lunes, 25 de marzo de 2013

Presidenciales de la derecha: el 2017 se escribe hoy. Ossandón, Longueira y Piñera comienzan desde ya a disputarse el liderazgo del sector

Por Luis Casanova R.
Los intentos de suspender la primaria Golborne-Allamand para que ambos lleguen a la primera vuelta, idea del ministro Longueira que apoya el ex alcalde Ossandón, tendría como explicación concluyente la lucha por los nuevos liderazgos aliancistas que ambos dirigentes protagonizarán a contar de 2014. ¿Y Piñera? Sociólogo anticipa una repostulación al cargo “en dos períodos más”, una breve carrera de senador para mantenerse “activo” y un lejano retorno a su rol de empresario.


Que quince debates, que un debate; que críticas al gobierno, que defensas del gobierno; que la experiencia política, que la experiencia empresarial... si hasta se fijó como fecha de foro televisivo el próximo lunes 6 de mayo en TVN.

En esa mecánica se movía la campaña presidencial de la derecha, que enfrenta a Laurence Golborne (UDI) con Andrés Allamand (RN), cuando nuevamente un misil Exocet lanzado por el ministro de Economía y referente del gremialismo, Pablo Longueira, encendió las alarmas.

En su opinión, el despliegue mediático y territorial que están llevando a cabo sus ex colegas de Obras Públicas y Defensa no está dando resultados y, peor aún, los cara a cara que tanto exige Renovación Nacional sólo motivarán a un electorado "chico", más aún con la ex mandataria Michelle Bachelet a punto de volver al país para buscar su repostulación.

Según el ex senador, lo mejor es suspender el proceso del 30 de junio y que Golborne y Allamand lleguen juntos a la primera vuelta del 17 de noviembre, a su juicio, la verdadera primaria ciudadana.

Pero, atención, independiente del escozor que causaron las palabras de Longueira en los comandos de los dos abanderados, sumado a la lógica negativa de los protagonistas de esta historia, en diversos sectores de la Alianza, sobre todo de RN, optaron por sumarse a la cruzada.

Por ejemplo, a la senadora Lily Pérez le "encanta" la idea y el candidato a senador por Santiago Oriente, Manuel Ossandón, dijo que la competencia electoral "no está dando el ancho", por lo que resulta inevitable recordar que él mismo propuso la fórmula de una primaria multicandidatos en el sector, donde lanzó sobre la mesa su propio nombre y los de Pérez, Longueira y la titular del Trabajo, Evelyn Matthei (UDI).

Para Pablo Lira, encargado del programa de Estudios Políticos y Electorales del Instituto Libertad, llegar con dos contendores al penúltimo mes del año "fortalece que cada partido tenga un candidato propio para defender las listas parlamentarias".

¿El problema? "La definición de primarias está tomada y ya está fuera de lugar poner en duda que el futuro candidato que gane las primarias va a ser apoyado por toda la coalición. Ya pasó el tiempo de las propuestas y los partidos ya firmaron sus definiciones. Lo importante es cómo los candidatos pueden traducir los logros que está teniendo el gobierno, sobre todo en los aspectos sociales y económicos, en apoyo ciudadano, mientras se espera la llegada de Bachelet y cómo se articula la Concertación, que podría no tener primarias", señaló a Cambio21.

"Tenemos dos muy buenos candidatos y si sale un tercero habrá que considerarlo, pero es muy poco probable que eso ocurra. Además, veo a RN trabajando muy cómodamente con Allamand y en la UDI estamos muy conformes con Golborne. Así que las críticas de Ossandón yo las tomo como parte de su campaña senatorial, por lo que habría que verlas desde el punto de vista de la forma más que del fondo", agregó en este espacio el diputado gremialista Arturo Squella.

Duro de matar 1, 2 y 3

Si bien los dichos de Longuera sorprendieron en el Ejecutivo y agitaron las aguas en el oficialismo, básicamente por tratarse de un representante de los "coroneles" de la UDI, lo concreto es que puertas adentro no son pocas las voces que apoyan estos postulados.

Es más, se dice que los fundadores gremialistas y los discípulos más fieles del "legado" de Jaime Guzmán, que por lo demás tienen fuertes vínculos con el empresariado, pero que no necesariamente avalan todas las declaraciones del secretario de Estado, leen como trasfondo político el futuro escenario que se va a generar después de la elección de noviembre, por cierto, con Bachelet nuevamente instalada en La Moneda.

Es ahí donde entra a tallar el verdadero problema que aqueja a la UDI desde que Joaquín Lavín perdiera en la primera vuelta ante Sebastián Piñera en 2005: la falta de liderazgos.

Como se sabe, Longueira y el "gesto" que hizo al apoyar públicamente a Golborne, cuando una parte significativa de la colectividad apostaba por su candidatura, lo vuelve a situar como prioridad en las huestes a la hora de pensar en una carta que represente su línea ideológica y doctrinaria.

¿Será por eso que planteó la suspensión de las primarias y así evitar que Golborne -de vencer a Allamand- llegue fortalecido a la elección contra Bachelet, Marco Enríquez-Ominami y los independientes Franco Parisi y Marcel Claude, y se transforme en el nuevo caudillo de la centro-derecha? "Lo hace porque se da cuenta de que hacer una primaria los puede dividir aún más que ir a la primera vuelta. Entonces es mejor estirar la discusión hasta la primera vuelta", contestó desde la otra vereda José Antonio Gómez, abanderado y timonel radical.

Dato a consignar: Longueira ya intentó posicionarse en el gobierno de Lagos (cuando firmó con el entonces mandatario -2003- el acuerdo para modernizar el Estado), también en medio de la administración Bachelet -2007- e incluso antes de la proclamación final de Piñera. Sin dudas, la del 2017 sería su última chance.

"Pablo puede ser una de las alternativas y legítimamente piensa que teniendo más candidatos en competencia se llegaría a una mayor cantidad de sectores. Yo creo lo contrario, que ojalá tuviéramos uno solo. De hecho, no descarto que tengamos uno solo antes de las primarias", aclaró Squella.

Andrés, Cote y Tatán

Ossandón está "en la misma" que Longueira, aseguran en Antonio Varas 454, sede de RN. Su postura crítica hacia Piñera, el gobierno, los asesores del "Segundo Piso" de La Moneda, Allamand, Golborne, la UDI, los disidentes de su partido y la oposición, lo tienen arriba en las encuestas y con la primera opción para llegar al Senado, vitrina principal si lo que quiere es perfilarse como presidenciable en 2017. Y eso él lo tiene muy claro.

"Todo político tiene aspiraciones de llegar a La Moneda y ser Presidente de la República y más todavía cuando se habla de grandes dirigentes", acota Pablo Lira, quien afirma que "hay dos rostros potentes que son Longueira y Ossandón, los que seguramente van a abarcar liderazgos internos para futuras definiciones presidenciales".

Sin embargo, si es Allamand el que obtiene la victoria en junio, se asume que el fundador de RN se erigirá como el bastión político de la derecha para los próximos años.

Pero no estará solo. Diversos análisis entregan como conclusión que el verdadero trabajo que está efectuando el presidente Piñera -a nivel de anuncios y de protagonismo en materia de Relaciones Exteriores- no busca potenciar electoralmente a sus ex ministros en campaña. A la inversa, su meta es salir del gobierno con una aprobación que supere el 40%, que es el piso histórico de la Alianza, y de esta forma preparar su retorno a las grandes ligas, por mucho que en una reciente entrevista concedida a un medio extranjero negara repostular en 2017.

"Todo depende de cómo sea este año para él y de cómo termine su gestión", explicó a este medio el sociólogo de la Universidad Central Emilio Torres. "Ahora, obviando las cifras y mirando lo que ha sido la trayectoria de los ex presidentes, un indicador podría ser imitar lo que hizo Frei. Es decir, seguir como senador y mantenerse activo políticamente a la expectativa de poder acceder a un eventual nuevo período. Mal que mal, aún sigue siendo un político relativamente joven a sus 63 años", destacó.

"Sería extraño y difícil de imaginar que retorne a los negocios y sólo ejerza un rol de empresario. Ya tuvo esta alma dividida antes, cuando era accionista y senador en los 90, y su estatus de presidente, si bien se ha ido desgastando en Chile y en todo el mundo, de todas maneras pesa mucho como para poder transformarse en un civil cualquiera y vivir normalmente. Todo mandatario intenta mantener un legado histórico y una imagen de trascendencia", añade.

La cosa es sencilla para Torres: "Si termina de forma ascendente y recupera protagonismo, como lo tuvo al inicio de 2010, uno podría imaginarse que se puede mantener el talante pensando en otra candidatura, pero en un par de períodos más. De lo contrario, le queda continuar como lo hizo Lagos o Bachelet, que se fueron por las fundaciones y establecieron referentes ideológicos, que creo que es lo que necesita reforzar la Alianza, aunque no es su fuerte en estos momentos".

Al parecer, tendremos Piñeras, Longueiras, Ossadones, Golbornes o Allamanes para rato. Así que a no engañarse: las verdaderas presidenciales de la centroderecha no se escriben hoy, sino que en algunas temporadas más.

FUENTE: CAMBIO 21

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