La gran interrogante es: ¿por qué desaparecen las abejas?
01/12/2013 |
Por Felipe Reyes R.
Hay quienes piensan que la Humanidad corre un gran riesgo, pues sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombre.
Albert Einstein escribió: "Si las abejas desaparecieran de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres". Hoy cada día estamos más cerca de su sentencia.
Un tema relevante
Si se creía que la desaparición de la humanidad sería a raíz de un meteoro, la invasión de extraterrestres o como consecuencia de una gran guerra mundial, nuestra imaginación nos jugo una nueva mala pasada.
El mal está mucho más cerca de lo que creemos, y su imagen antes que aterrar hace saborearnos de dulzura. Las abejas podrían ser las responsables de la desaparición de la humanidad si no se consigue detener y explicar la disminución en todo el mundo de su población.
La muerte de las abejas es un tema de primera relevancia para la humanidad. Desde hace unos 8 años que se comenzó a hablar del "Síndrome de Colapso de las Colmenas", producto del cual las abejas comenzaron a morir en masa y sin causa aparente. En los años siguientes se investigó el problema y ahora se trabaja para solucionarlo, aunque el daño ya está hecho.
Se cree que existen dos culpables claros en el fuerte aumentos de la mortandad de las abejas: el primero de ellos es el uso de pesticidas conocidos como Neonicotinoides y, en segundo lugar, el aumento de la emisión de ondas electromagnéticas por parte de teléfonos y antenas móviles.
Si alguna vez hemos mirado con insignificancia a estos insectos, bien vale cambiar el paradigma. Sin abejas los problemas para la humanidad son mayores. Y no hablamos únicamente de la miel.
Importancia de las abejas
Las abejas tienen un rol muy importante en nuestro diario vivir: gracias a ellas se produce la fecundación de plantas y flores, que luego se transforman en parte importante de la dieta diaria de las personas alrededor del mundo.
Frutos como las manzanas, cerezas, almendras y cebollas, entre otras, requieren de la polinización y en los últimos años su producción disminuyó significativamente creando escasez. Al haber escasez, suben los precios y su consumo se hace más difícil.
Las abejas no solo producen la miel, sino que encarnan una labor enorme, en importancia y en cantidad. Ellas son las encargadas de polinizar el 75% de las plantas que sembramos y que luego son cultivadas.
Se estima que las cantidades de producción superan los 40 mil millones de dólares y en muchos países el ingreso nacional en que participan las abejas representa más de un tercio del suministro a nivel nacional de alimentos. Si no tomamos medidas con rapidez podríamos terminar perdiendo alimentos como los frutos secos, muchas verduras y vegetales y el algodón.
La labor de la abeja es elemental en el funcionamiento de la naturaleza en general. Cuando entra a la flor en busca de néctar, agita con sus alas el polen de los estambres, el órgano masculino de la flor. Luego traslada el polen a esa u otra flor, dependiendo de la especie, depositándolo en el estigma, el órgano femenino. Ese óvulo queda automáticamente fecundado y dará luego frutos y semillas.
Las abejas, en una actitud casi mágica, no volverán a posarse en esa planta polinizada de modo que no dañaran la incubación. Sin esta crucial ayuda la polinización difícilmente podría llevarse a cabo.
La principal labor de la apicultura se traduce no como una mayor producción de miel, sino que un trabajo constante de polinización de frutas y verduras del entorno en que esta situado. De ahí que los lugares de apicultura se encuentren insertos en campos de agricultura.
A mayor cantidad de abejas polinizando frutas y verduras más grande la producción. Por ejemplo, una hectárea de alfalfa rinde 40% más si se poliniza de esta forma. Una colmena de abejas poliniza mucho más que un pequeño grupo de abejas.
El negocio es redondo.
La expansión humana también se inscribe como causante de la crisis. La gente y sus construcciones, la contaminación y las pisadas destruyen sus nidos y poblaciones completas.
Colapso de las colmenas
Las abejas dejan sus colmenas para ir en búsqueda de polen y luego no regresan. O si lo hacen, regresa una cantidad menor de la que salió o llegan cubiertas de pesticidas los que intoxican la colmena envenenándola por completo.
Pero en rigor, ¿qué o quiénes son los responsables de esta catástrofe global? ¿Los pesticidas? ¿Un nuevo microbio? ¿La multiplicación de las emisiones electromagnéticas alterando las nanopartículas de magnetita presentes en el abdomen de las abejas?
"Más bien una combinación de todos esos agentes" dice a Cambio21 Joaquín Peralta, apicultor de la zona de San José de Maipo. "Los estudios dicen que hongos parásitos usados para la defensa biológica y ciertos pesticidas del grupo de los neonicotinoides interactúan a la par entre ellos y provocan la destrucción de las abejas".
Para Joaquín Peralta no es un solo elemento el que atenta con la población de abejas. Él también ha visto mermados sus panales de abejas en porcentajes que son cercanos al 40%.
Nuevas tecnologías en pesticidas trabajan de forma avanzada. Para evitar los rociamientos incontrolables recubren las semillas con el pesticida para así penetrar de forma sistemática en toda la planta llegando incluso hasta el polen que las abejas llevan hacia las colmenas, las que resultan completamente envenenadas.
Hongos parásitos se han encontrado presentes en muchos enjambres en curso de destrucción en donde se hallaron abejas infectadas por media docena de virus y microbios. La mayoría de las veces, estos hongos son incorporados en los pesticidas químicos para combatir las langostas, ciertas polillas o el piral o taladro del maíz.
Buscando respuestas
Los científicos han buscado respuestas que puedan explicar la crisis, y algunos estudios concluyen que la disminución puede tener su causa en una combinación de factores, incluyendo enfermedades, la pérdida del hábitat y los químicos tóxicos. Pero nuevas investigaciones independientes han resuelto una serie de sólidas evidencias que señalan a los pesticidas (neonicotinoides) como culpables.
Las abejas no están exentas de enfermarse pues tienen sus propios parásitos y enfermedades; pueden pasar hambre como consecuencia, principalmente a raíz de los métodos de la agricultura industrial y, sobre todo, pueden ser envenenadas por el uso de insecticidas, herbicidas y fungicidas. Con variado grado de culpabilidad inciden todos los factores anteriores y otros, como el cambio climático, conduciendo a unas consecuencias indeseables.
Estrategia de Greenpeace
Enfocándose en los plaguicidas, Greenpeace ha elaborado una lista de plaguicidas tóxicos para las abejas que deberían eliminarse del medio ambiente para evitar los daños a las polinizadoras. Son: imidacloprid, tiametoxam, clotianidina, fipronil, clorpirifos, cipermetrin y deltametrin. Algunos de ellos pertenecen a la familia de los neonicotinoides.
¿Qué son los neonicotinoides? Son pesticidas utilizados con mucha regularidad en Europa y Estados Unidos en muchos cultivos intensivos de maíz, soja, colza, etc. Actúan principalmente sobre el sistema nervioso central de los insectos. Derivado de la nicotina causan la parálisis del insecto y finalmente llevan a la muerte. Al utilizarlos, no se mantienen en el exterior de la planta, sino que ingresan a su sistema y se distribuyen por el mismo.
Otros neonicotinoides son utilizados para recubrir las semillas y protegerlas al plantarlas. Cuando la semilla comienza a germinar y a crecer, los neonicotinoides se distribuyen por los tallos y por las hojas de la planta, y pueden alcanzar las gotitas que se exudan en el extremo de los cotiledones. Las abejas suelen beber esta gutación y quedan expuestas al pesticida. Además, cuando la planta florece todavía se pueden encontrar restos de los pesticidas en el polen y en el néctar que sirven de alimento a las abejas.
Greenpeace ha tomado la posta en la defensa y en el desenmascaramiento de quiénes están detrás del colapso. Para ellos la discusión en torno al problema de la disminución de la población de abejas ha sido continua y han participado científicos, políticos y empresarios.
El factor Monsanto
Monsanto es una empresa que esta en el ojo del huracán desde un tiempo a esta parte. Ubicada en Estados Unidos, se dedica en la actualidad a la producción de herbicidas y de semillas genéticamente modificadas. Colaboró con el gobierno estadounidense durante la guerra de Vietnam, creando el gas tóxico "agente naranja".
Monsanto sintetizó una hormona bovina por lo que la venta de leche está en estudio en varios países pues produce malformaciones en los animales y daños en las personas por exceso de antibióticos en la leche tratada. El anterior es solo una parte del terrorífico prontuario de esta empresa, denominada por muchos como "la peor empresa del mundo".
El pasado 25 de Mayo hubo una marcha mundial en contra de los productos transgénicos, indicando a Monsanto como uno de los principales responsables, no solo de la desaparición de las abejas, sino que de ser el principal productor de semillas transgénicas.
En la actualidad Monsanto se encuentra desarrollando un prototipo de abeja robótica. La idea es poder comercializar artefactos mecánicos que puedan asegurar la polinización de las plantas con un margen de seguridad mayor y estable. El negocio remite inmediatamente a la escasez de las abejas. Los especialistas, científicos y los apicultores reconocen que esta no es la solución del problema, sino que oculta la génesis de la crisis y se enfoca en una solución únicamente momentánea. Es un lugar más en donde esta empresa podrá generar riqueza.
Consultado sobre esta implementación, el apicultor Joaquín Peralta dice "es una locura. Ya ni se sabe que más inventaran. El problema son los mismos que lo quieren solucionar. Falta mano dura frente a los abusos. A la larga los afectados serán los mismos de siempre, el pequeño trabajador y las personas comunes y corrientes. Yo la verdad estoy un poco cansado de todo esto, me encanta lo que hago y quiero que mis hijos lo hagan, pero así como se ve lo que viene capaz que ni queden abejas por culpa de empresas inescrupulosas".
FUENTE: CAMBIO 21
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