A través de una carta dirigida al “Pueblo de Dios que peregrina en Chile”, el Papa Francisco pidió perdón a los fieles por la falta de reacción de la Iglesia Católica ante las múltiples denuncias de abusos.
En la misiva, Francisco explicita que un reconocimiento “al esfuerzo y perseverancia de personas concretas que, incluso contra toda esperanza o teñidas de descrédito, no se cansaron de buscar la verdad; me refiero a las víctimas de los abusos sexuales, de poder, de autoridad y a aquellos que en su momento les creyeron y acompañaron”.
El Sumo Pontífice se explayó asegurando que el no saber escuchar a las víctimas obstaculizó el camino de la comunidad a la verdad: “Así se construyeron conclusiones parciales a las que le faltaban elementos cruciales para un sano y claro discernimiento. Con vergüenza debo decir que no supimos escuchar y reaccionar a tiempo”, señaló.
Además, el Papa confirmó que la visita de Chales Scicluna y Jordi Bertomeu, en febrero pasado, ocurrió justamente “al constatar que existían situaciones que no sabíamos ver y escuchar. Como Iglesia no podíamos seguir caminando ignorando el dolor de nuestros hermanos. Luego de la lectura del informe quise encontrarme personalmente con algunas víctimas de abuso sexual, de poder y de conciencia, para escucharlos, y pedirles perdón por nuestros pecados y omisiones”, agregó.
“El ‘nunca más’ a la cultura del abuso, así como al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse, exige trabajar entre todos para generar una cultura del cuidado que impregne nuestras formas de relacionarnos, de rezar, de pensar, de vivir la autoridad; nuestras costumbres y lenguajes y nuestra relación con el poder y el dinero”, expuso el líder de la Iglesia Católica.
En este sentido, sin adelantar acerca de medidas concretas tomadas por la institución respecto a los casos de abusos que salieron a la luz en Chile, Francisco recalcó que “la cultura del abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio ya que la salvación ofrecida por Cristo es siempre una oferta, un don que reclama y exige la libertad”FUENTE: EL DESCONCIERTO
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