Estado deberá indemnizar en $100 millones a ex preso político brutalmente torturado en 1974
Golpes, electricidad en testículos y uñas, simulacros de fusilamientos y palizas que terminaron con sus hombros dislocados, son parte de la violencia sufrida por el docente que pasó por Londres 38, Tejas Verdes, Chacabuco y Tres Álamos.
La Corte de Apelaciones de Santiago condenó al Estado de Chile a pagar una indemnización de $100.000.000 a un profesor y ex preso político de los campos de prisioneros Londres 38, Tejas Verdes, Chacabuco y Tres Álamos, quien fue sometido a vejámenes entre febrero y julio de 1974.
En fallo unánime, la Séptima Sala del tribunal de alzada revocó la resolución que había rechazado la demanda presentada por Ismael Lastra Goycolea.
La sentencia del tribunal de alzada establece que la víctima fue sometida a torturas por parte de agentes de Estados, hecho que además fue comprobado por la Comisión Valech, configurando un crimen de lesa humanidad reparable tanto en el aspecto penal como civil.
El fallo destaca que al ser un crimen de lesa humanidad este es imprescriptible, por lo que “el transcurso del tiempo en este caso es irrelevante para sostener que se ha extinguido la acción indemnizatoria”.
El martirio del profesor
Lastra relató a la justicia que el 6 de febrero de 1974 fue secuestrado desde su hogar en Las Condes por una camioneta en la que se movilizaban un civil y dos conscriptos, sin posibilidad de avisarle a su cónyuge. Fue llevado a Londres 38, en donde -se señala en la causa- “se le practicaron escabrosas torturas en su contra, poniéndole electricidad en los testículos, también en las uñas de los pies y el ombligo”.
En dicho recinto permaneció durante tres días, “sufriendo torturas con aplicación de golpes eléctricos y de puño en diferentes partes de su cuerpo, pudiendo ver mientras violaban a algunas mujeres en el mismo lugar”, se añade en el fallo de primera instancia.
Luego de eso fue llevado a Tejas Verdes, en San Antonio, en la región de Valparaíso. “En ese recinto le golpearon la columna y le dislocaron los hombros, secuelas que persisten hasta el día de hoy. Hace presente que un día fue llevado al patio central, lugar en que le señalaron que lo iban a fusilar, poniendo en sus cienes una pistola con balas de salva, que salen con gran potencia, pero no son mortales, provocándole gran daño en su piel, específicamente en su torso”, se relata en la resolución.
Posteriormente fue trasladado al Estadio Chile y luego al campo de concentración de Chacabuco en Antofagasta, volviendo el 9 de julio a Tres Álamos en la capital. Allí se le comunicó que quedaría en libertad previa firma de un documento en el que declaraba no haber recibido maltrato alguno, sin el cual no sería liberado.
Todo este proceso de violencia le significó al profesor Ismael Lastra arrastrar hasta la actualidad una depresión y problemas para conciliar el sueño, entre otros efectos, debiendo mantenerse permanentemente medicado.
FUENTE: EL CIUDADANO
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