jueves, 15 de septiembre de 2016

Entidad depende del Ministro de Energía, Máximo Pacheco

Justicia somete a proceso a funcionario de la Comisión Chilena de Energía Nuclear por causa de DD.HH.

por  15 septiembre 2016
Justicia somete a proceso a funcionario de la Comisión Chilena de Energía Nuclear por causa de DD.HH.
A fines del mes pasado, el ministro en visita para causas por violaciones a los Derechos Humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jaime Arancibia, sometió a proceso a varias personas por el secuestro de un joven en octubre de 1973, desde su casa en Valparaíso. Uno de los procesados se desempeña actualmente como ingeniero naval en la CCHEN, dependiente del Ministerio de Energía.
La madrugada del 12 de octubre de 1973, Marco Antonio Contardo Guerra tenía 15 años cuando un destacamento de la Armada, un oficial y un detective de Investigaciones llegaron hasta su casa en calle Artillería en Valparaíso. Contardo fue llevado a esa hora, junto a su madre y su abuela, hasta la Academia de Guerra Naval, donde fue sometido a golpes y a corriente eléctrica por personas que no podía ver porque se encontraba con la vista vendada.
Esa madrugada, todos los maltratos fueron presenciados por su madre, quien se mantuvo a su lado hasta que fue llevado al barco Lebu, desde donde fue liberado dos semanas después. Sin embargo, habría más golpes.
A comienzos de noviembre de ese año fue detenido nuevamente por personal de la Armada y fue llevado a la Academia de Guerra donde sería sometido a tormentos a comienzos del mes de noviembre, hasta ser liberado a comienzos de diciembre, según señala la resolución del ministro en visita para causas por violaciones a los Derechos Humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jaime Arancibia. El 29 de agosto pasado este sometió a proceso a varias personas involucradas, entre ellas a Jaime Erick Riesle Wetherby, quien se desempeña como ingeniero naval en la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) desde el 2 de junio de 1976 y está nombrado desde el 1 de septiembre de 1989, en carácter de titular, en el cargo de Profesional, grado 4° de la Planta del mismo nombre.
Según la resolución de Arancibia, sobre Riesle -quien ahora se encuentra en libertad bajo fianza- “fluyen fundadas presunciones para estimar que le ha cabido participación en el secuestro con grave daño de Contardo esa madrugada de octubre de 1973”.
Desde la Comisión Chilena de Energía Nuclear -dependiente del Ministerio de Energía- señalaron a El Mostrador que están al tanto de la situación judicial de Riesle y que el mismo ingeniero naval informó a la institución que se encuentra sometido a procesos por el ministro Arancibia.
“La Institución está al tanto que los procesos que se llevan a cabo ante el ministro en visita son por causas de Derechos Humanos como autor de un delito de secuestro y un delito de secuestro con grave daño en la persona o intereses del secuestrado”, señalaron en la CCHEN, donde también destacaron que actualmente Riesle se encuentra en libertad bajo fianza en ambas causas. “Hasta la fecha, no hemos recibido ninguna notificación del mencionado ministro en visita indicando que este funcionario haya sido declarado reo o condenado. Una vez que se dicte sentencia, la CCHEN actuará de acuerdo a las disposiciones legales vigentes”, señalaron en la Comisión.
El Mostrador intentó comunicarse con Riesle, sin éxito.
Marco Antonio Contardo tiene actualmente 58 años y vive en Valparaíso. En una conversación telefónica explica que Riesle “estuvo tras en una cacería humana” en contra de su padre, Emilio Contardo, un reconocido abogado de DDHH y dirigente socialista en Valparaíso. “Hay muchos testimonios que acreditan que el señor Riesle trabajó desde y para un centro de torturas, y ese centro se llama Academia de Guerra Naval”.
Contardo también cree que el que el ingeniero se mantuviera trabajando tantos años en un organismo dependiente del Estado es “un hecho lamentable”.
Contardo relata que con estas acciones no busca venganza, sino aclarar los hechos: “Fui torturado frente a mi madre a los 15 años y esta es una postura de sanación respecto a un hecho que la Armada no tuvo ningún afán de asumir”.
FUENTE: EL MOSTRADOR

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