jueves, 27 de febrero de 2014

Red Construyamos
27F, UNA BATALLA QUE TAMBIËN SE LIBRA EN EL CAMPO DE LAS IDEAS
Tenemos en nuestra experiencia una gran lucha dada por 4 años, iniciada en medio de las desgracias materiales y, sobre todo, de la desorganización social.
En el curso de estos 4 años ha habido mucha movilización, algunas veces importantes, como aquella significativa "Cuenta Pública Popular" del 21 de mayo de 2011. Estas movilizaciones nos dejan un estado de organización y combatividad que hoy es al menos un tanto ...
superior al que conocíamos hasta 2010. Sin embargo, una parte importante de esta lucha pasa un poco desapercibida.
Hay un aspecto en el que estamos más atrasados: Falta claridad en la comprensión de la realidad y en la razón del por qué luchamos. Algunos luchadores sociales se han adaptado al discurso y a las ideas del poder. Hablan, por ejemplo, de discutir con el gobierno en términos de cifras de reconstrucción (es decir, que si es 60%, 70%, 90%...), entrando en la cancha marcada por el adversario. Se les escapa a mucha gente que ese no es el problema reeal, se engañan muchos entrando al corredor virtual de una reconstrucción que es un fraude. No se trata de cuántas casas de cartón entregó Piñera y cuántas entregará el gobierno próximo. Incluso, más allá de las condiciones de mala calidad de esas casas, hay problemas mayores y de fondo. Se nos escapa a veces la cuestión principal y constante: la arremetida de un empresariado que, bajo la lógica de la especulación inmobiliaria y corrompiendo al aparato público, genera la colusión entre intereses económicos y políticos, desplegando una campaña de verdadera guerra silenciosa en la que el principal objeto en disputa es LA TIERRA. La disputa por la tierra emprendida por SERVIU y otros aparatos estatales contra importantes masas de familias obreras y pobres, en función del lucro de las grandes empresas inmobiliarias, son el eje real de la llamada "reconstrucción". Hablar del avance del gobierno en término de sus cifras es olvidar que, no importa los porcentajes, lo cierto es que es una política destructiva, segregadora e injusta.
Las luchas por los intereses de nuestros pueblos, siempre serán luchas complejas. No comprender la realidad a cabalidad conduce a perder el objetivo de vista y, probablemente, a reproducir la política de aquellos mismos que nos oprimen. Entonces, esto es un asunto que va más allá de salir a la calle. También debe ser una lucha de las conciencias, en la que siempre debemos estar preparados para combatir el pensamiento neoliberal que intenta permear nuestras ideas y desviarnos en un eterno laberinto que nos impida luchar realmente por el poder.
 
 

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