sábado, 27 de septiembre de 2014

Orlando Letelier: Un crimen con consecuencias que sus autores no podrán olvidar

27/09/2014 |
Por Mario López Moya
A 38 años del asesinato del canciller Orlando Letelier en Washington, se recuerdan algunos hitos que dejó ese crimen: la pérdida de poder del jefe de la DINA, Manuel Contreras; la profunda irritación de Estados Unidos; la inédita condena, en esa época, por la Corte Suprema de los líderes de la represión. Además, ese crimen originó el penal de Punta Peuco.
Fue uno entre miles de crímenes del régimen de Pinochet, es cierto, sin embargo tuvo algunas particularidades que lo transforman en un ícono en la defensa de los DDHH. Permitieron la condena y castigo, por primera vez, de Manuel Contreras y de algunos quienes formaron parte de la asociación ilícita que estuvo tras este crimen, la cúpula de la DINA. Otros siguen impunes.

Letelier: el primer detenido

Ya en plena ejecución del golpe de Estado del 73, mientras Allende se atrincheraba en La Moneda con una pequeña escolta de colaboradores, Orlando Letelier del Solar, antes canciller, pero en ese momento ministro de Defensa, se dirigió a su lugar de trabajo, ubicado a metros de la casa de gobierno.

Las noticias eran contradictorias, pues en aquel momento aún se dudaba de un golpe que incluyera a todos los miembros de las FFAA., es más, aún se esperaba que militares "leales" o que al menos así se habían auto declarado, como Augusto Pinochet, apoyaran al régimen democrático.

Al ingresar al ministerio, Letelier fue de inmediato detenido, siendo el primer preso tras el golpe. De allí su privación de libertad duró mucho tiempo. Deambuló desde el Regimiento Tacna a la Escuela Militar, ambos lugares donde fue torturado. Ocho meses estuvo encarcelado en la Isla Dawson, en precarias condiciones. De allí trasladado a los subterráneos de la Academia de Guerra de la FACH para terminar en el campo de prisioneros de Ritoque, desde donde partió al exilio. No regresaría vivo a Chile.

Viejos conocidos

La historia guarda paradojas, de aquellas que no hacen más que ratificar el mote de "traidor" que ha perseguido a Pinochet desde aquel entonces. Según relata el mexicano Carlos Fuentes, escritor, era común ver al general "leal" ofreciéndose a ponerle el abrigo a "su ministro" o a cargarle el porta documentos por los pasillos del ministerio. Tanto Carlos Prats comandante en jefe del Ejército como el mismo Allende, estaban seguros de la lealtad de Pinochet.

Recuerda Letelier en una grabación que dio lugar al libro "Orlando Letelier. Testimonio y vindicación" de Siglo Veintiuno Editores, Madrid, S.A., 1995: "Carlos Prats (...) me insistió en que él pensaba que Pinochet tenía una actitud de lealtad hacia el Presidente. Y que, en todo caso. Pinochet no estaría en la cuota de los traidores".

Orlando Letelier tenía sus dudas: "Bueno, pero si Pinochet está en una actitud de lealtad, a él también se le puede crear este problema de tener que renunciar. Como te ocurrió a ti, Carlos. O si no, quiere decir que Pinochet está contando, y que en un momento determinado se va a plegar hacia el sector donde haya un mayor número de generales. O de fuerzas, que eventualmente puede ser el sector que está por el Golpe, en contra del Gobierno".

Pinochet denunció "locos golpistas"

Me dijo el general Pinochet: "Mire, Ministro, aquí hay una tropa de locos, de desequilibrados, que están planteando que es preferible que se produzca ahora una definición (Golpe), y que mueran cien mil personas, antes de que haya un enfrentamiento y una guerra civil en que puedan morir un millón de personas. Yo estoy haciendo lo posible, de acuerdo con lo que me había pedido antes mi general Prats, con lo que me había pedido el Presidente".

"Yo ahí le planteé -señala Letelier- que a esa gente hay que llamarle inmediatamente a retiro. Me dijo, bueno, pero es que con esto vamos a violentar las cosas. Por qué no me da un poco de tiempo, Ministro, de acuerdo con lo que el propio Presidente me ha planteado, para que yo vaya afianzando la situación de la gente de confianza, y que yo vaya visitando las unidades (etcétera)".

Pinochet, que le llevaba el maletín, le ponía el abrigo y ofrecía lealtad a Letelier, ya instalado en el gobierno y el exministro en el exilio, volvieron a encontrarse. El secretario de Estado de Allende se había transformado en uno de los políticos en el extranjero que más "daño" le hacía a la dictadura. Varios créditos internacionales le habían sido negados a Pinochet. Éste ordenó su ejecución, en el marco del Plan Cóndor. Manuel Contreras y la DINA, serían una vez más la mano ejecutora.

Kissinger pudo evitar el crimen

El seguimiento de Letelier en Washington no había pasado inadvertido para el gobierno norteamericano. Ya se sabía del Plan Cóndor que unía a varias dictaduras de América en el exterminio de opositores. Incluso, de acuerdo a documentos secretos desclasificados en USA, demuestran que Kissinger, otrora Canciller de Nixon, había requerido advertir a los gobiernos de facto que eran parte del Plan Cóndor, que detuvieran sus acciones. Pero pocos días antes del asesinato, varios hechos marcarían un cambio, con resultado mortal.

El propio Kissinger dio la orden de "no actuar más en este asunto" el 16 de septiembre de 1976, sólo cinco días antes del carro-bomba que mató a Letelier y Ronni Moffit, su secretaria norteamericana, mientras iban camino a su oficina en Washington. De haberse continuado con la advertencia de USA, es probable que Pinochet hubiera abortado la operación de asesinar a Letelier. Kissinger no quiso que esa información que manejaba el Departamento de Estado, pudiera "prevenir el asesinato".

Un crimen alevoso

Ya Pinochet, pocos días antes del atentado, había ordenado quitar la nacionalidad chilena a Orlando Letelier, quien enterado de la noticia, manifestó que nunca dejaría de ser chileno, que moriría chileno, así como los traidores seguirían y morirían siendo traidores. No sabía Letelier que en ese momento estaba en plena ejecución un asesinato que remecería los cimientos de la dictadura. Su propio crimen.

Pinochet había ordenado a Contreras ejecutar el homicidio. Éste ordenó a Pedro Espinoza, el segundo al mando de la DINA, implementar la misión. El 21 de septiembre de 1976, una bomba explotó en plena capital norteamericana, cerca de la Casa Blanca. Activada a control remoto, dio cuenta de la vida de Orlando Letelier, su secretaria, Ronni Moffitt e hirió al cónyuge de ella.

Las manos que llevarían adelante el atentado serían las de Michael Townley y Armando Fernández Larios, ambos agentes de la DINA y criminales de un amplio prontuario al servicio de la dictadura. Unos cubanos exiliados participaron de la ejecución efectuada en pleno Washington, lo que terminó irritando a Nixon, quien a partir de esa fecha empezó, por conveniencia, a cerrar algunas vías de financiamiento a la dictadura de Pinochet.
 
Consecuencia 1. USA reacciona

El 12 de enero de 1989 Estados Unidos invocó el Tratado para la Solución de Controversias entre Estados Unidos y Chile, para investigar y evacuar un informe sobre los hechos que rodearon las muertes de Orlando Letelier y de Ronni Moffitt en Washington. Ya no habría tanta manga ancha, más de 100 agentes fueron asignados por USA en la investigación. Nixon anunció medidas económicas contra el Gobierno de Santiago, se redujo la representación diplomática estadounidense en Chile y varios créditos le fueron denegados.

La decisión estableció que los Gobiernos de los Estados Unidos y Chile concordaron en que existía entre los Estados una disputa respecto de la responsabilidad por las muertes de Orlando Letelier y Ronni Moffitt en Washington el 21 de septiembre de 1976. USA pidió a Chile, en representación de las familiar de Letelier Morel y Moffitt, el pago de una compensación sobre la base de que Estados Unidos considera al Estado de Chile como legalmente responsable, bajo el Derecho Internacional, por las muertes de Orlando Letelier y Ronni Moffitt, y los daños sufridos por Michael Moffitt.

El Gobierno de Chile, como una forma de facilitar la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, decidió efectuar el pago. Ello conllevó además conceder la extradición de Michael Townley, aunque la Corte Suprema denegó la extradición de Manuel Contreras y los demás partícipes en el crimen. Años después, Fernández Larios se entregaría a los norteamericanos y él, junto a Townley, entrarían, ya condenados, al programa de testigos protegidos.

Consecuencia 2. La Suprema condena a la cúpula de la DINA

Con la vuelta de la democracia, la familia Letelier presentó en 1990 una querella criminal, la que tramitó el juez de la Corte Suprema Adolfo Bañados. La investigación por primera vez fue acuciosa y terminó con la acusación de Manuel Contreras, ex jefe de la DINA y a su principal subordinado, Espinoza. Siete y seis años aplicó respectivamente a Contreras y Espinoza, penas irrisorias si se tiene en cuenta que se demostró su intervención agravada por la premeditación, alevosía y utilización de la función pública. El año 1995, la Corte Suprema confirmó la sentencia por unanimidad.

La abogada Fabiola Letelier, hermana del ex canciller, recuerda: "La Corte Suprema, presidida entonces por Israel Bórquez, rechaza el pedido de extradición. Y como se habían fabricado pasaportes para poder hacer misiones preparando este ilícito en Estados Unidos, es sólo entonces que mandan el expediente a la justicia militar. Y ahí intervengo yo. Me hago parte ante la justicia militar. Estoy 10 años investigando con Jaime Castillo Velasco (abogado DC de DDHH) y, después, cuando ya viene la transición, ahí pasa a Adolfo Bañados, quien investiga hasta dictar la sentencia".

Fue sin dudas todo un hito, pues la Corte Suprema había negado una y otra vez la existencia de abusos a los DDHH por parte de la dictadura. Miles de recursos de amparo habían siso denegados, haciendo vita gorda a los crímenes. El mismo Bórquez había declarado estar "curco" con el tema de los desaparecidos.

Consecuencia 3. Se crea Punta Peuco

Otra consecuencia producida por el asesinato, fue el que se tuvo que determinar qué hacer con la cúpula de la DINA, pues aunque la condena recibida por el crimen fue leve, debían cumplir la pena de manera efectiva, con cárcel. En noviembre de 1993, ya en democracia, las sentencias preocupaban fuertemente al Ejército. Uno de los "petitorios" efectuado por Pinochet a las autoridades democráticas, fue la creación de una "cárcel especial" para los uniformados que pudieran ser condenados por la justicia.

El ministro del Interior, Carlos Figueroa, fue quien recibió las "inquietudes" del exdictador. El ex jefe de la DINA fue trasladado a Punta Peuco la madrugada del 21 de octubre de 1995 y continuó allí hasta el año 2001. Aunque recuperó la libertad, más tarde, el 2005 volvió a caer por otras causas, esta vez para no salir más más de la cárcel... o de algo parecido a ello, como es Punta Peuco. Cerca de 400 años deberá esperar para optar a beneficios carcelarios... Bueno, si alcanza a durar y si Punta Peuco se mantiene, claro.
 
Aún hay aristas pendientes

La abogada Fabiola Letelier señala a Cambio21 que "Todo lo del asesinato de Orlando fue una operación de inteligencia que se ideó y se planificó en Chile y en la que, por tanto, participaron -en número muy importante- elementos del Ejército y, fundamentalmente, de los servicios de inteligencia -de la DINA-, para llevar a cabo esta acción de terrorismo internacional en Estados Unidos. Faltan muchos por responder. Entonces, ése es un compromiso que yo tengo, que no puedo dejarlo y lo voy a hacer... Espero tener vida para eso", aseguró.

Una de ellas emanó de las declaraciones de Pedro Espinoza selladas ante el Notario Público Arturo Carvajal el veintisiete de abril de 1978, quien acusa al general ® Orozco de presionarlo, ante lo cual declara: "en un momento determinado cuando el General Orozco me ordenó que colocara "que la orden para eliminar a LETELIER me la había dado el CRL. CONTRERAS, yo quise incluir en esa frase lo siguiente "por encargo del Presidente de la República". El General OROZCO se indignó y no permitió que fuera consignado".

Sin duda una acción de la naturaleza del asesinato de Orlando Letelier en suelo extranjero, no fue obra de unos pocos. La ejecución del crimen estuvo o debió estar en conocimiento de los máximos personeros de la época. Militares y civiles. Eso jamás se ha vuelto a investigar.

Kissinger y el Departamento de Estado de entonces han entregado diversas y contradictorias versiones sobre su actuación en el caso Letelier. Siempre se negó que USA conociera los planes de asesinato de la Operación Cóndor antes de la muerte de Letelier. Documentos desclasificados por el Presidente Bill Clinton en 1999, desmienten esa versión, demostrando la existencia de más de 30 documentos de la CIA y el Departamento de Estado que describen los planes de Cóndor, todos antes de Septiembre de 1976. (Dinges, Operación Cóndor 334-336)

La Ley de Amnistía y el caso Letelier

Una particularidad posee la cuestionada ley dictada por el gobierno de Pinochet para auto proteger a militares afectados por causas de DDHH. El caso Letelier quedó expresamente excluido de la aplicación de los beneficios de la norma que concede impunidad. Claro, de igual manera no les fue tan mal, pues la Corte Suprema si bien no aplicó esta ley, decidió conceder grados de prescripción a los condenados, lo que rebajó sustancialmente sus penas.

El senador Juan Pablo Letelier (PS), hijo del excanciller, al respecto declaró: "Yo sé quiénes son los responsables intelectuales y materiales del asesinato de mi padre. No tengo cara para decirles a otros chilenos que ellos no pueden ejercer ese mismo derecho. Si ha habido casos que se cerraron arbitrariamente, incluso durante la dictadura, que deben ser reabiertos para que se sepan la verdad, yo soy partidario que eso ocurra", opinó acerca de la declaración de nulidad de la Ley de Amnistía.
 
FUENTE: CAMBIO 21

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