miércoles, 22 de octubre de 2014

El Pentagate, la detención de Labbé y el veredicto contra O’Reilly

La tormenta perfecta de la UDI

La red de influencia política, económica y hasta religiosa de la UDI hace agua. Quien fuera uno de sus principales financistas, Carlos Alberto Délano, es investigado por el Pentagate. Quien fuera uno de sus alcaldes estrellas está detenido en un recinto militar. Y uno de los sacerdotes más cercanos a sus militantes fue encontrado culpable de abuso sexual.
Todos los caminos llevan a la UDI. Carlos Alberto Délano, uno de sus principales financistas, envuelto en un escándalo sin precedentes por evasión tributaria en el llamado Pentagate. Cristián Labbé, militante del partido, cuatro veces electo alcalde de Providencia, detenido y procesado por asociación ilícita por su pertenencia a la DINA, a quien se le imputa secuestro, tortura y homicidio de 13 de personas en el regimiento Tejas Verdes. Y el veredicto que encontró culpable a John O’Reilly de abuso sexual reiterado en contra de una de las dos hermanas, ex alumnas del Cumbres, que lo acusaba, remece a sus amigos y conocidos de la UDI… Partiendo por Andrés Serrano, miembro del Tribunal Supremo de la colectividad, uno de sus más cercanos, quien lo acompañó a todas las audiencias del juicio. O Pablo Longueira, Juan Antonio Coloma, Andrés Chadwick y Marcela Cubillos, quienes matricularon a sus hijos en el Cumbres, el primer colegio que fundó la orden mexicana en Chile, en 1986. O los amigos de los primeros tiempos, de mediados de los 80, que O’Reilly conoció en la Universidad Católica, cuando concurrió a trabajos de invierno para reclutar jóvenes para el movimiento y se hizo muy amigo de Darío Paya, Rodrigo Álvarez, José Antonio Kast y Miguel Flores, entonces miembros del movimiento gremial y posteriores militantes de la UDI. O Pablo Zalaquett, uno de los que adscribieron tempranamente a la Legión –hoy alejado, pero cercano al sacerdote– y fue el primer presidente de Generación Empresarial, entidad que promueve la ética en los negocios.
El partido fundado por Jaime Guzmán está enredado en sus propias redes económicas, políticas y religiosas. Por su vínculo familiar, su presidente aparece como la persona menos adecuada en esta crisis: Ernesto Silva Méndez es sobrino político de Carlos Alberto Délano, quien es casado con una hermana de la madre del timonel. Las aprensiones vertidas por algunos sectores durante las elecciones que lo llevaron a la presidencia, porque los vínculos empresariales de Silva podrían ser fuente de conflictos, se hicieron realidad. Apuntaban no sólo a su parentesco familiar con el socio de Penta, sino a los vínculos de su fallecido padre, quien fue presidente de Cuprum cuando estaba en poder de Penta, además de rector de la Universidad del Desarrollo y socio minoritario de la inmobiliaria Ainavillo, dueña de sus terrenos y campus, en la que Penta es la mayor accionista, con un 34,93%. La sucesión compuesta por su viuda e hijos heredaron esas acciones, lo que pone en entredicho su independencia frente a los proyectos de ley de educación. Y de salud, porque Penta es socia de Banmédica, la mayor isapre del sistema.
Silva sale de una defensa para entrar en otra. “Ojalá las instituciones acá puedan funcionar con la autonomía que corresponde, sin presiones y con independencia”, sostuvo cuando partió la arista de Penta, el 26 de agosto, con la denuncia del Servicio de Impuestos Internos (SII) por las boletas entregadas por las cónyuges de Carlos Alberto Délano y de Carlos Eugenio Lavín, los dueños de Penta, por trabajos no realizados que permitieron reducir en $400 millones la base imponible de Penta III.
Y el veredicto que encontró culpable a John O’Reilly de abuso sexual reiterado en contra de una de las dos hermanas, ex alumnas del Cumbres, que lo acusaba, remece a sus amigos y conocidos de la UDI… Partiendo por Andrés Serrano, miembro del Tribunal Supremo de la colectividad, uno de sus más cercanos, quien lo acompañó a todas las audiencias del juicio. O Pablo Longueira, Juan Antonio Coloma, Andrés Chadwick y Marcela Cubillos, quienes matricularon a sus hijos en el Cumbres, el primer colegio que fundó la orden mexicana en Chile, en 1986.
Sus palabras fueron subiendo de tono: “Una cosa es una investigación judicial y otra distinta es un abuso de poder”, dijo después de las diligencias de la PDI en la oficina de Jovino Novoa, la casa de Andrés Velasco y la agencia Vox Comunicaciones –que fundó Laurence Golborne–, con el fin de retirar sus computadores e información para investigar si Penta financió irregularmente sus campañas o cómo fue la distribución del dinero recibido delholding –en el caso de Novoa– entre los candidatos de la UDI. Molesto por las filtraciones del caso, Silva se reunió con el Fiscal Nacional Sabas Chahuán, el 1 de octubre, para pedirle que investigue las filtraciones del caso que es secreto, porque la figura de cohecho por el que fueron formalizados funcionarios del SII es parte del delito de lavado de activos.
En la celebración de los 31 años del partido, el 13 de octubre, en las Parrilladas Argentinas de Estación Central, Silva acusó una “persecución” en contra de la colectividad. “Cuando a algunos de nosotros nos atacan, todos sabemos que se ataca a la UDI, pero estamos más unidos que nunca”. Eso, porque los nombres que habría mencionado Hugo Bravo, el ex brazo derecho de Penta, en sus declaraciones ante el el Fiscal Jefe de la Unidad de Delitos de Alta Complejidad de la zona Metropolitana Oriente, Carlos Gajardo, serían los de Iván Moreira, Ena von Baer, Pablo Zalaquett y el candidato pro UDI, Laurence Golborne, señalados como los que habrían recibido financiamiento irregular de Penta para sus campañas.

LOS PENTA

No es cualquier grupo. No porque sus socios sumen en conjunto un patrimonio superior a US$1.500 millones –sólo por la venta de la AFP Cuprum recibieron US$954 millones y el 28,8% que poseen en Banmédica vale US$373 millones en bolsa– sino por lo que representa la figura de Délano. Íntimo amigo del ex Presidente Sebastián Piñera desde que fueron compañeros en Ingeniería Comercial en la Católica, fue parte del llamado “tercer piso”, el estrecho grupo de amigos que lo asesoraba informalmente y tenía fuerte ascendiente sobre él. Délano es un hombre que pesa en la UDI. Es uno de sus principales financistas; según La Tercera, durante 2013 seis de sus empresas entregaron aportes reservados: Isapre Vida Tres, Clínica Santa María –filiales de Banmédica, la que controlan, en partes iguales, junto a Eduardo Fernández León– Penta Corredora de Bolsa, Penta Administradora General de Fondos, Penta Las Américas Administradora de Fondos de Inversión y Penta Propiedades.
Délano es uno de los 200 consejeros históricos de la UDI, aquellos que estuvieron en la primera hora del partido, que son elegidos por el consejo general y votan junto a otros 600 consejeros, elegidos en otras instancias, para definir la directiva. Fue jefe de campaña de Joaquín Lavín en todas sus postulaciones. Autor de sus eslóganes “Gallito de pelea”, “Viva el Cambio” y  “Alas para todos”.

VISITA A LABBÉ: “PROFUNDAMENTE IMPRUDENTE”

“Venimos a saludar a un amigo y a un dirigente de la UDI muy destacado (…) lo hemos visto afectado y es lo que corresponde hacer en un momento como este”, declaró Silva en su visita a Cristián Labbé en el Comando de Telecomunicaciones del Ejército junto a Javier Macaya este lunes. Cuestionó la neutralidad de la justicia: “Uno se hace la pregunta si la justicia opera igual para todos cuando en estos días hemos visto a dirigentes políticos que han reconocido haber participado en hechos de sangre y que andan libres por las calles”. Y disparó contra el Ministerio del Interior: “Nunca lo había visto actuar tan rápido, ni siquiera en el tema del terrorismo. Si hubiera tenido esa seriedad en el tema del terrorismo los hechos hubieran sido distintos”.
Le llovieron las críticas. “Ha sido profundamente imprudente y es una provocación hacia la opinión pública y hacia las víctimas de violaciones a los derechos humanos. No somos creíbles después de esto cuando les pedimos perdón a las víctimas”, declaró el alcalde UDI de La Florida, Rodolfo Carter. Y opinó que habría sido preferible una visita privada, sin prensa, sin hacer una provocación para las víctimas de violaciones a los derechos humanos, “porque yo supongo que las violaciones a los derechos humanos ya nadie las discute”.
Desde el gobierno, el vocero Álvaro Elizalde le devolvió sus dichos por la rápida apelación del programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior con un “(sus palabras) dan cuenta de una nostalgia por otros tiempos (…). ¿Qué pretende el presidente de la UDI? ¿Que la justicia no trabaje o que trabaje lentamente?”.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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