domingo, 23 de noviembre de 2014

Los intensos días de la reforma electoral en el Senado: Llegó la hora de la seriedad

23/11/2014 |
Por Luis Casanova R.
El fin del binominal parece estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, la composición de los distritos, el número de legisladores a elegir y la idea de traer de vuelta el voto obligatorio le ponen piedras al camino, lo que no impide que los partidos trabajen desde hace meses en la búsqueda de candidatos.
El término del sistemaelectoral binominal entró en la recta final luego de ser aprobada la idea de legislar en el Senado de la República por 28 votos a favor, 6 en contra y 4 abstenciones.

Como se sabía con antelación, la luz verde de este trámite constitucional nunca estuvo en duda, toda vez que toda la Nueva Mayoría, los independientes, un sector de RN y el movimiento Amplitud habían anticipado la intención de continuar con el debate y tratar de llegar a un acuerdo lo más consensuado posible, tópico que en todo caso sigue en veremos.

En este escenario, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, volvió a llamar a la UDI a sumarse al texto original del Gobierno, esfuerzo que sólo logró que Hernán Larraín y Jaime Orpis se mantuvieran al margen del conteo, al igual que los RN Baldo Prokurica y José García Ruminot.

Lo que viene ahora es el tratamiento en particular del proyecto que pretende introducir una nueva modalidad proporcional inclusiva y fortalecer la representatividad del Congreso, proceso que no se vislumbra fácil para ninguna de las partes.

Molestia regional

En lo medular, la iniciativa del Ejecutivo plantea el aumento de parlamentarios (38 a 50 senadores y 120 a 150 diputados), establecer una circunscripción por cada región y elegir dos, tres, cinco y siete representantes dependiendo el número de electores y disminuir los distritos de 60 a 28, los que de forma plurinominal elegirán variablemente de 3 a 8 diputados en atención a la cantidad de votantes.

Además, se asignarán cuotas para las mujeres candidatas, con premios en dinero a quienes resulten electas y, se pretende modificar la ley de transparencia, límite y control del gasto de los partidos, lo que incluye terminar con los "aportes reservados", arista política que provino del "Pentagate" y el fraude al FUT que puso en tela de juicio el mecanismo de financiamiento de la actividad.

Sobre lo primero, hay tres visiones en disputa. Desde el oficialismo, el presidente de la Comisión de Constitución, Felipe Harboe (PPD), postula el avance de "mayorías amplias e inclusivas" gracias al nuevo sistema. "En los últimos 24 años siempre hay un argumento, una excusa y un pretexto para mantener el binominal. Ahora es la desigualdad del voto", alegó Ignacio Walker (DC).

Por la oposición, Alberto Espina (RN) defendió el actual modelo binominal, aunque apoyó la reforma y la entrada de nuevos actores que aporten más diversidad social. "Me han dicho que no están de acuerdo con ampliar los distritos, porque van a estar más lejos de su gente si consideramos que esa unidades serán más grandes. Lo mismo nos pasará a los senadores", arguyó Alejandro García-Huidobro (UDI).

En una postura de respaldo al proyecto, pero de rechazo a la baja representación que seguirá expresándose en las zonas extremas, Alejandro Guillier (pro PRSD) indicó que "el 50% del país seguirá bajo el binominal" y Carlos Bianchi preguntó: "¿No estaremos propiciando el centralismo y la exclusión de los independientes?".

Por otro lado, las cuotas para las mujeres generan concordancia transversal, pero en opinión de Pedro Araya (ex PRI), "no puede producirse una dicotomía entre este ley y las primarias". Esto porque la ley de primarias para elegir candidatos al Congreso no contempla cuotas femeninas o de otros grupos de interés.

"Es relevante que avancemos a una mayor representación de mujeres", dijo Carolina Goic (DC), aunque advirtió que se opone a las "macro zonas" que se dibujan en el nuevo esquema proporcional.

Contaminación

Cual villano invitado, desde sectores de la Nueva Mayoría y la UDI se anunció la necesidad de traer de vuelta el voto obligatorio con inscripción automática y la opción de desafiliarse para el que no quiera participar, tema que pretenden sumarlo a la discusión en el Senado.

Para evitar problemas y dilataciones innecesarias, el vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, descartó incluirlo en la reforma electoral y enfatizó que se trata de un asunto que "no es prioridad" en la agenda del Ejecutivo. Lo importante, en su lectura, "es que los chilenos recuperen la confianza que tienen en la importancia de su voto".

Arrepentido de haber aprobado -"por lealtad"- una iniciativa que se redactó en la gestión de Sebastián Piñera, el diputado Gustavo Hasbún (UDI) explicó que "en dicha reforma las dudas eran sustantivas" y que se trató de una "una mala idea que terminó perjudicando a la democracia".

RN reaccionó con molestia. "No es lo más adecuado y no vamos a impulsar una nueva reforma al año. No podemos estar cambiando por si me convenía o no me convenía", reclamó su jefe máximo Cristián Monckeberg. "Es más cómodo tener a la gente obligada a votar que tener que salir a convencerla", remató Alberto Espina.

Jorge Pizarro, jefe del comité DC, había sido designado para socializar la polémica al interior del bloque. ¿Resultado? Osvaldo Andrade, mandamás PS, indicó que en su tienda no existe una postura definida y añadió que el voto obligatorio tiene "más adeptos que detractores".

"Era una reforma que estaba bien inspirada y que buscaba pasar del voto por coerción al voto por convicción, pero lamentablemente no se elaboraron incentivos adecuados", aseguró Felipe Harboe.

Al parecer, llegó la hora de ponerse serios y tratar de reducir la abstención de las últimas elecciones de 2013 (50%) y 2012 (60%) con políticas de verdad y sin populismos, consignas y frases hechas. Lo bueno es que aún hay tiempo.

"Galletas y rellenos"

De no existir novedades provenientes del mundo independiente, el "Chao Binominal" daría paso a un sistema proporcional que entraría en vigencia en las próximas elecciones de 2017.

Anticipando lo que se viene, el académico de la Universidad Diego Portales, Mauricio Morales, expuso en conversación con Cambio21 que con la nueva composición, "se estimula la fragmentación y provoca que las coaliciones sean menos estables, teniendo más movilidad, llegando una mayor oferta, la que particularmente en los partidos más pequeños implicará la existencia de candidatos de galleta y de relleno".

"A la inversa, en los pactos más grandes existirá mayor competencia, particularmente en la coalición de centroizquierda que está integrada por muchos partidos que aspiran llevar al menos un candidato en todos los distritos. Por ende, este sistema va a abrir la cancha y permitirá que los partidos presenten candidatos en varios distritos en la mayor parte de Chile, lo que impedirá que haya diputados de primera y segunda categoría en términos de campaña", anticipó.

El docente apuntó que "tendremos diputados muy votados (40%) y diputados con poca votación (1%), dado que esta modalidad reparte escaños en función del poder de la lista, no de las candidaturas individuales, lo que no es un vicio del sistema. Los partidos podrán presentar estratégicamente postulantes sectoriales, ya sea del mundo indígena, religioso, homosexuales y todo tipo de minoría que exista en el momento de la inscripción ante el Servel".

¿Hay gente?

El analista Pablo Lira es crítico del proyecto del Gobierno y sostiene que en contra de la complicada realidad electoral de la derecha, "a los partidos del sector es complicado conseguir candidatos, más ahora cuando habrá distritos que tendrán cinco y siete cargos a elegir, lo que hace obligatorio una labor a largo plazo en la búsqueda de competidores para las municipales y parlamentarias".

"Cada partido tiene su manera de llenar sus planillas, ya sea en la formación de las juventudes o con la capacitación de sus dirigentes. Al interior de las directivas de la UDI y RN se está trabajando a nivel regional también, visitando y tratando de buscar a la gente más apta", comentó a este medio.

Lira aseveró que "el nuevo esquema favorece a la Nueva Mayoría, por lo que entre más cupos hayan es más fácil para ellos repartir los distritos donde van a presentarse. Al contrario, en la Alianza hay dos partidos, Amplitud y Evópoli e incluso el PRI, pero es mucho más complejo hallar a los candidatos".

"Por lo tanto, creo que la oposición debiese tratar de buscar figuras posicionadas que vengan del Gobierno de Piñera", remarcó.

"Todos quieren ser A"

Con resignación, el ex diputado y actual Core de Los Lagos, Carlos Recondo, se refirió al contexto que deberá enfrentar la UDI si se aprueba la reforma electoral.

"Tenemos menos tradición en el sistema proporcional. ¿Qué pasa? Los nuevos distritos van a confrontar o nos pondrán cara a cara con miembros del mismo partido, en muchos casos, a parlamentarios en ejercicio con aspirantes nuevos del mismo color político. Y eso es una experiencia nueva que hay que prepararla", manifestó en estas páginas.

"Con el binominal nos medíamos en la misma lista con alguien de RN, lo que de última nos permitía la cohesión interna del partido y a lo sumo conflictos dentro de la coalición. Ahora será también en el mismo partido, lo que es un desafío grande para la UDI", complementó.

Apelando al realismo, es claro que en la próxima campaña habrá candidatos "tipo A" con más recursos y propaganda que otros "tipos B", lo que para el dirigente, "marca el punto de partida, pero finalmente cuando están en la cancha todos quieren ser A. Por lo tanto, se desata una competencia complicada. Y lo peor es que, a priori, darles categorías a los candidatos es una mala práctica que generará conflictos".

Números

Por ahora se mantiene el statu quo respecto a la opción de relanzar la indicación de los subpactos en la discusión de la reforma en el Senado, materia que con tensiones al interior de la Nueva Mayoría fue aprobada en el proyecto en la Cámara Baja.

Fuentes consultadas en la Democracia Cristiana, entidad que se opone a los subpactos dentro del misma lista, comentaron para esta crónica que desde inicios del Gobierno de Bachelet que se trabaja en la fórmula de búsqueda de candidatos en todo el país, "tomando en cuenta el escenario de seis a uno o de cuatro a dos que podría darse en 2017 en el oficialismo".

Un elemento a consignar es el número. "Si la DC llega a formar un pacto con los socialistas, ahí se podrían llevar cuatro candidatos en varios de los 28 distritos nuevos. No se descarta que sean 4 y 4 más algún independiente. Tampoco es tan difícil llenar los cupos sabiendo que los distritos se ampliaron, por lo que hay ya tres posibles candidatos en los distritos que se juntaron", acota un experto electoral falangista.

"Pero si la DC va sola, como mucho concentrarán toda la votación en dos candidatos en cada distrito de Chile. Es imposible que se permita la dispersión de la votación. Por eso que todos los partidos estamos con la calculadora en mano", dice la misma fuente.

Por cierto, la cifra de candidatos está supeditada a la composición final de los distritos, capítulo que podrían ocasionar alguna modificación territorial o cambio en la cantidad de legisladores a elegir cuando se vote finalmente la iniciativa.


FUENTE: CAMBIO 21

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