Economistas de la Fundación Sol analizan realidad de empleo y previsión
La economía “de casino” de las AFP que genera pensiones miserables a los chilenos
Las precarias jubilaciones de
la mayoría de los futuros pensionados, que según un consejero del Banco
Central bordearán los150 mil pesos, hizo saltar a las AFP que achacaron
el problema a los bajos salarios de los chilenos. Desde la Fundación Sol
ponen el foco en la concepción lucrativa y aleatoria del sistema de
previsión creado por José Piñera, diseñado para funcionar en escenarios
económicos y de condiciones laborales ideales. Lo que dista de la
realidad tomando en cuenta que la mitad de los trabajadores gana menos
de 251 mil pesos.
“El sistema de pensiones de
capitalización individual (sistema de AFP) ha significado la mayor
creación de riqueza en beneficio directo de los trabajadores en toda la
historia de Chile”, destaca el economista y creador del sistema de
pensiones nacional, José Piñera, en su página web.
Entre los datos entregados por el ex ministro del Trabajo para
graficar esta afirmación, destaca que entre junio de 1981 y julio de
2012 los fondos de pensiones han rentado a los trabajadores un promedio
de 8,67% al año, así como el hecho de que “nunca se ha perdido un peso
en los fondos por malversación o fraude”, y que a febrero del año
pasado, el ahorro previsional acumulado por 9 millones de trabajadores
ascendía a US$ 200 mil millones (80% del PIB).
Pero al comparar estas cifras con lo que efectivamente obtendrá la
gran mayoría de los trabajadores chilenos en su jubilación, las cuentas
no son tan alegres: según reconoció hace unas semanas el consejero del
Banco Central, Joaquín Vial, el promedio de las pensiones de casi el 60%
de chilenos que se jubilen a futuro estará en torno a los 150 mil
pesos.
El dato, generó una inmediata respuesta desde de las AFP, que no
refutaron sus dichos, sino que aclararon que las escuálidas pensiones
que recibirán sus afiliados se deben al mercado laboral y los bajos
sueldos. En palabras del presidente de la Asociación de Administradoras
de Fondos de Pensiones, Guillermo Arthur, estos magros sueldos y la
regularidad con que un trabajador hizo cotizaciones durante su vida “es
una situación del mercado de trabajo y no de las AFP”.
Como solución, tanto Joaquín Vial como el subsecretario de Previsión
Social, Augusto Iglesias, apuestan a aumentar el Ahorro Voluntario
Previsional (APV) durante la etapa activa de la vida laboral de los
trabajadores.
Lo que en vista de los salarios que perciben los chilenos -la mitad gana menos de 251 mil pesos- no parece una solución viable.
Pensionados pobres y dependientes del Estado
Según explica el economista de la Fundación Sol, Marco Kremerman,
“para comprender quienes pueden realizar ahorro voluntario en Chile
debemos observar la distribución de los salarios. Un trabajador o
trabajadora podrá tener ahorro voluntario si sus necesidades cotidianas
de alimentación, vestuario, transporte, educación, salud, arriendo,
servicios básicos y un mínimo de esparcimiento están satisfechas. En
este sentido, si consideramos que sólo el 15% de los trabajadores gana
más de $650.000 y sólo un 10% más de $850.000 de acuerdo a los datos de
CASEN 2011, esta vía para aumentar las pensiones sólo terminará
favoreciendo a una pequeña elite de trabajadores”.
-En vista de las declaraciones del consejero del Banco Central y
de las propias AFP queda la impresión de que el sistema de pensiones tal
como fue diseñado funciona solo en escenarios ideales de pleno empleo y
buenos sueldos, realidad que no existía ni existe hoy en Chile. ¿Cuál
es su visión al respecto?
-Para poder brindar pesiones que permitan vivir a quienes se jubilen, el sistema de las AFPal menos requiere como condición primaria la existencia de sueldos altos, empleos estables o escasez de lagunas previsionales, antecedente que cualquier hacedor de política pública debería haber tenido en consideración al momento de diseñar este sistema. Más aún en países como Chile, donde existe una realidad de precariedad laboral y aumento de la tercerización, el subempleo y empleos de corta duración. Esto funciona parecido al sistema de Salud, en donde sólo el 16% cotiza en las Isapres -las personas con sueldos más altos y sanos- y el resto en Fonasa. La gran diferencia es que la cotización en las AFP es obligatoria, por tanto el Estado debe asumir el costo de las bajas pensiones, mientras el sistema sigue funcionando para un pequeño grupo de trabajadores.
-Para poder brindar pesiones que permitan vivir a quienes se jubilen, el sistema de las AFPal menos requiere como condición primaria la existencia de sueldos altos, empleos estables o escasez de lagunas previsionales, antecedente que cualquier hacedor de política pública debería haber tenido en consideración al momento de diseñar este sistema. Más aún en países como Chile, donde existe una realidad de precariedad laboral y aumento de la tercerización, el subempleo y empleos de corta duración. Esto funciona parecido al sistema de Salud, en donde sólo el 16% cotiza en las Isapres -las personas con sueldos más altos y sanos- y el resto en Fonasa. La gran diferencia es que la cotización en las AFP es obligatoria, por tanto el Estado debe asumir el costo de las bajas pensiones, mientras el sistema sigue funcionando para un pequeño grupo de trabajadores.
-¿El aumento de los sueldos solucionaría el problema?
-Con sueldos más altos y trabajos de mejor calidad, sin duda ciertos aspectos nocivos del sistema se morigeran, pero este en sí no corresponde a un sistema de seguridad social robusto. Además, el modelo chileno carga toda la responsabilidad y el esfuerzo en el trabajador. El empleador, salvo el pago del seguro de invalidez y sobrevivencia, no aporta en la cotización de su empleado y los trabajadores activos no podemos aportar para que los pensionados tengan una mejor calidad de vida, a través de un esquema que inyecte elementos solidarios.
-Con sueldos más altos y trabajos de mejor calidad, sin duda ciertos aspectos nocivos del sistema se morigeran, pero este en sí no corresponde a un sistema de seguridad social robusto. Además, el modelo chileno carga toda la responsabilidad y el esfuerzo en el trabajador. El empleador, salvo el pago del seguro de invalidez y sobrevivencia, no aporta en la cotización de su empleado y los trabajadores activos no podemos aportar para que los pensionados tengan una mejor calidad de vida, a través de un esquema que inyecte elementos solidarios.
-¿Qué consecuencias tiene esta fórmula en las pensiones?
-Chile se situó en un extremo y en dictadura impuso un modelo, donde cada persona se debe rascar con sus propias uñas para optar a una mejor pensión cuando jubile y en caso de emergencia se recurre al Estado con sus pensiones básicas de $80 mil o sus aportes previsionales solidarios que de ninguna manera permiten la satisfacción de necesidades mínimas de un adulto mayor. En su génesis las AFP se vendieron como un modelo que transformaría en propietarios a los trabajadores, amparado en los principios de la libertad individual que permite un esquema de cuentas individuales de capitalización. Hoy, tal como ha ocurrido en las distintas esferas de la economía y de la sociedad, luego de realizado este tipo de experimentos de política pública, lo que menos tendremos serán pensionados libres e independientes, sino que más bien pobres y dependientes de la asistencia del Estado.
-Chile se situó en un extremo y en dictadura impuso un modelo, donde cada persona se debe rascar con sus propias uñas para optar a una mejor pensión cuando jubile y en caso de emergencia se recurre al Estado con sus pensiones básicas de $80 mil o sus aportes previsionales solidarios que de ninguna manera permiten la satisfacción de necesidades mínimas de un adulto mayor. En su génesis las AFP se vendieron como un modelo que transformaría en propietarios a los trabajadores, amparado en los principios de la libertad individual que permite un esquema de cuentas individuales de capitalización. Hoy, tal como ha ocurrido en las distintas esferas de la economía y de la sociedad, luego de realizado este tipo de experimentos de política pública, lo que menos tendremos serán pensionados libres e independientes, sino que más bien pobres y dependientes de la asistencia del Estado.
El también economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán,agregaque
además “el sistema de pensiones permite que las administradoras lucren
sin condiciones de rentabilidad para sus asegurados. Esto quiere decir
que las AFP pueden incrementar sus ganancias, mientras los trabajadores
ven como sus fondos se desvanecen. Esta especie de economía de casino,
donde la “casa” siempre gana, responde a una concepción lucrativa y
aleatoria de la previsión, y no a una lógica de seguridad social. Es así
un sistema perverso. Lo que se observa es un esquema de capitalización
hacia las empresas; el sistema no fue creado para generar pensiones
dignas a los trabajadores sino para inyectar recursos al naciente
mercado de capitales chilenos, y en eso sí ha sido exitoso.
Trabajos precarios
La precaria situación que enfrentarán millones de chilenos en los
próximos años versus las millonarias utilidades de las AFP, que a
septiembre de 2012 acumulaban ganancias por $ 209.367 millones, 47,4%
más que el ejercicio de 2011, así como los bajos sueldos de los chilenos
abre serios cuestionamientos al sistema de AFP y a las condiciones
laborales.
En Chile la diferencia entre el sueldo mínimo y el sueldo de un gerente general supera las 100 veces (en la OECD promedia 32 veces) y los gerentes generales subieron un 30% real en sus compensaciones variables entre 2010 y 2012. En otras palabras, no todos crecen cuando “Chile crece”.
Más aún si se toman en cuenta las señales macroeconómicas como el Producto Interno Bruto (PIB) que alcanza los US$ 19.099, lo que nos sitúa como un país de ingreso medio – alto.
Para Gonzalo Durán, “esto es parte de la fachada bonita, slogan de
promoción de este y de los anteriores Gobiernos. Hoy existe una matriz
productiva fabricada para que una elite pueda acumular: un rasgo de
aquello es la elevada incidencia de los productos primarios, donde los
grupos económicos son dominantes, ellos explican el 89,2% de todas las
exportaciones. El bajo nivel salarial que existe en Chile -50% gana
menos de $251.620- tiene como contracara un ingente enriquecimiento por
parte de los segmentos más ricos.
-¿Por qué los sueldos no son mayores?
-Aquí, los empresarios infravaloran el trabajo con dinámicas de abaratamiento de costos, y obtienen enormes ganancias del mercado financiero y extractivo, de manera rentista. Esta matriz no permite generar empleos de calidad y bien pagados. Pero además, una parte importante de la explicación se encuentra en que los trabajadores no tienen poder para negociar colectivamente sus condiciones.Dicha facultad se extinguió con el Plan Laboral impuesto en 1979 bajo la dictadura (también creado por José Piñera). Existe una invalidez, intencionada, de los mecanismos distributivos de la riqueza. Lo que en Chile se conoce como Negociación Colectiva, sin derecho a huelga efectivo, dado el reemplazo de trabajadores, en otras partes del mundo no lo es.
-Aquí, los empresarios infravaloran el trabajo con dinámicas de abaratamiento de costos, y obtienen enormes ganancias del mercado financiero y extractivo, de manera rentista. Esta matriz no permite generar empleos de calidad y bien pagados. Pero además, una parte importante de la explicación se encuentra en que los trabajadores no tienen poder para negociar colectivamente sus condiciones.Dicha facultad se extinguió con el Plan Laboral impuesto en 1979 bajo la dictadura (también creado por José Piñera). Existe una invalidez, intencionada, de los mecanismos distributivos de la riqueza. Lo que en Chile se conoce como Negociación Colectiva, sin derecho a huelga efectivo, dado el reemplazo de trabajadores, en otras partes del mundo no lo es.
Los sueldos son bajos porque hay grupos que se favorecen de ello. Y
es en ese marco donde hay que entender las siderales brechas
socioeconómicas: la diferencia entre las personas del 5% de los hogares
más ricos versus las del 5% de los hogares más pobres es de casi 260
veces, según la Casen de 2011.
En 2009, mientras el 50% de los trabajadores dependientes del sector
privado ganaba menos de $228.619, el 2011 gana menos de $218.800, vale
decir, se detecta una disminución real de 4,3%. En tanto, en el 10% más
rico los salarios subieron 12%. En Chile la diferencia entre el sueldo
mínimo y el sueldo de un gerente general supera las 100 veces (en la
OECD promedia 32 veces) y los gerentes generales subieron un 30% real en
sus compensaciones variables entre 2010 y 2012. En otras palabras, no
todos crecen cuando “Chile crece”.
-¿Cuál es el diagnóstico que hacen entonces con respecto a la real situación laboral en Chile?
-Chile ha configurado un proceso de formalidad precarizante: la cobertura de la economía formal de trabajo es la más alta de América Latina, pero es precaria. Es lo que algunos estudiosos internacionales del trabajo han llamado el “precariado” o fenómeno del asalariado precario. Ello se ha visto estimulado en los últimos años por un fuerte impulso en la creación de empleos, pero, acompasado de un creciente fenómeno de subempleo o jornada parcial “Involuntaria”, subcontratación, bajos salarios e instituciones laborales ligeras y flexibles. En 1997 cerca del 30% del total de trabajo parcial era subempleo. En 2012 dicho porcentaje se sitúa sobre el 50%. Actualmente hay casi 700 mil subempleados que tienen un ingreso medio de $86 mil pesos y que trabajan 17,4 horas a la semana (3,5 hrs al día, de realizar el hipotético ejercicio de dividir por 5 días).
-Chile ha configurado un proceso de formalidad precarizante: la cobertura de la economía formal de trabajo es la más alta de América Latina, pero es precaria. Es lo que algunos estudiosos internacionales del trabajo han llamado el “precariado” o fenómeno del asalariado precario. Ello se ha visto estimulado en los últimos años por un fuerte impulso en la creación de empleos, pero, acompasado de un creciente fenómeno de subempleo o jornada parcial “Involuntaria”, subcontratación, bajos salarios e instituciones laborales ligeras y flexibles. En 1997 cerca del 30% del total de trabajo parcial era subempleo. En 2012 dicho porcentaje se sitúa sobre el 50%. Actualmente hay casi 700 mil subempleados que tienen un ingreso medio de $86 mil pesos y que trabajan 17,4 horas a la semana (3,5 hrs al día, de realizar el hipotético ejercicio de dividir por 5 días).
Además, considerando las cifras disponibles sobre calidad del empleo
(últimos tres años, a partir de la nueva encuesta de empleo), 7 de cada
10 de los nuevos empleos asalariados creados se encuentran en condición
de “externos”, o sea subcontratados, suministrados, enganche, etc. Por
último, la fotografía salarial total, exhibe un bajísimo nivel salarial.
De acuerdo a Casen 2011, el 50% de los trabajadores obtiene menos de
$251.620, tendiendo a concentrar los salarios en torno al mínimo,
$193.000.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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