sábado, 30 de abril de 2016

Ciudadano Inteligente celebra desafuero de Orpis. "Ahora viene la formalización", dicen

30/04/2016 |
La fundación espera que la justicia "aplique las sanciones correspondientes" contra el senador, investigado por presuntos delitos tributarios, fraude al fisco y cohecho en el Caso Corpesca.
La fundación Ciudadano Inteligente celebró  el desafuero del senador Jaime Orpis por el Caso Corpesca, y espera que el juicio entregue señales en orden a que "nadie está sobre la ley". La decisión permitirá al Ministerio Público anunciarle formalmente al parlamentario que está siendo investigado por presuntos delitos tributarios, fraude al fisco y cohecho.

Su director ejecutivo, Pablo Collada, valoró el fallo de la Corte Suprema que decidió -con 16 votos de los 17 ministros presentes- confirmar la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago.

"La Corte Suprema, confirmando el desafuero, ha permitido que las investigaciones sigan su curso. Ahora viene la formalización y el juicio, donde esperamos se apliquen las sanciones correspondientes y se entregue la señal de que nadie está por sobre la ley", dijo.

Así, la Fiscalía podrá pedir en los próximos días la audiencia de formalización del legislador, quien suspendió su militancia en la UDI.

Con esta etapa judicial, el Ministerio Público da un paso más en el proceso que inició tras el descubrimiento de los pagos que el gerente general de esa empresa, Francisco Mujica, le hizo por más de $ 264 millones entre marzo de 2009 y abril de 2013. La lectura oficial del fallo se conocerá el próximo miércoles 4 de mayo, día en que se notificará formalmente el desafuero.

FUENTE: CAMBIO 21

Es unánime: exigen que ex jefe del Ejército general (r) Juan Fuente-Alba "aclare origen de su patrimonio". Es millonario

30/04/2016 |
El ex comandante en Jefe del Ejército tiene una fortuna de más de tres millones de pesos y se investiga un posible vínculo con el caso del fraude a la Ley Reservada del Cobre.
El diputado de Renovación Nacional Nicolás Monckeberg llamó públicamente al ex comandante en Jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba a que "aclare el origen de su patrimonio", luego de conocerse que su fortuna asciende a los 3.000 millones de pesos y que durante los últimos años ejecutó sospechosos negocios inmobiliarios que son investigados por la Fiscalía.

El general en retiro fue invitado en enero a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que investiga el fraude con fondos de la Ley Reservada del Cobre -también conocido como "caso Milicogate"- pero rechazó asistir, argumentando que se necesitaba de una referencia detallada a diversos sistemas y procedimientos de la institución para que su declaración fuese de utilidad.

"Lamentablemente el general Fuente-Alba se negó a asistir a la comisión investigadora y es fundamental que él aclare y entregue todos los antecedentes que acrediten el origen de los fondos que constituyen hoy un patrimonio que no se condice ni mínimamente con el patrimonio que debería tener un funcionario del rango que él ejerció", para el cual se estima un sueldo cercano a los cuatro millones de pesos bruto, indicó Monckeberg, miembro de la instancia investigadora.

"Lamentablemente él no sólo le hace un daño al país, sino que le hace un daño a la institución, al Ejército de Chile, guardando silencio y no aportando antecedentes para aclarar este patrimonio que todos sabemos que es muy difícil construirlo sólo en base a los ingresos como comandante en jefe del Ejército", aseveró el legislador.

El diputado DC Jaime Pilowsky, presidente de la citada comisión, recordó que, hasta el momento, aún no hay "ningún antecedente para vincular un caso con el otro": el "Milicogate" con el presunto enriquecimiento ilícito del ex jefe del Ejército.

"Nuestra vinculación o relación con el general Fuente-Alba dice más bien relación con que él es el superior jerárquico del general a cargo del Comando de Apoyo de la Fuerza... Estamos hablando de una institución muy jerarquizada y, por lo tanto, era necesario que él hubiera tenido responsabilidad, habría que analizar la responsabilidad de él como comandante en jefe del Ejército respecto de los hechos que se producen, precisamente en una organización en la que dependían jerárquicamente del comandante en jefe", explicó Pilowsky.

"Pacto de silencio"

El diputado DC René Saffirio, miembro también de la comisión investigadora por el fraude en el Ejército, apuntó a un posible "pacto de silencio" entre los involucrados en las defraudaciones.

"Ellos no actuaron solos, ésta es una red que viene defraudando al Fisco, que viene robando dineros de la Ley del Cobre a través del sistema de facturas falsas desde -a lo menos- 2008", sostuvo el parlamentario.

"Mi percepción -y ésta es una opinión muy personal- es que hay un pacto de silencio entre personas que están involucradas y que al concurrir a la comisión investigadora omiten parte importante de la información que tienen", añadió el legislador.



FUENTE: CAMBIO 21

El Obispo de Villarrica sería un detonante de La violencia en la Araucanía



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Primero hizo desalojar a las comunidades que ocupaban nueve hectareas y el recinto donde funcionaba el Seminario San Fidel, construido en tierras indígenas en la comuna de Padre Las Casa; luego intentó vender esta propiedad en más de 4 millones de dólares; y después, le dio acogida en otro colegio de su jurisdicción a la policía militarizada en la zona de Panguipulli. Estos tres hechos han marcado el actuar del jefe de la iglésia católica de Villarrica el obispo Francisco Javier Stegmeier.
Y a pesar que no ha querido responder a las preguntas de los periodistas, Stegmeier ha comenzado a aparecer cada vez más en los medios de prensa. Así ocurre este fin de semana en la revista Que Pasa que en un artículo titulado “Las Cruces en Llamas” apunta a que cuando se busca las causas de los templos cristianos incendiados, “algunos miran hacia la diocesis de Villarrica y las decisiones que ha tomado el obispo de la zona”.
El semanario afirma que “Stegmeier fue ordenado sacerdote el año 1988 y al año siguiente ingresó a la Pontificia Universidad de Santa Cruz en Roma, ligada al Opus Dei. A su vuelta, el año 1992 fue párroco en Los Ángeles y luego de una estadía, primero como profesor y posteriormente como rector en el seminario de Concepción, quebró en 2009, una tradición de 80 años de líderes capuchinos en Villarrica. Una de sus primeras decisiones fue cerrar la pastoral indígena.
QUe Pasa afirma que “los capuchinos tuvieron una comprensión de la lengua y de la cultura mapuche un poco más fina. Y eso se debe a que algunos sacerdotes capuchinos fueron personas que valoraron la cultura mapuche y defendieron, dentro de lo que les fue posible, los derechos de las comunidades. Y eso marcó la diferencia. Uno podría decir que el mundo capuchino fue más cercano al mundo mapuche”, explica el sacerdote Fernando Díaz, miembro de la orden del Verbo Divino, quien ha desarrollado su ministerio junto a las comunidades indígenas en la diócesis de Villarrica principalmente.
Eso, según el religioso, se marcó con matices con los tres obispos de la orden que estuvieron antes de Stegmeier: Guido Beck (1929-1958), Guillermo Carlos Hartl (1958 – 1978) y Sixto Parzinger (1978 – 2009). “Cuando llega el nuevo obispo Stegmeier se produce un cambio radical porque este nuevo obispo tiene una formación teológica Opus Dei, cerrado al diálogo y sin reconocimiento a la cultura mapuche ni a su religión y se instala como un ser extraño y comienza a quebrar a la iglesia de La Araucanía y hoy es una iglesia muy dividida y dañada. Cerró la pastoral indígena después de muchos años de trabajo. Cerró la Fundación para el Desarrollo de La Araucanía y se retiró de la Fundación Instituto Indígena”, relata el padre Díaz, quien agrega: “Cortó todos los canales con los que la diócesis se comunicaba con el mundo mapuche”.
Otro sacerdote crítico a las actuaciones del obispo Stegmeier es el padre Severiano Alcamán, el primer cura capuchino mapuche de Chile. “Yo lo veo muy contradictorio. Él (Stegmeier) se ha separado de lo que tenían los capuchinos antes. Es poco amigable. Incluso él ha dicho por ahí que el pueblo mapuche es pagano”, cuenta el padre Alcamán.
Francisco Javier Stegmeier es hermano de José Miguel Stegmeier, presidente de la Sociedad Agrícola del Biobío, quien duró sólo tres días como gobernador del Biobío al inicio del gobierno de Sebastián Piñera, ya que una investigación periodística de Ciper lo relacionó a sociedades que prestaban apoyo financiero a Colonia Dignidad.
Con información de: RadiodelMar

FUENTE: EL CIUDADANO

Las primarias y la crisis política de la Nueva Mayoría

 Publicado el 30 Abril 2016
 ESCRITO POR ROBERTO AVILA TOLEDO
Los tres intentos fracasados de la Nueva mayoría, asesorada por un enjambre de abogados de estipendio fiscal, para inscribir en el Servel un listado de comunas donde realizarían primarias, expresan una crisis política de grandes dimensiones.


Llegaron tarde a inscribir las primarias, luego presentaron un escrito con el patrocinio del abogado Isidro Solís (en cuya trayectoria esta haber sacado a una muchacha  de un tribunal de garantía por manejo en estado de ebriedad y luego su mamá lo nombró ministro de justicia, ah fue jefe de la oficina de inteligencia del gobierno también) en medio de una parafernalica y mediática puesta en escena. Pero les fue rechazado porque no llevaba todas las firmas de los comparecientes (sic). Ahora la presidenta del PS anuncia que irán al Tricel, este modesto abogado se permite sugerirles que vayan al Tribunal Electoral Regional (TER) primero y se evitan otro papelón.

La Nueva Mayoría se devalúa como estructura de hacer política.

Pero el problema es político antes que nada. La Concertación fue la coalición más exitosa de la historia de Chile (no la más progresista ni la más justa en sus políticas públicas) porque tuvo equipos dirigenciales capaces y un proyecto de salida pacífica a la dictadura que sintonizó con la ciudadanía.

Durante todo el gobierno de Aylwin el PS fue partido de incondicionalidad absoluta con ese mandatario que no era precisamente querido en el socialismo. Cuando ese presidente alistó un indulto para los militares el PS reaccionó y dijo no. Aylwin que era un político de alto vuelo señaló escuetamente “bueno, no hay condiciones” y archivó el proyecto de ley. Eso es saber navegar en aguas procelosas.

Todas las cantinflerías de la actual dirigencia de la Nueva mayoría reflejan un problema político, no son capaces de ponerse de acuerdo en el listado de candidatos municipales y como son mediocres dejan que estos problemas salgan a la luz. Escalona dice hoy en el Mercurio que esto es como una Junta médica donde el paciente se ha muerto. Tellier ha dicho que para firmar debe ver primero las firmas de todos los otros. Isabel Allende le manda una carta de explicación a sus militantes que no explica nada.

Cuando no hay un proyecto político común que tenga algo de utopía, todo es “repartirse el animal”, en eso están.

Hoy no son capaces de hacer una primaria en la municipalidad de Pelotillehue sin tener el Servel encima, desconfían unos de otros. En su momento la concertación fue capaz de hacer sin la tutela de nadie las primarias Zaldivar-Lagos, a dos horas de iniciados los recuentos se informaba de los resultados. Eso fue juntar el aceite con el vinagre y que no se notara; lo hicieron.

No soy un nostálgico de la concertación simplemente constato como las chambonerías de la nueva mayoría reflejan un problema político mayor  que es causa de algo mayor, gobernar para ellos mismos, sin un solo sueño o utopía.

La Nueva Mayoría hoy es un conglomerado en decadencia de todo tipo, que gobierna para mantener el modelo neoliberal y los beneficios personales que ello les significa a sus dirigentes.

FUENTE: EL CLARIN

¿Cuánto más debemos esperar?

 Publicado el 30 Abril 2016
 ESCRITO POR JUAN PABLO CÁRDENAS
Advertíamos en los días anteriores que los integrantes del Tribunal iban a votar por sus convicciones políticas más que jurídicas y que, en algunos casos,  sería el voto dirimente del Presidente de este organismo (también político) el que inclinaría la balanza para uno u otro lado, respecto de las cuatro materias por las cuales la derecha lo requirió para que se encargara de derrumbar lo concordado por el Poder Legislativo en materia laboral.


Sin embargo, si bien no prosperaron algunas de las pretensiones de los recurrentes, la Reforma Laboral del Gobierno fue herida en un ala con la decisión de este Tribunal de declarar inconstitucional la titularidad de los sindicatos como la extensión de beneficios por afiliación sindical. De esta forma, ya no será necesario formar parte de un sindicato para poder negociar con los dueños o gerentes de las empresas, ubicándonos posiblemente en una excepción en el ancho mundo democrático que reconoce los derechos sindicales y le encomienda a las organizaciones de trabajadores negociar con sus patrones.
Se trata, como se ha dicho, de un ataque al corazón de una reforma discutida por largos años y aprobada por la amplia mayoría del Congreso Nacional, pero ya sabemos que en nuestra vergonzosa institucionalidad existe una instancia superior a la de los tres poderes del Estado, cuanto a la voluntad del pueblo representada en sus supuestos legisladores y gobernantes.
En un discurso que ya se hace una majadera letanía, cada uno de los miembros del gobierno que han sido derrotados nuevamente por el Tribunal Constitucional juraron acatar el fallo, y  someterse al veredicto del Tribunal Constitucional. Mal que mal, a las autoridades debe complacerle el jolgorio del mundo empresarial, cuyas cúpulas celebraron ayer hasta tarde la resolución de estos jueces que no son jueces, sino operadores políticos encubiertos de los partidos políticos de derecha y del oficialismo. Y cuya correlación de fuerza en este organismo se mantiene más o menos estable conforme al sistema de reparto de cargos que rige toda nuestra política.
Enorme frustración, en consecuencia, del mundo laboral que ya no estaba muy conforme con lo aprobado por el Gobierno y el Congreso y que ahora debe comprobar cómo se hace agua la  esperanza de recuperar los derechos conculcados por la Dictadura. Más encima con el acatamiento de una clase política que –junto con manifestar su deseo de que tengamos una nueva Constitución- finalmente se demuestra complacida con ella y acepta sin mayores remilgos las resoluciones de órganos que en un estado de derecho democrático serían intolerables.
Un golpe al mentón y al corazón de los trabajadores que el próximo domingo conmemoran el Primero de Mayo, pero una buena oportunidad para que por fin surjan las expresiones de rebeldía necesarias para provocar los cambios por tantos años prometidos, o más bien comprometidos,  por quienes nos han gobernado en toda esta larga posdictadura, que por más de 26 años ha estado sacralizando la Constitución de Pinochet y todo su espurio ordenamiento institucional y socioeconómico. Y en no pocos casos ahondando sus despropósitos privatizadores y anti republicanos,  si consideramos que fue con la rúbrica de ex presidente Ricardo Lagos que se definió la composición de este Tribunal que ciertamente tiene por misión velar por todo lo heredado y dispuesto por el régimen autoritario. Que fue durante los mandatos de la Concertación en que las empresas públicas regaladas por Pinochet a sus familiares cómplices y colaboradores acrecentaron sus utilidades y consolidaron su propiedad. Como es el caso de la putrefacta Soquimich que ahora acaba de imponer a un hermano del forajido Ponce Lerou (el yerno del Dictador) en su directorio.
Ejerciendo un oportunismo descarado, ayer surgieron voces que “con más razón ahora, como aseguran, estiman necesario cambiar la Constitución”: Cuando estamos en medio de un denominado “proceso constituyente” que solo sirve para distraer la atención ciudadana y diferir para un nuevo mandato presidencial y otro Parlamento la posibilidad de darnos una nueva Carta Magna. Encantado como está el conjunto de la clase política con la Constitución de Pinochet y su modelo económico y social que día a día aumenta la brecha en el ingreso de pobres y ricos y para colmo, ahora, alienta la práctica de la corrupción y el ejercicio de una política rendida a los negocios y el cohecho.
Ya sería hora, estimados auditores, que las organizaciones pro democracia se asumieran en disidentes y todos dejáramos por fin de someternos a las normas de este estado de derecho que, por lo que se ve, ni “en la medida de lo posible” tiene visos de ser republicano y democrático. Ya sería hora, que el pueblo movilizado, como siempre en nuestra historia,  vuelva a tomar las banderas del cambio,  y en una actitud radical (como la de nuestros libertadores y grandes líderes) dejara de ilusionarse que bajo la camisa de fuerza de la Constitución y las leyes heredadas de la Dictadura se puedan conseguir el cambio y alcanzar la justicia social; poner fin a los abusos de las APPs y de las isapres;  corregir las inequidades de todo orden o se puedan elegir representantes genuinos de la voluntad popular en La Moneda o el Parlamento. Cuando ya está más que comprobado que es el dinero el que determina los procesos y resultados electorales.
Cuando lo que vivimos todos los días es impunidad, no solo respecto de los violadores de los DDHH, sino impunidad para los que definieron e implementaron el Transantiago, para los que diseñaron el Puente Cau Cau y pagaron casi 28 millones de dólares para un proyecto que ahora debe demolerse antes de ser inaugurado. Para los parlamentarios que recibieron coimas y cometieron otra suerte de otras indecencias, como Jovino Novoa, y que se libran, enseguida, mediante aquellos juicios abreviados; para los empresarios que se coluden y fijan arbitrariamente los precios, atestándole un rudo e inclemente asalto a los bolsillos de los inermes consumidores. Para los políticos tontos, desprolijos o más bien cínicos que, en sus reyertas, afán de poder y codicia, llegan tarde al Servicio Electoral a inscribir lo que evidentemente se resisten a implementar. Esto es, elecciones primarias.
Impunidad para los grandes y poderosos medios de comunicación que desde sus páginas editoriales (como lo ha hecho recién El Mercurio)  se oponen a que funcione la Ley de Transparencia y los periodistas tengan acceso a los archivos de las oscuras negociaciones político militares de la mal llamada transición. Expedientes que se mantienen ocultos, mientras Alemania de aviene a liberar los secretos de la Colonia Dignidad,  y en el mundo entero se admira el heroico papel de comunicadores como Edward Snowden y Julian Assange en favor del derecho humano a la libre información.
¿Cuánto más debemos esperar cuando ya hemos tenido seis gobiernos incapaces de restaurar siquiera la democracia representativa que tuvimos, mientras las genuinas repúblicas del mundo consolidan procesos de mucho mejor y mayor ejercicio ciudadano? Cuando lo que viene, de seguir todo así, es que la recesión económica, el reaparecido fantasma del desempleo, y otras lacras derivadas de la pobreza y la marginalidad,  solo les van a dar excusas a los detractores del progreso para mantener todo igual e, incluso, promover gobiernos más autoritarios y represivos. Que se propongan, incluso, como lo propicia el candidato estadounidense Donald Trump, acribillar los derechos de las personas y de los pueblos. Imponer la hegemonía de las políticas neoliberales  sobre todo el mundo a fuerza de su superioridad militar y vocación criminal.
(Alocución radial del jueves 28 de abril)
FUENTE: EL CLARIN

La tramposa reforma del sistema político

 Publicado el 30 Abril 2016
 ESCRITO POR RUBÉN ANDINO MALDONADO
El remozamiento del sistema político se convirtió en una necesidad ineludible para la elite, luego que estallara en febrero de 2015 una interminable sucesión de casos de corrupción que han remecido al país por más de un año, dejando al desnudo el maridaje entre grandes poderes económicos y la casta política. La mayor parte de los políticos tradicionales han sido instrumentalizados por la clase empresarial para su beneficio, llegando a controlar sus decisiones o acciones de manera subrepticia, a través del financiamiento de sus campañas, el cohecho o la coima.


Las últimas reformas al régimen político aprobadas por parlamentarios deslegitimados y un gobierno que cojea en el ejercicio de su gestión, han desatado una intensa polémica sobre las debilidades de la institucionalidad política vigente y sus consecuencias para la calidad de la democracia.
En opinión de Marcela Ríos Tobar, integrante del Consejo Asesor Presidencial Contra los Conflictos de Interés, el Tráfico de Influencias y la Corrupción -también conocido como Comisión Engel-, los escándalos recientes en los que se ha visto involucrada la elite política permitieron dar viabilidad a una agenda de cambios estructurales del sistema que habían sido imposibles de lograr fuera del actual contexto histórico. “Hubo muchos aspectos de la ley que el Congreso y los partidos no pudieron negarse a aprobar, como sucedió en la discusión de ciertos artículos con los cuales estaban inicialmente en desacuerdo de manera transversal. Finalmente se vieron compelidos a aceptar la reforma por la presión de la ciudadanía, de los medios de comunicación y de otros actores como la propia Comisión Engel”.

¿SISTEMA PROPORCIONAL O BINOMINAL MAQUILLADO?
Es un secreto a voces que los escasos avances logrados en materia de transparencia por la nueva legislación que regula el sistema electoral y el funcionamiento de los partidos solo pudo lograrse gracias al compromiso suscrito entre la presidenta Bachelet y varios parlamentarios independientes, que consiguieron abrir inicialmente una pequeña fisura en el muro levantado de manera corporativa por la casta política, desde la UDI hasta el PC.
El gobierno, la Nueva Mayoría (Concertación más PC), Chile Vamos (Alianza) y los medios de comunicación conservadores han proclamado a voz en cuello el fin del sistema electoral binominal, convirtiendo la nueva legislación en un vehículo apto para recuperar la legitimidad de las dos Cámaras del Congreso, gracias a un sistema electoral que ellos consideran proporcional.
La presidenta Michelle Bachelet dijo al promulgar la nueva legislación electoral, en abril de 2015: “Estoy cumpliendo mi compromiso e iniciando un nuevo tiempo para la democracia… Hoy hemos dejado atrás la condena del sistema binominal que por tanto tiempo limitó y lastró a nuestra representación política”. Entre los logros resaltó el aumento del número de diputados de 120 a 155 y de senadores de 38 a 50, y el hecho que los distritos para elegir diputados bajaron de 60 a 28 y las circunscripciones senatoriales a una por región.
El primer dato importante a considerar se refiere a que la reforma al sistema electoral promulgada en abril de 2015 no modificó en sus aspectos fundamentales el binominal, mantuvo los equilibrios entre las dos fuerzas que constituyen el duopolio político en el poder y le aseguró al menos un parlamentario por distrito a la Nueva Mayoría (NM) y a Chile Vamos. La única novedad significativa que introdujo fue la posibilidad de que partidos minoritarios del duopolio aumenten su representación parlamentaria o que otras coaliciones emergentes o regionalistas, pudieran elegir diputados o senadores en distritos o circunscripciones si alcanzaran al menos el 15% de los votos.

QUE ALGO CAMBIE PARA
QUE TODO SIGA IGUAL
En la práctica la hegemonía electoral de los partidos tradicionales seguirá en pie, ya que aunque los actuales diputados y senadores aceptaron modificar algunos de los aspectos más críticos de la legislación heredada de la dictadura, lograron diseñar un traje a la medida de sus necesidades, abriendo solo pequeñas rendijas para airear el modelo electoral anterior sin permitir que éste pudiera alterar en lo fundamental la correlación de fuerzas existente.
Dada la dispersión de las organizaciones políticas que están fuera del duopolio en el poder, lo más probable es que los beneficiarios marginales de los resultados de las elecciones que se avecinan sean algunas organizaciones políticas minoritarias de la Nueva Mayoría o nuevas fuerzas desgajadas de la derecha, como Amplitud o Evópoli. Las posibilidades para la Izquierda solo podrían existir si eventualmente ésta lograra forjar en el futuro próximo una propuesta unitaria que le permita sacar ventaja de esta parcial apertura del sistema político.
El miércoles 26 de enero de 2016, el Congreso Nacional aprobó el proyecto sobre “fortalecimiento y transparencia de la democracia”, que regula el financiamiento público de la actividad política, y que “fortalece el carácter público y democrático de los partidos y facilita su modernización”.
La nueva normativa cierra el periodo de reformas y eleva a los partidos a la categoría de entidades de derecho público, como requisito básico para fiscalizar la buena administración de los recursos financieros que el Estado les está entregando desde ahora para financiar su funcionamiento. La actividad política será fiscalizada por el Servicio Electoral (Servel), que debe adecuar también su funcionamiento y normativa interna a las nuevas labores asignadas por la ley.
Entre los cambios más importantes introducidos por la institucionalidad política reformada están las normas que obligan a los partidos a tener al menos un 40% de mujeres en sus directivas y en sus nóminas de candidatos a cargos de representación popular. El Servel podrá fiscalizar además sus elecciones internas, auditará sus cuentas financieras y los obligará a transparentar sus nóminas de afiliados u otros datos sensibles sobre su actividad.

TRABAS PARA LOS NUEVOS COMPETIDORES
Uno de los aspectos más debatidos en ambas Cámaras del Congreso fueron las exigencias para crear partidos. La legislación anterior a la reforma establecía que los nuevos conglomerados debían reunir el 0,5% del electorado que hubiera sufragado en la última elección de diputados en cada una de las regiones en la que fuera a constituirse. La presión de la opinión pública y los acuerdos del gobierno con parlamentarios sin partido a cambio de sus votos para aprobar algunos de los proyectos emblemáticos del Ejecutivo, permitieron rebajar el porcentaje a la mitad, y la ley aprobó finalmente una cuota de inscritos equivalente al 0,25% del total de votantes en la elección anterior de diputados en cada región, fijando una cuota mínima de 500 electores en aquellas regiones menos pobladas. También estableció que la certificación de las firmas de los afiliados a los partidos realizadas por notarios públicos será gratuita.
La impermeabilidad del sistema electoral a nuevas alternativas es uno de los aspectos más importantes que deben considerarse a la hora de evaluar la calidad de la democracia chilena, y al respecto claramente la legislación sigue en deuda con la ciudadanía, ya que persisten en lo fundamental las trabas para inscribir y especialmente para consolidar nuevos partidos que, tal como están las cosas, deberán jugarse la vida desde la primera elección en que participen, considerando el hecho que aquellos partidos primerizos que no alcancen el 5% de los votos o no elijan al menos cuatro parlamentarios, quedarán automáticamente fuera de la ley.
Marcela Ríos, quién también es doctora en ciencias políticas y forma parte del equipo de profesionales que trabaja en el Proyecto de Auditoría de la Democracia del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dice que en el Congreso la idea de rebajar el número mínimo de militantes para inscribir un partido era ampliamente resistida, pero finalmente se logró sortear el escollo gracias a un acuerdo del gobierno con congresistas independientes. Agrega que “la intención de la reforma es fortalecer a los partidos y aumentar fuertemente las exigencias para perfeccionar su democracia interna, establecer mayor equilibrio entre sus miembros, resguardando a las minorías de eventuales abusos de las mayorías y buscar mayores cuotas de transparencia activa en su desempeño”.

PARTIDOS SE NIEGAN A COMPETIR
En opinión de Marcela Ríos la incorporación de nuevos actores al sistema político “no fue bien resuelta por la ley; porque aunque ahora podría ser más fácil inscribir nuevos partidos, persisten los impedimentos para que las colectividades nuevas o más pequeñas se mantengan vigentes. En el corto o mediano plazo vamos a tener probablemente muchos partidos compitiendo, pero solo un número pequeño podrá mantener su existencia legal”.
La especialista dice que en la primera fase de existencia de la nueva ley, los partidos antiguos con representación en el Congreso correrán con cierta ventaja, porque los parlamentarios en ejercicio se ocuparon especialmente de aprobar una norma que asegura a sus partidos financiamiento público desde la entrada en vigencia de la nueva normativa, sin que este beneficio se extienda a los nuevos actores políticos.
Otro de los aspectos de la reforma que favorece a los partidos existentes ha sido la modalidad adoptada para realizar el llamado “refichaje” de los actualmente inscritos en los registros de afiliados, que luego de una larga discusión en el Congreso quedó reducida a una simple depuración de esos registros, consistente en eliminar a los fallecidos, a los duplicados en padrones de más de un partido, a los inhabilitados para votar o a los que tengan una filiación incompleta. Ello se traduce en la práctica en que para mantener su vigencia el conjunto de los partidos actualmente legalizados solo tendrán que reinscribir una pequeña porción de sus afiliados. La reinscripción total de los registros de los partidos fue una de las medidas que en su propuesta al gobierno la Comisión Engel consideró fundamental para mejorar la calidad de la política en Chile.
Para fortalecer la independencia de los partidos y sus mandatarios ante eventuales actos de corrupción, el gobierno acogió la propuesta de la Comisión Engel de establecer el financiamiento público de la actividad política. El Servel entregará a las colectividades aportes trimestrales para funcionar, adquirir inmuebles, desarrollar actividades de formación cívica, formar a sus militantes, elaborar sus propuestas de principios o programáticas y al menos el 10% de estos aportes deben emplearse para incrementar la participación de mujeres en la vida política. Los fondos entregados a cada partido se calculan multiplicando el valor de 0,04 unidades de fomento por el número de votos que lograron los candidatos en la última elección de diputados.

ALGUNAS CONCLUSIONES PRELIMINARES
Sentencia Marcela Ríos a modo de conclusión: “Con un nuevo sistema electoral, una nueva ley de partidos, financiamiento público e importantes restricciones al financiamiento privado de la política, la competencia entre los partidos inscritos va a ser mucho más equilibrada”. Señala también que existe una brecha muy grande entre lo que propuso la Comisión Engel respecto a la modernización del Servicio Electoral y lo que aprobó el Congreso sobre la materia, y agrega que el fortalecimiento del Servel sigue siendo una tarea pendiente, dada la magnitud de las funciones que ahora la ley se le están encomendando.
El debate sobre los efectos que estos cambios producirán en el conjunto del sistema político chileno son difíciles de medir de manera inmediata y solo podrán comenzar a evaluarse recién en el contexto de la elección municipal de octubre. La prueba de fuego será sin duda la elección presidencial y parlamentaria de 2017.
Bajo estas premisas, el panorama se presenta cuesta arriba para los cerca de 16 partidos en formación registrados ante el Servel y para otros que probablemente se agregarán en los próximos meses.
De la ausencia de nuevas propuestas políticas no se puede culpar solamente a las limitaciones de la actual normativa o al actuar de los partidos tradicionales; porque también cabe una gran responsabilidad a las organizaciones que aspiran a representar a los ciudadanos que no se sienten atraídos por la oferta política existente. Dadas las evidencias, las organizaciones que seriamente aspiran a incidir en la política chilena por la vía electoral debieran buscar antes de su inscripción un efectivo arraigo en sectores importantes de las comunidades en que se insertan.

RUBEN ANDINO MALDONADO

Publicado en “Punto Final”, edición Nº 850, 29 de abril 2016.
FUENTE: EL CLARIN

Trabajadores exigen que el Gobierno “detenga el daño a la Reforma Laboral”

 19:35 hrs.
Reforma-Laboral2
La ministra del Trabajo, Ximena Rincón, anunció que el Gobierno ha decidido vetar el proyecto de Reforma Laboral, el que fuera parcialmente objetado por el Tribunal Constitucional, no obstante resta por determinar de qué tipo será, si supresivo, sustitutivo o aditivo. "No puede ser que la Reforma le entregue más derechos a los empresarios", señalaron desde la CUT.
Una de las reformas más emblemáticas del Gobierno de la Nueva Mayoría, el proyecto que moderniza las relaciones laborales, sumará una nueva etapa al ya prolongado y accidentado proceso de legislación que ha transitado, ya que el Ejecutivo anunció que hará uso del veto presidencial, esto luego que el miércoles pasado, el Tribunal Constitucional (TC), declarara inconstitucional la titularidad sindical y, parcialmente, la extensión de beneficios.
Dichas normas son consideradas parte fundamental de la Reforma Laboral, por lo que desde trabajadores a parlamentarios consideraron que la iniciativa quedaba seriamente lesionada y que, contra todo supuesto y objetivo original, el proyecto terminaría entregándole más derechos a los empresarios que a los trabajadores, en caso de integrar las objeciones del TC.
Fue la ministra del Trabajo, Ximena Rincón quien a través de una entrevista en La Segunda, aseguró que el Gobierno utilizará el recurso del veto presidencial para incluir nuevas enmiendas a la iniciativa. Lo que resta por definir, señaló, es de qué tipo será el veto: sustitutivo, supresivo o aditivo, dependiendo si el Ejecutivo desea insistir con alguna de las normas ya objetadas por el TC, o si tiene como objetivo eliminar algunos artículos del proyecto que se hayan visto afectados por el retiro de la titularidad sindical, por ejemplo.
La titular del Trabajo explicó que es necesario involucrar a los trabajadores de manera integral en los procesos productivos, para lo cual es fundamental que se les entreguen los derechos y facultades pertinentes.
“La Presidenta ya lo ha dicho (…) La productividad no cae del cielo, se hace con los trabajadores, por lo tanto tenemos que involucrarlos en los procesos productivos y siento que muchas veces se nos olvida eso que esta reforma pretendía instalar: la equidad, el diálogo social como un proyecto del país”.
La ministra fue enfática en sus críticas hacia la oposición por presentar los requrimientos ante el TC para objetar la Reforma ya aprobada por el Parlamento: “Así como algunos llaman a que voten por ellos en las municipales, yo llamo a que se den cuenta quienes son verdaderamente los actores políticos. ¿Esa es la gente que queremos que nos gobierne? ¿la gente que no entiende que la participación, el diálogo, la negociación, son parte de las reglas?”
Nolberto Díaz, vicepresidente de la CUT, señaló que no le sorprende este anuncio, pero lo que sí “le exigimos, le imploramos al Gobierno es que use todas las herramientas que estén a su alcance para detener este daño que ha provocado el Tribunal Constitucional, ya que, a su juicio, no puede ser que la Reforma Laboral termine entregándole más derechos a los empresarios.
El dirigente sostuvo que sin importar el tiempo que por el que se prolongue la discusión de la Reforma, el Gobierno debe asegurar que se les entregue a los trabajadores .el derecho a organizarse y negociar en igualdad de condiciones con los empleadores.
Patricio Vallespín diputado de la DC y presidente de la Comisión de Trabajo, considera “correcto y pertinente” que el Gobierno ejerza su derecho a veto “para que lo que quede del proyecto de Reforma Laboral, ya que nos cayó un pilar fundamental sea constructivo y positivo para los trabajadores y sindicatos, y no limitante como quedaría ahora”.
Desde la oposición, el diputado dela UDI e integrante de la Comisión de Trabajo, Patricio Melero señaló que si bien el Gobierno está en su derecho de ejercer el veto -sólo faltaría saber de qué tipo-, “lo que no puede hacer es infringir nuevamente lo que la Constitución establece y lo que el TC acotó”, aseguró tajante el diputado gremialista.
Finalmente, Nolberto Díaz anticipó las manifestaciones de este 1 de mayo, y frente a las advertencias de algunos dirigentes de que se radicalizarán las demandas de los trabajdores, el vicepresidente señaló que “lo que se tiene que radicalizar es la exigencia porque la clase política, los que mandan en este país tomen en consideración que es por la vía del diálogo verdadero, a través de sindicatos, que los países enfrentan las crisis”.

Democracia a la chilena: Poco participativa y en transición

 19:01 hrs.
ELECCIONES
De cara a las elecciones municipales se reactiva la incertidumbre respecto del eventual abstencionismo electoral. Analistas plantean que se deben establecer mecanismos más abiertos y participativos, y en este sentido, el cambio constitucional asoma como relevante.
Las próximas elecciones municipales han puesto nuevamente sobre la mesa los altos niveles de abstencionismo que han experimentado los últimos procesos electorales. Sólo por citar un ejemplo, para las últimas elecciones presidenciales el 60 por ciento de las personas en edad legal para votar se abstuvieron. Si bien la presidenta Michelle Bachelet fue electa con 60 por ciento de los votos válidamente emitidos, el porcentaje de la ciudadanía que votó en la segunda vuelta fue de apenas un 41 por ciento.
Las estimaciones actuales calculan que para las elecciones municipales de este año la cifra de votantes escasamente superará el 42 por ciento, lo que representa un conflicto no solo para los partidos políticos que han sido duramente cuestionados, sino que sobre todo para los propios cimientos de la democracia chilena.
Marta Lagos, directora ejecutiva de Latinobarómetro y el centro de análisis de opinión Mori, explica que existe un declive de la democracia en todo el mundo: “Existen estudios donde se comprueba que las democracias emergentes de la tercera ola están en problemas y entre ellas varias de América Latina. Uno de los elementos que influye en eso es la debilidad del sistema de partidos y la debilidad de la participación electoral”.
Por su parte, Alejandro Olivares, analista político y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Chile, afirma que la participación en un sistema democrático es un tema multidimensional, considerando que la participación en democracias consolidadas suele ser oscilante y con tendencia a la baja participación, sobre todo cuando las elecciones son consideradas por la ciudadanía como “poco relevantes”.
En este sentido podría interpretarse la baja participación de las últimas elecciones como una señal de normalidad, donde la participación actúa con patrones de democracias desarrolladas en las cuales las elecciones no son lo mas importante “Lo anormal en el caso chileno fue la altísima participación en el plebiscito de 1989 y en los años noventa. Después de eso uno diría que es una curva que tiende a normalizarse”.
“También hay un factor de agotamiento de algunas instituciones formales e informales que han funcionado durante los últimos 25 años. Hay un agotamiento en como se toman las decisiones, la gente quisiera ser consultada más y se produce un anacronismo en el deseo de ser consultado y los mecanismos para esas consultas. Uno podría entender que hay una suerte de desconfianza en que las cosas van a mantenerse como siempre se han mantenido. En ese sentido podrían no participar porque saben que aunque ellos vayan a votar finalmente todo esto termina en una cocina”, apunta Olivares sobre las causas de la baja participación, en un porcentaje de gente informada y critica aunque plenamente representativo de la mayoría votante.

Democracia semisoberana y el problema de la clase

“En Chile no hay una democracia plenamente soberana sino que semisoberana. En los noventa la democracia chilena estuvo tutelada por estos garantes de la institucionalidad que eran los militares. Una vez que se retira esa frase de la Constitución sigue habiendo un tutelaje que pasa a ser del capital financiero. Hoy día el capital financiero controla la democracia chilena. El pueblo chileno no es propiamente soberano porque está tutelado, por un lado, y por otro porque la Constitución no permite el propio gobierno democrático, entre otras cosas por lo que era antes el sistema binominal, y por lo que es hoy día el Tribunal Constitucional y los quórum calificados” , afirma Renato Garín, académico e investigador del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
En la misma línea, Alejandro Olivares explica que el voto voluntario es otro de los elementos relevantes de considerar porque tiende a generar un sesgo de clase, donde las personas que tienen menos capital político y social tienden a votar mucho menos que aquellas personas que tienen una mayor educación. Este fenómeno provoca, a juicio de Olivares, que la participación se vuelva a determinados grupos de la población y que aquellos más vulnerables dejen de participar.
“Existe el riesgo de una oligarquización o elitización, en la medida en que no existan medidas de participación efectiva. En la medida de que los ciudadanos y ciudadanas tengan la impresión de que su opinión solo es escuchada cada cuatro años para una elección de una autoridad, es todo el poder para tomar decisiones puede generar un creciente malestar, una apatía y a la larga desinterés”, aseguró el experto.

La cuerda floja de los riesgos

A juicio de los expertos, los elementos anteriores confluyen hacia una democracia de la securitización, donde los derechos fundamentales como la libertad de circulación, por ejemplo, se ven aminorados ante las medidas de seguridad y de control que se establecen policialmente.
Sobre los riesgos que implica la poca participación electoral, Garín afirmó que el sistema funciona igual, pese a que va perdiendo paulatinamente su legitimidad. Hay un divorcio permanente y radical entre la ciudadanía y la clase política donde la ciudadanía ya no se concibe como tal, sino que como consumidores. “El eje político de la República Democrática se deshace en torno a la economía”, sostuvo.
Para Marta Lagos los estragos de la poca participación es posible observarlos en todas partes. “La gente se está poniendo cada vez más irascible, más intolerante respecto a los otros, y por lo tanto exige medidas más drásticas, eso es una regresión de actitudes autoritarias, antes la gente era más blanda, amigable, abierta, permeable”.
A juicio de la analista, la consecuencia directa de la no participación electoral es que los países se vuelven ingobernables. “Las personas que no votan, que no están contentas con lo que sucede porque no eligieron a la persona que está gobernando, están en la calle protestando”, afirmó enfáticamente.
Garín se mostró de acuerdo con Lagos y sostuvo en la misma línea que “si no construimos una democracia claramente vamos a desembocar en procesos autoritarios. Yo creo que el populismo autoritario en Chile esta a la vuelta de la esquina”.

Empoderamiento y participación activa

“Yo esperaría que la asamblea constituyente fuera el camino por el cual la ciudadanía vuelva a empoderarse respecto de la política. Ahora si no hay asamblea constituyente o si la Constitución se decide entre cuatro paredes por un grupo de expertos o un grupo de dirigentes políticos, yo creo que eso va a contribuir no a la mejora democrática, sino al divorcio total entre los ciudadanos y los políticos”, analizó Garín.
Para el experto la conclusión inmediata a este conflicto es la asamblea constituyente. Este mecanismo, permitiría a juicio del analista, volver a empoderar a la ciudadanía en estos temas y sobre todo, modificar los elementos jurídicos que impiden la participación fluida.
“Creo que en ese sentido la asamblea constituyente tiene que ser el camino por el cual reencontremos la capacidad de decisión política democrática, para reconstruir la república democrática como tiene que ser y terminemos este régimen de la transición, que es una democracia semisoberana, una semi democracia, donde hemos tenido una democracia tutelada primero por los militares y después por los empresarios”.
A juicio de Alejandro Olivares las soluciones pasan más bien por establecer mecanismos de democracias más abiertos y participativos: “El caso de Uruguay es interesante, porque existe una democracia mucho más activa en que por ejemplo, existe iniciativa popular de ley, anulación y revocación de cargos por esta misma vía”.
El asunto de la democracia y la baja legitimidad de los partidos son algunos de los temas que quedan pendientes en esta discusión. Quizás prescindir de mecanismos como las leyes de quórum calificados y potenciar un sistema democrático más participativo y con garantías, sea el desafío actual y uno de los puntos más conflictivos que deba hacer frente la actual clase política.