histéricos viendo el socialismo en cada esquina"

Bloomberg se sube a la tesis del
Frente a las críticas del empresariado al gobierno de Michelle Bachelet, el medio internacional publicó un artículo explicando las causas del bajón económico. A continuación el texto íntegro, donde se afirma que las reformas son "un ataque contra los pilares neoliberales que han apuntalado 35 años de crecimiento casi ininterrumpido".
La comunidad de negocios en Chile puede parecer muchas veces histérica, viendo al socialismo en cada esquina y alertando un armagedón económico.
La confianza empresarial en el mayor productor de cobre del mundo es ahora más baja de lo que era cuando Lehman Brothers Holding Inc. se declaró en quiebra en septiembre de 2008, lo que hundió la economía mundial en su peor crisis desde la posguerra.
Los consumidores, por otro lado, creen que las perspectivas de la economía durante el próximo año son la peor desde al menos 2002.
¿Parece exagerado? Eso es porque lo es.
Los economistas pronostican el crecimiento más rápido en cuatro años en 2017 y el gobierno es el único acreedor neto en las Américas. En cuanto a la estabilidad económica, Chile sigue siendo un modelo a seguir.
La comunidad empresarial, sin embargo, tiene una excusa de tres años de crecimiento económico lento. No apuntan a la caída en el precio del cobre, principal producto de exportación de Chile, o el retiro de fondos de los mercados emergentes en todo el mundo. Es la administración de la Presidenta Michelle Bachelet.
Los aumentos de impuestos, aumento del gasto en salud y educación, protección del medio ambiente y los planes para empoderar a los sindicatos se suman a una cosa: un ataque contra los pilares neoliberales que han apuntalado 35 años de crecimiento casi ininterrumpido.
"Las reformas del Gobierno están poniendo en tela de juicio la iniciativa privada, que es la razón por la que la percepción empresarial sigue bajando", dice Fernando Alvear, de la Confederación de la Producción y del Comercio. "El gobierno está presionando por políticas equivocadas y no le vemos fin a esto".
Sin embargo, Bachelet no es una amenaza de color rojo. Chile aún tiene la segunda carga impositiva más baja de los 35 miembros de la OCDE y el gobierno mantiene un estricto control sobre el gasto fiscal, lo que garantiza la máxima calificación crediticia entre las principales economías de América Latina, así como los más bajos rendimientos de la deuda pública.
Sin embargo, los líderes empresariales pueden no estar tan ajenos a la realidad como parecen. Chile, la nación más rica de América del Sur, ha agotado las ganancias de productividad que impulsan el crecimiento en los países más pobres, como Perú y Colombia.
Al mismo tiempo, los recursos naturales de la nación ya no son tan abundantes. Los mares son objeto de sobrepesca, las leyes de cobre en la industria de la minería están cayendo y en las industrias forestales y frutales ya se han agotado las mejores tierras.
Jorge Selaive, economista jefe de BBVA Chile en Santiago, dice que el pronóstico a largo plazo de la economía se está deteriorando y Chile necesita "salir de su zona de confort''.
Y es por eso que una semana no pasa sin que el ministro de Hacienda formado en el MIT, Rodrigo Valdés, promueva la agenda de productividad del gobierno, que tiene más de un centenar de propuestas que van desde poner más formularios en línea hasta la actualización de las normas bancarias.
También es por eso que el gobierno elevó el gasto en educación en un 10,2% por encima de la inflación del año pasado y un 7,5% este año.
Chile parece diseñado por un economista que estableció un crecimiento impulsado por las exportaciones: recursos naturales abundantes en un país donde ningún punto tiene más de 200 millas desde la costa.
Los productores deben acelerar el cambio hacia productos con mayor valor agregado. Chile ha declarado 2016 como el año de la productividad, diciendo que es una agenda que tiene a la industria y al gobierno, juntos.
Ahora necesita a los negocios para acelerar e invertir. "Más trabajo y menos llanto", como expresó Valdés esta semana.
FUENTE: EL MOSTRADOR

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