Punta Peuco y Penal Cordillera: las cárceles de lujo donde pagan sus crímenes militares condenados por violación a los derechos humanos
Por Teresa Frías K.
Abogados especializados en el tema afirman que es un privilegio que se contrapone con la igualdad que debiera existir para cualquier preso y que lo que ocurre es un tratamiento discriminatorio del cumplimiento de condena en Chile.
Abogados especializados en el tema afirman que es un privilegio que se contrapone con la igualdad que debiera existir para cualquier preso y que lo que ocurre es un tratamiento discriminatorio del cumplimiento de condena en Chile.
La
Comisión de Reducción de Condenas, presidida por la ministra de la
Corte de Apelaciones de Santiago Amanda Valdovinos entregó un informe en
el que recomendó cerrar el Penal Cordillera, ubicado en Peñalolén, y
trasladar a sus internos, entre los que está el ex director de la DINA
Manuel Contreras y parte de la cúpula de la CNI, al de Punta Peuco en
las cercanías de Tiltil.
Pese a ello, el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, ya dijo que no se hará el traslado.
Ante ello el abogado de derechos humanos Nelson Caucoto dijo que "la
recomendación es positiva, porque hay más gendarmes que presos en Punta
Peuco, y el Penal Cordillera sí que es un 'hotel cinco estrellas', y
tener a todas esas personas en un mismo recinto sería una medida
espléndida".
En esa línea agregó que "es sabido que el Penal Cordillera no está
sobrepoblado, por ende tiene capacidad de recibir más gente. Y no se
justifica que existan, incluso entre los violadores de derechos humanos,
recintos que cubran sus penas con estándares mejores en uno que otro".
"En todas las áreas en que tiene participación el Estado, este debe
tratar con igualdad a todos los ciudadanos. Indudablemente entre un
violador de los derechos humanos y un preso común no existe esa igualdad
ante la ley, siendo que los primeros cometieron delitos más graves, aún
así están en cárceles de lujos", recalcó el profesional en conversación
con Cambio21.
Por último mencionó que "el gobierno debiera actuar con un marco de
mayor racionalismo, porque tiene una sobre dotación de gendarmes en
Penal Cordillera, y las cárceles debieran ser eso...cárceles".
Por su parte, el reconocido abogado Héctor Salazar también está de
acuerdo en el traslado, aunque mencionó que "no debiera existir Punta
Peuco ni Penal Cordillera, ante la ley todos somos iguales y no debieran
existir privilegios con respecto a algún tipo de condenado".
En diálogo con Cambio21 agregó que "si bien
es cierto que la recomendación de trasladar a los presos por violación a
los derechos humanos a Punta Peuco es un avance, sin embargo es
relativo, porque sigue pendiente el hecho que existe un tratamiento
discriminatorio del cumplimiento de condena en Chile".
"Ojala los estándares de cómo se priva a una persona de libertad por
cumplimiento de una condena se vayan equiparando para todos los reos. Es
decir, aquí hay que nivelar para arriba y no para abajo", sostuvo el
abogado defensor de los derechos humanos.
Para Salazar "es un problema de este gobierno y de los anteriores el
no querer innovar en la política de cómo se llevan los casos de derechos
humanos, el tratamiento a las personas que resultan condenadas, en el
sentido de darles un tratamiento más serio".
Los hoteles 5 estrellas
La creación del Penal Cordillera estuvo marcado por la polémica, pues
en 2005 se creó para acoger a Manuel Contreras y otros ex militares
condenados por violaciones a los Derechos Humanos vinculados a la DINA,
como Pedro Espinoza y Miguel Krassnoff, lo que fue visto como una cárcel
a su medida.
Esta cárcel ha sido calificada por Amnesty International como "privilegio inaceptable".
En este Penal, ubicado al interior del Regimiento de
Telecomunicaciones, en los faldeos cordilleranos de la comuna de
Peñalolén, sólo hay una decena de condenados, que disponen de cinco
bungalows, que incluyen dormitorios, baños, cocinas y sala de estar.
Cada una de estas viviendas dispone de teléfono y TV cable.
Para ingresar al lugar se debe pasar solamente una puerta metálica
enrejada donde un guardia recoge la documentación del visitante. Las
casas están en medio de un parque con cuidados jardines y salas de
juego, cancha de tenis y barbacoa para los asados que preparan a los
condenados al aire libre. Hasta hace poco, los reclusos disponían de
piscina. Es el único penal, junto con Punta Peuco, que tiene más
gendarmes (45 guardias) que presos, para poder mantener los servicios
que se les otorgan a los condenados. Además pueden recibir a sus
familiares y amigos con muy pocas limitaciones, diariamente de 10 a 17
horas.
En una conversación sostenida con Cambio21
uno de los gendarmes de guardia en el lugar confesó que para ellos la
destinación era prácticamente como tener vacaciones. El peligro de fuga
de los reos, dada su avanzada edad es prácticamente imposible y si se
olvidan las altas rejas coronadas con alambres de púas podría pensarse
que se está en un condominio de clase media acomodada.
En el Penal Cordillera hay más de 6 gendarmes (6,4) por cada preso. Si esta misma tasa se aplicara a los otros penales del país sería necesario tener 281.139 gendarmes, lo que es superior al total de los funcionarios de toda la Administración Central de Chile y sería necesario contratar más de 250.000 gendarmes adicionales.
Un dato "freak": en uno de los senderos que unen las cabañas se
pueden apreciar una pequeña gruta dedicada a la Virgen de Lourdes.
En Punta Pueco, en tanto, una de las principales críticas que se le realiza es la situación de privilegio en que viven los internos, en comparación al resto de los complejos penitenciarios del país. Los poco más de cuarenta reclusos (vigilados por el doble de gendarmes) están divididos por sectores, correspondiendo cada uno a las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden a las que pertenecieron (también hay un espacio separado para ex funcionarios de la PDI).
Para ingresar a cada sector se deben pasar varias rejas de control y
entregar, por ejemplo, los celulares. Cada recluso cuenta con su
habitación y baño privado. Allí la mayoría mantiene su propio
refrigerador con alimentos, aparato de TV, computador, etcétera. Se
supone que no tienen acceso a Internet. Cabe recordar que todos ellos
reciben sus pensiones y que por el nivel alcanzado dentro del escalafón
militar son recursos más que suficientes para cubrir sus necesidades.
Las áreas comunes bajo techo corresponden a una amplia cocina y salas
de estar con biblioteca. En el exterior, un prado del tamaño de una
cancha de baby fútbol les permite en el verano instalar quitasoles,
muebles de terraza y asaderas para atender a sus visitas.
Aunque Punta Peuco es un penal menos "privilegiado" que el Penal
Cordillera: aunque parezca una ironía frente a otros recintos
carcelarios comunes, los reclamos vienen por el tema del espacio, ya que
muchos consideran que están sufriendo de "hacinamiento".
FUENTE: CAMBIO 21
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