sábado, 7 de enero de 2012

Felipe Bulnes: "Esta experiencia fortaleció mis ganas de participar en política"

Tras su salida de Educación, el abogado RN analiza sus próximos pasos. En el oficialismo apuestan a que su destino puede ser la embajada de Estados Unidos. Una misión que algunos interpretan como la intención del Presidente de mantenerlo "en la banca", ante un eventual ajuste ministerial.
por R. Montes, I. Toro y D. Labarca / Fotografía: Natalia Espina
 
Alrededor de las 10 horas del jueves 29 de diciembre, Felipe Bulnes entró por última vez como titular de Educación al despacho de Sebastián Piñera. Sólo horas antes que se concretara el tercer cambio de gabinete de la actual administración, el Presidente y el ministro sostuvieron una conversación que se prolongó por más de una hora. El contenido de ese diálogo sólo lo conocen ambos, aunque el propio Mandatario dio algunas luces un par de horas más tarde, en un almuerzo con diputados de RN y la UDI. "Mi intención es que se mantenga en el servicio público y en el gobierno", dijo en esa ocasión. "Va a seguir colaborando con el gobierno", reafirmaría dos días después, en entrevista a La Tercera.
La del Jefe de Estado fue una de las tantas propuestas que recibió en esos días Bulnes, quien hoy se encuentra de vacaciones y se apronta a iniciar un viaje a Estados Unidos el viernes 27 de enero. En su entorno aseguran que recién tras su regreso -programado para el viernes 17 de febrero- el ex ministro comenzará a delinear el camino a seguir tras su salida del gabinete.
En el oficialismo adelantan que el Mandatario ya le ofreció hacerse cargo de una embajada. Y que uno de los destinos propuestos es Washington, donde hoy se desempeña el abogado Arturo Fermandois. Consultado por La Tercera, Bulnes no quiso referirse a su futuro en términos específicos. "Esta experiencia fortaleció mis ganas de participar en política", sostuvo. "No tengo intención de dejar la política", añadió.
El abogado -quien en 2006 fundó el estudio Bulnes, Pellegrini y Urrutia, cuya parte vendió para ingresar al gobierno- despejó así las dudas instaladas en su propio partido sobre la posibilidad de que abandonara definitivamente el servicio público. Una alternativa que para algunos aparece como la más lógica, debido al desgaste que sufrió tras convertirse en el rostro más visible de la peor crisis que ha enfrentado el Ejecutivo.
Sólo horas después de abandonar su cargo, Bulnes partió rumbo a Cachagua. Durante el fin de semana compartió con su familia y amigos -como el senador RN Alberto Espina- y retornó el lunes a la capital. Esa mañana concurrió por última vez al despacho del Mineduc, para ordenar y retirar documentos y otros artículos personales. En los días siguientes, el abogado se dedicó a resolver varios problemas domésticos que venía postergando: llevó su auto al taller, y realizó todos los trámites para recuperar el celular que extravió durante su estadía en la playa. En paralelo, recibió llamadas y correos electrónicos de parlamentarios oficialistas y de oposición, y mantuvo diálogos con algunos de sus amigos, como el ministro Rodrigo Hinzpeter, y con otros cercanos, como el rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, de quien es vecino.
En privado, Bulnes se ha mostrado convencido de que tomó la mejor decisión al presentar su renuncia a Piñera. Cree que cumplió un ciclo, que el año 2012 representa otros desafíos y que es el momento que surja un rostro nuevo como el del economista Harald Beyer, cuyo nombramiento respaldó con firmeza, al igual que los ministros Rodrigo Hinzpeter y Cristián Larroulet. Pero además ha señalado que así se cumple su idea original, que era abandonar Educación una vez que se hubiera neutralizado el conflicto, en el entendido de que su vocación no estaba vinculada a esa área y que sólo asumió una misión de carácter temporal, porque no podía negarse a una solicitud del Presidente.
Cuando llegó al Mineduc, el 18 de julio, Bulnes sabía que al abandonar Justicia -"su hábitat natural", aseguran cercanos- y hacerse cargo del conflicto estudiantil, había complicado su futuro político. En su anterior cartera, el abogado había sacado adelante una nutrida agenda, vinculada principalmente al combate del hacinamiento carcelario y el impulso a la reforma procesal civil, y mantenía una buena relación con la Corte Suprema.
En Educación, en tanto, el margen de acción fue mucho más acotado. Desde un comienzo asumió que nunca habría un gran acuerdo con los estudiantes, que necesariamente iba a haber un ganador y un perdedor, y que la crisis no se iba a zanjar con un acuerdo en que todos los involucrados se tomaran las manos, como ocurrió con la derogación de la Loce bajo el gobierno de Michelle Bachelet. Y aunque su salida fue vista por algunos personeros oficialistas como una derrota personal, en su entorno aseguran que la postura de autoridad que proyectó durante el conflicto y que fue subrayada en diciembre por la ex timonel de la Fech, Camila Vallejo -"El es mucho más duro que Lavín en sus planteamientos, mucho más firme, mucho más intransigente y no tiene nada que perder", dijo-, representa un reconocimiento al triunfo de los planteamientos del Ejecutivo.
Los primeros sobresaltos que pusieron en duda la permanencia de Bulnes en Educación ocurrieron en la tarde del viernes 26 de agosto, luego que Piñera decidiera invitar a los dirigentes estudiantiles a dialogar a La Moneda. La gestión presidencial representó un brusco giro respecto a la estrategia diseñada por el ex ministro, que pretendía radicar las conversaciones en el Congreso. Ese día circularon versiones de que el entonces ministro había puesto su cargo a disposición, lo que él desmiente hasta el día de hoy. Lo cierto es que en los meses siguientes sí conversó con Piñera sobre su salida del gobierno.
Ni sus diferencias con el Presidente ni la compleja gestión al mando de Educación han gatillado en Bulnes una intención de marginarse de la actividad pública. Tras su salida de Educación, ha sostenido conversaciones con senadores y diputados de ese partido. A varios de ellos les ha comentado que no descarta ningún escenario, aunque ha subrayado que si bien el Presidente le pidió "estar cerca" del gobierno, no le ofreció ningún cargo en específico ni él lo pidió.
En el gobierno y el oficialismo coinciden en afirmar que, cualquiera sea la decisión que tomé en los próximos meses, Bulnes "quedó en la banca". La opción de que asuma una embajada apuntaría en este sentido: se mantendría vinculado al gobierno y quedaría abierta la posibilidad de regresar si el Mandatario lo dispone. No son pocos los que creen que en un eventual nuevo ajuste de gabinete -que se podría producir en octubre, cuando salgan los ministros con aspiraciones presidenciales y parlamentarias- Bulnes podría reemplazar a alguno de los secretarios salientes e incluso llegar al comité político. Una opción que ya tuvo en septiembre, cuando Hinzpeter estuvo renunciado por 24 horas. Esa vez, Piñera optó por no llevarlo a Interior, ya que enfrentaba el momento más complejo de la crisis estudiantil.
En Renovación Nacional han monitoreado de cerca los movimientos de Bulnes. En los últimos días, dirigentes y parlamentarios han conversado telefónicamente con él para saber los próximos pasos del abogado, quien ingresó a la tienda a fines de los años 80 y se sumó a la comisión política en 2001, cuando el presidente de la colectividad era Sebastián Piñera.
En esos diálogos, el ex ministro ha transmitido el mensaje de que no tomará ninguna resolución hasta después de sus vacaciones. Su postura ha incomodado a algunos sectores de RN, donde creen que el abogado puede ser una buena carta con miras a las próximas elecciones senatoriales. Más aún si se abren nuevas circunscripciones en la eventual reforma al sistema binominal, fórmula que el propio Piñera discutió con los diputados oficialistas en el almuerzo del jueves 29. Quienes conocen al ministro, sin embargo, aseguran que difícilmente proyectará su carrera política desde la vida partidaria. R

FUENTE: LA TERCERA

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