jueves, 2 de agosto de 2012

Nada indica que tenga un futuro distinto al original

Nuevo proyecto de reforma tributaria aumenta molestia de la oposición con el gobierno

La decisión de La Moneda de ingresar una nueva iniciativa en vez de una indicación sustitutiva a la que ya estaba siendo tramitada a duras penas, lejos de calmar los ánimos de la Concertación los encendió aún más. Al punto que algunos parlamentarios que pensaban votar a favor la idea de legislar, lo están reevaluando.
Después de casi una semana en que el gobierno mantuvo la expectación acerca del contenido de una indicación sustitutiva para facilitar un acuerdo transversal a favor de la aprobación de la reforma tributaria, esta mañana sorprendió a la oposición retirando el proyecto original e ingresando uno nuevo. Adicionalmente, aumentó la presión sobre los parlamentarios, acortando el tiempo para la tramitación de suma urgencia a discusión inmediata. La iniciativa ha tenido proceso poco afortunado y no parece que vaya a mejorar, porque hay sectores de la Concertación realmente molestos con lo sucedido. Niegan que el Ejecutivo haya intentado dialogar y ha actuado con improvisación, al punto que el senador PPD e integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, Ricardo Lagos Weber, tras conocer los alcances del nuevo documento ingresado no duda en sostener que “me siento burlado”, por la administración de Sebastián Piñera, por lo que está evaluando siquiera aprobar la idea de legislar, algo que estaba dispuesto a hacer para abrir la posibilidad del debate, antes de esta nueva movida de La Moneda
A estas alturas, en la oposición están derechamente molestos. El senador Lagos Weber tiene la convicción de que el Ejecutivo está actuando con “una profunda improvisación”, opinión que comparte un amplio sector de  la coalición opositora. En medio del anuncio del Ejecutivo, el parlamentario PPD hace el análisis de que en la tramitación de la reforma tributaria “se ha perdido un tiempo enorme, porque este gobierno ni siquiera tuvo nunca el apoyo cerrado de sus aliados” para avanzar en la iniciativa. Recuerda que la UDI se oponía de plano a ella, argumentando que no estaba en el programa de gobierno; más tarde ocurrió algo similar a lo sucedido con el salario mínimo, porque RN –el partido del Presidente de la república- tampoco estaba de acuerdo con el proyecto tal y como lo envió el Ejecutivo. Es decir, “era cuestionada por moros y cristianos”. Pero, tal como están las cosas, en la oposición no se atreven a augurar que este fast track promovido por el gremialismo logre su objetivo.
Ello, entre otras razones, porque a juicio del parlamentario PPD el nuevo proyecto de reforma ingresado este jueves, mantiene “el vicio” del original, que es “reducirle la tasa de impuestos a los que más tienen”, por lo mismo es que “me siento burlado y voy a reevaluar siquiera aprobar la idea de legislar. Y ya sea burla, porfía o ideología, de parte del gobierno, no lo voy a aceptar”. En cuanto a la discusión inmediata con que la iniciativa ingresó al Congreso, Lagos Weber se pregunta “por qué, si perdieron tres meses desde que el proyecto original ingresó a tramitación, ahora les bajó el apuro”; insistiendo en que el gobierno actuó nuevamente por presión de la UDI  y reiteró que “tratar de ayudar a este gobierno a ratos cansa”.
Mientras que en la misma línea de Lagos, el diputado DC José Miguel Ortiz, integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja y uno de los dos negociadores de su bancada en esta materia, junto con su par Pablo Lorenzini, no duda en sancionar que las autoridades “a través de estrategias comunicacionales quieren dar señales, al país, de que hubo diálogo con la oposición para llegar a este nuevo proyecto. Lo que es absolutamente falso”. En su opinión, la nueva iniciativa –que eliminó la creación del impuesto verde, a los alcoholes y mantuvo los aranceles aduaneros- no recauda más y tampoco acoge las peticiones que su sector le ha hecho al gobierno. Por lo mismo que, señaló, la bancada DC se abstendrá en la idea de legislar –en la comisión-, aprobando sólo el alza de 17 a 20 por ciento del impuesto de primera categoría, que afecta a las empresas, y rechazando el resto del articulado. Aunque esto podría variar, dice es lo que se ha acordado hasta ahora. Mientras que el PPD votaría a favor la idea de legislar. En todo caso, explicó que la Comisión de Hacienda ya fue citada para este lunes a las 11:00 de la mañana, pero que antes de asistir a esta cita, los seis integrantes opositores de  la instancia se reunirán previamente. Y espera que este fin de semana los presidentes de los partidos de la Concertación se reúnan y se pronuncien sobre el tema.
Por su parte, el diputado PS Carlos Montes, con quien el gobierno ha intentado llegar a algún tipo de acuerdo sin éxito, no mejoró su impresión de esta nueva iniciativa. Lejos de aquello destacó que “aquí hay una serie de aspectos que fueron eliminados, como los impuestos verdes y algunos aranceles. Sin embargo, creemos que esto no es suficiente. El proyecto recauda 700 millones de dólares y se requiere de mucho más. Nosotros insistimos en que se debe focalizar mucho más en la evasión y las franquicias tributarias”, advirtió. Lo que no permite pronosticar una rápida tramitación pese a la postura del gobierno de presionar poniéndole discusión inmediata a la polémica iniciativa. A juicio de Montes, integrante de la Comisión de Hacienda y Economía de la Cámara Baja, el nuevo proyecto de reforma tributaria es “insatisfactorio” y criticó la actitud asumida por el gobierno en esta tramitación, advirtiendo que “los parlamentarios de oposición están molestos con las reiteradas presiones que vienen desde el Ejecutivo”, aludiendo a algunas declaraciones del vocero; Andrés Chadwick.
Una lectura más optimista, desde el punto de vista de la Concertación, es la que le da el presidente del Senado, Camilo Escalona (PS), a lo sucedido. Al igual que el diputado DC José Miguel Ortiz, Escalona estima que con el nuevo proyecto “no hay ningún favor del gobierno a la oposición”, lo que hay –dice- es la comprobación de la “derrota” de La Moneda que no logró imponer su posición. “Lo que hay es una derrota de quienes han querido tomar decisiones que libran a la sociedad chilena, única y exclusivamente, a la rentabilidad de los mercados y que debilitan el sentido protector que deben tener las políticas públicas respecto de las grandes mayorías de nuestro país”. Y advierte que “el proyecto que reemplaza al ya defenestrado original, contiene normas que se deben estudiar con detenimiento, porque nuevamente la “letra chica” nos podría llevar al caso en que se adopten las mismas disposiciones que son inaceptables” y señaló que por lo mismo “seguiremos preocupados de rechazar y de impedir cualquier intento, sea “letra grande” o “letra chica”, de hacer más ricos todavía a los que ya son demasiado ricos en nuestra sociedad”.
Con este escenario, el gobierno estaría perdiendo a uno de sus posibles aliados para intentar llegar a un acuerdo. Ello, porque según lo ven algunos parlamentarios oficialistas en la Cámara Alta, el Ejecutivo ya perdió a un par de representantes opositores que podrían haber colaborado en la tarea de conseguir los votos.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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