Puede apuntar con el dedo al Presidente y su ministro del Interior como los responsables del desorden en la derecha y apenas recibe una tibia respuesta. Posee poder de veto sobre lo que se puede cambiar en el país y de lo que no, tal como lo acaba de hacer con la reforma política y tributaria. Lo respaldan 39 diputados y 8 senadores, pero sobre todo amplias redes en el mundo empresarial y mediático para las que él es el aval de que no habrá cavilaciones en la defensa de la institucionalidad económica y política que el gremialismo construyó con Pinochet. Jovino no negocia, impone.
Jovino Novoa es uno de los escasos militantes de la UDI a los que sus pares llaman por el nombre, omitiendo el apellido. Al igual que Jaime (Guzmán) o Pablo (Longueira). Los tres pertenecen a una categoría superior.
El primero, guardián de la doctrina del partido, representa la línea que identifica a los sectores más conservadores del país, entre ellos, el empresariado. No le importa no ser popular y, por eso, dice lo que piensa. El segundo, es el mítico líder, el ideólogo. Y el tercero, actual ministro de Economía, impulsor junto a Guzmán del crecimiento de la UDI, posee una visión menos ortodoxa en materia económica. Es el negociador nato, que actúa -a la hora de los acuerdos- según la conveniencia política del partido.
Jovino puede enfrentarse al Presidente de la República oponiéndose a las reformas tributarias y al sistema binominal por el papel que encarna dentro de la UDI. Y por eso puede hablar fuerte y señalar que el Presidente Piñera y su ministro del Interior son los responsables del desorden en la derecha. Es considerado el hombre de mayor peso en la colectividad. “Él no negocia, impone”, dice una fuente del gremialismo.
Por su ligazón con el mundo empresarial juega un rol decisivo. En Chile el cruce entre el mundo de los negocios y la política se da, por esencia, en la UDI. “El núcleo duro del empresariado está en la UDI por la defensa del modelo que instauró el gobierno militar y porque algunos hicieron fortunas en aquella época. Jovino defiende la doctrina y eso es apreciado en el mundo de los negocios”, afirma un abogado cercano al partido. Para un miembro de la Alianza “Longueira les da tiritones a los empresarios y les ha dado duro. Él representa a la UDI popular. Jovino, a la UDI empresarial”.
De las privatizaciones de Endesa, Chilquinta, la CAP, Entel salieron los que hoy son grandes empresarios y colaboradores económicos de la UDI. José Yuraszeck, de Endesa. Roberto de Andraca quien, con un puñado de acciones, maneja la CAP. A él se lo menciona como cercano a Novoa. También, a Carlos Alberto Délano, gran amigo de Joaquín Lavín e íntimo del Presidente Sebastián Piñera, socio de una de las tres más grandes AFP del sistema (Cuprum), y de Banmédica, la mayor isapre del sistema. Otro de los que se menciona como muy cercano es Juan Hurtado, accionista de Entel, la minera Pucobre, el Holding financiero Consorcio y, en el pasado, de Chilquinta.
“El núcleo duro del empresariado está en la UDI por la defensa del modelo que instauró el gobierno militar y porque algunos hicieron fortunas en aquella época. Jovino defiende la doctrina y eso es apreciado en el mundo de los negocios”, afirma un abogado cercano al partido. Para un miembro de la Alianza “Longueira les da tiritones a los empresarios y les ha dado duro. Él representa a la UDI popular. Jovino, a la UDI empresarial”.
El fallecido Ernesto Silva Bafalluy (Grupo Penta) fue también miembro de su círculo, aseguran. Ingeniero comercial, Silva trabajó en Odeplan y fue miembro de los directorios Endesa, Pehuenche y Chilectra, entre otros. Al momento de su muerte, era presidente de Cuprum, rector y miembro fundador -junto a los actuales ministros Joaquín Lavín y Cristián Larroulet- de la Universidad del Desarrollo, siendo uno de sus principales socios el “Choclo” Délano como lo apodan. Su hijo, el diputado Ernesto Silva Méndez, es hoy parte del bloque de rostros gremialistas que defiende la ortodoxia del binominal y los principios neoliberales, resistiendo los vientos reformistas que soplan en la propia derecha.
Estamos hablando de una red que abarca a varias fortunas si se considera al resto de los accionistas de varias de estas empresas. En Entel y Banmédica está Eduardo Fernández León, conocido como empresario inmobiliario por las Brisas de Chicureo y Santo Domingo, cuyo patrimonio asciende a los US$1.000 millones, según consignó el diario La Tercera. Y la familia Matte, socia también de la compañía de telecomunicaciones.
Novoa cuenta a su haber con otro activo: haber sido editor de servicios informativos de El Mercurio entre 1982 y 1985, un período muy conflictivo para el país, por las protestas, violaciones a los Derechos Humanos y la peor crisis económica desde los años 30. Sucedió a Arturo Fontaine Aldunate, quien debió renunciar a su cargo por la editorial titulada “Malos días”, en la que alude a la soledad del régimen y, en su punto más álgido, a los Derechos Humanos después del asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez. “No es propio de un Gobierno que se apoya en el anhelo de orden y paz tener que dar cuenta de tantos asesinatos sin móvil conocido y de tantas sospechas acumuladas”, escribió el fallecido abogado y periodista.
Con el tiempo Novoa volvería a ligarse a los medios, esta vez, con la competencia, como miembro del consejo editorial de La Tercera, con cuyo dueño, Álvaro Saieh, tiene línea directa.
Reservado, respetado y confiable
“Jovino sabe escuchar muy bien al mundo empresarial. Es un receptor permanente de los informes de los empresarios, de quienes es interlocutor. Ellos les plantean sus preocupaciones, lo llaman. Es muy respetado por mantener una línea”, agrega un abogado cercano a la UDI. También recibe estudios de Libertad y Desarrollo, de distintas universidades, de la Confederación de la Producción y del Comercio, la Sofofa, la Cámara de Comercio y las asociaciones de distintos gremios como AFPs e isapres.
Es uno los dos mayores recaudadores de fondos para las campañas junto a Longueira. “Antes de asumir como ministro Pablo era más relevante en materia de platas, pero Jovino tiene un grupo de amigos que aporta, mientras Pablo Longueira recoge de una mayor cantidad de gente”, explica un miembro del partido.
Reservado, no se lo verá como a otros parlamentarios en una comida de fin de año de la CPC o la Sofofa, dicen asistentes regulares a los ágapes gremiales. A diferencia de muchos miembros de la primera línea de la UDI, siendo abogado ejerció activamente la profesión. Al regresar de Buenos Aires, donde vivió entre 1970 y 1977, tuvo una breve participación en el estudio de su fallecido cuñado Luis Fernando Mackenna, ex socio de Enersis; Carlos Cruzat y Antonio Ortúzar. En 1979, asume la subsecretaría General de Gobierno, luego pasa a El Mercurio, y más tarde entra como socio de Guerrero, Olivos, Novoa y Errázuriz. Allí ejerce como abogado corporativo de empresas desde 1985 hasta ser elegido senador en 1997. En la oficina aseguran que abandonó sus labores y que cuando concurre es para hacer trámites personales. Se lo ve, habitualmente, ocupando su oficina en la UDI, la misma que utilizaba Jaime Guzmán.
Así como las opiniones de Novoa pueden ser impopulares, especialmente entre sus socios de RN, no esconde su postura más liberal dentro del partido más conservador. Ha dicho que no es predicador –es agnóstico- criticó la campaña del Sida por no hablar de frentón del uso del preservativo y es partidario de entregar la píldora del día después en los consultorios. Novoa es el único coronel de la UDI que no fue formado por Jaime Guzmán, pues fue compañero del líder gremialista en la Escuela de Derecho en la Universidad Católica. En su historial más público figura el ser senador por Santiago Poniente –una de las circunscripciones más importantes- por un segundo período; dos veces presidente de la UDI (1992 y 1998 y 2004-2006); candidato presidencial en 1993, presidente del Senado en 2009.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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