sábado, 29 de abril de 2017

Carta a Beatriz Sánchez de un viejo de izquierda (1)

 Publicado el 29 Abril 2017
 ESCRITO POR ISMAEL LLONA M.

Respetada compañera Beatriz Sánchez.

Frente Amplio.

Presente



Discúlpeme que le escriba. Es una carta pública de un viejo periodista de izquierda a una candidata del Frente Amplio.

Creo que esta carta tiene aún más validez ahora que usted está irrumpiendo en las encuestas y, afortunadamente, está amenazando a Piñera con acompañarlo en el ballotage de fin de año.



La nueva fuerza, que Ud. tan bien representa, viene acompañada de la idea de la honestidad y la anticorrupción en un país donde las instituciones empresariales, como otras de la sociedad civil, y las estatales, están transversalmente atravesadas por la deshonestidad y la corrupción. Esa fuerza nueva también levanta propuestas, validadas por el movimiento social, muy acabadas en materias como la previsión, el sindicalismo, la educación, el apoyo a las reivindicaciones femeninas y otras tan importantes como ésas.



Sin embargo, y esto es asunto de preocupación para viejos como nosotros, hay momentos en que aparecen superficialidades preocupantes en áreas muy decisivas como la relación entre política y sectores o clases sociales (¿a qué sectores sociales representa el Frente Amplio?); una cierta subestimación por lo hecho en bien de los sectores subalternos por personeros y movimientos políticos pasados (Allende, Unidad Popular, partidos revolucionarios creados en el siglo XX); y una superficialidad molesta con respecto al plano internacional, que es también nacional (no hay condena clara al belicismo de EEUU y de Trump; no hay opinión acerca de las guerras actuales; vemos más condenas a “la dictadura cubana” que al imperialismo occidental que atropella los derechos humanos más elementales).



Permítame decirle que a RD y al Frente Amplio, prometedoras fuerzas renovadoras de la actual política en Chile, les falta densidad en sus planteamientos en estas últimas e importantes materias. Eso no parece relevante en la superficial política de máscaras, desideologización y frescura (en mal sentido) que padecen las fuerzas de derecha, centro y centroizquierda hoy, pero creo que la densidad es esencial en fuerzas nuevas, fundantes y más que progresistas, que pueden dar origen a una nueva izquierda en Chile y cambiar el tablero.

La posible pequeñez orgánica no exime de tener planteamientos profundos, que vayan al meollo y no a la superficie. Tampoco su brevedad temporal.

En la historia de Chile hay ejemplos muchos en ese sentido. Bilbao y Arcos fueron muy profundos. Los partidos nacidos en el siglo XX también: el PC, el PS, la DC, el Mir y el Mapu, por cierto, y si pecaron fue por su profundidad en la crítica y la propuesta, al extremo de ser calificados como utópicos y dogmáticos.



La polémica sobre Cuba surgida entre Margarita Labarca (a quien no tengo el gusto de conocer personalmente) y Ud. tiene que ver precisamente con eso. Más que una diferencia de punto de vista y de carga ideológica es una diferencia entre la levedad suya en el tema y la profundidad de la versión de una perseguida que encontró en Cuba su libertad y protección y que se dio el espacio para estudiar su medio.



Nos ha extrañado que una declaración recurrente de precandidatos y dirigentes del Frente Amplio sea, simplemente, la de que “Cuba es una dictadura” y Fidel Castro, por cierto, “un dictador”, poniendo así , además, distancia frente a uno de los personajes y fenómenos más interesantes del siglo XX y frenando las intenciones, ojalá momentáneamente, de viejos militantes en la perspectiva de integrarse y colaborar con la nueva fuerza.



Debemos pedir de Ud. y de otros personeros un análisis más profundo y acabado -base para relaciones futuras- ante un país, un sistema, un gobierno y un pueblo que durante décadas significaron un hito y un ejemplo para las mayorías populares de gran parte de la humanidad, en América, Asia, África y Europa.



El etiquetar con un stickers (y punto) fenómenos tan complejos es ejemplo de liviandad, y con ese peso no se puede pretender gobernar un país capitalista, como el nuestro, con una postura de cambio. (Sigue)
FUENTE: EL CLARIN

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