jueves, 11 de diciembre de 2014

Reconoce que aun cuando hay otros políticos involucrados la indagatoria se ha focalizado en la tienda de calle Suecia

Hernán Larraín admite que el Pentagate ha golpeado duro a la UDI y que el gremialismo pasa por “momento muy complejo”

El senador no oculta su preocupación por la complicada situación que vive el partido a propósito del caso que toca directamente al presidente de la colectividad. Sin embargo, el parlamentario le expresa su apoyo y pone paños fríos, afirmando que hay que esperar que la investigación decante para tomar decisiones y emitir juicios.
Hernán Larraín ingresó a la UDI en 1991, después de la muerte de su amigo Jaime Guzmán y es senador desde 1993, hace 21 años. Esa experiencia lo convierte en uno de los históricos del partido y en uno de los políticos más experimentados de la colectividad. Por eso, no tiene dudas en reconocer con calma que la situación actual de su partido, en el contexto de la investigación por el caso Penta, que involucra al menos a siete políticos gremialistas, es uno de los momentos más complicados para la tienda.
“La UDI está pasando por un momento muy complejo, porque las revelaciones de un caso determinado se han focalizado en personas vinculadas a nuestro partido, en el complejo problema del financiamiento de la política”, reconoció el senador a Emol.
Larraín reconoció  que aun cuando el caso toca a políticos de otros sectores como Andrés Velasco y un senador de la Nueva Mayoría cuyo nombre se desconoce hasta ahora, la investigación “se ha focalizado en nuestro partido y eso ha sido muy complejo y difícil, yo espero que una vez que se decante el proceso judicial permita saber exactamente cuál es el impacto que tiene y que la opinión pública pueda juzgar con una mayor tranquilidad lo que ha ocurrido”, dijo.
El senador no oculta que parte de este clima de desconfianza hacia su partido ha sido alimentado por las publicaciones de prensa que han aparecido en las últimas semanas. “Las filtraciones y el exceso de rumores que ha habido en estos meses han sido ciertamente muy dañinos, porque la opinión de la ciudadanía se forma con lo que primero aparece y no tiene claridad respecto de si es una prueba definitiva, si es una prueba posible. Por lo tanto, los prejuicios en esto son muy duros”, admitió.
Sin embargo, Larraín puso paños fríos respecto a los resultados de la investigación que lleva adelante el fiscal Carlos Gajardo. “Aquí han habido declaraciones que hablan de irregularidades, no sabemos de qué consistencia, si son simples faltas, si son acciones de falta de pago de impuestos o si son delitos. Las alternativas son varias y en ese sentido, a pesar de que hemos sentido un golpe en la imagen de la UDI, creo que es prematuro para sacar conclusiones”, afirmó. 

Por último, el parlamentario que fue presidente de la UDI entre 2006 y 2008 entregó su apoyo a la directiva que encabeza Ernesto Silva frente a las críticas que ha recibido en relación a cómo ha enfrentado la crisis. “El equipo que está tiene la capacidad y la competencia para llevar adelante esta situación y creo que lo han hecho bien y han tenido el respaldo interno del partido, no creo que eso esté en cuestión”, concluyó. 

De esta forma, Larraín se hace cargo de las críticas que caen sobre la directiva que encabeza Silva, incluso desde el interior del partido. Según publicó El Mostrador esta semana, al interior del partido, y ante las últimas revelaciones, quienes cuestionan a la directiva sostienen que lo que está pasando no es una sorpresa y que, si bien nadie podía saber que justo este año estallaría un escándalo relacionado con Penta, la cercanía de la actual camada de dirigentes con el mundo empresarial fue una crítica recurrente durante las últimas elecciones.

Algunos en el partido comentan que cuando las alternativas para presidir la UDI eran Víctor Pérez y Ernesto Silva, la balanza se inclinó en favor del segundo debido a su capacidad para “llenar la billetera” de la colectividad, gracias a su conexión con Penta.
Hay militantes que han hecho públicos reclamos por no ser favorecidos por el financiamiento que alegan sí tuvieron otros, como Ena von Baer o Iván Moreira –ambos involucrados en el Pentagate–, quienes hoy aparecen cercanos a la conducción de Silva, emparentado con Carlos Alberto Délano, quien es casado con Verónica Méndez, hermana de su madre y que fue mencionado en la grabación filtrada de Hugo Bravo como beneficiario de aportes en efectivo.
Al interior de la UDI llaman los “iluminatis” o los “iluminados” a quienes hoy conducen el partido. Quienes los critican afirman que, a diferencia de otros lotes, ellos no provienen de la “cuna UDI”, ni tampoco son hijos del proyecto popular del partido, ese que intentó crecer en poblaciones y trabajos voluntarios. Cercanos a los empresarios y centros de pensamiento, en la disidencia afirman que han sido incapaces de conducir la tienda, entre otras cosas, por su falta de experiencia.
Un ex miembro de la directiva afirma que el episodio donde Ernesto Silva fue a visitar a Cristian Labbé, quien está acusado de formar parte de la DINA al inicio de la dictadura, fue una demostración de la poca claridad política de los actuales dirigentes. “Al principio querían sacar la alusión a la dictadura de la declaración de principios, y después aparecen respaldando a Labbé”, comenta
Las mismas fuentes aseguran que al interior de la tienda hay una sensación de que el partido está sin rumbo y que, aunque la directiva se ha esmerado en incentivar la participación de las bases –a través de informativos y boletines con columnas de opinión–, “no hay confianza” en lo que se está haciendo.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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