Renuncia del obispo Goic: carta de una católica agradecida
29.06.2018
PERSONAJES:Alejandro Goic
Después de haber presentado en dos ocasiones su renuncia por haber cumplido los 75 años de edad, según lo exigen las normas vaticanas, el Papa Francisco ha aceptado la renuncia del hasta ahora obispo de Rancagua, Monseñor Alejandro Goic Karmelic.
El padre Alejandro, como lo llamamos sus cercanos, ha vivido su misión pastoral bajo el lema “Cristo es mi Vida” y desde el año 1979, cuando asumió como auxiliar del Arzobispado de Concepción, hasta hoy, ha sido fiel a su Maestro. La opinión pública puede confundirse de los motivos por los que monseñor Goic se aleja. Es comprensible que las víctimas de abusos atribuyan su salida como consecuencia de los deleznables hechos ocurridos en la diócesis a su cargo y así la valoren; pero no lo conocen y con las lacerantes heridas abiertas durante tanto tiempo, juzgan desde su dolor. Sin desconocerles ese derecho, siento mi deber hablar desde la otra vereda. Desde aquellos que hemos conocido la vida pastoral de monseñor Goic, desde la trinchera de la lucha contra las graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura; desde las fosas buscando a los detenidos desaparecidos ejecutados y enterrados clandestinamente; del que acoge a los retornados… De la consecuencia y valentía de su actuar, conocieron las calles de Concepción con rayados injuriosos y amenazantes en su contra.
Su misión pastoral en Rancagua no le ha sido fácil. A sus años, soportando dolencias físicas, ha debido vivir la traición y deslealtad de sus colaboradores en el clero diocesano. Los hechos acaecidos en el plano moral y ético, impropios de consagrados, que acarrean sanciones eclesiásticas y que pueden llegar a ser constitutivos de delito en el ámbito penal, han sido un dolor inmerecido. Pero no haber tenido capacidad de visualizar lo que ocurría ni la diligencia que la situación exigía, no es lo mismo que haber sido cómplice y haber ocultado los hechos. El mismo ha reconocido su error y ha asumido sobre sus cansados hombros la responsabilidad de lo ocurrido.
Monseñor se equivocó, al igual que Pedro en su triple negativa; al igual que el Papa Francisco, que por años mantuvo su posición de negación sobre las complicidades de los que respaldaron a Karadima. Francisco rectificó y hoy todos lo aplaudimos y juzgamos sus errores con misericordia. ¿Por qué a monseñor Goic no se le puede dar la misma benevolencia?
“Por sus hechos los conoceréis”, predicó Cristo. Yo estoy segura que cuando se conozca objetivamente la historia negra de esta etapa de la Iglesia Católica chilena, a monseñor Alejandro Goic se le exculpará de toda responsabilidad y se le agradecerá su entrega, valentía y consecuencia de toda una vida entregada a la Iglesia. Mientras eso ocurre, en nombre de todos los perseguidos, torturados, marginados y oprimidos, ¡gracias Pastor!
FUENTE: CIPERCHILE
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