05/07/2013 |
Por Luis Casanova R.
Obligado a cambiar de estrategia, el ahora abanderado de la Alianza tendrá que apartarse del concepto del “centro social” que usó en la primaria para intentar captar el esquivo voto de los liberales de centro. Su primera labor, tranquilizar a RN, que ve complicado su futuro en el ítem parlamentario. Por ahora, descarta que la UDI ceda cupos, lo que podría traer coletazos en la derecha.
Luego del sorprendente triunfo del candidato presidencial de la UDI, Pablo Longueira, ante su par de RN Andrés Allamand, en la elección primaria de la Alianza, las interrogantes que se cruzan para los cinco meses que restan de campaña dicen relación con la gran diferencia de votos que se registró entre el ex ministro de Economía (414.380) y la ganadora del proceso concertacionista Michelle Bachelet (1.561.563), lo que de por sí hace complicada la competencia para el oficialismo pensando en la primera vuelta de noviembre.
En segundo lugar, para la UDI la situación se vuelve expectante en lo referido a la defensa de sus escaños en el Senado y la Cámara de Diputados, ítem que quedaba en punto suspensivo si el vencedor era Allamand, que en los días previos al 30 de junio hablaba de una concesión de cupos para hacer más fácil el apoyo del gremialismo a su postulación. Todo porque tenía encuestas que lo daban como favorito.
A la inversa, a partir de ahora, será RN la colectividad que tendrá que redoblar sus esfuerzos para intentar mantener lo que tiene en el Congreso (17 diputados y 9 senadores) y, de paso, dar algún golpe de efecto en determinadas zonas emblemáticas del país, como ocurre con la circunscripción de Santiago Oriente con su candidato Manuel José Ossandón.
Como tercer elemento y vinculado al punto anterior, viene el traspaso del respaldo de RN a la UDI. De acuerdo a los testimonios entregados por los principales dirigentes de ambos planteles antes de la primaria, tal proceso se anticipaba "complejo" debido al historial de enfrentamientos y polémicas que han sostenido desde tiempos inmemoriales, los que se acentuaron en la primera parte del gobierno de Sebastián Piñera.
Cuatro: sigue más vigente que nunca el debate en torno al "centro social", segmento que fue utilizado como caballito de batalla por parte del comando longueirista y que promete ser usado a medida que avanza el año, por mucho que no fue este grupo el que definió el resultado final de los comicios, según lo acreditan las cifras proporcionadas por el Servel.
Y en quinto puesto: el verdadero rol que le cabe a la "derecha liberal" luego de la derrota de Allamand, uno de sus más fieles representantes. El rótulo, que fue negado por el ex senador durante los meses de despliegue territorial, hoy parece tener a otro protagonista, el independiente Andrés Velasco, segundo en la contienda del pacto "Nueva Mayoría" y depositario de una masa electoral que no responde a los lineamientos ideológicos clásicos.
Optimismo v/s realidad
La euforia que provocó la remontada que le propinó Longueira a Allamand en las urnas se mantuvo en las horas posteriores a la elección. Es más, el ahora abanderado presidencial de la Alianza afirmó que así como pudo ganar la primaria con una campaña de menos de dos meses, es posible dar un batatazo ante Bachelet.
Con la comodidad que entregan los números, el timonel PS Osvaldo Andrade aseguró que su principal temor no es la primera vuelta, sino que el "intervencionismo electoral" que a su juicio ejercerá La Moneda para favorecer al ex senador.
Argumentando que "tuvimos nuestra primera experiencia en primarias y participaron muchas más personas de las que esperábamos", el aludido fue enfático en explicar que "es un éxito que en nuestra primera primaria hayan participado más de 800 mil chilenos".
Además, alertó que desde julio se acaba la "prescindencia" de los funcionarios públicos, los que pueden y deben participar en la campaña fuera de sus horarios de trabajo.
Lapidario y autocrítico como siempre, el vicepresidente de RN Manuel José Ossandón cuestionó el clima festivo que se respira en el gremialismo. A través de su cuenta en Twitter, el ex alcalde habló de "resultados desastrosos". "No mintamos más: que Bachelet casi nos triplique es una caída indigna para nuestro sector, que durante meses la atacó", disparó.
Por la misma red social, la socióloga Marta Lagos escribió: "Votación de Longueira confirma que el voto duro de derecha existe, sólo que no siempre quiere salir a mostrarse". Tomando como base el escrutinio final de la primaria, "la UDI dejo caer a Labbé en las municipales", insistió.
Como sea, los de calle Suecia apuestan a potenciar su maquinaria electoral, con el agregado de RN, sumado a la idea de fortalecer la imagen de continuidad y proyección del gobierno de Piñera, el cual según análisis internos rindió sus frutos a causa de una aprobación a su gestión que bordea el 40%.
Cabe señalar que la imagen del mandatario fue incluida en los afiches publicitarios de Longueira y en la breve franja televisiva de tres días, lo que fue bien evaluado por el jefe de Estado.
Por otro lado, los analistas del sector y el timonel de RN Carlos Larraín se aferran a la votación de izquierda y alternativa que podrían "robarle" a Bachelet los candidatos Enríquez-Ominami, Parisi, Claude, Sfeir, Miranda y Jocelyn-Holt, lo que a lo menos prolongaría el suspenso hacia un posible balotaje.
Asimismo, las dificultades que tendría la oposición para formalizar un acuerdo programático único, con las diferencias que subsisten entre sus partidos en algunas materias, podría significar una merma en la cantidad de votos, pronosticó el columnista Sergio Melnick.
El veto
Con números en la mano la directiva de Patricio Melero ultimará su nómina de candidatos a diputados y senadores, sin duda, el principal foco de interés del proceso electoral en curso para los discípulos de Jaime Guzmán.
En opinión de Marco Moreno, decano de Ciencias Sociales de la Universidad Central, "a lo que va a apostar Longueira es justamente a reforzar el poder de veto que tiene la UDI en la sociedad chilena. Y eso significa afirmar la actual representación en el Congreso".
"La posibilidad de ganar la presidencial se aleja después del resultado del 30 de junio. Por ende, esta opción es consistente con lo que planteó desde un principio, cuando había sugerido que había que llegar con candidato propio hasta la primera vuelta antes del escenario de las primarias. Él veía que pasando a noviembre se podía garantizar la unidad del partido detrás del tema parlamentario", comentó en conversación con Cambio21.
"La apuesta de la UDI es ir en esa dirección. Van a hacer una campaña para mantener una posición frente a la presidencial, pero sus esfuerzos y recursos estarán puestos en los distritos y circunscripciones que quieren mantener", destacó.
Sin perjuicio de lo anterior, el académico advirtió que, "a juzgar por las cifras de la elección, hay un retroceso para que se concreten sus posibilidades. El gremialismo no tuvo la votación que apostaba en los sectores populares. De hecho, en las zonas acomodadas de la región Metropolitana sacó el 40% de los votos y en las poblaciones el 20%. La opción de crecer en el sector oriente ya tocó techo y en los grupos populares es claro que la gente ya no votó por ellos".
La aplanadora
Con la UDI desplegada, en RN temen que ya sea complicado mantener los 17 diputados y 9 senadores que ostentan actualmente en el Parlamento y que la posibilidad de acceder a nuevos escaños solamente dependa de algunos esfuerzos individuales.
En tal sentido, el contexto cambió del cielo a la tierra en la derecha, porque Allamand -si ganaba- pretendía entregar cupos a sus socios para hacer menos tortuoso el proceso de apoyo. ¿Qué hay ahora? La UDI, si bien se abre a la alternativa de negociar, es muy improbable que ceda posiciones debido a la hegemonía que está en juego.
Así lo dio a entrever el senador y ex secretario general de la entidad, Víctor Pérez. "Hay cupos que Allamand y RN no han podido llenar, por ejemplo, en la VIII Región Costa y Cordillera. Nosotros esperamos que así se haga. Creo que vamos a tener un trabajo muy intenso en las próxima dos o tres semanas para resolver y fortalecer las listas parlamentarias. Y todos tenemos que trabajar para que esto se concrete", indicó a este medio.
Menos diplomático, el diputado de RN Frank Sauerbaum exige gestos concretos. "Considerando que nosotros ganamos en el Biobío por más de 10 puntos, quedamos bien aspectados respecto de lo que va a ser la elección. De hecho, acá hay interés para completar prontamente las plazas de diputados y senadores", declaró para esta crónica.
Téngase presente: "RN hizo un gran sacrificio en 2009 cuando el presidente Piñera fue candidato. Creo que entregamos 10 cupos al PRI y a los independientes para que la UDI accediera de buena manera a apoyar esa campaña. Y la UDI no quiso entregar absolutamente ninguno. Por lo tanto, estamos en presencia de un asunto que hay que conversar con ellos".
"En la vuelta pasada quedamos en desventaja en el Congreso, básicamente por la generosidad que tuvo RN. Así que la UDI tiene que analizar su posición si es que está pensando en que le entreguemos nuestro apoyo irrestricto", desafió el legislador.
Bando número uno: Longueira prometió "plenas garantías" para los candidatos de ambos partidos, como también para Evolución Política, pero esto de ceder cupos que pide RN, "no sé si sea necesario por ahora", manifestó el abanderado.
Tripas corazones
Las primeras palabras de Longueira como exclusivo candidato a La Moneda fueron bien precisas: "Vamos a estructurar un comando donde se puedan incorporar todos los que quieran".
El mensaje ahorra dobles lecturas: no todos caben en la mesa y sólo tienen cabida los miembros de RN dispuestos a sumar y no a atornillar al revés. ¿Quiénes serían estos? ¿Carlos Larraín, los primos-diputados Nicolás y Cristián y Monckeberg, el "Cote" Ossandón o algún directivo, senador libre de elección o ex ministro con perfil bajo? No se sabe. Sólo se tiene claro que alguien se tiene que integrar al nuevo equipo.
Otra cosa, ¿qué va a pasar con las fotografías que se tienen que sacar los candidatos de RN al Congreso con la cara de Longueira? Se comenta íntimamente que hay dirigentes que se rehusarían a tal estrategia, por eso que el plan B consiste en acudir a la imagen de Piñera.
Ajeno a estos avatares, Allamand, que el domingo 30 declinó felicitar públicamente a Longueira y que -según infirmó radio Biobío- le habría sacado la madre a Joaquín Lavín esa noche por el maltrato que recibio de parte del ex alcalde en su calidad de jefe de comando de Longueira, el lunes 1 de julio se puso "a disposición" del ganador y, de paso, anunció que lo va a ayudar "en todo lo que él me solicite, particularmente en los aspectos programáticos".
"Con la UDI siempre hemos tenido una tensa calma durante la campaña, pero claramente tenemos un acuerdo, el que como partido vamos a respetar. Eso sí, cuando nos sentemos a conversar hay que analizar bien los términos de esa colaboración que vamos a hacer con Longueira", acotó el diputado Sauerbaum.
"A nosotros nos decían que la relación con RN era tensa y dificultosa y que jamás nos íbamos a unir a Piñera. No solamente nos unimos, ganamos la elección en 2009 y junto hemos hecho un gran gobierno. Esos temores y nubarrones quedaron absolutamente atrás, porque hemos demostrado que tenemos capacidad de gobernabilidad", retrucó el senador Pérez.
Chao centro social
Terminada la primaria, comenzó la carrera de verdad por la banda tricolor. En tal sentido, los expertos longueiristas aconsejan la búsqueda de votos lejos de las estructuras partidarias y basándose en los temas que más inquietan a los chilenos, como son los abusos de las empresas, el retail, las isapres y las AFP.
Y claro, como dictan los libros, intentar captar a los electores que se quedaron sin candidatos, como los que votaron por Orrego, Allamand y Velasco. Es decir, girar al "centro-liberal", lo que supone descartar el concepto más polémico de la campaña: el "centro social".
En esa óptica, Cristóbal Bellolio, de Red Liberal, postula que los que adscriben a esa visión de mundo "votaron por Velasco y no por Allamand".
"Éste último, durante su despliegue mediático y cuando competía con Golborne, orientó su discurso hacia la derecha tradicional, siendo muy flexible en tópicos morales, culturales y valóricos y contrariamente muy inclinado a resaltar el principio de autoridad. Lo que es casi un eslogan marcial. El problema es que le cambiaron al adversario y no alcanzó a hacer el giro suficiente. Hizo un guiño, pero faltó que le pusieran al lado a Longueira para que hablara por primera vez de la importancia del voto de los chilenos en el exterior y la reforma del binominal. Fue tarde y tímido", expuso en este espacio.
Al igual que Ossandón y Larraín, Bellolio ironizó con el centro social, en su lectura, "una construcción que nunca ganó, porque nunca existió y que la UDI ingeniosamente metió en los medios y que nos tuvo como idiotas hablando como dos semanas. Es como el bacheletismo-aliancista-lavinista".
¿Es imaginable ver a un Longueira jugando por el centro? "Es evidente que junto a Bachelet van a tener que pololearse a este segmento. Pero a diferencia de ella, el ex ministro deberá escalar una colina para poder aproximarse a ese nicho, la que es sumamente escarpada y con bajísimas posibilidades de éxito", concluyó el analista.
"El día después". Por Mario Desbordes, vocero de RN
El resultado de la primaria deja varias reflexiones. Primero, en nuestro sector RN y la UDI siguen siendo dos partidos en empate técnico. En todas las elecciones donde participamos, porcentualmente hablando, tenemos prácticamente los mismos votos. Segundo, en RN hay sentimientos encontrados; por un lado, la amargura de la derrota de nuestro candidato Andrés Allamand y, por otro, la satisfacción de haber ganado en la mayor parte del país. Esta derrota es especialmente dolorosa para muchos que entramos en política inspirados en la figura de Andrés.
Lo que viene ahora es trabajar con todas nuestras fuerzas para apoyar la candidatura de Pablo Longueira, que con su triunfo legítimo pasó de ser la carta UDI a ser el candidato de la coalición. En este empeño, RN tiene un papel clave, pues debemos servir de puente con el electorado de centro que necesitamos para triunfar en noviembre.
Mención aparte para las primarias parlamentarias legales que sacó adelante RN. Fuimos el único partido que las efectuó luego de invitar a participar a Evopoli. En 10 distritos y casi 80 comunas, más de 180 mil electores decidieron quién será la carta que represente a nuestro partido en la papeleta.
En la vereda del frente, quedó claro el liderazgo de Bachelet. Su enorme caudal de votos está lejos de representar las preferencias de los partidos que la apoyaron, y está claro que son preferencias a su persona más que a un proyecto específico. No hay duda que será difícil ganarle, pero creo que se equivocan quienes sacan cuentas alegres a partir del resultado.
Recorriendo varias comunas pude ver el enorme despliegue que se hizo para llevar gente a votar por ella. Cientos de buses y vehículos menores, con logo de la candidata, recorrían las calles transportando electores en un esfuerzo que llevó al límite las capacidades logísticas de la ex Concertación. Con todo el respeto que tengo por la candidata, creo sinceramente que la elección de noviembre está lejos de estar zanjada.
FUENTE: CAMBIO 21
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