Municipales: crónica de un resultado esperado
por CLAUDIO FUENTES S. 23 septiembre 2016
El resultado más probable de las elecciones municipales es la mantención del statu quo. Nada cambiará. Las dos coaliciones principales que han gobernado a Chile saldrán victoriosas y al día siguiente tanto Chile Vamos como la Nueva Mayoría se declararán triunfadores. ¿Por qué en un marco de tanto descrédito de la política, se producirá muy probablemente tal resultado? A continuación expongo siete razones:
- La baja participación electoral favorece el statu quo porque aquellos que se movilizan son las personas más politizadas o que son atraídas por candidaturas que preestablecieron redes de intercambio de favores. Estas redes pertenecen a los partidos antiguos y no a las nuevas fuerzas políticas. Entonces, en un contexto de voto voluntario, el capital electoral movilizable favorece a las fuerzas políticas tradicionales.
- Es verdad que será la elección con la mayor cantidad de partidos políticos que compiten por votos desde el restablecimiento de la democracia (30 aproximadamente), pero las fuerzas políticas nuevas compiten fragmentadamente, en múltiples listas y sin un objetivo político común. Y mientras más divididas compiten las fuerzas alternativas, menor es la posibilidad de que obtengan espacios de poder a nivel de concejales (y menos a nivel de alcaldías). Seguramente gran parte de los partidos creados a propósito de estas elecciones desaparecerán y seguirán predominando las dos grandes coaliciones.
- Los partidos tradicionales poseen una ventaja considerable, dado que el sistema de financiamiento estatal de elecciones permite a los partidos recibir un subsidio por voto obtenido en las elecciones pasada y presente. Las fuerzas políticas nuevas pueden aspirar a un monto que es equivalente a los votos obtenidos por el partido que obtuvo la menor cantidad de votos en la pasada elección en el territorio donde compite. Esta sola regla crea una brecha en la obtención de recursos prácticamente irremontable para las fuerzas políticas emergentes.
- Los partidos tradicionales tienen una capacidad de captar recursos privados, muy superior a las fuerzas políticas emergentes. Datos provisionales de los aportes de privados muestran una mayor capacidad de captación de contribuciones del PS, RN, PDC, PPD, UDI y PC y una muy baja capacidad del resto de los partidos.
Las restricciones en publicidad establecidas en la ley favorecen a las candidaturas de personas ya conocidas y que usualmente ocupan cargos de representación popular (esto es, de los incumbentes) por sobre los desafiantes. Lamentablemente, el Congreso Nacional no aprobó importantes medidas que hubiesen favorecido una cancha más pareja para la competencia, tales como la provisión de transporte público gratuito el día de la elección, establecimiento de franjas radiales obligatorias, pisos de aportes del Estado más equitativos entre fuerzas emergentes y tradicionales, entre otros.
- Las restricciones en publicidad establecidas en la ley favorecen a las candidaturas de personas ya conocidas y que usualmente ocupan cargos de representación popular (esto es, de los incumbentes) por sobre los desafiantes. Lamentablemente, el Congreso Nacional no aprobó importantes medidas que hubiesen favorecido una cancha más pareja para la competencia, tales como la provisión de transporte público gratuito el día de la elección, establecimiento de franjas radiales obligatorias, pisos de aportes del Estado más equitativos entre fuerzas emergentes y tradicionales, entre otros.
- Tampoco las fuerzas políticas nuevas han posicionado rostros presidenciables reconocibles por la ciudadanía y que ayuden a capturar votos en una elección que suele vincularse con la presidencial de 2017. En un cuadro político local con una amplia oferta de candidaturas, los electores requieren identificar candidatos(as) con figuras de carácter nacional. Chile Vamos y la Nueva Mayoría cuentan con aquellas figuras. Los partidos nuevos carecen de liderazgos de alcance nacional.
- Mientras las fuerzas políticas emergentes centran su atención en las redes sociales (es barato y accesible), la campaña municipal se resolverá en los territorios y por electores que están poco familiarizados con el espacio virtual. Los desencantados y jóvenes que suelen liderar la ácida crítica a la política por las redes sociales, simplemente no votarán. Los partidos tradicionales, haciendo lo que han sabido hacer por los últimos 26 años, convocarán a una mermada masa electoral que, el 23 de octubre, concurrirá a votar. Para las fuerzas políticas nuevas resultará muchísimo más complicado convencer y movilizar a gente que no le interesa ni le importa votar.
Así las cosas, el resultado municipal es previsible y no traerá grandes sorpresas. Nada cambiará significativamente en nuestra ya tradicional escena política, constituyéndose en la crónica de un resultado esperado.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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