CENDA EXCLUIDO DE COMISIÓN DE REFORMA A LAS AFP
Presidenta de la República
Michelle Bachelet Jeria
Presente
Presidenta de la República
Michelle Bachelet Jeria
Presente
Nos dirigimos respetuosamente a Ud., para manifestar públicamente nuestra preocupación, por la exclusión de nuestra institución de la recién conformada comisión de expertos para la reforma del sistema de AFP. Lo mismo ocurrió durante su primer mandato. Esta exclusión no obedece a falta de interés o insuficiente idoneidad de CENDA en la materia, las que son ampliamente reconocidas a nivel nacional e internacional.
CENDA ha sido excluida porque ha llegado a la conclusión que hay que terminar con el sistema de AFP. Ha demostrado que este legado de la dictadura es la causa principal de las bajas e inciertas pensiones, discriminación contra las mujeres y otros problemas que afectan a los jubilados. Asimismo, constituye uno de los orígenes de la injusta distribución del ingreso. Al mismo tiempo, ha comprobado la viabilidad de reconstruir el sistema público basado en el esquema de reparto, medida que permitiría duplicar ahora las pensiones, al mismo tiempo que liberar cuantiosos recursos fiscales.
Todo ello, porque se trata de un sistema introducido mediante la represión, con el objetivo principal de obligar a los trabajadores a contribuir con ahorro forzoso al financiamiento de los grandes grupos empresariales. Ello ha sido reconocido en esos términos, hace pocos días, por uno de los principales diarios financieros del mundo.
Las AFP atribuyen las bajas pensiones a causas demográficas y aportes insuficientes. Eso no corresponde a la realidad. Chile goza actualmente de las condiciones demográficas más favorables de su historia: el número de personas en edad de trabajar duplica el de aquellos que no están en condiciones de hacerlo porque son muy jóvenes o muy viejos. Hace medio siglo, los chilenos y chilenas en edad activa igualaban a los pasivos, proporción que retornará a fines del presente siglo. En otras palabras, Chile está en condiciones demográficas inmejorables para ofrecer muy buena educación a sus jóvenes y muy buenas pensiones a sus mayores. El que ello no esté sucediendo se debe a las políticas respectivas, impuestas en dictadura y mantenidas en lo esencial hasta hoy.
Por otra parte, las cotizaciones obligatorias al sistema de AFP actualmente duplican las pensiones pagadas por éste, incluyendo las que financian las compañías de seguros relacionadas con el mismo. Adicionalmente, el fisco ha venido aportado a las AFP enormes subsidios en dinero efectivo, que cubren la mayor parte de las pensiones pagadas a sus afiliados. Además, el fisco debe cargar con las pensiones solidarias, las de las antiguas cajas de previsión y otras pensiones civiles, y aquellas relacionadas con la defensa nacional.
De este modo, los aportes actuales en dinero contante y sonante al sistema de AFP triplican las pensiones pagadas a sus afiliados; los aportes totales desde la creación del sistema más que cuadruplican las pensiones pagadas por éste. A pesar de este enorme excedente, las AFP no guardan dinero alguno en sus cofres. Todo el excedente ha sido apropiado por los administradores o transferido a terceros bajo la forma de préstamos o capital accionario. De esta manera, el grueso del dinero aportado ha ido a parar a manos de grandes grupos privados.
Particularmente escandaloso, resulta el hecho que los administradores del sistema, AFP y compañías de seguros, se hayan apropiado de casi tanto dinero como el que han destinado a pagar pensiones.
El sistema está diseñado para que siempre opere de ese modo. Es decir, para generar grandes masas de excedentes destinados al financiamiento de grupos empresariales. Actualmente, por ejemplo, a pesar que los aportes son más que suficientes, las AFP y los grandes grupos financieros vienen desarrollando una intensa campaña para incrementarlos aún más. Al mismo tiempo, pretenden restringir los ya magros beneficios, retrasando la edad legal de jubilación.
La opinión pública tiene razones para desconfiar y suponer que éstas puedan ser precisamente las conclusiones que se pretenda legitimar con la actual comisión de expertos. Según lo comprometido en su programa, ésta tendría un mandato amplio para a estudiar todas las alternativas para mejorar las pensiones, lo cual no se aviene con la exclusión de CENDA y la alternativa que representa.
Esta decisión no ayuda a legitimar la Comisión, sino todo lo contrario. Por este motivo, solicitamos a Ud. reconsiderarla.
Quedando a su disposición al respecto, saludan a Ud. con la mayor atención,
CENDA ha sido excluida porque ha llegado a la conclusión que hay que terminar con el sistema de AFP. Ha demostrado que este legado de la dictadura es la causa principal de las bajas e inciertas pensiones, discriminación contra las mujeres y otros problemas que afectan a los jubilados. Asimismo, constituye uno de los orígenes de la injusta distribución del ingreso. Al mismo tiempo, ha comprobado la viabilidad de reconstruir el sistema público basado en el esquema de reparto, medida que permitiría duplicar ahora las pensiones, al mismo tiempo que liberar cuantiosos recursos fiscales.
Todo ello, porque se trata de un sistema introducido mediante la represión, con el objetivo principal de obligar a los trabajadores a contribuir con ahorro forzoso al financiamiento de los grandes grupos empresariales. Ello ha sido reconocido en esos términos, hace pocos días, por uno de los principales diarios financieros del mundo.
Las AFP atribuyen las bajas pensiones a causas demográficas y aportes insuficientes. Eso no corresponde a la realidad. Chile goza actualmente de las condiciones demográficas más favorables de su historia: el número de personas en edad de trabajar duplica el de aquellos que no están en condiciones de hacerlo porque son muy jóvenes o muy viejos. Hace medio siglo, los chilenos y chilenas en edad activa igualaban a los pasivos, proporción que retornará a fines del presente siglo. En otras palabras, Chile está en condiciones demográficas inmejorables para ofrecer muy buena educación a sus jóvenes y muy buenas pensiones a sus mayores. El que ello no esté sucediendo se debe a las políticas respectivas, impuestas en dictadura y mantenidas en lo esencial hasta hoy.
Por otra parte, las cotizaciones obligatorias al sistema de AFP actualmente duplican las pensiones pagadas por éste, incluyendo las que financian las compañías de seguros relacionadas con el mismo. Adicionalmente, el fisco ha venido aportado a las AFP enormes subsidios en dinero efectivo, que cubren la mayor parte de las pensiones pagadas a sus afiliados. Además, el fisco debe cargar con las pensiones solidarias, las de las antiguas cajas de previsión y otras pensiones civiles, y aquellas relacionadas con la defensa nacional.
De este modo, los aportes actuales en dinero contante y sonante al sistema de AFP triplican las pensiones pagadas a sus afiliados; los aportes totales desde la creación del sistema más que cuadruplican las pensiones pagadas por éste. A pesar de este enorme excedente, las AFP no guardan dinero alguno en sus cofres. Todo el excedente ha sido apropiado por los administradores o transferido a terceros bajo la forma de préstamos o capital accionario. De esta manera, el grueso del dinero aportado ha ido a parar a manos de grandes grupos privados.
Particularmente escandaloso, resulta el hecho que los administradores del sistema, AFP y compañías de seguros, se hayan apropiado de casi tanto dinero como el que han destinado a pagar pensiones.
El sistema está diseñado para que siempre opere de ese modo. Es decir, para generar grandes masas de excedentes destinados al financiamiento de grupos empresariales. Actualmente, por ejemplo, a pesar que los aportes son más que suficientes, las AFP y los grandes grupos financieros vienen desarrollando una intensa campaña para incrementarlos aún más. Al mismo tiempo, pretenden restringir los ya magros beneficios, retrasando la edad legal de jubilación.
La opinión pública tiene razones para desconfiar y suponer que éstas puedan ser precisamente las conclusiones que se pretenda legitimar con la actual comisión de expertos. Según lo comprometido en su programa, ésta tendría un mandato amplio para a estudiar todas las alternativas para mejorar las pensiones, lo cual no se aviene con la exclusión de CENDA y la alternativa que representa.
Esta decisión no ayuda a legitimar la Comisión, sino todo lo contrario. Por este motivo, solicitamos a Ud. reconsiderarla.
Quedando a su disposición al respecto, saludan a Ud. con la mayor atención,
Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, CENDA
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