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A fines de 2011 el Ministerio de Salud puso en marcha un nuevo sistema de turnos para que todas las comunas contaran con una farmacia abierta por las noches. Era la promesa de que todos los sectores de Santiago tendrían acceso a medicamentos en caso de urgencia, a cualquier hora. Pero pronto esa promesa se cayó. CIPER visitó más de 40 establecimientos en Santiago y corroboró en terreno las fallas que ha tenido la implementación de la norma. Farmacias que no atienden, que cerraron o que no cumplen con requisitos mínimos, han dejado a comunas sin locales de turno hasta por tres meses.
Si alguna de las personas que viven en las comunas de San Ramón, La Granja o La Pintana, requiere con urgencia un medicamento en la noche, durante al menos siete días al mes, lo único que va a encontrar al salir a buscarlo será una reja cerrada con candado. Eso ocurrió en julio recién pasado. De acuerdo al calendario que elaboró la Seremi de Salud de la Región Metropolitana para determinar qué farmacias estarían de turno durante el segundo semestre de este año, la farmacia Cruz Verde que está en avenida Santa Rosa 7668, en La Granja, era la encargada de atender por la noche –hasta las 8:00 de la mañana del día siguiente– a la población de esas tres comunas. El cronograma oficial establece que debió estar abierta toda la noche las jornadas del 2, 5, 10, 16, 22, 25 y 30 de julio. Pero eso no pasó: durante todos esos días, los más de 400 mil habitantes que viven en esa zona del sector sur de la capital quedaron sin acceso a medicamentos en caso de urgencia.
Durante el primer semestre de 2012, esa misma farmacia debía realizar 19 turnos cada diez días, pero no lo hizo ni una sola vez. El motivo, según los funcionarios de ese establecimiento, es que la farmacia está dentro del recinto donde se ubica un supermercado Santa Isabel. Como el perímetro se cierra a las 10 de la noche, también lo hace la farmacia. Por lo mismo, tampoco estará disponible para cumplir los 37 turnos que tiene programados para lo que queda del segundo semestre.
El caso de esta farmacia Cruz Verde de La Granja es sólo una muestra de las fallas que ha tenido la implementación del sistema de turnos que puso en marcha el Ministerio de Salud en todo el país a fines del año pasado. Un plan que comenzó el 19 de diciembre de 2011 y que en la teoría pretendía establecer que al menos una farmacia estuviera abierta por comuna durante las 24 horas. Pero esa iniciativa quedó sólo en el papel: ocho meses después, lo que ocurre en la práctica es algo muy distinto.
CIPER visitó 41 establecimientos repartidos en las comunas de Puente Alto, San Ramón, La Granja, Recoleta, Independencia y La Pintana. Y en todas ellas –como en muchas otras–, la promesa que hizo el ministro de Salud, Jaime Mañalich, de contar cada noche con una farmacia de turno por comuna, nunca se cumplió.
La resolución que emitió la Seremi el 8 de junio establece que si la farmacia de turno se encuentra dentro de un supermercado, un mall o cualquier establecimiento “cuyo horario de funcionamiento sea inferior al horario fijado como término del turno”, debe indicar en un lugar visible qué otro establecimiento lo reemplaza. De preferencia, el más cercano y obligatoriamente indicando su dirección exacta. Afuera de la Cruz Verde de La Granja hay un cartel que dice: “Turno de farmacia está siendo atendido por farmacia de urgencia Cruz Verde de La Florida (avenida La Florida 9385)”.
El local indicado en el cartel, en rigor, no es un reemplazo porque está fuera del área de las tres comunas que debería cubrir la Cruz Verde de avenida Santa Rosa (San Ramón, La Granja y La Pintana). Por lo tanto, cualquier persona que llegue a comprar medicamentos por la noche, debe emprender rumbo a la farmacia de La Florida, que está a 8,8 kilómetros. Si no anda en auto, la forma más rápida para llegar de una farmacia a otra es tomar dos buses del Transantiago: primero el E03, que después de la medianoche circula con una frecuencia de una hora, y luego hacer transbordo al troncal 104, que pasa cada 30 ó 40 minutos. Un recorrido que en promedio demora dos horas. Precisamente el tipo de desplazamiento que el plan pretendía evitar.
-Si tenemos una emergencia nos aguantamos nomás, porque no hay dónde comprar. No tenemos dinero para salir a buscar farmacias abiertas por todo Santiago –dice Nevenka Pardo, una mujer que vive en La Pintana y que al menos una semana al mes, al igual que sus vecinos, queda desprovista de alguna farmacia de turno accesible.

MEDICAMENTOS PARA TODOS

A fines de noviembre de 2011, la Seremi de Salud de la Región Metropolitana, Rosa Oyarce, realizó una fiscalización en el sector poniente de Santiago y verificó en terreno que la mayor parte de la población de la capital no tenía acceso a medicamentos por las noches. Hasta ese momento, la posibilidad de acceder a farmacias estaba determinada por dos sistemas distintos: las farmacias de urgencia (abiertas todo el año las 24 horas) y las farmacias de turno, obligadas por normativa a funcionar hasta las 23:00 horas o hasta la medianoche. Pero ninguno de esos mecanismos garantizaba la disponibilidad en caso de emergencia a toda la población.
Hay sólo nueve farmacias de urgencia en toda la Región Metropolitana para sus más de siete millones de habitantes. En todo caso, no porque esa sea la política. No es la Seremi de Salud la que decide qué locales están abiertos las 24 horas todo el año, sino que son sus propios dueños. Si ellos deciden que sus establecimientos dejan de funcionar en ese horario, las autoridades no tienen nada que decir. Como las farmacias de urgencia no están regidas por una normativa especial, tampoco existe una norma que determine dónde se ubican. Ese es un problema porque de las nueve, seis están en el sector oriente: tres en Las Condes, dos en Ñuñoa y una en Vitacura. Las otras tres se reparten entre Santiago, San Bernardo y La Florida (ver Mapa de distribución farmacias de urgencia).
A la pésima distribución de las farmacias de urgencia, se sumaba que el circuito de turnos vigente hasta fines del año pasado (que sí estaba regido por la autoridad) era hasta las 23:00 ó 24:00, y que no todos los locales lo cumplían.
-Antes, las farmacias no podían instalarse a menos de 200 metros una de otra. Ahí se respetaban los turnos, pero eso se acabó con el crecimiento de las grandes cadenas. Como muchos de sus locales cerraban a la medianoche, las farmacias más pequeñas dijeron para qué hago turno, si las cadenas igual están atendiendo hasta la misma hora –dice Luisa González, jefa del subdepartamento de profesiones médicas y farmacias de la Seremi de Salud Metropolitana.
Fue por ese escenario, y para “velar por el derecho a la salud de las personas de todos los sectores”, que el Ministerio de Salud implementó a partir del 19 de diciembre de 2011 un nuevo sistema de farmacias de turno por comuna, para que toda la Región Metropolitana tuviera acceso a medicamentos a cualquier hora. Con el nuevo plan, el horario de atención se extendía toda la noche, hasta las 8:00 de la mañana del día siguiente.
Se elaboró entonces un cronograma que establecía que cada día 141 farmacias cumplirían turnos nocturnos en todo el país. Para Santiago, la garantía de que cada noche habría al menos una funcionando por comuna quedó en las manos de los 49 locales que formarían parte del nuevo sistema cada noche.
Al principio –al menos en la teoría–, la nueva iniciativa parecía funcionar. Un estudio hecho por Mapcitysegún la ubicación geográfica de los establecimientos de turno, determinó que en Santiago la distancia máxima entre farmacias abiertas las 24 horas se redujo de más de 11 a 4,2 kilómetros. Pero fueron necesarias las primeras fiscalizaciones en terreno para verificar que el sistema no funcionaba como se había planeado.
-Nos encontramos con locales que estaban dentro de un supermercado o dentro de un mall, por lo que no cumplían los turnos. También nos dimos cuenta de farmacias que habían cerrado sin avisar a la autoridad. El sistema se contempló para todas, porque la obligatoriedad de la farmacia es que tenga que hacer turno si la autoridad lo decide. Todas las farmacias están obligadas a hacer turnos semestralmente. Sea el horario que sea. Pero la verdad es que en el primer semestre nos quedó la escoba -reconoce Luisa González a ocho meses de adoptado el nuevo sistema.

AQUÍ SE CIERRA TEMPRANO

Durante el primer semestre, las tres farmacias que están al interior del Mall Plaza Oeste, en Cerrillos, formaban parte de la lista de locales que debían cumplir turno de 24 horas. Pero ninguna lo hizo porque el horario de cierre del centro comercial es a las 21:30 horas. Si se suman los 30 turnos que tuvo entre enero y junio la farmacia Ahumada de ese mall con los 31 del local Salcobrand y los 30 de Cruz Verde ubicados en el mismo lugar, da un total de 91 jornadas en que los turnos no se cumplieron.Eso significa que durante el primer semestre, Cerrillos estuvo sin farmacia de turno por tres meses. Como no había ningún otro local en la comuna que las reemplazara, todas las personas que llegaron allí guiadas por el cronograma oficial publicado por el Ministerio de Salud, fueron derivadas a farmacias de las mismas cadenas, pero en Maipú.
En Huechuraba ocurrió algo similar. De las 10 farmacias contempladas para cumplir turno el primer semestre, tres están dentro del Mall Plaza Vespucio Norte. Ahí, por ejemplo, la Salcobrand ubicada al interior del mall derivaba su turno a otra Salcobrand en Pedro Fontova 7777, por lo que sus 19 turnos quedaron cubiertos. Lo mismo hacía la Farmacia Ahumada, que derivaba a su sucursal de Pedro Fontova 7571.
El primer calendario que elaboró la Seremi de Salud para la Región Metropolita incluyó a todas las farmacias disponibles por comuna, aunque no contempló la realidad de cada una. Gran parte de los locales se encuentran al interior de supermercados, centros comerciales o streapcenters cuyos horarios de cierre dificultan que se realicen los turnos. De las 32 farmacias que se repartían la responsabilidad de abastecer de medicamentos a los casi 110 mil habitantes de Estación Central, 11 no cumplieron sus 66 turnos agendados por estar dentro de alguno de estos recintos. En El Bosque eran 19 las farmacias que debían cumplir turnos, pero de ellas cinco dejaron de atender por 46 noches porque estaban adentro de un supermercado. Lo mismo pasaba en Conchalí, donde seis de los 12 locales en turno cerraban por la misma razón, lo que implicaba que la mitad del tiempo, sus poco menos de 105 mil habitantes quedaban sin una farmacia por las noches. Un problema de ubicación que para la autoridad no justifica el incumplimiento de la normativa.
-En la resolución dice que deben cumplir los turnos semestrales. Cómo lo hagan, eso no es problema de la Seremi, sino que del propietario. Sea como sea, tienen que adecuarse al turno –afirma González.
Aunque algunas de las farmacias que están en esa situación consiguieron un reemplazo, siguieron figurando en las listas oficiales del Ministerio de Salud. Como esa era la base de datos que manejaban en la central telefónica que el gobierno dispuso para atender las dudas de la población (el servicio “Salud Responde”, teléfono 600 360 7777), ni siquiera allí sabían sobre los reemplazos, por lo que las personas sólo se daban cuenta del cambio cuando llegaban al local y veían el cartel que indicaba la nueva dirección. Una dirección que incluso los podía llevar a una comuna distinta. Es así como la medida que buscaba proveer de medicamentos en caso de urgencia a todas las comunas de la capital, simplemente no dio abasto.
Hasta el 15 de agosto, la Seremi realizó 458 fiscalizaciones, levantando más de 132 sumarios por distintas faltas a la normativa. Pero de ellos, sólo 16 corresponden al incumplimiento del turno asignado de 24 horas. En las 41 farmacias que CIPER visitó entre el 6 y el 12 de agosto, varias no tenían las listas de turnos actualizadas, no contaban con químicos farmacéuticos durante toda la noche –una obligación en cualquier lugar donde se vendan medicamentos–, no indicaban qué farmacias las cubrían en caso de no poder realizar su turno o simplemente no realizaban los turnos asignados. Y eso que ahora el impedimento de estar dentro de recintos cerrados prácticamente no corre, porque la mayoría de los locales que estaban en esa situación, fueron eliminados de la lista para el segundo semestre de 2012, al igual que la garantía de contar con una farmacia abierta por comuna cada noche.

PAQUETES DE COMUNAS

Lo que hizo la Seremi para ordenar y hacer funcionar el sistema fue una limpieza total. “Tuvimos que sacar la mayoría de las farmacias que estaban dentro de supermercados o malls, porque no sacábamos nada con ponerlos si aún estaban con el problema de no poder llegar a un consenso con quienes les arriendan el local y poder hacer un acceso”, cuenta González.
La medida, entonces, fue eximir de los turnos a las farmacias que estaban en lugares que por horario de cierre restringían la entrada. Eso implicó reducir considerablemente el número de establecimientos que podrían cumplir con los turnos, por lo que también lo hizo la cantidad de locales abiertos por noche en la capital.
Si en Maipú el primer semestre había 63 farmacias que alternaban sus turnos, desde julio el número disminuyó a 29. En Independencia había 20, pero el nuevo cronograma incluye sólo nueve. Y en Cerrillos, los locales que atienden por las noches se redujeron de nueve a solamente tres. Como la lista de farmacias se vio fuertemente reducida, para hacer el nuevo calendario la autoridad decidió unir algunas comunas en paquetes, terminando con la idea inicial de contar con una farmacia de turno por comuna cada noche (ver Calendario de Farmacias de turno segundo semestre).
Eso fue lo que pasó con La Pintana, La Granja y San Ramón: las tres comunas forman parte de un paquete que hoy tiene sólo una farmacia de turno para toda su población. Eso mismo ocurre precisamente en aquellas comunas con mayor población vulnerable, que ya contaba con una oferta escasa de farmacias disponibles y pocas posibilidades de recorrer grandes distancias en la noche en busca de medicamentos. Más aún si no se tiene la certeza de que al llegar a la farmacia esté efectivamente abierta, como ocurre con la Cruz Verde de La Granja mencionada al comienzo de esta investigación. De las 41 farmacias que visitó CIPER, ocho no tenían las listas con los locales de turno pegadas afuera o no estaban actualizadas, a pesar de que el Decreto Supremo 466 –que rige el funcionamiento de las farmacias–, obliga a tenerlas.
Además, hay una notoria diferencia entre la cantidad de farmacias dispuestas por comuna. Para diciembre de este año en el trío conformado por La Granja-La Pintana-San Ramón está programado que durante 15 noches la farmacia de turno estará en La Granja, 13 en La Pintana y sólo cuatro en San Ramón.
Independencia y Recoleta también forman parte de un paquete: en octubre, sólo cuatro noches estará abierta una farmacia en la primera de esas comunas. Esto quiere decir que si la población de Independencia necesita remedios de noche, durante 27 días no contará con disponibilidad en su territorio y tendrá que dirigirse a Recoleta. Ese mismo problema se acrecenta en las comunas de San Pedro, Villa Alhué y María Pinto, donde, por no contar con farmacias, quienes viven allí deben dirigirse a Melipilla para obtener medicamentos.
Colina, Tiltil y Lampa, también tienen por resolución una farmacia de turno para las tres comunas. En agosto, durante seis días el turno estará cubierto por alguna de las dos farmacias en Chicureo. Si alguien de Tiltil tiene alguna emergencia durante esas seis noches, no le quedará otra opción que recorrer los 25 kilómetros que separan esa comuna del exclusivo sector residencial de Colina. Un tramo imposible de cubrir en la noche si es que no se cuenta con vehículo, porque después de las 21:30 no hay locomoción colectiva.
De las 41 farmacias que CIPER visitó, ninguna había visto un aumento en la cantidad de gente que llegaba de noche a comprar medicamentos. Entre el primer y el segundo semestre, en las comunas que se han unido en paquetes, los funcionarios consultados aseguran que no han registrado un aumento en el flujo de clientes y que son muy pocas las personas que llegan desde otra comuna. Sólo en San Ramón nos dijeron que sí ha llegado gente de otras comunas, pero pocos, y que en todos los casos lo han hecho en auto.

EL TEMOR A QUEDARSE DE NOCHE

A las 22:00 la mayoría de las farmacias cierran y las que están de turno bajan su cortina y sólo dejan una ventanilla abierta para atender. Pero es muy bajo el flujo de personas que recurre a ellas. En San Ramón sus habitantes no suelen caminar por las calles después de las diez de la noche porque tienen temor a ser asaltados. “Es cansador y terriblemente peligroso. La gente prefiere atenderse en postas y hospitales si es que tienen una emergencia”, afirmó un funcionario de la Farmacia Nueva (Santa Rosa 8097-A) en San Ramón, un local que cubrió 11 turnos durante el primer semestre, pero que en el nuevo calendario fue eliminado.
Otra auxiliar de la Farmacia Alejandra (Santa Rosa 10489), en la misma comuna, dijo que hace poco la amenazaron con una pistola: “Aunque pongas reja, si te atacan con el cañón no hay nada que hacer”, explicó.  Otra farmacia a pocas cuadras de ahí ha sido saqueada dos veces, una de ellas para el paro convocado por la CUT en agosto del año pasado. “Yo le diría a la Seremi que viniera a hacer conmigo el turno de noche”, afirmaba la auxiliar desde atrás de las rejas blancas que protegen su farmacia de día.
El 20 de junio pasado, a la Farmacia del Dr. Simi que está en José Luis Coo 137, en Puente Alto, intentaron asaltarla a las cuatro de la mañana durante su turno de noche, quebrando botellas y amenazando a los funcionarios con los vidrios rotos a través de la ventanilla para que les entregaran anfetaminas. “Tuvieron que llamar a Carabineros, que aunque están a una cuadra, se demoraron 30 minutos en llegar”, afirmó una auxiliar del local. Un riesgo que su personal deberá correr durante los seis turnos que deberá cumplir entre julio y diciembre de 2012.
El temor de los empleados es algo que se repite en muchas de las comunas de Santiago. Luisa González cuenta que “hubo gente que nos dijo que si la obligábamos a hacer turnos, cerraban la farmacia, que no estaban dispuestos a arriesgar a su personal”. Una amenaza que se concretó. El martes 13 de agosto, La Tercera publicó una nota que decía que la Seremi abrió sumarios por el cierre no autorizado de siete farmacias en la Región Metropolitana. Según González, el motivo de cierre de varias de ellas fue por los riesgos de asalto.
Para paliar el tema de la seguridad, en la Seremi aseguran que se realiza un trabajo en conjunto con Carabineros. “A nosotros se nos pidió que dijéramos cuáles eran las (farmacias) que estaban más complicadas y hay un sistema de rondas, por el tema de los asaltos, para que la gente no tenga la dificultad de tener acceso a los medicamentos”, explica González. Y agrega: “Para la Seremi, la seguridad no es una excusa para no trabajar en los turnos”.
Los funcionarios de las farmacias aseguran que el mismo temor tienen los habitantes de las comunas, que no están dispuestos a salir a las calles de noche. También cuentan que la mayoría de los clientes llegan buscando preservativos, toallas higiénicas, pañales o sildenafil (viagra). Pero si tienen una emergencia se dirigen a la posta, al Sapu o un Centro Asistencial, donde muchas veces los tratan de urgencia para que al día siguiente puedan seguir con su tratamiento. De las farmacias visitadas, donde más llegan de noche para conseguir remedios con receta médica es en Recoleta, debido a su cercanía con la Clínica Dávila y los hospitales San José y José Joaquín Aguirre.

LAS FARMACIAS INDEPENDIENTES SALEN PERJUDICADAS

Para poder vender medicamentos, todas las farmacias deben tener al menos un químico farmacéutico mientras estén abiertas. Eso dice el Decreto Supremo 466: “Las farmacias funcionarán bajo la dirección técnica de un profesional químico farmacéutico, el que deberá ejercer su cargo a lo menos ocho horas diarias”, pudiendo ser reemplazado por otro químico farmacéutico o farmacéutico. Este acápite resultó ser un problema para el cumplimiento de los turnos, principalmente para las farmacias más pequeñas, porque frente a las pocas ventas que se realizan, el costo de tener un profesional toda la noche es muy alto.
Las grandes cadenas tienen más recursos, por lo que ofrecen un bono a quienes se quedan trabajando en los turnos de noche. Aquí, los principales perjudicados son las farmacias más pequeñas, las independientes, que no tienen cómo costear al químico farmacéutico.
El dueño de una de las farmacias que CIPER visitó en Recoleta confesó que muchos establecimientos independientes prefieren tener a un auxiliar y arriesgarse a las multas de la Seremi, que van desde las 0,1 a las 1.000 UTM (hasta cerca de $40 millones), antes que pagarle a un químico farmacéutico para que cubra las noches. De hecho, González dice que ese es precisamente el incumplimiento más detectado durante las fiscalizaciones.
Héctor Rojas, presidente de la Asociación de Farmacias Independientes (AFI), cree que los turnos producen una carga que el Estado debiese costear.
-Esto es un acto discriminatorio de la autoridad sanitaria hacia nuestro sector. Si quisieran seguir con eso en el futuro, debieran retribuirnos. Si no, es un desmedro para todas las farmacias independientes –dijo a CIPER.
Por otra parte, no todos los medicamentos están disponibles a toda hora. Los requisitos técnicos que tiene que cumplir una farmacia para estar de turno son los mínimos: medicamentos básicos genéricos (analgésicos, antibióticos o inhaladores, entre otros). Por eso farmacias como las del Dr. Simi pueden funcionar, aunque no vendan productos no genéricos. Si uno de los locales de esa cadena está de turno y llega una persona con un requerimiento específico, simplemente no lo va a encontrar.
-Claro que ha habido errores, pero ha sido un trabajo arduo para no dejar a la población expuesta a la falta de medicamentos. Hemos tratado de responder a lo que ha ordenado el ministro Jaime Mañalich: que no falte el medicamento y que la población tenga acceso –dice González.

FUENTE:CIPERCHILE