sábado, 31 de diciembre de 2016

El escritor nacional afirma que hay pocos países “tan clasistas como éste”

César Farah: “Chile es un país donde te preguntan dónde estudiaste y a qué te dedicas para saber de qué clase social eres”

por  31 diciembre 2016
César Farah: “Chile es un país donde te preguntan dónde estudiaste y a qué te dedicas para saber de qué clase social eres”
Para el dramaturgo, profesor universitario y músico, el hecho que los colegios con mejores puntajes en la PSU cobren entre 200 y 600 mil pesos al mes no se traduce en una mejor educación, porque “los contenidos son más o menos los mismos”. La diferencia –señala– es que esos estudiantes tienen un horizonte de vida distinto: “Se relacionan con otro tipo de personas, ven otro tipo de televisión, escuchan otra música, viajan a otros lugares, es decir, viven de una manera diferente”. Lo contrario –argumenta– es la realidad del alumno de colegio municipal, que aunque reciba el mismo contenido, “tiene que llegar a su casa a cuidar a sus hermanos o salir a trabajar como empaquetador”.
Tras conocerse los resultados de la PSU, uno de los temas más comentados fue lo caro que es estudiar en los colegios que lideran el ranking de puntajes. Sin embargo, según el dramaturgo y profesor universitario, César Farah, el tema no es que la educación sea diferente, “sino que la reciben un modo distinto”.
“Yo hice clases en colegios municipales, muy humildes, y esta era la realidad: más de cuarenta y cinco estudiantes por curso; una niña que tenía que ir con su hija recién nacida, que era de su padrastro; otra niña que estaba embarazada del pololo que era diez años mayor; y la mitad del curso, después de clases, tenían que trabajar o cuidar a sus hermanos chicos”, recuerda.
-¿Marca un precedente que el Instituto Nacional haya quedado fuera, por primera vez, de los 100 mejores colegios en puntaje PSU?
-Claro, eso te demuestra que la fragmentación, el debilitamiento y la destrucción de la educación pública cada vez está yendo más al fondo, está haciéndose cada vez más fuerte y más poderosa. Pero hay otra lectura. Uno podría pensar que el Instituto Nacional no está haciendo lo que hacen los otros colegios, que es educar para las pruebas, y tal vez eso sea mejor. Hay un montón de colegios que lo que hacen es, solamente,  educar para las evaluaciones y hacer clases para que los estudiantes respondan como máquinas y estén estén bien rankeados y tengan más clientes. Así que, y te insisto, quizás esto significa que el Instituto Nacional está educando de verdad, haciendo un esfuerzo por entregar una educación más plena, más profunda y  holística.
-¿Sigue sosteniendo la tesis de que la educación, en cuanto a su contenido, no varía mucho entre colegios privados y municipales?
-Sí, porque la evidencia sugiere que es casi la misma: los contenidos son prácticamente iguales y los libros que se utilizan difieren en virtualmente nada. Aquí, el problema más profundo e importante es la segregación, que no es exclusiva de la educación: es una segregación que vivimos en términos sociales generales, que lo único que hace es replicar la desigualdad en nuestro país. Nosotros somos uno de los diez países más desiguales en distribución de ingresos; ese dato no se puede pasar de largo. Yo no soy especialista, solo me informo y tengo intereses sociales. Hoy leía que los colegios que tienen mayor puntaje cobran 300 o 600 mil pesos. Ese es un dato a considerar.
-¿Cuál es su análisis?
-A ver, aquí no es solamente el efecto par, el con quién me relaciono, no lo cierro a eso. Los estudiantes de esos colegios privados reciben la educación de un modo diferente, ese es mi punto central. La educación en sí, los contenidos, no son tan diferentes, pero sí la reciben de un modo distinto. En cualquier sistema –y como sabe cualquier lingüista o alguien que estudia semiología– los contenidos no son lo único que importa en un proceso comunicativo: no importa tanto lo que se dice sino cómo se dice, no tanto lo que se expone, sino cómo se expone. Esto dice relación con las capacidades que tiene, por una parte, aquellos que están entregando una información determinada o un mensaje, y las capacidades que puedan tener aquellos que lo reciben, y me refiero a capacidades dadas por un contexto social. Un profesor que gana un importante sueldo, que tiene cursos con pocos estudiantes, que tiene contrato, que tiene una carrera asegurada y que se siente motivado por todas estas cosas, efectivamente, se va a sentir en mejores condiciones, con más energía y tiempo.
-¿Cómo influye el contexto social de los estudiantes de colegios privados?
-Ese fenómeno es que tienen otra condición de vida: se relacionan con otras personas, ven otro tipo de televisión, escuchan otra música, en fin, viajan a lugares distintos y, para empezar, son personas que tienen la vida solucionada en cuanto a lo que tienen que hacer al llegar a sus casas.
-¿Y en el caso de los estudiantes de colegios de escasos recursos?
-Yo hice clases en colegios municipales, bien humildes. Yo tenía esta realidad en el aula: más de cuarenta y cinco estudiantes por curso; una niña que tenía que ir con su hija recién nacida, que era de su padrastro; otra niña que estaba embarazada del pololo que era diez años mayor; y la mitad del curso, después de clases, tenían que trabajar o cuidar a sus hermanos chicos. “Me tuve que ir a trabajar de empaquetador”, esa era una frase típica que te daban como excusa para no haber estudiado para una prueba.
-¿Cree que esto no se toma tan en cuenta?
-A ver, yo sé que esto le puede parecer tonto a algunos, cuando hablo de los lugares, de la música, la tele, en fin, de cómo se relacionan con la sociedad, el dinero que tienen para gastar, y el horizonte de vida que tienen respecto del carrete, del estudio, y de las relaciones sociales. Éstas últimas son absolutamente endogámicas y estamentarias. Este país tiene dos falencias importantísimas. Una de ellas, por supuesto, es que somos clasistas (pocos países son tan clasistas como éste). Aquí te preguntan dónde estudiante y a qué te dedicas para saber de qué clase social eres. Qué apellido tienes. Dónde viviste. Para saber eso. Esto es así, y el que no quiera verlo, como lo ha hecho una gran parte de la clase política, de la derecha… Mi mamá tenía este proverbio que decía “la riqueza llama riqueza, y la pobreza llama pobreza”, y es real.
-¿Se ha avanzado en educación con este gobierno?
-Hay que ser injusto para decir que no se ha avanzado en nada. Esta administración realmente intentó poner temas que son coyunturales a la sociedad, que tenían que ver con reformas de distinto tipo, y yo creo que sucedieron dos cosas. La primera es que lo hizo de manera incompetente. Y por otro lado, la derecha económica le ha hecho una guerra que me hace mucho sentido y mucha relación, porque este gobierno intentó instalar mal, pero lo intentó, ciertos problemas que eran fundamentales. Está claro que no hay voluntad de los poderes económicos de generar esos cambios, nunca la ha habido, porque los grandes poderes económicos son absolutamente conservadores y bastante de línea de la derecha más ultra, así que no van a soltar un peso en virtud del pueblo ni del país.
-¿Qué simboliza la PSU?
-La carga simbólica es evidentemente la de un sistema social no educativo, la de un sistema social rancio, equivocado y absolutamente injusto y desigual, en el cual Chile no puede seguir. Si queremos ser un país que de alguna manera haga que sus ciudadanos se sientan contentos de vivir en él y que sus ciudadanos se sientan más plenos, bueno, significa que tienen que cambiar, porque una sociedad que no es capaz de hacer que sus ciudadanos tengan la posibilidad de desarrollarse plenamente en su vida, es una sociedad que está condenada al fracaso. Esto no lo dijo Lenin ni Marx, lo dijo Freud.
FUENTE: EL MOSTRADOR

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