sábado, 17 de diciembre de 2011

La última reinvención de Lavín

En los meses que siguieron a su traumática salida de Educación, el ex alcalde ha vivido su propia travesía del desierto, marcada por golpes políticos y personales y por un fuerte descenso en las encuestas. Hoy, desde el Ministerio de Desarrollo Social intenta reformularse, una vez más.
por Daniel Labarca / Fotografía: Mario Dávila, Agenciauno
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Pasado el mediodía del domingo 17 de julio, Joaquín Lavín llegó hasta la casa del Presidente Sebastián Piñera. La crisis política provocada por las manifestaciones estudiantiles azotaba con fuerza a La Moneda y el ex alcalde asistía a la convocatoria del Mandatario con sensaciones encontradas. Si bien asumía que su permanencia al frente del Ministerio de Educación se tornaba cada vez más insostenible, creía que perfectamente esa tarde podía retirarse de la residencia ubicada en Camino La Viña como titular de otra cartera, producto del ajuste mayor de gabinete que alistaba el Jefe de Estado. Ambas premisas se cumplirían sólo 24 horas después, marcando el inicio de una travesía política y personal que, cinco meses después, aún no concluye por completo.
Esa tarde, Piñera, Lavín y el titular de la Segpres, Cristián Larroulet, pusieron en la balanza los costos y beneficios de su permanencia en Educación. El ex alcalde creía que su margen de maniobra se había reducido al mínimo, luego que su condición de fundador y ex propietario de la Universidad del Desarrollo se convirtiera en una bandera de lucha para quienes exigían el fin del lucro en la educación. Además, aún resentía el fracaso de las negociaciones que había iniciado con el Partido Comunista, para tender puentes de diálogo con los dirigentes universitarios. El Mandatario -aseguran en el gobierno- compartió el diagnóstico de Lavín y le planteó su intención de trasladarlo a Mideplan, subrayando su intención de que el ex edil encabezara la transformación de esa cartera en el Ministerio de Desarrollo Social.
Para ese entonces, el dos veces presidenciable de la Alianza ya había sido objeto de un intento de agresión de parte de un grupo de estudiantes de la Utem y había bajado de 70% a 46% en la medición de aprobación ciudadana que mensualmente realiza Adimark. Al mes siguiente se convertiría en todo un récord: pasó de ser el ministro mejor evaluado del gabinete -en abril de 2010 marcó 78%, tras viabilizar el regreso a clases de los escolares tras el terremoto-, a tener un 36% de respaldo, el más bajo de un secretario de Estado hasta ese momento. Un revés político y personal para Lavín, quien por esos días recibiría otro duro golpe: el 8 de agosto falleció su amigo Ernesto Silva Bafalluy, con quien fundó la UDD y quien lo ayudó en todas sus campañas políticas. Era, además, padrino de una de sus hijas. "Fue un año muy terrible en lo humano", ha dicho en privado Lavín, al recordar estos sucesos.
La pesadilla de Lavín en Educación comenzó a gestarse en junio. Por ese entonces, Piñera abogaba por endurecer posiciones frente a la arremetida estudiantil. El ex alcalde, sin embargo, apostó todas sus fichas a una negociación con el PC. Su aspiración era que la tienda que preside el diputado Guillermo Teillier impusiera sus términos dentro del movimiento a través de la titular de la Fech, Camila Vallejo, y viabilizara un acuerdo con el Ejecutivo.
Lavín comenzó a monitorear cada semana las asambleas que la Confech realizaba en regiones. A poco andar, se dio cuenta de que los grupos dirigentes más radicales comenzaban a controlar las reuniones. El sábado 25 de junio fue un día clave: Vallejo y el presidente de la Feuc, Giorgio Jackson, estuvieron cerca de ser marginados de la mesa ejecutiva de la Confech, luego que grupos ultras cuestionaran sus contactos con el Ejecutivo. Esa noche, comentaría luego en privado, supo que nunca habría acuerdo y que su salida de Educación estaba prácticamente sellada.
En las primeras semanas de julio, el nombre de Lavín fue uno más de los que aparecían como fusibles en el inminente ajuste ministerial. El ministro vivía su peor momento en la cartera. No sólo porque no tenía un plan alternativo para enfrentar el conflicto. Además, le habían afectado fuertemente las críticas por su participación en la UDD, ya que sintió que por primera vez se cuestionaba su ética en la actividad pública.
La familia del entonces titular de Educación quería que dejara el cargo. En la UDI, en tanto, apostaban porque se mantuviera en la cartera, lo que quedó de manifiesto en una cena que tuvo Piñera con la directiva gremialista, el domingo 3 de julio. Ese día, la plana mayor de la tienda de calle Suecia reclamó por la soledad en la que aparecía en público el ministro y pidió al Mandatario su permanencia en Educación, petición que finalmente no fue escuchada.
"Soy como un mono porfiado, al que le pegan y vuelve a pararse. He aprendido mucho con cada crisis que he tenido que enfrentar", señaló Lavín el 2 de julio, respondiendo a las versiones de una eventual salida del cargo. A esas alturas, tenía muy presente el historial de reveses que han forjado su condición de "sobreviviente" de la política: en 1989, pese a ser favorito, fue derrotado por Evelyn Matthei en Las Condes; sufrió sendas derrotas en sus dos intentos por llegar a La Moneda, en 1999 y 2005, y en 2009 perdió ante el diputado RN Francisco Chahuán, en la elección senatorial de la Quinta Región Costa.
Sólo 17 meses después de consumada su sorpresiva derrota parlamentaria, Lavín recibía un nuevo golpe político con su salida de Educación. El militante gremialista resintió entre sus cercanos el fracaso personal que significó el no poder desactivar el conflicto estudiantil. Pese a ello, ha subrayado que en ningún caso se compara al impacto que sufrió el 2005, cuando Piñera levantó una candidatura presidencial con la que le arrebató la condición de principal referente de la Alianza, episodio que lo empujó a recluirse en las aulas de la UDD, en un alejamiento de la política que se prolongó por más de tres años.
Esta vez, su reinvención tendría que gestarse desde el mismo gobierno. Al día siguiente del ajuste ministerial, Piñera y Lavín volvieron a verse las caras, en una de las tradicionales reuniones bilaterales que realiza el Mandatario con sus ministros. Su traumática salida de Educación no fue tema de conversación, y el Jefe de Estado sólo se remitió a precisarle las principales metas de su nueva función: concretar el nuevo Ministerio de Desarrollo Social, enviar al Congreso el proyecto del ingreso ético familiar, reducir los índices de pobreza y rentabilizar otras políticas sociales, como la extensión del posnatal y la eliminación del 7% que cotizan los jubilados en salud.
Lavín, entonces, se refugió en las oficinas de Mideplan, en Ahumada 48, junto a Lorena Espinoza, su histórica secretaria, y el asesor Orlando Chacra. Sabía que su imagen había sufrido un fuerte daño ante la opinión pública y no quería exponerse a algo similar a lo que había vivido con los alumnos de la Utem. Paradójicamente, su primera actividad oficial era con un grupo de estudiantes universitarios voluntarios, que realizarían catastros sobre personas que pernoctaban en las calles. Anticipando un eventual escenario conflictivo, Lavín le pidió a la subsecretaria Soledad Arellano que lo representara en el acto.
Su rutina comenzó a girar en torno al estudio de los principales temas de la cartera. En su despacho, se reunía con distintos funcionarios para interiorizarse de la nueva encuesta Casen, de las políticas destinadas a pueblos originarios y de los ajustes administrativos para el funcionamiento del nuevo ministerio.
El ministro redujo al mínimo sus salidas a terreno. Aunque nunca abandonó su tradición de asistir a misa diariamente, trataba de cubrir el trayecto a pie hasta la iglesia San Agustín -en la esquina de Agustinas con Estado- de la manera más rápida posible, sin cruzar su mirada con la de los transeúntes que caminaban por el Paseo Ahumada. Si tenía que ir al Congreso, también tomaba precauciones especiales: iba lo estrictamente necesario, no anunciaba su presencia a los medios y, simplemente, desechaba viajar a Valparaíso si se estaba discutiendo un tema vinculado a Educación en el que pudieran estar estudiantes presentes.
Debió pasar alrededor de un mes antes que Lavín volviera a aparecer públicamente. Fue en un punto de prensa donde informó sobre los albergues habilitados para recibir a personas afectadas por el frío y las lluvias. Sus siguientes intervenciones tuvieron el mismo tono, centradas en las labores del ministerio y sin ninguna referencia a la coyuntura política ni a su anterior paso por Educación.
El perfil del ministerio ha favorecido la reinvención de Lavín. Su interacción es preferentemente con adultos mayores, por lo que no está expuesto al rechazo que antes despertaba en los estudiantes. También comenzaron a difundirse los beneficios de la reforma al posnatal y la eliminación del 7%, y se lanzó el proyecto que implementa el ingreso ético familiar. Y además, en octubre comenzó a funcionar el nuevo Ministerio de Desarrollo Social, con oficina en La Moneda. Aunque la ceremonia se recuerda por la broma que le jugó Piñera al secretario de Estado -"ministro, finalmente llega a La Moneda" -, lo cierto es que el ex alcalde considera que el rápido traslado a las nuevas dependencias, que antes eran ocupadas por los edecanes de Palacio, representó un gesto personal del Mandatario hacia él.
Así, entre agosto y noviembre, Lavín remontó de 36% a 59% en la medición de Adimark. "Se podría decir que pasé de la UTI a Cuidados Intensivos", ha dicho en tono de broma el ministro a sus cercanos al comentar el repunte.
Lavín ha mantenido su influencia al interior del gabinete. Aunque sus encuentros con Piñera son más esporádicos al tratarse de una cartera con menos visibilidad, en varias ocasiones el Mandatario ha requerido su opinión en materias políticas. No es el único. En La Moneda aseguran que son varios los ministros que suelen pedirle consejos, principalmente en materia comunicacional. Las recomendaciones -aseguran personeros de gobierno- son de carácter informal y van desde fórmulas para aprovechar oportunidades en los medios de comunicación, hasta recetas para simplificar el lenguaje en televisión.
A modo de ejemplo, en el gobierno revelan que a comienzos de esta semana no había un estrategia definida para enfrentar en términos comunicacionales la rendición de la PSU. Y que fue Lavín el que marcó el camino, al organizar un punto de prensa con Ester Suárez, de 79 años, la persona más longeva en rendir el examen.
Lavín también mantiene una fluida relación con los ministros "presidenciables" del gabinete: Laurence Golborne, Andrés Allamand y Pablo Longueira. Con ellos, en algunas ocasiones ha abordado el tema presidencial, relatando algunos detalles de su propia experiencia en 1999 y 2005.
El ex alcalde, además, dialogó en varias ocasiones con su sucesor en Educación, Felipe Bulnes, en los días posteriores al cambio de gabinete. Ambos coincidían en que la estrategia que debía seguir el gobierno era trasladar el conflicto con los estudiantes al Congreso. En esa lógica, también conversó con el abogado y con Cristián Larroulet -cofundador junto a él de la UDD y amigo personal desde los tiempos en que ambos eran estudiantes universitarios- en los días en que el Ejecutivo alistaba el plan para aprobar la polémica partida presupuestaria de Educación. Pese a esto, Lavín no cree que el Presidente se haya equivocado al invitar a los estudiantes a dialogar a La Moneda -gestión que fue resistida por el propio Bulnes y Rodrigo Hinzpeter-, pues cree que el Jefe de Estado debía jugar sus cartas.
A cinco meses de su salida de Educación, Lavín intenta dar vuelta la página. En privado ha dicho que está seguro de que con el tiempo se dimensionarán de mejor forma algunas de las reformas que impulsó en dicha cartera, como la que establece la gratuidad de los estudiantes de Pedagogía que sacan más de 600 puntos en la PSU; la implementación del Simce en Inglés y Educación Física, y la ley que fija cambios al Estatuto Docente.
En su nueva cartera, en tanto, ha retomado con fuerza una agenda de apariciones públicas, reforzando su presencia en programas de TV. Impulsó la creación de una "UTI social", dedicada a detectar casos de alto impacto público que requieran ayuda estatal. Por ejemplo, una familia rancagüina afectada de una enfermedad que los obligaba a caminar con manos y pies. El punto de prensa que Lavín realizó con esta familia en noviembre fue puesto como ejemplo de buen manejo comunicacional por Chadwick, en una reunión con los jefes de prensa y jefes de gabinete de todos los ministros.
Para abril o mayo del próximo año está agendado uno de los principales test que deberá enfrentar Lavín en el corto plazo: la publicación de los resultados de la encuesta Casen 2011. Su meta es disminuir el 15,1% que apareció bajo la línea de la pobreza en el último estudio, publicado en 2010. Los antecedentes, sin embargo, dejan abierta la incertidumbre. En el gobierno ponen como ejemplo a la administración Bachelet, que terminó con estos índices al alza, pese a la implementación de una batería de subsidios y bonos.
En 2012, Lavín enfrentará otro desafío clave de su cartera: la implementación de la nueva Ficha de Protección Social, comprometida por el gobierno para solucionar los problemas de la anterior ficha CAS, que gatillaba reclamos por beneficios otorgados incorrectamente y por la no entrega de beneficios que sí correspondía facilitar.
La ficha -que guiará la entrega de beneficios para el año 2013- incorpora una nueva variable, ya que a partir de ahora se medirán ingresos y gastos. Y su implementación es monitoreada con atención por el gobierno, sobre todo luego de que el martes pobladores organizados bajo el amparo del incipiente partido Igualdad, protestaran contra los cambios en la ficha y cortaran el tránsito en cinco puntos de la capital.

FUENTE: LA TERCERA

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