No cree en la posibilidad de una educación universitaria gratuita, pero está maravillado con las preguntas sociales que ha planteado el movimiento estudiantil. Acá, el sociólogo critica a la Concertación y explica por qué el gobierno puede resultar siendo el gran ganador de este conflicto.
Por Diego Zúñiga 01/09/2011
Fotografía: Mabel Maldonado Hay un país que se mueve y hay un hombre, en ese país que se llama Chile, que siempre está atento a esos movimientos, que los escudriña, que intenta hacer una lectura distinta de lo que sucede. Una lectura que muchas veces resulta incómoda. Pero hasta ahora, ese hombre, que se llama Tomás Moulian, sorpresivamente se había mantenido en silencio frente a las multitudinarias movilizaciones que hoy remecen el panorama nacional.
Sin embargo hoy, este sociólogo ligado al mundo de la izquierda ha decidido hablar. Y habla, sobre todo, de las paradojas de la política actual: un país con altos índices de crecimiento, pero que tiene a miles de personas protestando por demandas sociales; un gobierno de derecha que si logra negociar bien con los estudiantes, podría pasar a la historia como la administración que impulsó las reformas sociales que no logró hacer la Concertación. Polémico, como de costumbre, asegura que el de Piñera no es un gobierno de "unos tontos derechistas", sino que una dirección astuta, que sabe que es necesario dialogar.
Y, como pocas veces, hoy Moulian habla con optimismo: "Estos movimientos me parecen espectaculares por sus demandas, pero también por sus formas de acción. Esta capacidad de movilizar creo que le ha hecho muy bien a la sociedad chilena, por cuanto ha obligado a que mucha gente se haga preguntas, algo que necesitamos".
- ¿A qué preguntas se refiere?
- La gran difusión que ha tenido el movimiento estudiantil ha planteado temas que tienen que ver con la educación, pero también con algo más global sobre el carácter de la democracia que se vive. En el movimiento estudiantil está latente una crítica global a la sociedad neoliberal, en lo económico y social, del Chile actual. Estamos en un momento excepcional que supera el inmovilismo del pasado y que tiene como protagonistas a los estudiantes, igual como ocurría antes.
La gran difusión que ha tenido el movimiento estudiantil ha planteado temas que tienen que ver con la educación, pero también con el carácter de la democracia que se vive. Estamos en un momento excepcional, que supera el inmovilismo del pasado.
- ¿Cuáles son, a su juicio, los factores de la inmovilidad que primaron hasta ahora?
- Chile salió de una dictadura militar que duró 16 años y eso marca la transición; marca el periodo que va desde 1989 hasta el primero de los gobiernos socialistas, que podría ser el paso del autoritarismo a la democracia. Durante ese periodo -sobre todo en la administración de Aylwin- el inmovilismo se manejó desde arriba. Recordemos que se cerraron las revistas donde se debatía, como Apsi y Análisis, y todo eso por una decisión tomada por la cúpula del gobierno.
- ¿Quizás primó la opción de impedir que el ambiente se alterara, de manera de asegurar la transición?
- Sí, no querían movilizaciones, de hecho se les temía. De ahí a la necesidad de una transición manejada por el poder, donde la base asintiera y no presionara. Eso marcó los primeros gobiernos de la Concertación y marcó la época. Además, recordemos que el gobierno de Ricardo Lagos tenía como uno de sus objetivos principales el demostrar que la izquierda podría gobernar sin generar caos. Bueno, eso es gobernar tratando de evitar movilizaciones, tratando de manejar la situación con sumo cuidado, tratando de que las masas no se desbordaran, como si el desborde de las masas generara siempre crisis. Y eso es falso, a veces genera despertares, que es lo que ocurre con este movimiento estudiantil.
Un gobierno astuto
- ¿Cómo ha visto el desempeño del gobierno de Piñera hasta ahora?
- Creo que los partidos que acompañan a Piñera -sobre todo la UDI- han impedido que se pueda generar la sensación de que gobierna una "nueva derecha". Tenemos un gobierno que ha gobernado poco, que se ha debatido entre el terremoto, los mineros y ahora los movimientos estudiantiles, pero que ha tenido pocas condiciones para ser el que ponga los temas. Si el gobierno es capaz de negociar bien con el movimiento estudiantil, puede recuperarse de esa situación, pero eso significa que tiene que estar dispuesto a que los estudiantes también ganen.
Si el gobierno logra negociar bien con los estudiantes vamos a tener dos actores que van a ganar: el movimiento estudiantil y el gobierno. La Concertación tendrá que ver qué hace frente a eso: para ellos sería un panorama complicado.
- ¿Entonces, usted ve una salida para este conflicto?
- Quisiera que los estudiantes fuesen capaces de negociar con éxito algunos aspectos importantes que tengan que ver con la municipalización y con el lucro, entendiendo lucro como toda aquella ganancia que no es reinvertida en la sociedad educacional. Si los estudiantes son capaces de imponer esos puntos, vamos a tener cambios significativos en la educación y vamos a tener un movimiento que es capaz de mantenerse en el tiempo.
- ¿Pero al parecer no va a ser fácil negociar con el gobierno justamente estos puntos?
- El de Piñera es un gobierno astuto. No es un gobierno de unos tontos derechistas. Es un gobierno donde el presidente tiene más significación que los partidos políticos que lo acompañan. Creo que él se da cuenta de que está forzado a sentarse a discutir con los estudiantes. Además, este gobierno es paradójico: acaban de hacer esta modificación a la ley para eliminar el descuento del 7% a los pensionados, y por lo tanto tenemos un gobierno que trata de realizar algunas medidas de carácter populista. Por eso, creo que en esta negociación van a estar dispuestos a conceder las demandas a los estudiantes.
- Si ocurre eso, el gobierno podría ganar puntos frente a la ciudadanía, ¿o no?
- Si el gobierno logra negociar bien con los estudiantes vamos a tener dos actores que van a ganar: el movimiento estudiantil y el gobierno. La Concertación tendrá que ver qué hace frente a eso: para ellos sería un panorama complicado.
FUENTE: QUE PASA
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