sábado, 24 de septiembre de 2011

Gustavo Ruz, Abogado y Miembro del Comité de Iniciativa por una Asamblea Constituyente.

1.- ¿Cuáles deben ser las bases para la construcción de una Nueva Constitución?
Esencial es que todo el pueblo participe, que todos sean consultados y que no se haga ninguna trampa, de manera que este proceso, que tiene una onda raíz popular y ciudadana, se prepare con información y las alternativas que se debaten.
El tema de la Constitución emanada desde una Asamblea Constituyente tiene que ver con las facultades que tiene cualquier grupo en cualquier parte del mundo, reconocidas desde la Revolución Francesa, que establece que el pueblo es el soberano y toma las decisiones gruesas, fundamentales y eso se llama “el derecho a la autodeterminación”. Chile no ha cumplido con el derecho de autodeterminación del pueblo chileno desde que somos un país independiente. Lo más cercano que hemos tenido a esa autodeterminación, a soberanía, a tomar decisiones de acuerdo a nuestros intereses, se dio el 11 de julio de 1971, cuando todos los partidos políticos, a proposición del ex Presidente Salvador Allende, nacionalizaron el cobre que fue un buen negocio para Chile y que pese a las resistencias de la derecha en un principio, luego de un entendimiento entre Tomic y Allende, la derecha se vio en absoluta minoría y finalmente, para no ser arrasadas en las elecciones, aceptó y dio la unanimidad. De manera que ese hecho histórico, que ha repercutido positivamente en lo que vino después en cuanto a ingresos para el erario nacional, fue una demostración de que Chile puede unir sus fuerzas para encaminarse a una Constitución libre, soberana, informada, mediante un voto secreto, universal y sin exclusiones. Eso no ocurre actualmente, porque todas las leyes que nos rigen –en todo nuestro ciclo de vida- están determinadas por una Constitución autocrática, emanada por cuatro generales con prontuario criminal que decidieron cómo serían la economía, la educación y la sociedad chilena en los próximos 100 años. Una Constitución que no se puede cambiar por su propio articulado, sino que hay que cambiarla desde fuera, tal como se modificó la Constitución de 1833 en el año 1925. Tal como se ha hecho en los demás países -y Chile tiene que vergonzosa reputación de no haber realizado una Asamblea Constituyente- un país que post dictadura conserva su modelo y legalidad constitucional.
2.- ¿Por qué una nueva Constitución ganaría en legitimidad y adhesión social?
El tema es muy de fondo, porque si tomamos temas como HidroAysén, educación, derechos humanos, en todos está involucrada la Constitución Política del Estado. Por eso es una tarea tan importante que nos involucra a todos, es una tarea urgente. Chile se está hundiendo en el pantano porque no tiene canales institucionales para dirimir sus conflictos, porque mientras estaba la bayoneta era fácil dirimir los conflictos donde unos hablan y deciden, los demás se callan o mueren.
A partir del 11 de marzo de 1990 a la gente se le dijo que tendría libertad de opinar y decidir, hasta ahora eso no ha ocurrido. El ciudadano está amarrado de pies y manos, no tiene un Parlamento representativo, porque es un sistema engañoso y fraudulento para elegir a los parlamentarios; no tiene influencia en la economía porque el Banco Central hace las cosas por su cuenta y las empresas transnacionales controlan el 70% de todo lo que se produce en Chile. Por lo tanto, hemos perdido soberanía, libertad y autodeterminación, hemos sido engañados por una mañosa campaña de prensa controlada por El Mercurio y La Tercera, y los canales de televisión.
3.- ¿Cuál es la propuesta de Uds.?
Una Asamblea Constituyente, porque implica un hecho básico, el que cada ciudadano tenga derecho a opinar. La constituyente parte de cero, toma todas las decisiones esenciales para que la comunidad viva en paz y en orden. La constituyente es de una gran importancia de orden estratégico, porque une al país, otorga solidez institucional y estabilidad, no como andan diciendo los interesados en mantener la Constitución de Pinochet, que la Constituyente va a resultar en un caos y el desorden, es todo lo contrario. Es fruto de un esfuerzo y un cambio en la correlación de fuerzas.
En aquellos países donde hubo Asamblea Constituyente, el pueblo pudo opinar y, por lo tanto, se acataron las leyes porque estas se enmarcan en la Nueva Constitución que la ciudadanía redactó.
4.- ¿Cómo es posible llegar a la Asamblea Constituyente?
No hay un camino único, depende de las condiciones de cada país. Lo comúnmente aceptado es que al pueblo se le pregunte “si quiere seguir, o no, con la actual Constitución”, de manera que el pueblo pueda hace sentir su peso. Tiene que ser una mayoría clara, no puede ser 51% contra 49%, pero nosotros estamos seguros que más del 70% u 80% de los chilenos desean tener una Constitución civilizada, democrática, como la tiene el resto de América del Sur. Aunque no sean tan buenas las nuevas constituciones, pero por el hecho de ser redactadas en una Asamblea Constituyente donde están todos representados, esa Constitución tiene legitimidad.
Si se cita a plebiscito y se le pregunta a la ciudadanía si quiere una Constituyente o quiere seguir como estamos, habrá una mayoría que respaldará la Asamblea Constituyente. Luego que se aprueba esa decisión, se llama a elecciones y se eligen delegados a partir de cero. Generalmente, los que son diputados y senadores actualmente, no pueden ser candidatos aunque es un asunto que se puede dirimir, pero el pueblo elige delegados de manera representativa, donde hay participación de hombres y mujeres, intelectuales y científicos, obreros, mapuches y de otras etnias, adultos mayores y jóvenes, que esté presente la diversidad del conjunto de las culturas y no sea una reunión circunscrita a las élites ricas, santiaguinas, masculinas e intelectuales, que no sea una casta la que se reúne, si no que es todo el pueblo.
Una vez que la Asamblea Constituyente queda instalada, como poder superior -por sobre el Presidente, la Cámara de Diputado y el Senado-, reglamenta sus funciones. Para una población de 17 millones de habitantes debería haber unos 700 delegados con dedicación exclusiva y trabajar durante 6 o 7 meses en redactar la Nueva Constitución, espacio donde se discutirían temas que aparecen negados por el actual orden constitucional.
En la Constitución vigente no se habla de la mujer, de los adultos mayores, mapuches, de la protección a los recursos naturales, es decir, en una Nueva Constitución se tocan todos los problemas fundamentales como el rol del Estado en la economía, en las Fuerzas Armadas, cómo se evita la discriminación racial, la vigencia de los derechos humanos, de los presos en las cárceles, inclusive el nombre del país. En concreto, está en juego un pacto social nuevo, que parte de la base en que Chile es diverso.
En concreto, la Asamblea Constituyente toma las decisiones, redacta la Nueva Constitución y de inmediato se convoca a un plebiscito para que el pueblo sancione, apruebe o rechace lo que se acordó a través de este mecanismo. Como la Constituyente es representativa en el 100% de los casos, luego que se aprueba lo propuesto por los delegados en el plebiscito, entra en función una Nueva Constitución a partir de un rango de tiempo de 3 a 4 meses y posteriormente se elige al Presidente o un Primer Ministro, de acuerdo a lo que se haya propuesto y votado. Todas las autoridades se eligen nuevamente y para eso debe existir una ciudadanía vigilante.
5- ¿De qué forma se asegura la participación ciudadana en el debate de una nueva Constitución?
No es posible la Constituyente si no hay un pueblo organizado. O sea, con un pueblo rebaño, que está mirando la televisión o está pendiente de la farándula, es mejor no hacer el esfuerzo por una Asamblea Constituyente, porque se puede dar el caso que esta iniciativa sea ganada por  quienes manipulan a la opinión pública. Por eso es importante que haya un pueblo organizado, es decir, es el sujeto pueblo el que se pone en escena.
Hay una necesidad de que se lleve a cabo una Constituyente en la que no haya trampa, en la que la ciudadanía esté bien informada para todo el proceso, en su convocatoria, funcionamiento y en el respeto de lo que el pueblo ha decidido, porque cuando los poderes fácticos tienen necesidad, simplemente violan la Constitución.
Estamos en un momento de avance enorme y hay que valorarlo, pero cuidado con sacar conclusiones tan antojadizas, tan optimistas, cuando las autoridades aún tienen muchas armas por utilizar. Lo que sí es claro, es que frente al malestar social una de las soluciones a los actuales problemas es a través de una Asamblea Constituyente.

FUENTE: OBSERVATORIO GENERO Y EQUIDAD

No hay comentarios:

Publicar un comentario