Su opción es mantenerse dentro de su partido
Atria, idéologo del movimiento del 2011 y militante PS, también se lanza a la presidencial
por EL MOSTRADOR 25 septiembre 2016
Dispuesto a a ser precandidato presidencial dentro de los confines del PS, Fernando Atria aclaró que el tema de las elecciones debe ser visto como una oportunidad para discutir sobre el futuro de Chile, "cómo queremos que sea en 20 años y qué corresponde hacer para movernos en esa dirección. En lo a que a mí concierne, estoy dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad para contribuir a una discusión de verdad".
Para contribuir en esa discusión -razona Atria- es necesario estar donde se deba estar, "y si eso significa asumir una precandidatura, bueno, la asumiré. O si eso significa apoyar con entusiasmo a otro que esté en esa línea, será eso". Agregó que "los cálculos y los personalismos no deben consumir la discusión de ideas".
En ese contexto, el constitucionalista aseguró que ha recorrido buena parte de Chile hablando sobre derechos sociales, lo público, la universidad, la Nueva constitución y la asamblea constituyente, argumentando que "esa es la discusión que el país necesita con urgencia"
Sobre su proyección en la Nueva Mayoría, puntualizó que "en la medida en que haya una decisión de continuar con la agenda transformadora, eso debería producir la convergencia de quienes están interesados en defenderla", a pesar de que, según él, dicha agenda transformadora "demostró que la actual cultura política chilena no está a la altura de lo que necesita el país. Tenemos a un gobierno que insiste en las reformas y a una oposición que dice que es lo peor que le pudo pasar a Chile", dijo en entrevista a El Mercurio.
Sin embargo, indicó que "si el desapego con el Gobierno fuera un rechazo a las reformas, eso sería capitalizado por quienes se oponen a ellas, y eso no está ocurriendo. Lo que hoy existe es un rechazo a la política como la conocemos".
Acerca de la actual manera de entender la política, el militante del PS cree que se hace "imposible hacer transformaciones. Si estamos en un momento de estrechez económica, por ejemplo, y el ministro de Hacienda está tan preocupado de mantener los equilibrios, ¿por qué la Ley Reservada del Cobre se discute después? ¿Por qué hay como temor para abordar el régimen de pensiones de las Fuerzas Armadas? ¿Por qué no hay nadie que esté entusiasmado con el proyecto de educación superior?".
Luego, explica que hay un patrón de una política que está atravesada de todo tipo de neutralizaciones, "de cosas que no se pueden hacer, que no se pueden decir. Y el ciudadano común y corriente cree que esto parece una cocina bien oscura", dice, enfatizando que el Ejecutivo también es parte de esta manera de entender la política.
A modo de ejemplo, señala que "el proceso constituyente va camino a tener la misma suerte que la reforma constitucional de 2005. Entrará un proyecto al Congreso y a 'la cocina'. De ahí saldrá algún texto que nos dirán que ahora sí que sí que el problema constitucional quedó solucionado, y poco después nos daremos cuenta de que no será así".
Por último, consultado pos sus opiniones acerca de los presidenciales de la Nueva Mayoría, dijo que Lagos "debería escribir sus memorias" en vez de pensar en volver a ser Presidente; que Guillier representa la oportunidad de "discutir ideas"; y que Isabel Allende "podría ser un liderazgo presidencial distinto" -siempre que pueda reproducir este esfuerzo de interlocución hacia la izquierda y que asuma una necesidad de profundizar y mantener la agenda transformada de este gobierno- dice.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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